El Sol de San Telmo

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El Sol de San Telmo

1 - Junio 2017

N úmero 91 - A ño 9 - J unio 2017 - B uenos A ires - ISSN: 2313 9722 - DNDA 5303771 - E jemplar

gratuito

Foto cedida por COMURA

Muñeca:

Un juguete con vida propia Pág. 2 / El Mercado. Pág. 3 / Un mundo aparte. Págs. 4 / 5 y 6 / Un CeSAC que destila historia. Pág. 8 / Concierto didáctico: “Charangos” /

Actividad en la huerta / Día del Padre. Pág. 9 / La historia de los tachos de basura. Pág. 10 y 11 / Una herencia guaraní. Pág. 12 / El pabellón de la Patria.


2 - Junio 2017

El Sol de San Telmo es un periódico no-partidario dedicado a fortalecer y celebrar el barrio de San Telmo y el Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.. Definimos nuestra visión editorial como periodismo comunitario. Valoramos toda comunicación que genere un foro abierto de participación y diálogo para las muchas voces que constituyen la comunidad de San Telmo. Reconocemos que vivimos en una época en la cual los medios (tanto masivos como independientes) ocupan cada vez más el espacio de intercambio y comunicación que antes ocupaban nuestros espacios públicos-las plazas, parques y veredas donde nuestros abuelos se juntaban para conectarse con el mundo y con sus comunidades. Por eso queremos revalorar el intercambio y la conexión humana a través de un periódico cuya identidad, contenido, y espíritu se definen a través de la participación activa de sus lectores y colaboradores. Todos los que viven o trabajan en el barrio, o simplemente le tienen cariño, están invitados a formar parte del debate sobre San Telmo: su patrimonio tangible e intangible, su pueblo y su futuro.

g Administrador y Propietario: Hugo M. Del Pozo Dirección/ Edición: Isabel Bláser Carlos Calvo 717 - CABA - Tel. 4307 9704 isabel.elsol@yahoo.com.ar Redacción: Isabel Bláser, Diana Rodríguez Diseño: Mónica G. Seoane Publicidad: Diana Rodríguez Web/Facebook: Hugo E. Lavorano Colaboraron en este número: Damián Nuñez de Arco / Anahí Cunselmo / Carolina Ceballo / Ramón Vidal Vásquez / Andrea Vega / Gabriela Llambías elsol.desantelmo@yahoo.com.ar www.elsoldesantelmo.com.ar Facebook: El Sol de San Telmo El arte de nuestro logo es un fileteado del maestro Martiniano Arce www.martinianoarce.com

g ISSN: 2313 9722 - DNDA: 5247797 Diseño: MGS - Tel. 4307 7550 Impresión: Editora del Plata S.R.L. Neyra 75 - Gualeguaychú - E2820DQA - Entre Ríos - Argentina El Sol de San Telmo es una publicación cultural de carácter comunitario y distribución gratuita mensual de 3000 ejemplares, orientada a la difusión de la historia y actividades barriales del barrio de San Telmo y el Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se autoriza la reproducción total o parcial de las notas citando la fuente. Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de los autores. Fundadores: Catherine Mariko Black y Marcelo Ballvé

El Mercado

que huele a Shalimar de Guerlain (fragancia oriental).

Llegué a San Telmo en marzo de 1982. Venía de Ramos Mejía y tenía 23 años. San Telmo era tranquilo como Ramos, silencioso. Había carbonerías y venta de leña y si pasaban más de tres autos juntos por Defensa, la gente se preguntaba qué estaría sucediendo en la ciudad.

El nuestro subsiste al menos ediliciamente, que no es poco y ahora estamos presenciando otra transformación: la gastronómica. Sus dueños pueden pagar mejores alquileres que los alicaídos anticuarios y siempre es más barato que alquilar un local a la calle. Esto me recuerda que, para bien o para mal, no hay mundo fuera del mercado; me refiero al de los negocios, al de Keynes.

Elegí San Temo porque soy arquitecto y por los recuerdos que tengo de pasear con mi abuelo, que me traía al barrio. Conocí la feria de Plaza Dorrego cuando comenzó, allá por 1970. Algunas veces traté de irme del barrio, evalué otras zonas de la ciudad y busqué… busqué, pero nunca di el paso ni supe por qué.

Los locales se han ido modificando y la arquitecta que está interviniendo algunos de los restaurantes lo hace muy bien, Saigón está precioso y, además, abre en el mercado accesos desde y hacia el interior, algo novedoso que nos ayuda a no extrañar tanto a la pringosa La Coruña.

Con el tiempo pensé que una de las razones era el mercado. Tenía recuerdos de mi infancia ligados a mercados, además de una particular atracción por ellos. En los años 60 acompañaba a mi abuela a la feria municipal de Bartolomé Mitre y Pueyrredón y a mi tía abuela, a la feria de los miércoles en Plaza Serrano.

