El Sol de San Telmo

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g r at u i t o

Sumario Pág.2 y 3: Juan Carlos Pallarols - “Y sigo jugando con el abuelo”

Pág.4 y 5: Alberto Selvaggi, Un maestro en lo suyo

Pág.8: Día del Barrendero / Ciclo de charlas abiertas

Pág. 9: La vigencia de la fotografía / Buscando la foto del mes / San Telmo Town

Pág. 12: Los Croquiseros Urbanos en el Parque Lezama

Juan Carlos Pallarols

El gran artesano


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EL SOL DE SAN TELMO

Juan Carlos Pallarols y sus “Dos rosas por la paz” Nuestra Misión: El Sol de San Telmo es un periódico no-partidario dedicado a fortalecer y celebrar el barrio de San Telmo y el Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.. Definimos nuestra visión editorial como periodismo comunitario. Valoramos toda comunicación que genere un foro abierto de participación y diálogo para las muchas voces que constituyen la comunidad de San Telmo. Reconocemos que vivimos en una época en la cual los medios (tanto masivos como independientes) ocupan cada vez más el espacio de intercambio y comunicación que antes ocupaban nuestros espacios públicos-las plazas, parques y veredas donde nuestros abuelos se juntaban para conectarse con el mundo y con sus comunidades. Por eso queremos revalorar el intercambio y la conexión humana a través de un periódico cuya identidad, contenido, y espíritu se definen a través de la participación activa de sus lectores y colaboradores. Todos los que viven o trabajan en el barrio, o simplemente le tienen cariño, están invitados a formar parte del debate sobre San Telmo: su patrimonio tangible e intangible, su pueblo y su futuro.

w Propietario: Hugo M. Del Pozo Dirección/ Edición: Isabel Bláser Carlos Calvo 717 - CABA - Tel. 4307 9704 isabel.elsol@yahoo.com.ar Redacción: Isabel Bláser, Diana Rodríguez Diseño: Samanta Cardo Publicidad: Diana Rodríguez Administrador / web / facebook:

Hugo E. Lavorano Colaboraron en este número: Cecilia Calderón / Néstor Sacchi / Inés Acosta / Andrea Castro/ Nelly Dutoit / Rubén Paredes / Andrea Saler elsol.desantelmo@yahoo.com.ar www.elsoldesantelmo.com.ar Facebook: El Sol de San Telmo El arte de nuestro logo es un fileteado del maestro Martiniano Arce www.martinianoarce.com

w ISSN: 2313 9722 DNDA 5345460 Diseño: SBC - Tel. 4383 5889 Impresión: Editora del Plata S.R.L. Neyra 75 - Gualeguaychú - E2820DQA Entre Ríos - Argentina El Sol de San Telmo es una publicación cultural de carácter comunitario y distribución gratuita mensual de 3000 ejemplares, orientada a la difusión de la historia y actividades barriales del barrio de San Telmo y el Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se autoriza la reproducción total o parcial de las notas citando la fuente. Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de los autores. Fundadores: Catherine Mariko Black y Marcelo Ballvé

“Y sigo jugando con el abuelo”

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odo lo que sabe lo aprendió de su abuelo. Nacido en Banfield, el 2 de noviembre de 1942, integra la sexta generación dedicada al arte de la platería, que le otorgó prestigio y excelencia al “sello” Pallarols. En 1750 ya existía un taller con ese apellido en Cataluña. En junio de 1982 realizó el cáliz con el que Juan Pablo II brindó la Misa por la Paz en Buenos Aires. Puso sus conocimientos al servicio de las tradiciones criollas al tiempo que expuso en prestigiosos lugares de París, Sevilla, Nueva York y Tokio. En 1996 fue nombrado Ciudadano Ilustre por el Concejo Deliberante de la ciudad. Actualmente su taller-museo ubicado en el corazón de San Telmo -Defensa 1094-, atesora la historia familiar y es visitado por alumnos de colegios, universidades y estudiosos de todas partes del mundo con una particularidad: no es un local comercial y no se cobra entrada. Una escalera conduce al primer piso, donde conviven el taller, su oficina, tres bi-

