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La muerte del portentoso “coronel” José Baudilio Guillermo Flores
EL ORIGEN. En 1517, el dominico Fray Bartolomé de las Casas, encomendero arrepentido, tuvo mucha lastima de los indios (tainos), que fallecían laborando en los pavorosos infiernos de las minas de oro antillanas y propuso a su Majestad Carlos V la importación de negros, procedentes de Camerún, Nigeria y Ghana, para que, en lugar de los indios, fallecieran laborando en los pavorosos infiernos de las minas de oro antillanas. Más de 12 millones de esclavos cruzaron las tenebrosas “puertas de no retorno” situadas desde la isla de Goree, en Senegal, hasta el puerto de Cape Coast, en Ghana, entre 1525 y 1866. Nunca regresaron. A la piedad del fraile dominico, debemos múltiples hechos: Los blues de Handy, la trompeta de Louis Armstrong, el jazz de Duke Ellington y Thelonious Monk, la grandeza de Abraham Lincoln, el medio millón de muertos de la Guerra de Secesión, la reencarnación de Napoleón en la figura del General Touissaint Louverture, la cruz y la serpien- te, la sangre en el machete del “papaloi” y la crueldad de los Tonton Macoute, en Haití, el candombe uruguayo, el candomblé de Bahía y la magnífica existencia del “Coronel” Jose Baudilio GUILLERMO Flores en Guatemala. A media mañana, el 12 de marzo de 1748, en el barroco baptisterio de la Iglesia Católica de San Jerónimo Verapaz, cómo era la usanza de la época, entre humo de candelas y olor a incienso, en la soledad de la Fe, otro fraile dominico practicaba los exorcismos, ponía los óleos y bautizaba solemnemente a JUAN DE DIOS GUILLERMO DE LA TRINIDAD, hijo de Martin Guillermo (español y hombre libre) y una escultural mulata de origen jamaiquino, esclava, hija de la diáspora africana, bautizada María de Trinidad. “Nació a ocho del mes” reza la partida de nacimiento del apellido GUILLERMO, en Guatemala. Los antepasados de Martin Guillermo, recorrieron Europa a pie, durante las cruzadas, matando infieles y convirtiendo a los caballeros en terratenientes y banqueros, siendo el más ilustre de ellos, Guillaume quien tomó parte en la primera cruzada a las órdenes de Godofredo de Bouillon. Siglos después, una rama de esta familia se estableció en diversos lugares de España, así como en Cataluña y las islas Canarias. A mediados del siglo XVIII (1700 ‘s), huyendo quien sabe de qué infortunio, persiguiendo quien sabe que amor o simplemente buscando fortuna y nuevos horizontes, Martin Guillermo puso por primera vez un pie en Guatemala. No volvería a España, al igual que los millones de esclavos que cruzaron las puertas de no retorno.
Maria de la Trinidad, bautizada así, con “nombre de santo y apellido” fue una de los setecientos esclavas traídos por los frailes dominicos para montar el primer ingenio de azúcar en el Reino de Guatemala, a mediados del siglo XVI, en la Hacienda San Jerónimo en Baja Verapaz. Carlos V había escuchado el piadoso consejo de Bartolomé de las Casas y en lugar de los indios, los negros se extenuaban y morían en el laborioso trapiche. En el caso de las mujeres, eran enviadas, después de un corto paso por las iglesias, a las “casas grandes” de los importantes de la época. La Iglesia como terrateniente, dueña de esclavos y encomendera.
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Para el siglo XVII, el trapiche contaba con trabajadores españoles, dominicanos y jamaiquinos. Entre los españoles, contratados como peones y mayordomos, se encontraba Martin Guillermo. Martin y María, amor con olor a licor, sudor y caña. ‘Ebony and Ivory’. Matrimonio cuyo septanieto fue Jose Baudilio Guillermo Flores, habiendo nacido el 3 de febrero de 1927, en Senahu, Baja Verapaz. Hijo del Coronel Juan de Dios Guillermo Chavarría y de Marcolfa Flores. Su tía Wilfreda López Flores fue la primera mujer grabadora de Guatemala, creadora de personajes míticos abigarrados disruptivos y abrumadores.
EL HOMBRE. En 1934, Ubico reconoció al padre de Baudilio Guillermo Flores, cuando el Coronel Guillermo Chavarría era Comandante de Armas de las Verapaces, el dictador llegó de gira a San Cristóbal Verapaz, conduciendo su Harley Davidson; de inmediato le increpó haberlo pateado cuando llego de nuevo a la Politécnica, sus destinos se volvían a cruzar. Durante los próximos 13 años, el coronel vivió de la mano del desempleo. En 1940, Ubico mandó a torturar y fusilar a su medio hermano Adán Flores Kress por ser parte del olvidado complot de “Los 13 Sargentos” para derrocarlo. Víctima colateral de la dictadura ubiquista, Baudilio Guillermo, tercero de doce hermanos, no tuvo más remedio que recurrir a su ingenio, sagacidad e inteligencia para sobrevivir y salir adelante en la vida.