Claro que sería mejor que preserven más los mármoles de los antepechos de los puestos; los azulejitos rectangulares del corredor de Estados Unidos que son originales y actualmente están de moda -los pueden ver llegando a la compostura de calzado La Rosa-; el sistema de canaletas de desagüe a la

El Mercado de San Telmo era uno de los tantos mercados minoristas satélites del gran Mercado de Abasto. Muerta la nave insignia como distribuidor mayorista en la Ciudad, los satélites quedaron huérfanos y a merced de su suerte. Lo mismo pasó en París cuando desapareció el gran mercado de Les Halles en 1968. En la época en que llegué al barrio, el mercado estaba organizado en sectores de acuerdo a los alimentos. En el pasillo que sale a Defensa, estaban -por ejemplo- los carniceros; de un lado los carniceros de vaca, del otro los que vendían cerdo y achuras y también los de liebre, codornices y perdices. Creo que en el corredor de la calle Estados Unidos se encontraban los panaderos y venta de galletitas al peso, las de lata con esa ventana redonda de vidrio que dejaba ver las Rococó o las Boca de Dama… mis preferidas. En la nave central se ubicaban los verduleros, todos eran de origen español o italiano y tenían el cabello blanco; ahí también estaba Manolo, un paladín radical que -como el personaje de Mafalda- hablaba de su padre, de sus clientes y de Alfonsín, convirtiendo las compras de queso mantecoso en monólogos que podían sobrepasar una hora de duración. Los fruteros y verduleros se dividían en: los de papa y batata; los de zanahoria y zapallo; los de cítricos; los de lechuga, espinaca y acelga; los de manzanas y duraznos. Así, en cada puesto predominaba un color: verde, marrón, naranja y rojo.

Vista de la hermosa estructura metálica del techo del mercado Toda la fruta y la verdura se apilaban en montañas en el suelo, sobre una alfombra de tierra. Las ratas caminaban sobre las montañas de papas, mientras uno bajaba la mirada para contar los billetes Ley 18.188 para pagar la cuenta. Cuando las últimas papas que quedaban eran las del suelo, no comía papa. Luego llegaron los descendientes de los Incas y todo se ordenó. Los puestos pasaron a estar impecables, limpios y decorados, cada fruta era elegida por su tamaño y ocupaba su lugar, parecía que uno iba a Harrods (tienda de origen británico, sita en Florida 877. Cerró en 1998) a comprar guantes. Los viejitos de los puestos murieron, la pescadería se trasladó a Bolívar al 1000 y las codornices… al zoológico. Y vinieron los anticuarios que, imagino, podían pagar mejores alquileres que los ya ajados vendedores de lechuga criolla y ajo. Los corredores del mercado se fueron vaciando de puestos con alimentos y asistimos a una gran transformación. Al mismo tiempo, en toda la ciudad desembarcaron los supermercaditos chinos y franceses y La Serranita en Defensa al 900 que, al tiempo, tampoco pudo sobrevivir a los asiáticos. Los mercados se fueron atrofiando. Incluso en Europa, muchos se demolieron o se llenaron de elegantes locales comerciales. El mercado que había en París en el 6e arrondissement (VI Distrito, a la orilla izquierda del río Sena) hoy es un centro comercial

Fotos: Hugo Del Pozo

Nuestra Misión:

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Reciclado del local histórico de La Coruña, hoy Saigón vista, de mármol, una especie de acequias abiertas en las que se ve correr el agua y no hay otro igual en toda la ciudad. Y la maravillosa estructura metálica eiffeliana de arcos, techos y columnas que “por ahora” está. Dicho de otro modo, un poco de conservacionismo -al menos en algunas áreas-, para que veamos parte del tesoro. Y si los bretones de Merci, en su local, hicieran Soupe à l’oignon todos los días como plato base, tendríamos la mágica paradoja de poder comer lo que en los mercados parisinos desapareció hace décadas. Son las 19:45 y tengo que ir al mercado, antes de que cierre, a comprar huevos de campo en Granja Marley. Es que tienen gusto a huevo. Los necesito para mí y para mi madre que dice que -en Barrio Norte- no se consiguen. Arq. Damián Nuñez de Arco


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2° Encuentro de Coleccionistas de Muñecas de la República Argentina

Un mundo aparte Lo primero que me llama la atención es que en el viejo Mercado de San Telmo, por la entrada de Estados Unidos, hay una escalera que conduce al primer piso cuya existencia desconocía. Adrián Cellone, el dueño de “Los Juguetes de Tati” y organizador del encuentro, nos recibe con cordialidad y nos muestra ese pasadizo secreto que nos lleva a un mundo totalmente nuevo para mí. El Sol: ¿Cómo empezaste a coleccionar y por qué? A.C.: Comencé hace 25 años, fui a un lugar de compraventa a llevar unas cosas que ya no usaba. Busqué algo interesante para canjear y ahí conseguí mis dos primeras muñecas. Una Marilú argentina y una Eidema (otra fábrica de la época). Una tenía un dedito roto y la llevé al último Hospital de Muñecas que hubo en Buenos Aires, que era de Antonio Caro, en Salta e Independencia. Hablando con él, me dijo: “Qué pena que se lleven afuera estas reliquias que son parte de nuestro patrimonio y de nuestra historia”. Empezó a contarme sobre fábricas y comenzamos una relación: yo iba de vez en cuando al taller y él me explicaba cómo las reparaba. Comencé con esas dos, luego compré otra y otra y después armé catálogos con revistas de moda de las décadas de 1910 y 1920, porque en ese momento no había tanta información como ahora. Creo que empecé a coleccionar porque me encanta la historia y el trabajo artesanal que llevaba cada muñeca. Y también, quizás, por mi madre que de chica era muy pobre y su sueño era tener una muñeca que caminara. Ya más grande, empezó a comprar muchas muñecas y yo continué…