nieto preferido. Para entretenerme me llevaba al taller y, jugando, me enseñó los gajes del oficio. A los 8 o 9 años, ya mostraba cierta habilidad para hacer la aureola de la virgen María Auxiliadora en Córdoba bajo la guía de mi papá, que supo aprovechar mi potencial desde chico”, relata el orfebre quien agrega que de la misma manera él le enseña a su bisnieta, Rocío (de 3 años) a cincelar bliotecas y 1.000 metros cubiertos de obje- sin golpearse los dedos. tos de arte. Cuesta creer que este edificio, creado en 1890 y colmado de tanta belleSe entusiasma al hablar de cómo za, era un conventillo solo 40 años atrás. los padres deben asumir la respon“Todo mantenido con el trabajo de estas sabilidad de descubrir la vocación de manitos”, dice Pallarols, con una mezcla sus hijos. “Todos tenemos dones: alde orgullo y dedicación. Su casa, incluso, gunos tendrán la capacidad para ser escritores, orfebres, músicos, lo que sea”, explica. Esto no solo genera “Todos tenemos dones: felicidad en la persona que se siente útil, sino que también contribuye a algunos tendrán la formar una sociedad mejor. “Por eso capacidad para ser me enoja cuando se buscan soluciones desde la economía o la especulaescritores, orfebres, ción. Un país se levanta trabajando”, asegura Pallarols. músicos, lo que sea”. Tal vez porque su infancia estuvo atravesada por la guerra civil española -recuerda que en el taller de su padre había un polaco, un portugués, dos japoneses; personas que escapaban de la Segunda Guerra Mundial-, es “Cuando tenía 2 años y medio, mi abue- que afirma que “las víctimas son todas lo quedó viudo y así me convertí en su iguales, no importa de dónde vengan”. sirvió de escenario para la obra de teatro “El vértigo” (de Armando Discépolo), una historia de amor que transcurre en la casa de un platero.


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En 1982, cuando realizó el primer bastón de mando del presidente Raúl Alfonsín, incluyó un pimpollo de cardo como homenaje a los caídos en la Guerra de Malvinas. “Con el tiempo me empecé a interesar por las personas que dejaron su vida en las Islas -muchos de los que sobrevivieron, luego se suicidaron- y entendí que para todos ellos el peor castigo es el olvido”, sostiene el artesano, que decidió abrir su casa para reunir a veteranos (argentinos e ingleses) y familiares para hablar sobre lo ocurrido en ese entonces. Como decía Erich Fromm, “el amor es conocimiento”, es imposible amar lo que no se conoce. Así nació el grupo “Dos rosas por la paz”, cuyo secretario Julián Bernatene, transcribe lo que cada persona cuenta en la reunión, y, como es profesor de arte, también dibuja la escena, en lugar de fotografiarla. Originalmente, el proyecto consistía en dos rosas hechas con vainas de balas y otros objetos bélicos fundidos, con la idea de que los argentinos homenajearan a los ingleses y viceversa. “La guerra no la hacen los soldados sino los gobiernos. Los únicos que se benefician con ella, son los que venden las armas”, define Pallarols.

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realización de sus deseos. “Todas mis obras importantes han sido colectivas. Esto implica dejar de lado el amor propio y hacer que la gente participe golpeando el cincel. Lo vengo haciendo desde 1982 hasta ahora: lo hice desde los cálices para los Papas hasta para la Máscara de Eva Perón”, cuenta Pallarols, quien tiene bustos y cuadros de la Abanderada de los Humildes. Aunque no es peronista, siente admiración por esa mujer que “no regalaba dinero ni planes, sino elementos para trabajar”. Entonces recuerda una anécdota que le contó el doctor Jorge Taiana, quien fuera médico personal de Evita: En una oportunidad fue a verla cuando ya estaba enferma y descubrió algunas manchas de sangre en su almohada. El profesional le dijo que tendría que contarle eso al General. Ella se negó. Ante su insistencia de transmitirle la noticia a Perón, ella lo trató de ‘viejo alcahuete’ y le dio un cachetazo. Así de brava era.

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Pallarols ama la vida, con sus momen-

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Con el tiempo, las rosas -que no se venden, se regalan- se convirtieron en premios para gente destacada, entre ellos Roger Waters (el líder de Pink Floyd), Geoffrey Cardozo (soldado británico quien construyó el cementerio de Darwin), Julio Aro (ex combatiente y postulado como Premio Nobel de la Paz, responsable de la identificación de 93 personas) y Gabriela Cociffi (periodista argentina que también trabajó por la identificación de los caídos). “Me dolió la Guerra de Malvinas”, resume Juan Carlos, un “enamorado de su trabajo”, que lo convierte en una persona feliz y agradecida.

un lingote de plomo para que se queden en el lugar por siempre”, relata.