Bueno para los números y necesitado de trabajo, aprendió contabilidad en una noche, de 7.00 pm a 3.30 am, de la mano de su pariente, Francis Castellanos, concluyendo en la madrugada los libros de cierre de cuentas, pérdidas y ganancias. Aprendió a escribir en una máquina de escribir ”Royal” que compro usada en el mercado Colón por Q 8.00, cinta nueva incluida y un viejo manual; estudiaba de noche en el Instituto Nocturno Nacional Central para Varones y cursaba 2do. básico cuando conoció a quien seria su primera esposa y a quien siempre amo.
De traje formal y portafolio de cuero, elaborado por el mismo, conoció de su futura esposa, María Emma de León Arévalo, prima en segundo grado del Presidente Arévalo Bermejo, bella y noble profesora, quien al verlo serio y bien vestido pensó que era el director de la escuela. De su boda (mayo 1950) guardaban la original vajilla inglesa, marca “Regal”, que el entonces Presidente les regaló, así como un juego de cubiertos de plata.
Durante las administraciones de Arévalo, Árbenz, Peralta Azurdia hasta Méndez Montenegro, hombre trabajador, Baudilio Guillermo trabajó como conserje del Procurador General de Fincas Nacionales, oficial mecanógrafo de la Inspección General de Fincas Nacionales, tenedor de libros de la Finca Montelimar en Malacatán San Marcos, liquidador de fincas nacionales del Instituto Nacional de Fomento de la Producción, Administrador de la finca Chimax en Alta Verapaz, jefe de la Contraloría General de los almacenes de maíz del Estado, auditor del Ministerio de Hacienda, Administrador de Rentas y Aduanas en San Marcos y Quiché, culminando su carrera como encargado de proyecto de riego del valle de San Jerónimo Verapaz, con 800 hombres bajo su mando. El retorno a las raíces de sus antepasados. Enamorado, en 1969 se fue a Chicago, legalmente. Retornó a principios de los años 80, a ver a su familia y a regalarle un sombrero a Lucas García, su paisano, pero ya no pudo salir por vía aérea porque no le renovaron su visa. Después del tercer intento, cruzó el desierto de Sonora, bebió agua de las piedras, expió sus pecados, se disfrazó de “coronel” portorriqueño y se aprendió de memoria el himno de México. Regresó a Guatemala definitivamente en 1997 como ciudadano norteamericano y como republicano, a contar su historia. Reagan lo amnistió.
Audaz, seguro de sí mismo, inteligente, sagaz, bien plantado y bien planchado, robusto, de rostro varonil, mirada inquisidora y piel oscura, Don Baudillio, vivió y murió en su ley. Hombre de fuerte carácter, fino bebedor de whiskey, bailarín consumado, contumaz enamorado, atento seguidor de la política nacional e internacional, gran contador de sus propias e innumerables anécdotas, querido por vecinos, amigos y coterráneos, murió a sus 96 años, traicionado por su propio corazón aventurero, murió lúcido, sin guardar cama después de que le instalaran un Marcapaso transcutáneo. Tuvo muerte de Santo. Cuatro días antes de su muerte, celebramos su cumpleaños con una botella de etiqueta negra, ‘sherry finish’.
Su mejor herencia, su hijo varón Erwin Guillermo, uno de los máximos exponentes de la plástica contemporánea en Centroamérica, inverosímil mago del color y de la forma, y una de sus hijas mujeres, la doctora Emma Patricia Guillermo de León de Chea, reconocida abogada del foro nacional, a quien, sin ser abogado, siempre aconsejo con muy buen tino.
Genealogía e historia, misterio y olvido, verdad y mentira se conjugan en el origen y raíces de los más de dos mil descendientes de Martin Guillermo y Juan De dios Guillermo de La Trinidad, confiriéndole a la familia Guillermo un mágico parecido que solo tienen, en el Macondo literario, los míticos descendientes de otro coronel, el coronel Aureliano Buendía.
Genealogía e historia, misterio y olvido, verdad y mentira se conjugan en el origen y raíces de más de dos mil descendientes de Martin Guillermo y Juan De dios Guillermo de La Trinidad confiriéndole a la familia Guillermo un mágico parecido que solo tienen, en la América Latina literaria, los míticos descendientes del Coronel Aureliano Buendía.