El Sol: ¡Me impresionaron esos bebés con facciones tan reales! A.C: Sí, se llaman “Renacidos”, (“Re-born”), son de látex, con el peso y la postura de bebé. Están hechos por artistas para que parezcan lo más reales posible. Son muy coleccionables y hasta terapéuticos, porque al ser alzados dan la sensación de ser un bebé real, especialmente para las personas que no pudieron tener uno o lo perdieron. El Sol: ¿Cuáles fueron las muñecas preferidas en nuestro país, a través de los años? A.C.: La primera fue la Marilú, que apareció en 1936. Las cabezas se fabricaban en Alemania y los cuerpitos se ensamblaban acá y se le ponía el sello Marilú. Fue la precursora de la Barbie, con toda una línea de accesorios. Pero era una muñeca para una elite, duró de

En otro salón del primer piso hay una treintena de personas venidas desde distintos puntos de Buenos Aires y de todo el país para este evento organizado por COMURA -Coleccionistas de Muñecas de la Rep. Argentina-, el sitio específico de coleccionistas creado por Elsa Keller y por el propio Adrián. El mencionado sitio, sin fines de lucro, comparte conocimientos, investiga y sube fotos de muñecas de los miembros del grupo.

El Sol: ¿Cuáles son las muñecas que se conservan? A.C.: De las muñecas exhibidas acá, la más antigua es una de 1870, la China Doll, que usaban los modistos para hacer sus modelos en miniatura, que eran vendidos a las condesas. Los llevaban a los palacios en baúles enormes con todas estas muñecas vestidas con las nuevas tendencias de cada temporada. Muchas son de las décadas de 1940 y 1950, hasta las contemporáneas, como las Pullip que generaron una movida mundial. Son coreanas de los años setenta y se siguen haciendo. Y también los bebés…

De izq. a der.: Mabel y María Castellanos

Elsa Keller y Adrián Cellone durante el Encuentro

los años treinta a los cincuenta. Luego se empezaron a hacer las muñecas de caucho y de goma, que las niñas podían bañar y peinar. Otra muy popular en los años cincuenta y sesenta fue la querida Gracielita.

Hasta allí llegaron las hermanas María y Mabel Castellanos (quienes donaron la colección más importante de muñecas y juguetes antiguos al Museo Isaac Fernández Blanco), dos señoras que son “instituciones” para los entendidos en la materia. Mabel se niega a que le saquen fotos, mientras que María, con una candidez extraordinaria, responde las preguntas que le hace Daniela Pelegrinelli (autora del “Diccionario del juguete argentino”). El público escucha con atención a María Castellanos, quien habla con sencillez de los recuerdos de la infancia; de las puntillas que Mabel cosía para confeccionar esas ropitas originales en miniatura; de “Antígona”, el

negocio de muñecas antiguas que tuvieron las hermanas; entre otros temas. Daniela Pelegrinelli abre el juego para los que quieran preguntar algo. Un joven pide la palabra, pero en lugar de preguntar felicita a María Castellanos por su labor en el Museo Fernández Blanco. Daniela intenta rescatar los momentos claves de la relación de María con las muñecas. La señora mayor relata una anécdota que mantiene fresca en su memoria: En una tarde otoñal, Celina, una niña de ocho años, se duerme abrazada a su muñeca, que se le cae y se rompe. Entonces, la niña llorando, dice “Se me murió mi bebé”. “¿Cuál fue su muñeca preferida?”, pregunta Daniela. A lo que María, visiblemente conmovida, le responde una “Shirley Temple”. Se le nublan lo ojos al mencionarla. Y yo, que apenas puedo imaginar una muñeca igual a aquella “Ricitos de Oro”, también me conmuevo por su emoción. Me voy pensando en la cantidad de mundos desconocidos que conviven dentro de este, mundo nuestro. Diana Rodríguez


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Un CeSAC que destila historia Y esa población, que vivía a una cuadra, fue la primera en solicitar la creación del Centro, exigiendo que se cumplieran sus derechos a la salud y a la vivienda, que ellos mismos estaban construyendo.

Es otro sábado otoñal de mayo. Son las tres de la tarde y me dirijo al Bar y Pizzería Mi Tío, ubicado en el cruce de las calles Defensa y Estados Unidos -CABA-. Voy al encuentro de María Elena Folini -Directora del CeSAC N°15-. El Centro se está movilizando, junto con otras instituciones, organizaciones sociales, políticas y vecinos del barrio, ante la necesidad de ampliar sus instalaciones. Entre todos, conforman la Mesa Comunitaria de Salud y Educación Comuna 1 que -el sábado 10 de junio a las 15 horas en Humberto Primo 470, CABArealizará un festival por la ampliación del Centro y la construcción de una escuela infantil en el Predio del Ex PADELAI.

Muchísima gente. Era increíble entrar ahí. Yo, que recién ingresaba, no sabía que era posible en un edificio abandonado hacer esa cantidad de privacidades. Y ahí entendí que el sentido de la vivienda, el más importante, es la intimidad. Porque me daba cuenta que ellos, aunque fuera con una cortina y un cartón, armaban sus casas en ese enorme salón que había tenido el Patronato de la Infancia. Después, los que vivían en las habitaciones, lógicamente, tenían mayores comodidades; les hacían entrepisos, las dividían en cuatro. Esa inmensa cantidad de población necesitaba un Centro de Salud y así se funda el CeSAC N°15 -Centro de Salud y Acción Comunitaria-, más o menos con las especialidades que tenemos actualmente.