Me obsequia una bala, con la que hace las rosas, como símbolo de paz. Se emociona cuando me cuenta que, en el último día del conflicto bélico cayó una bomba que mató a dos suboficiales, apenas una hora antes de que finalice la guerra. “Este año voy a ir a las Islas a llevar dos rosas -una desde un barco argentino para homenajear a los ingleses y viceversa- al fondo del mar. Cada una estará unida a

Detrás de su escritorio controla lo que hacen sus ayudantes, uno se acerca con una pesa de precisión y él le sugiere agregar un milímetro a una pieza. “En la Argentina no premiamos al que trabaja -sostiene-. La prensa destaca los crímenes, las violaciones y no al que hace algo bueno. Las buenas ideas no venden”. Para contrarrestar esta tendencia, Pallarols va a donar 24 rosas, una para cada provincia,

1. Rosa en plata, característica de Pallarols. 2. Sus creaciones: entre ellas las rosas hechas con vainas de balas fundidas. 3. El artesano sosteniendo la pelota que le dedicó Maradona. 4. Pintura del artista que representa al país, sus raíces y los caídos en Malvinas. 4

para premiar a la mejor persona (sin importar si se trata de profesionales o analfabetos), solo teniendo en cuenta la solidaridad. “Estuve hablando con un empresario, para que, además de la rosa, se haga una donación anónima de dinero para esa persona en cada provincia, sin hacer ninguna publicidad”, adelanta. El taller de Juan Carlos tiene una particularidad: él invita a sus clientes a trabajar en la creación de las obras que le encargan para hacerlos partícipes de la

“Con el tiempo me empecé a interesar por las personas que dejaron su vida en las Islas -muchos de los que sobrevivieron, luego se suicidaron- y entendí que para todos ellos el peor castigo es el olvido”. tos dulces y los dolorosos, por eso sus rosas también tienen espinas. “La verdadera dimensión de las cosas está definida por el amor que se le pone. Dios es amor y la vida es un don maravilloso. Cuando me levanto todos los días, me afeito mirándome al espejo. Uno puede mentirle a otra persona, pero no puede mentirle a su propia imagen en el espejo. En ese momento decido qué voy a hacer en esa jornada, salgo al balcón a ver cómo está el día, el universo es una maravilla y me río como si estuviera loco”, afirma el artista, aunque reniega de esa palabra. “La palabra artista está mal empleada. Soy platero, dibujante, pintor. La historia me va a juzgar. No soy artista, soy artesano. No se qué es ser ‘una estrella de cine´, sé de actores y actrices. Me dedico a hacer un mate, un bastón, una rosa, un objeto de arte. Es lo que soy. Me han premiado en Washington como “Mejor artesano individual”, entre 1.200 participantes. Sin embargo, para mí el premio mayor es que no me cobren un taxi cuando me reconocen o que me digan “esto se lo regalo yo”, al recibir el reconocimiento de mis pares y sentir que me quieren en el barrio”. Hay una frase que tallé en un “front desk” y que me define: “Y sigo jugando con el abuelo”. Texto y fotos: Diana Rodríguez


