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Redes electorales (Parte II)
ASÍ QUE LO QUE ES TENDENCIA EN REDES Y LO QUE SE DISCUTE ALLÍ NO NECESARIAMENTE MARCA EL INTERÉS NACIONAL. EN OTRAS PALABRAS, UN CANDIDATO QUE SEA VIRAL EN TIK TOK Y QUE TUITEE MUCHO, NO TIENE UNAS ELECCIONES GANADAS.
De más está decir que una de los protagonistas para estas elecciones serán las redes sociales y plataformas digitales. En la columna anterior destacamos algunas ventajas de la utilización de estas plataformas y en esta columna, veremos algunas desventajas, siempre desde la perspectiva de la comunicación política:
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Creación de realidad ficticias
Es importante recordarnos un principio que es obvio y que paradójicamente olvidamos con facilidad: no necesariamente lo que pasa en redes es importante fuera ni todo el electorado está en las redes sociales. ¿Sabe cuántos usuarios empadronados hay en Twitter? ¿Y en Tik Tok? No tengo el dato, pero hago una apuesta que invito a cualquier lector a refutar: una sorprendente minoría. Partamos de que las redes sociales suelen ser más utilizadas por públicos jóvenes y genera- ciones de centennials y millennials (que abarcan a la población que tiene ahora mismo entre 16 y 35 años). Analizando a ese grupo de la población, sepa que el TSE contabilizaba hasta principios de este año a 17,907 mujeres afiliadas entre los 18 y 25 años, y a 9,594 hombres. Ahora bien, las mujeres afiliadas de 26 a 30 años sumaban 45,599 y los hombres 23,549. Subirán estos datos en los próximos meses, pero con este clima electoral, no esperen milagros de empadronamiento ni participación.
Entonces, no todos los ciudadanos aptos para votar están empadronados y no todos los que lo están, votan. De hecho, es la minoría la que vota. En las elecciones pasadas, la abstención alcanzó el 61,41% para la elección presidencial. Solo votaron poco más de 2 millones de personas en este país de 17 millones, de acuerdo con los datos extraídos del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica en su informe electoral de 2019.
Además, rescato un dato importante: el porcentaje de afiliados a partidos políticos por rangos de edad de 18 a 25 años únicamente representan el 3% de la población más joven, en tanto, los de 26 a 30 años muestran un 8%, según datos extraídos de la publicación del medio La Hora. Si es que sucediera que los afiliados son fieles y votan siempre a sus partidos —cosa que tampoco pasa—, ni siquiera estos votos son suficientes para ganar una elección. Ahora imagine que tenemos casi 30 partidos…
Eduardo Antonio Vel Squez Carrera
Ilegalidades
CORRESPONDE AL CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO”.
Parte de hechos los hechos señalados y que ocurrieron en el Parque de La Industria, constan en el informe del consejero, Decano de la Facultad de Odontología, Kenneth Roderico Pineda Palacios, Coordinador de la Comisión Observadora, nombrada por el CSU del cual se desprenden hechos que hacen imperiosa la revisión de la elección realizada el 14 de mayo de 2022. Toda vez que afirma: “siendo las 8:30 me dirigí caminando al Parque de la Industria observando que era imposible la entrada por la puerta 4 (…)” la negrita es del articulista. Corroborando lo que han denunciado otros electores y varias personas: que era imposible la entrada por la puerta 4. Luego agrega: “por lo que me llamaron para indicarme que podría entrar en la puerta 1 por la cual ingresé (…)” dando evidencia que él fue llamado y recibió instrucciones para poder ingresar al recinto de la elección, es decir, que a personas seleccionadas se les dio instrucciones por teléfono para que pudieran ingresar. Esta es la explicación del porqué un sector de los electores ingresó y que quienes no recibieron esa llamada, no lo pudieron hacer. Tan solo estas dos afirmaciones del doctor Pineda Palacios, en su calidad de Coordinador de la