Producido el encuentro, le pido a María Elena que nos cuente -brevemente- su trayectoria profesional. Soy médica, con formación en gestión y políticas de salud. Ingresé al CeSAC N°15, como pediatra, cuando se abrió en 1990. En 2004 concursé el cargo de Jefa de Unidad, lo gané y a partir de ese momento -hace más de diez años- soy la responsable del mismo. Es un muy buen equipo de trabajo conformado por alrededor de cincuenta trabajadores de planta permanente y otros cincuenta

Foto: Carolina Ceballo

El Centro de Salud y Acción Comunitaria N° 15 del barrio de San Telmo -ubicado en Humberto Primo 470, CABAnecesita una ampliación edilicia para seguir brindando la atención de excelencia que realiza desde hace años.

Fachada CeSAC N°15 en formación de diversas disciplinas, como lo exige la atención primaria: enfermeros generalistas, psicólogos, psiquiatras, psicopedagogos, nutricionistas, ginecólogos, pediatras, médicos de familia, clínicos, sociólogos, antropólogos, odontólogos, trabajadores sociales ¿Cómo surge el CeSAC N°15? En los años 50 el edificio fue donado por la familia Picardo y había comenzado a funcionar como un Centro

de Puericultura. Luego, durante aproximadamente diez años, funcionó el Centro de Salud Mental N° 2 que contaba con especialistas solo en esa área. Pero, en la década del 90, los vecinos solicitaron a las autoridades que ese lugar se convirtiera en un Centro polivalente. En realidad, fue la población del Ex PADELAI la que luchó por esa ampliación: de Centro de Salud Mental a Centro Polivalente. El Ex PADELAI era más fuerte en ese momento, porque estaban instaladas, de manera estable, quinientas familias.

¿Qué significa para vos, como profesional? Más allá de lo que te contaba, para mi significó tener una mirada mucho más amplia de mi profesión; integrar los problemas que la gente tiene. Un CeSAC es un primer nivel de atención, esto quiere decir el escalón al que una familia -aunque sea una persona sola, nosotros la consideramos familia- accede. Y es una familia insertada en un barrio. Empezar en el Centro cuando tenía casi diez años de profesión, me permitió darle lugar a lo que mi


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experiencia me decía que faltaba y eso era: mirar integralmente a la familia que ingresa.

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ejemplo de los Programas que hay en el Centro.

¿Cuántos Centros como este hay en la Comuna 1?

¿Quiénes se atienden en el CeSAC de San Telmo?

La Comuna 1 no tiene hospital y el único Centro de Salud es el nuestro. Nosotros dependemos del Hospital Argerich y aunque estamos ubicados en la Comuna 1, en realidad la dependencia nuestra es de la Comuna 4, porque el Hospital Argerich pertenece a ella. Lo que sucedió es que la división en Comunas fue posterior a la creación del CeSAC.

¿Qué importancia tiene para el barrio? En este momento, porque eso fue también una construcción, creo que la salita es un lugar de confianza. Me parece que esa es la palabra que mejor la resume. Porque uno puede decir también: es un lugar que vacuna o que coloca métodos anticonceptivos, pero es mucho más que eso. El CeSAC tiene un equipo de Consejería que asesora en los momentos de pre y post aborto; es un Programa que existe en la Ciudad, pero muy pocos lo utilizan. Tiene en cuenta el momento en que una familia está o cree estar embarazada o está asustada por ese motivo y necesita poder confiar en alguien que la ayude a decidir. No siempre el embarazo se produce en una familia o en una pareja que tiene las condiciones dadas para tomarlo con alegría. Muchas veces se vive como un problema. Entonces ese “problema” es tomado y develado en la Consejería pre y post aborto. Nosotros no podemos intervenir en la interrupción del embarazo, porque no está aún legalizado, pero sí ayudar a esa persona o a esa familia para que tome la decisión más saludable. Que no caiga en manos de una práctica riesgosa, que lleve a la madre a la muerte. El Programa surge porque la mortalidad materna -por causas evitables- es altísima en la Argentina. Hace un mes murió una chica de 20 años, en el barrio Rodrigo Bueno, porque se colocó perejil. Y, sinceramente, que actualmente nos pasen estas cosas en plena Ciudad de Buenos Aires, es para que dupliquemos los esfuerzos. Por otro lado, este Programa no podría existir si la persona no tuviera la confianza plena en que nadie le va a comunicar a su pareja o a su madre lo que sucede, si ella no lo desea. Pero es un

Los dos grupos poblacionales característicos son: Personas de casas comunitarias -sean tomadas, hoteles, hostels, inquilinatos y, gente en situación de calle. El barrio Rodrigo Bueno, con el cual el Centro también trabaja, es un asentamiento con características de villa en el que hay casas con baño y cocina. Mientras que las casas comunitarias son generalmente habitaciones en donde se comparten el baño y la cocina. Entonces, de hecho, ya hay hacinamiento y esta es la característica que los ubica por debajo de la línea de pobreza, aunque tengan un ingreso importante ya que allí viven muchachos que estudian en la universidad, chicos que están en el secundario o personas que tiene trabajo. Entonces ¿Cuál es su área de cobertura? Tenemos un área de cobertura de cien manzanas, que está limitada por cuatro calles: Belgrano, 9 de Julio/Bernardo de Irigoyen, Paseo Colón y el Parque Lezama, con la calle Martín García. Luego se agregó la población del barrio Rodrigo Bueno, que está muy por fuera de esos límites. Priorizamos esta población para incluirla en nuestros Programas, por ejemplo: “No solo leche” y la restricción tiene que ver con la cantidad de insumos. El CeSAC tiene, por ejemplo, los DIU para colocar y las vacunas y los utilizamos preferentemente para las personas que vivan, trabajen o vayan a la escuela dentro del área de cobertura.