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omo no puede ser de otra manera, llega puntualmente al lugar del encuentro. Este hombre nacido hace 77 años, pero con un espíritu curioso como cuando era un niño, es la persona que más sabe de grandes relojes. No es simplemente una afirmación, es la realidad. Por eso El Sol quiere que conozcan parte de su vida y se enorgullezcan de tener un vecino con una profesión tan única y original, que es casi imposible no valorarlo. El Sol: Concretamente ¿Cuál es su profesión y cómo fue su aprendizaje? Alberto Selvaggi: Soy relojero de relojes grandes. Trabajé con piezas chicas desde los 15 a los 25 años y después relojería doméstica. Como todo, se aprende. Por suerte tuve buenos maestros, pero también leí muchos libros. Tengo una biblioteca de 350 volúmenes solo de relojería. ¿Por qué se inclinó por los grandes? Casi por una cuestión estética, porque en esa época los relojeros usaban la lupa en un ojo y esto hacía que quedara fijo e inanimado, solo movían el otro. Yo no quería que me quedara así para siempre, por ese motivo elegí los grandes. De cualquier manera el arreglo de los relojes de torre era por gusto, porque sabía que eso no daba para vivir. Para sostenerme económicamente arreglaba relojes de pared o los de pie, los que tenían en los domicilios; la relojería doméstica. La otra era un placer. No me atraen los relojes chicos, los otros tienen ingenio, siempre aparece algo nuevo. En la relojería chica hay mucha repetición. ¿El arreglo de los relojes grandes es igual que la de los pequeños? La relojería pequeña tiene principios completamente distintos porque los grandes tienen una historia de 500 años de relojería, es mucho más amplia teniendo en cuenta que la de los más pequeños, los que me llegan, su antigüedad es de no más de 150 años. ¿Y su técnica es similar en el mundo? No, estuve en Inglaterra muchas veces. Llegué a ser miembro de la Sociedad de Relojeros que es una institución de 160 años que se dedica a la difusión del arte de la relojería y su historia. Hay reuniones, congresos, foros, simposios de todos los socios y tiene una sede con una colección fabulosa de relojes; cuando encontraban algo curioso -no valioso- al morir lo dejaban en la institución, para que se conocieran las obras más extrañas, piezas únicas fuera de serie que alguien encargó. Un objeto curioso, piezas raras. Y eso es hasta hoy. ¿Cuál es el más antiguo de la ciudad y el más difícil de reparar? El de la iglesia del Pilar y no son todos iguales pero hay un esquema que se va repitiendo, aunque el sistema de ingeniería va avanzando. Cuando uno ve el Big Ben y observa lo que se hacía antes, es el sumun de la ingeniería en

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Alberto Selvaggi, horólogo

Un Maestro en lo suyo

Selvaggi en el bar Clásico, durante la entrevista

1850. En comparación, el de la Torre de los Ingleses tiene 70 años de progreso. ¿Desde cuándo hace el mantenimiento del reloj de la Legislatura? Hace 26 años. Mi tarea es que funcione el reloj grande y los otros 32 -antes eran 80, pero con la reforma algunos ya no están- que él comanda eléctricamente: en Presidencia, en la sala del recinto, los pasillos… Entré porque me llamó el arquitecto que dirigía las reformas del edificio -de apellido Gonzalo-, para proponerme que me dedicara -de por vida- al reloj de la torre, que no funcionaba. Y agre-

reloj del nuevo edificio no funcionaba. Me volvieron a convocar, a preguntarme cuánto cobraba y me ofrecieron $650 ¡Menos aún! Acepté y les dije: porque ustedes van a pasar y yo voy a quedar. Y así fue. ¿Cómo cree que se “despertó” su profesión? No sé si es por esto, pero recuerdo que cuando era muy chico mi papá -empleado administrativo ferroviario- tenía dos obsesiones: una, que supiera la hora antes de leer y escribir y luego que supiera leer y escribir antes de ir

Es Miembro Honorífico del British Horological Institute y de la Antiquarian Horological Society gó: “Porque sé que usted es el que más sabe”. Me sorprendió que tuviera armado todo un expediente con mi nombre en la tapa, donde estaban todos mis antecedentes profesionales. No duró mucho tiempo, era xilógrafo, músico, una persona con mucho vuelo para ese lugar. Lo siguió otro profesional con un perfil parecido que, cuando empezó la obra, me llamó y me dijo que quería que mientras durara la misma el reloj debía funcionar. Me preguntó cuánto ganaba, le dije $950 y me ofreció un contrato por $900 para que no dijeran que hubo acomodo. Estuve dos años hasta que entregó el edificio reciclado y las nuevas autoridades de ese momento me comunicaron que no necesitaban mis servicios. Me fui y el reloj se paró a la semana porque necesita mantenimiento. Entonces, salió una editorial en La Nación diciendo cómo el