citada comisión, eran suficientes para que el CSU revisara de oficio la elección. Y, aunque su obligación legal como comisionado era hacer la denuncia pública de esas anomalías que él constató, en el momento en que el Cuerpo Electoral Universitario inició la elección y al no hacerlo, consintió en que esa se hiciese pese a la existencia de esas graves anomalías, que se ignora porque ocultó y no denunció, al menos debió haberlas denunciado con premura al pleno del CSU y no como lo hizo, con posterioridad, incumpliendo los deberes implícitos a su función de observador y acompañante. Existen fundamentos de derecho, con relación de la potestad y legitimación del Consejo Superior Universitario para revisar la elección del rector realizada y ampliamente cuestionada. El artículo 24 de la Ley Orgánica de la Usac, manda como atribuciones y deberes del Consejo Superior Universitario, entre otros, en su literal k): Velar por la observancia de la ley y los estatutos universitarios. Igual obligación le impone el Estatuto de la Universidad de San Carlos de Guatemala (nacional y autónoma), al regular en el artículo 11: “El consejo Superior Universitario tiene las siguientes atribuciones: (…) y también el I) Velar por la observancia de la ley y de los presentes estatutos.
CARLOS A. DUMOIS
Gobernando al director
¿CÓMO CONVENCEMOS A UN DIRECTIVO QUE SE RESISTE A MOVERNOS HACIA EL NUEVO RUMBO QUE QUEREMOS?
Hemos trabajado con este empresario por un par de años. Los logros son relevantes. Se ha rediseñado la fórmula de negocio de una de sus empresas. En ella el Director General es un profesional muy comprometido que administra la compañía apasionadamente. Nuestro cliente le tiene plena confianza y le ha dado mucha autonomía para manejarla.
También se hizo una reestructura completa de su Consejo de Administración y se integró un nuevo equipo de consejeros. Ellos están asimilando con mucho interés las particularidades de esta empresa, pero aún no comprenden plenamente la naciente visión que tiene el empresario.
La nueva fórmula de negocio tiene un enfoque distinto al anterior, aunque sigue alineada con el propósito de la organización y sus valores. Pero el Director General no acaba de digerirla y se deja llevar por la inercia de los criterios y prácticas que desde antes se manejaban.
La verdad es que este directivo no ha terminado de comprar el cambio y se resiste a implementarlo. Por ejemplo, el presupuesto del año está sin autorizarse, pues su orientación continua enfocada a seguir invirtiendo, generando ingresos y gastando de la misma forma como tradicionalmente se ha hecho.
Los nuevos consejeros tienen una gran capacidad de aportar sus conocimientos y relaciones para apoyar al Presidente, pero este no ha tenido tiempo de hacer el trabajo visionario para enlistarlos en su nueva perspectiva de futuro. Parece ser que le tiene muy ocupado otra de sus compañías que trae un gran impulso de crecimiento. Es complicado suplir al empresario en el ejercicio del rol más relevante, que sin duda es el ejercicio del liderazgo de Dueñez. Se ha hablado de buscar y contratar a un Vicepresidente del Consejo, que ayude a traducir la visión y decisiones estratégicas en acciones concretas que implemente el Director General. No sé si esto pueda funcionar.
A veces pensamos que en el fondo tenemos a un gran ejecutivo tan aferrado a la fórmula de negocio original que se muestra desconectado con la nueva visión del empresario. ¿Qué le falta a esta mancuerna para que funcione?
Aunque para definir el futuro necesitamos dialogar con el director, a final de cuentas es la definición del dueño la que ha de prevalecer. Si quien opera el negocio se aferra al pasado, hay dos quehaceres consecuentes: primero trabajar a fondo en el diálogo para llegar a acuerdos específicos respecto a lo que procede hacer. Segundo definir si ese directivo sigue siendo el adecuado para hacer realidad la nueva fórmula de negocio.