¿Es suficiente la cantidad que existen en la zona? Me refiero a las Comunas 1 y 4. Hay sectores que son “blancos”, así les decimos a los que les faltaría un Centro. Por ejemplo, el Microcentro de la ciudad no tiene. En un momento al nuestro se le había asignado un área de cobertura que llegaba hasta la calle Corrientes, pero eso -finalmente- no funcionó así. El área del Hospital Ramos Mejía tiene un solo CeSAC y, muchas veces, recibimos gente del Ramos o sea de la 9 de Julio hacia Congreso/Once, porque le queda accesible, entonces tenemos que buscar el efector que le corresponde y no es tan fácil encontrarlos. Hay muchísimas zonas “blancas” en la Ciudad de Buenos Aires que necesitarían por lo menos uno. Porque en realidad -y esto es muy importante tenerlo en cuenta- la modalidad de atención primaria requiere regionalización, que haya efectores de primero, segundo y tercer nivel. Si no, uno se maneja como en una isla y esa es una falencia del CeSAC, ya que tenemos toda una modalidad de atención para la cual deberíamos tener una relación mucho más directa con

efectores del segundo y tercer nivel; es decir, todo lo que se refiere -por ejemplo- a prótesis, rehabilitación, kinesiología. El Hospital Argerich no alcanza para esa demanda. En este sentido, esa regionalización no tiene una planificación estratégica.

Por la importancia que para San Telmo tiene el Ex PADELAI y su gente, hablamos con Johanna Romero (29) un@ de l@s jóvenes que nació y se crió en “El Patro” y se atendió y atiende en “La Salita”: “Tengo un amor especial por la Dra. María Elena Folini. Fue mi pediatra y la de mis ocho hermanos. Me vio crecer, me vio embarazada y vio a mi primer hijo nacer. Siempre tuve obra social, pero cuando se trataba de salud recurría a La Salita porque me sentía contenida y me daba esa confianza que las clínicas de las obras sociales no te dan. No sé si la Doctora se acordará de mí, pero yo no me olvidó lo mucho que ella y esa Salita brindaron a nuestra familia. Como ex habitante del Ex PADELAI, me encantaría que La Salita funcione en el lugar donde nací y puedan darles a otros todo lo que me brindaron a mí. Realmente es una genia esa Doctora. Es más que una pediatra para nosotros. Y me gustaría que todos supieran que el lugar, es más que una ‘Salita’”.


6 - Junio 2017

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El CeSAC nació en los años 90 ¿Varió el número de personas que se atiende y de profesionales que trabajan en él?

Así que uno de los objetivos de este año 2017 es poder ampliar nuestro edificio, pensando en que tenga: un área recreativa, un salón de usos múltiples, espacios verdes, buena iluminación, que podamos hacer los talleres en lugares más cómodos, que la población pueda acceder y saber que -además de encontrar al profesional de salud- va a tener una plaza o un lugar de esparcimiento.

¿A qué creés que se debe este incremento de la población? Nosotros estamos hace años y han pasado muchas cosas en este país. Pasó el 2001… (silencio). Ha habido momentos en que la caja de leche era la comida (dice con la voz entrecortada por la emoción del recuerdo). La gente estaba enloquecida por la caja de leche y nos da miedo que eso vuelva a pasar. La gente se queda sin obra social y la atendemos, aunque -en realidad- también atendemos mucha gente que la tiene, pero se siente mejor atendida en el Centro porque los equipos de trabajo no son comunes en las obras sociales y en el CeSAC tenemos una forma muy humana de trabajar. Muy integral, digamos de atender las problemáticas que se mezclan. Porque, como médico, uno sale de la Facultad con una formación que

Foto: Anahí Cunselmo

Habrá unos diez profesionales más, pero no se duplicó. Tenía una dotación establecida y más o menos se mantuvo. Por otro lado, el espacio físico del CeSAC es reducido y por eso ahora necesitamos ampliarlo, porque lo que sí se multiplicó es la población ya que, la que originalmente empezó a venir ahora son personas cercanas a la tercera edad y sus hijos jóvenes traen también a los suyos y nosotros recibimos a todos. Así que se multiplica la población y necesitamos más espacio. Vecin@s del Ex-PADELAI durante el festival organizado, para tratar de que no se produzca el desalojo (1.12.2016) va como de arriba hacia abajo y la gente atraviesa esas disciplinas. Atraviesa al médico, al psicólogo, al psiquiatra, al trabajador social, al psicopedagogo, al enfermero. Viene a vacunarse y le dice a la enfermera: “Necesito método, ¿No tiene pastillas?” Porque la gente atraviesa a la metodología, con sus problemas. Así que el Centro crece cuando crece la problemática social, cuando la gente se queda sin trabajo, cuando empieza a aumentar la gente en la calle, cuando empieza a faltar la comida… (vuelve a conmoverse). ¿En qué situación se encuentra actualmente el Centro a tu cargo?

Estamos notando que el edificio, que ha sido tan noble con nosotros y que tanto queremos, nos está quedando chico y está muy deteriorado porque es un edificio antiguo: no tiene rampa de acceso, no tiene salida de emergencia. En este momento tenemos muchos problemas con la conexión eléctrica, porque como se han instalado computadoras, aires acondicionados, diferentes aparatos médicos, la electricidad se ha sobrecargado. Incluso los baños están siendo insuficientes. Entonces, para las actividades que hacemos -que cada vez son más, porque la población crece e intentamos darle respuestas grupales para que más gente pueda acceder- necesitamos espacios más grandes.