al colegio. Entonces, a las bandejas de cartón de las tortas le ponía dos agujas -también de cartón- agarradas con una chinche y armaba un reloj. Luego dibujaba los números y, de esa manera, me enseñó a leer la hora. Cuando íbamos de visita, hacía que mostrara a todos mi habilidad. Pero mi pasión eran las campanas. Por su sonido y su magnificencia. Mi padre se ocupó de conseguir una de origen chino, pequeña, para que -por lo menos- tuviera alguna. También me llevaba a la iglesia de Nuestra Señora de los Buenos Aires, donde había un juego enorme de campanas en la torre; pero no podía verlas de cerca. Recuerdo que alrededor de los 10 años, un domingo, fuimos a la Torre de los Ingleses, subimos con el ascensor y arriba -donde está el recinto del reloj- se asomaban el péndulo y las pesas. Cuan-

do vi el péndulo gigantesco, dije: “Yo quiero hacer esto”. Estaba fascinado. ¿Y luego, cómo aprendió? Un tío era amigo del Ing. José Luis Delpini quien proyectó y construyó -en 1934- el Mercado de Abasto y me dijo que fuera a verlo porque era socio de Escasany (dueño de la más importante joyería y relojería del país). Él me recomendó no entrar ahí -porque no iba a aprender nada- sino buscar maestros para que los indague. Y tenía razón, porque ya trabajaba arreglando relojes… pero me interesaba otra cosa: la mecánica de los grandes relojes. Un tallerista que trabajaba con una relojería del centro me mandó a ver a un maestro, Nicanor Insúa (todavía tengo relación con su nieto que sigue con la relojería). Me tomó como cadete, era muy callado y cuando le preguntaba algo me decía “¿Cómo, no sabe hacer esto?” Y me indicaba. Cuando me mandaba a comprar alguna pieza iba a un negocio en la calle Libertad que vendía repuestos, cuyo dueño era austríaco -Rodolfo Kopp- y sabía de música, geometría, matemática; como un Paenza de esa época. Era muy interesante escucharlo. Un tipo increíble. Al señor Negré, dueño de la relojería donde estaba Insúa, en realidad no le interesaba continuar su heredad. En el sótano tenía relojes abandonados, libros, catálogos… le dijo a Insúa que se llevara lo que quisiera y él me lo ofreció a mí. Empecé a juntar repuestos y esas cosas… entonces me cuestionó: “¿Qué se lleva, chatarra? No, llévese las revistas, los catálogos… que eso es conocimiento”. Así hice y mi mamá -como eran muchas- me dijo que le sacara la publicidad, dejara lo que sirviera y, entonces, guardé toda la información… ¿Cómo es la historia de los relojes? De la relojería mecánica, porque antes había de sombra y de agua. La única certeza que hay es alrededor de principios del 1300, pero de poco tamaño, después los van agrandando. No es que nace de un día para el otro, hay una evolución, una necesidad. Empieza en las iglesias; para las oraciones, un monje -custodio del reloj- marcaba los tiempos, porque durante la noche todos debían levantarse para rezar. De día se manejaban con un reloj de agua, que iba descendiendo y marcado con una aguja el paso del tiempo y de noche con relojes de vela, haciendo rayas calculando cuánto consumía de una raya a otra. Era una gran responsabilidad… Sí, era un cargo muy especial, porque se podía dormir y si no hacían la oración caían en pecado. Entonces se les ocurrió hacer un dispositivo muy elemental dividiendo el tiempo en lapsos cortos, donde sonara una campana por si se dormía el encargado. Luego imaginaron automatizar ese sistema, para que toque directamente una campana grande y con marcha muy corta -de 2/3 horas- que era los tiempos que necesitaban para hacer la oración. Así, los construyeron más grandes. Hasta ese momento no se habla de indicación de


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la hora, por eso muchos relojes en Europa no tienen cuadrante. La máquina suena, pero no marca el horario. Hay que tener en cuenta que la gente era analfabeta, escuchaba pero no sabía leer los números. Por otro lado, eran los tiempos de rezo y en cada congregación eran diferentes.

1730 y lo hizo el maestro relojero inglés Thomas Windmills. La curiosidad es que no se conocía ningún reloj de torre echo por él y este tiene su chapa o sea la firma. Sé que los relojes no lo hacían directamente los que firmaban, sino especialista herreros y aquellos ponían su nombre.

Imagino que no abundaban estos enormes relojes… Primero estaban en las iglesias, pero luego cada ayuntamiento quería impresionar a los vecinos con un reloj y allí comienza la competencia, lo que provoca su desarrollo. Aparece el reloj de Praga (1410) que tiene todo para deslumbrar: da la hora, representa las órbitas del sol y la luna, los signos zodiacales… Y luego la torre del reloj de los moros en la Plaza de San Marcos en Venecia (1499), con toda su historia.

¿Quién lo trajo? No se sabe, algunos dicen que está desde que se levantó la iglesia, pero hay

Y aquí ¿Cuál destacaría? Al de la legislatura le tengo cariño porque -como dije- hace 26 años que lo mantengo. Hay que saber para hacer el mantenimiento, porque suceden cosas que van produciendo problemas. Por ejemplo el engranaje agarra a una paloma que entró o una gotera comienza a oxidar alguna pieza. Todo lo hago yo, desde la parte eléctrica -porque es electromecánico, data de 85 añoshasta cualquier detalle. El que me parece maravilloso que exista, en un lugar donde se desprecia todo, es el de la Iglesia del Pilar. Es de

Selvaggi fue declarado, en 2003, Patrimonio Vivo de la Ciudad ¿Cómo surgió esa inquietud? Fue una idea de la Arq. Silvia Fajre que se inspiró en la cultura japonesa donde hay un grupo de maestros que son los encargados, por obligación moral, de transmitir sus conocimientos. Tienen la posibilidad de saludar al maestro y el derecho a hacerle algunas preguntas puntuales de su especialidad. El maestro contesta y luego la persona usa ese co-

“Ofrecí charlas para que tengan el abc de la relojería grande, pero no les interesa”. grabados antiguos donde no se ve el reloj. Si es así, creo que fue instalado allí cuando inauguraron el cementerio de la Recoleta, ya que la curiosidad es que tiene números arábigos y ese tipo duró muy poco en los relojes de torre -1800/1820-. Por eso digo que lo trajeron de otro lado. Además, una parte está incompleta. Cuando lo colocaron le hicieron reformas, pero no lo restauraron. Hay detalles que indican que su instalación es de alrededor de 1820 no de 1730.

nocimiento y lo transmite. Es un grupo de más de 40 maestros que transfieren su sabiduría que, para ellos, es fundamental para su cultura, por ejemplo: cómo se poda un cerezo, cuál es la norma.

¿Quién arregla lo relojes de la ciudad? La Dirección de Mantenimiento del GCBA. Antes había 30 relojeros que iban por todas las iglesias, edificios públicos y los controlaban; ahora está muy reducida.

¿Qué repercusión tuvo eso en su vida profesional? Ninguna. Ya me lo había dicho Sarah Bianchi cuando nos nominaron: “No esperes nada, nadie nos va a preguntar nada”. Y así fue y sigue siendo. Es la-

¿Hubo algún otro nominado? Claro, los elegidos fuimos: Sarah Bianchi (docente, titiritera, directora de teatro, escritora); Luis Rodríguez (calesitero) y el Arq. Carlos Onetto (pionero de la restauración).

mentable porque soy el único que tiene el conocimiento de arreglar relojes grandes, los otros ya fallecieron. ¿Tiene alumnos? No, me guio un poco por la costumbre oriental, algunos han preguntado y le contesto pero todos los que preguntan es por una cuestión personal no para trabajar y no veo que haya ningún interés. ¿Cómo hacemos para que su conocimiento continúe? No sé, creo que no importa. Hay dos escuelas de relojería: en el Otto Krause y en el gremio de relojeros. Ofrecí charlas para que tengan el abc de la relojería grande, pero no les interesa. Hace 32 años que vive en Perú y Chile. Conoció al Arq. José María Peña en 1974 “y nos hicimos amigos, tanto que le busqué el departamento que luego habitó frente a la Biblioteca Nacional -México 564, CABA-”. Por eso le pregunto ¿Cómo ve al barrio? Y me contesta, apesadumbrado: “Veo que cada uno hace lo que quiere, no conocen el valor que tiene y si lo conocen, no lo respetan”. Alberto es un libro abierto. Cuando nos despedimos, dice: “Me alegro cuando veo relojes que vuelven a funcionar, luego de estar parados mucho tiempo, porque alguien los puso en marcha”. Texto y foto: Isabel Bláser