Además, el barrio necesita que se construya otra escuela infantil ¡Que -incluso- podría ser aprovechada por los profesionales del CeSAC! ¿Entonces, qué pedirías? Por todo lo que te dije antes, solicitamos la ampliación del CeSAC en el predio del Ex-PADELAI. Nos unen lazos muy profundos con ese territorio que, desgraciadamente, ya no tiene a su población. No es lo mismo trabajar en cualquier lugar. No es lo mismo una pared que otra. A veces decimos que nuestro CeSAC destila historia. Pero también el barrio destila historia. Así que, en cierto modo, es en agradecimiento a ellos, a los habitantes del Ex PADELAI quienes consiguieron en su momento nuestro Centro de Salud, con el sentimiento de que vamos a ser un mejor CeSAC si logramos instalarnos allí. Así finaliza María Elena esta nota, con sus ojos húmedos pero llenos de esperanza. Anahí Cunselmo


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7 - Junio 2017

Dónde retirar El Sol Panadería Cosas Ricas Perú 1081/85 Restaurant Manolo Bolívar 1299 Librería Fedro Carlos Calvo 578 Ferretería San Juan Av. San Juan 574 Pizería La Moderna Humberto I° 699 Inmobiliaria Giesso Cochabamba 360 Di Mitrio Carlos Calvo 691 Vinelli Hipólito Yrigoyen 710 Mercado de San Telmo Puesto 54 - Granja Mharley La Simbólica Carlos Calvo 708 Nonna Bianca Estados Unidos 425 Bar La Poesía Chile 502 Bar El Federal Carlos Calvo 599 Bar Hipopótamo Brasil y Defensa Pamela Biazzi Piedras 1055 Panadería y Confitería Europa Carlos Calvo 678 Club San Telmo Cochabamba 657 Peluquería Lito Cochabamba y Chacabuco

Panadería Perú Perú 1217 Bicicletería Mila Av. Caseros 402 Museo Histórico Nacional Defensa 1600 Comisaría 2º y 14 Perú al 1000 - Bolívar 1400 resp. Comunidad Cisne Bolívar y Humberto 1º Defensoría del Pueblo Defensa esq. Cochabamba Emaus Cochabamba 466 Confitería Ronzino Perú 640 Caburé México 620 MAMBA San Juan 300 Espacio Espinosa Chacabuco esq. Cochabamba Kioscos de Diarios: Carlos Calvo y Perú Piedras y Carlos Calvo Piedras y Chile Perú y México Defensa y Brasil Independencia y Piedras Carlos Calvo y Defensa San Juan y Defensa Humberto I y Bolívar Carlos Calvo y Chacabuco Brasil y Perú


8 - Junio 2017

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Concierto didáctico: “Charangos”

Actividad en la huerta

Alumnos, autoridades de la Escuela Valentín Gómez y voluntarios de la Fundación Chacras de Buenos Aires, realizando actividades en la huerta del colegio (2 de junio de 2017). Entrada libre y gratuita hasta colmar la capacidad de la sala. El Ministerio de Cultura de la Nación a través de la Dirección Nacional de Gestión y Programación presenta un concierto didáctico a cargo del titular de la cátedra del UNA, profesor Enzo Espeche. Esta actividad tiene como objetivo la expre-

sión del charango a través de diferentes ritmos. Se enmarca en un Ciclo de presentaciones de Danza y Música Argentina que llevará a cabo, en el Centro Nacional de la Música, el Área de Folklore de la Universidad Nacional de la Artes. Domingo 18 de junio a las 18 horas Sala Guastavino - Centro Nacional de la Música México 564, CABA

Día del Padre


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9 - Junio 2017

La historia de los tachos de basura Los tiempos cambian y las formas de resolver los problemas comunitarios, también. Aquí les mostramos qué tratamiento se le daba a la basura en los años cincuenta y el que se utiliza en la actualidad.

Luego de que durante muchos años pusimos la basura en la puerta de nuestras casas (algunos pícaros en vez de hacer eso, se la ponían al vecino para que no hubiera suciedad en su puerta) para que el camión de la basura la retirara, se colocaron los contenedores.

Foto: Hugo Del Pozo

Fotos: Ramón Vidal Vásquez

¿Sabían que en el piso de las veredas hay unas tapas que se abrían para poner la basura dentro?

Después de tantos años y tantas ideas implementadas, hemos vuelvo a los orígenes. Esto demuestra que todo lo nuevo, a veces, no es tan eficaz como parece en el momento. Tenemos una tendencia a desvalorizar el pasado o a subestimarlo, como si los hombres y mujeres de esa época no hubieran tenido la capacidad de razonar los problemas para encontrarles una solución.

Ahora también, en algunos lugares -porque si pasan caños, cables, etc., no se puede)- se implementó un nuevo sistema bajo tierra.

Ramón Vidal Vásquez, encargado de un edificio de Perú al 600, quien ya es un “satélite” de El Sol, les preguntó a los vecinos qué les parecía el “nuevo” sistema y le dijeron que estaban conformes porque no se ve basura desparramada por las veredas y calles y se evitan también los malos olores que emanan de ella. Y agrega Ramón, “solo falta ultimar detalles, así el vecino se interioriza del horario para sacar y depositar la basura dentro de los mismos”.