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Dónde retirar El Sol Feria de Antigüedades Plaza Dorrego Panadería Cosas Ricas Perú 1081/85 Restaurant Manolo Bolívar 1299 Librería Fedro Carlos Calvo 578 Ferretería San Juan Av. San Juan 574 Pizería La Moderna Humberto I° 699 Inmobiliaria Giesso Cochabamba 360 Di Mitrio Carlos Calvo 691 Mercado de San Telmo Puesto 54 - Granja Mharley y otros La Simbólica Carlos Calvo 708 Bar La Poesía Chile 502 Bar El Federal Carlos Calvo 599 Bar Hipopótamo Brasil y Defensa Pamela Biazzi Piedras 1055 Panadería y Confitería Europa Carlos Calvo 678 Club San Telmo Cochabamba 657 Peluquería Lito Cochabamba y Chacabuco Panadería Perú Perú 1217 Bicicletería Mila Av. Caseros 402 Museo Histórico

Nacional Defensa 1600 Comisaría 2º y 14 Perú al 1000 - Bolívar 1400 resp. Defensoría del Pueblo Defensa esq. Cochabamba Emaus Cochabamba 466 Confitería Ronzino Perú 640 Caburé México 620 MAMBA San Juan 300 Espacio Espinosa Chacabuco esq. Cochabamba Instituto Integral del Sud Defensa 1318 Escuela Nro. 4 Valentín Gómez Independencia 758 Escuela Guillermo Rawson Humberto Primo 343 Kioscos de Diarios: Carlos Calvo y Perú Piedras y Carlos Calvo Piedras y Chile Perú y México Defensa y Brasil Independencia y Piedras Carlos Calvo y Defensa Garay y Bolívar Humberto I y Bolívar Carlos Calvo y Chacabuco Brasil y Perú


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Día del Barrendero

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or una Ley aprobada por el Senado de la Nación en el año 2014, se instituyó el 14 de junio de cada año como: Día Nacional del Barrendero.

Por eso los vecinos le agradecemos a todos ellos, a través del señor Alberto Milagro Arias (ver foto), por su diaria tarea en las calles y veredas tan sucias del barrio lo que nos hace valorar cada vez más su trabajo. La fecha consignada, no fue elegida arbitrariamente sino en homenaje a Mauricio Silva, sacerdote barrendero de Villa Devoto, que el 14 de junio de 1977 -mientras cumplía con su trabajo en la esquina de Terrero y Magariños Cervantes, CABAfue detenido y conducido a la comisaría 41. A partir de ahí es un desaparecido, ya que no se supo más de él. Algunas personas dijeron haberlo visto terriblemente torturado e incluso en el Hospital Borda.

Ciclos de charlas abiertas

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n Mí Tío -Estados Unidos 389, CABA- empezamos ciclos de charlas, los últimos lunes de cada mes. Los temas serán propuestos por lxs vecinxs que participen.

La idea es invitar a personas del barrio, afines a la temática, para que nos puedan ayudar a pensar y debatir los diferentes matices de la misma. El objetivo principal es crear un espacio de encuentro vecinal de discusión y fortalecer los lazos para reconocernos. Foto: Nelly Dutoit

En el Centro Cultural Brasil-Argentina, sito en Belgrano 552, CABA (Tel. 5218-5494) se dictan Workshop abordando textos y producciones artísticas brasileñas de los últimos tiempos / Oficina de teatro - Dramatizando (respiración, voz y emoción, conexiones de sonidos); entre otros.

El 28 de mayo pasado se conversó sobre: Discriminación en el barrio, debido a un problema que surgió en un local de la zona. La próxima está prevista para el lunes 25 de junio a las 18hs.

¡Están invitadxs! Cecilia Calderón


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La vigencia de la fotografía

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mpecé a disfrutar de esta pasión por la fotografía cuando debía esperarlas para ver reflejado en papel el arte de hacer fotos. Con el paso del tiempo y el avance de la tecnología ahora a los pocos segundos o al instante, se tiene la posibilidad de ver la imagen. Este avance perjudicó a los laboratorios fotográficos, ya que la gente dejó de copiar masivamente sus fotos. Por otro lado, creció el auge por aprender a utilizar los dispositivos móviles, ya sea para guardar recuerdos de viajes, momentos de la vida cotidiana o por asuntos laborales.

El cambio tecnológico en este tema, apagó un poco la necesidad de hacer la copia en papel. Pero también nos ofrece no solo la posibilidad de ver la imagen al instante, sino compartir en redes sociales la cantidad de ellas que uno necesite y usar el archivo

ANTES

para duplicarlo cuanto queramos, sin perder calidad. Gracias a toda esta información que tenemos en imágenes la fotografía, como arte, sigue despertando inquietud por aprender a hacer o a mejorar nuestras imágenes y, de algún modo, poder recuperar ese mundo que parecía perdido, como ser: el copiar la imagen en papel para visualizarla detalladamente y poder mejorar la toma. Esto lleva a que todavía haya gente que se interese en aprender las técnicas de la fotografía, por lo que sigue siendo el oficio con más matrícula de inscripciones en la ciudad. Espero no equivocarme en esta reflexión, pero creo que contaremos con el arte de la fotografía por muchos años más... Y que sean más de cien, como lo es la garantía de la copia en papel. Rubén Paredes Reportero gráfico -Instructor de fotografía.

Buscando la foto del mes

Foto: Inés Acosta

Agradecemos a Andrea Castro e Inés Acosta por enviarnos sus fotos, desinteresadamente.

Foto: Andrea Castro

S

ol invita a estudiantes de fotografía y vecinos en general, a enviarnos –desinteresadamente- sus fotos de personajes y/o lugares del barrio, para ser publicadas en sus páginas/ web. El único requisito es que sean tomadas en San Telmo. Todo lo demás será bienvenido: color o blanco y negro, hechas con cámaras -digitales o antiguas- o con celulares. La que resulte seleccionada se publicará en el periódico con su respectivo crédito. Los interesados pueden enviar sus fotos a elsol.desantelmo@yahoo. com.ar Las esperamos para que el resto de los vecinos-amigos disfruten viendo las mismas calles del barrio, a través de la “mirada” de otro.

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i bien nos enteramos que allí pondrían un supermercado, hablamos con el nuevo dueño y le pedimos que por favor dejara el mural; le contamos que atraía mucha gente y que formaba parte de nuestra cuadra y nuestra historia barrial; también le explicamos que San Telmo es un barrio con gran valor artístico que suele expresarse en sus calles. Hasta último momento, antes de la inauguración, habían dejado una gran parte del mural y pensamos que habían comprendido y se habían copado, pero un día nos levantamos y habían pintado toda la fachada de blanco. Pasó una semana y algo nos sorprendió, era una inscripción en la pared blanca preguntando por el mural, evidentemente no éramos los únicos que queríamos conservarlo”; dice una vecina de la cuadra. El mural de la calle Balcarce al 900 llamado “Lo Natural” se hizo en el 2015 en el marco de la movida “Cultura Alerta”. Un sábado por la tarde, en muchos rincones del país, se desarrollaron diferentes intervenciones artísticas callejeras al mismo tiempo. En San Telmo la actividad se hizo en torno a la pintada de un mural que realizó el artista Nicolás Valeiras junto a vecinos y otros artistas que participaron. Ese día también hubo música, mate, charla y risas junto al mural que se convirtió en una especie de fogón de vecinxs. Los dos granjeros con sus manos abiertas ofreciendo los frutos de la tierra fueron, por un buen tiempo, la huella de un encuentro. Texto y fotos: Cecilia Calderón

DESPUÉS

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Los Croquiseros Urbanos en el Parque Lezama

La Arq. Andrea Saler, integrante del grupo, previamente se comunicó con la República de San Telmo para anunciar la visita, manifestando que los Croquiseros es un movimiento de arquitectos que busca concientizar a los habitantes del lugar sobre la importancia de preservar y cuidar los frentes edilicios, porque es lo que caracteriza a cada barrio. Las obras fueron expuestas ante un público masivo que hizo su aporte con relación a ciertos detalles y la República de San Telmo distinguió al grupo -a través del Arq. Adhemar Orellana Riojapor su visita y el trabajo realizado. Néstor Sacchi

Fotos: Néstor Sacchi / Andrea Saler

l 12 de mayo pasado, a partir de las 14 horas, estuvieron en el Parque Lezama más de 20 arquitectos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) realizando croquis (rough, en lápiz, tinta o pincel) de los frentes de las casas y edificios más emblemáticos del Casco Histórico.


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