10 - Junio 2017

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“Tomar un mate con otro lo hace a uno acercarse, mirarlo, compartir algo con él”

Una herencia guaraní Moisés da Luz, es natural de Panambi al sur de Brasil, pero se define como latinoamericano. Estudió biología y tiene una maestría en Desenvolvimiento Rural de la Universidad Federal de Rio Grande do Sur. Tanto sus padres como sus abuelos trabajaron en la fabricación artesanal de yerba mate, una actividad que es propia del sur de Brasil, ya que tomar mate no es típico de la cultura del norte y centro de ese país. Esta idiosincrasia local tiene que ver con cuestiones sociales y hacen a la herencia cultural de los guaraníes que habitan la zona, obviamente ahora en menor proporción que el resto de la población. El mundo globalizado hizo que la modernidad llevara a que la fabricación artesanal de un producto local como la yerba mate, prácticamente se extinguiera con la urbanización y la industrialización. Moisés dice que “en general la gente en Argentina reconoce al mate como un producto nacional y lo toma diariamente, pero muchos no saben cómo es el proceso de fabricación”. Y es cierto, por eso aprovechando su estadía en nuestro país, más precisamente en nuestro barrio, nos encontramos para saber sobre el tema. El Sol: ¿Cuál es la planta que da origen a esta infusión?

Moisés da Luz: Su nombre científico es Ilex paraguariensis A. St.-Hil. Se lo dio el científico August de Saint Hilaire, un naturalista francés (por eso el nombre viene acompañado de St.-Hil) que clasificó la especie e investigó los métodos de germinación de las semillas. En esa época del siglo XVIII y XIX venían muchos naturalistas a América para estudiar las especies. La yerba mate es un árbol de selva y su ambiente natural es en el sombreado por los árboles o un sistema de agroforestería. Las plantaciones solitarias que hacen, acaban molestando la yerba mate, cambian su sabor o pueden matar la planta si esta es chiquita o está bajo los rayos del sol. Necesita un ambiente de sombra y un poco húmedo. En Argentina, su hábitat natural es en la provincia de Misiones en su parte selvática y en Paraguay y Brasil. E.S.: ¿Cómo es el proceso artesanal? M.D.L.: Son cuatro pasos fundamentales: La poda, el sapecado, el secado y luego la molienda. En la etapa de la poda del arbusto en general se cortan los gajos largos, los brotes ya crecidos. Luego de cada poda se debe esperar entre dos y tres años para hacer una nueva, porque en ese tiempo los gajos ya crecieron lo suficiente para volver a realizarla. La rama está más madura, hay más cantidad de hojas y esto hace que el proceso siguiente sea más fácil.

Después de juntar los gajos, se hace una hoguera con ramas finas para realizar el sapecado o sea pasarlos por calor en un corto tiempo, teniendo cuidado de que no se quemen. El fuego saca la humedad de la hoja y le da una secada que hace conservar el color y evita que el producto final sea amargo. Técnicamente se rompen las enzimas, para que no se produzca la degradación natural. En la tercera etapa, se colocan las ramas -pueden estar en gajos o en atados- encima del carijo que es una estructura de madera, como una parrilla, sobre el fuego que se hace en el piso con una especie de leña con muchas brasas. El calor y el humo que les llega, las van secando en un tiempo aproximado de doce horas, donde se controla que no se quemen ni que haya demasiado humo porque si no se impregnan y, finalmente, cambia el sabor. Una vez que los gajos están secos, la yerba se pone en una carretilla o encima de una lona y se realiza la pre-molienda con machetes de madera o palas para fragmentar la yerba en pedazos y facilitar la etapa final -en Brasil a esto lo llamamos: “cancheamento”- que es la molienda. Esta puede realizarse a mano o con máquinas para romperlas, dejándolas más gruesas o finas como una harina. Como están secas se rompen fácilmente. La molienda más rústica es con un mortero, a mano y otra forma se realiza con máquinas chiquitas de madera o metal que tienen dos a cuatro “manos” que las golpean para triturarlas. Esta última manera es una influencia de la industria, que interfiere en pequeña escala. Debo decir que el proceso industrial también tiene estas etapas, aunque con algunos cambios más acelerados y en mayor cantidad. E.S.: ¿Normalmente, cuánta gente trabaja de esa manera? M.D.L.: En general son familiares que la realizan para su consumo o para canjearlo por otro. Pero también hay familias que lo venden y obtienen renta, para afrontar sus gastos. E.S.: ¿Dónde hay más producción de este tipo? M.D.L.: Hice una maestría en desarrollo rural y la destiné so-

Moisés da Luz, en el bar Pedro Telmo, durante la entrevista lamente a agricultores familiares del Estado do Rio Grande do Sul. Trabajé en algunos proyectos, entre ellos este de la yerba mate. Mis investigaciones fueron en siete ciudades de la provincia, entre ellas Panambi y Sao Miguel das Missoes. Pero en el sur del Mato Grosso también hay producción de yerba mate, como en la frontera con Misiones porque es el habitad natural de la planta. Desde los principios de la colonización se sabe que esa zona de la selva Paranaense y de la selva con araucaria del sur de Brasil donde la yerba es nativa, está la cultura de tomar mate. Así que imagino que en toda esa zona puede existir este tipo de producción artesanal. E.S.: ¿Esta actividad les sirve a los pobladores para subsistir? M.D.L.: Si se vende, para algunas familias es su principal medio de vida, como una alternativa económica porque muchas veces solo con las vacas o la soja no pueden subsistir por el juego del mercado que eleva los costos y hace que tengan que financiar su producción y, para otras, forma parte de su cultura. La colocan en paquetes o bolsas grandes y la venden por kilo casi al mismo precio que la industrial. Un kilo vale aproximadamente R$ 10/12 (R$ 1 = $ 5). Muchos campesinos prefieren hacer su producción. Aunque los productos del campo y de las fincas, hechos


El Sol de San Telmo

11 - Junio 2017

a mano, se desvalorizaron ayudados por los medios de comunicación y los intereses industriales, ahora se están rescatando. Para las familias, la producción de yerba mate es una actividad más como la huerta, frutas y semillas.

Moisés da Luz Biólogo, mestre em Desenvolvimento Rural

E.S.: ¿En qué se diferencia la yerba mate artesanal de la industrial? M.D.L.: Podríamos decir, con una mirada crítica hacia la industria, que los gajos pasan muy rápido por la hoguera y de esta forma el sapeco no está bien hecho; también suavizan el sabor agregándole azúcar y, en general, es muy fina y parece polvo. Además, se nota la diferencia en el color porque la que realiza la industria es más intenso, más verde, parece fosforescente. Artesanalmente el color puede ser verde intenso, pero esto depende del cuidado en las etapas. E.S.: Parece simple pero para que el resultado sea bueno, se necesita tener conocimiento de la naturaleza y de los procesos… M.D.L.: Si, porque hay una diversidad de conocimientos sobre toda la producción artesanal en la yerba mate como por ejemplo hay especies de árboles para hacer la leña que son mejores en el proceso de secado. La industria usa eucaliptos, pero al quemarse no produce mucho humo. El campesino ya sabe que hay algunas especies que dan más humo que brasa y también es importante el tiempo que se le dedique a realizar cada etapa o si hay luna nueva en el momento de la poda. E.S.: ¿De qué ancestros vienen estos conocimientos?

Projeto Carijo: herança do conhecimento ancestral na fabricação artesanal de erva-mate: http://projetocarijo.com.br

M.D.L.: Este tratamiento proviene de los guaraníes. Se los ha invisibilizado, por eso hemos hecho un documental (Youtube - Carijo - O Filme) donde el foco principal es ese porque mucha gente de las ciudades e incluso campesinos han olvidado los orígenes, se apagó la memoria. Pero nosotros lo mostramos para rescatarlos ya que, en algunas zonas del sur de Brasil hubo colonización europea -alemana, italiana, portuguesa- que, por su cultura eurocéntrica y occidental, muchas veces se distancian de los guaraníes y otras etnias indígenas. También existe población de gauchos, que son la mezcla de portugueses, negros, indígenas y españoles. En ese documental, se ven los guaraníes que forman la comunidad y ellos no tienen el hábito de la gran producción que sí la tiene el blanco que trajo la idea de acumular, de guardar. Los guaraníes tenían como costumbre hacer un atado y ponerlo encima de un fuego para hacer la yerba y tomarla en el momento, no para guardarla. También el ca-

rijo es una influencia colonizadora, pero ese sistema es la mezcla de los conocimientos guaraníes y la colonización. E.S.: ¿Cuál es tu rol en la valoración de esta actividad? M.D.L.: Empecé la maestría justamente viendo en la fabricación artesanal una gama de conocimientos en riesgo de extinción, que no son valorados y creo que deben conocerse. Además, defiendo como alternativa económica, como parte de la autonomía de la gente el tener conocimientos para poder desarrollarse, ya que de esa manera se puede lograr. Me interesé por eso y fue mi tema de desarrollo rural, que compartí con mi maestro orientador y desarrollé la investigación con agricultores familiares. Por esas vivencias, la Cooperativa Catarse de Comunicación de Porto Alegre -que hace comunicación independiente- me contactó para realizar una entrevista y el documental que antes mencioné. Fueron a participar de la vivencia y les encantó la integración, porque tienen esa temática social en sus trabajos.

E.S.: ¿Por qué creés que el mate no se conoce demasiado en el mundo? M.D.L.: No es tan conocido como el café, aunque muchos países hacen uso de la yerba mate no así el mate o sea la forma de tomarla, pero hay países que la importan. E.S.: ¿Será porque a la gente no le gusta esa forma de compartir una bebida? M.D.L.: En realidad esa forma es muy nuestra, es muy guaraní el compartir. En Europa no es así, pero por lo que veo el hecho de tomar con la bombilla es lo que la gente rechaza. Puede ser también la técnica de hacer el mate, el tiempo que se utiliza en esa ceremonia porque vivimos apurados. El mate no combina con eso, necesita tener un tiempo de preparación. En Uruguay se dice ser haragán, en sentido positivo. E.S.: Antes acá no era “bien visto” tomar mate en público, pero ahora lo veo sobre los escritorios… M.D.L.: Sí, no se usaba tomar mate atendiendo a la gente y actualmente muchos lo traen con el termo. Se ha hecho algo normal, incluso en determinado nivel de empresas está “entrando” esa imagen. El mate ya forma parte de lo que estamos haciendo, se está rompiendo ese preconcepto, es para compartir. La gente debe volver a lo comunitario y tomar un mate con otro lo hace acercarse, mirarlo, compartir algo con él. Cuando voy a algunos lugares ofrezco mi mate. La gente ya espera, le gusta. Texto y fotos: Isabel Bláser


12 - Junio 2017

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Día de la Bandera En 1938 el Congreso de la Nación estableció el 20 de junio como Día de la Bandera, en homenaje a su creador -Gral. Manuel Belgrano- por el aniversario de su fallecimiento (Ley 12.361).


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