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ADN
LO QUE NOS HACE ÚNICOS COMO ESPECIE
(DESDE EL PUNTO DE VISTA ALIMENTARIO)
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esde el origen del Homo sapiens hace unos 200.000 años hasta nuestro presente, la evolución en la forma de alimentarse de los seres humanos ha condicionado nuestra propia evolución como especie. Principalmente desde nuestros orígenes como sociedades cazadoras-recolectoras hasta el desarrollo de la agricultura y la ganadería hace unos 11.000 años, los cambios en la forma de conseguir el alimento y la forma de alimentarse han supuesto grandes hitos que nos han llevado al aumento de la población y nuestra organización en grandes centros urbanos. Las evidencias sugieren que aspectos como el consumo de carne, o el hecho de cultivar y compartir la comida están relacionados con nuestro éxito como especie. Pero es la capacidad de procesar los alimentos, el hecho de cocinar los alimentos, la que nos hace únicos desde un punto de vista alimentario. Este transcendental cambio está asociado, además, a una adaptación de esta dieta con una reducción del tamaño de la dentadura y de la longitud del intestino respecto a los primates. A partir de este punto, la evolución en cuanto a los aspectos nutricionales ha dependido más de los alimentos disponibles en el entorno y su aprovechamiento y reparto socio-económico que de ningún otro factor. Actualmente, nuestra alimentación se aleja del diseño evolutivo, al no estar sincronizada con nuestros requerimientos genéticos. Los genes que actualmente controlan nuestros procesos vitales son esencialmente los mismos que los de nuestros
ancestros pero con una alimentación muy diferente. Si proporcionamos a esos genes compuestos extraños, nutrientes en proporciones inadecuadas, los genes y las rutas metabólicas que ellos controlan no funcionarán bien y ocasionarán enfermedades. Por eso cuanto mas se aleje nuestra alimentación de aquella a la que se acomodaron nuestros ancestros mas susceptibles seremos a las enfermedades crónicas degenerativas, principal causa de
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mortalidad en los países desarrollados. Hay cinco desajustes alimentarios en los países desarrollados que inciden de manera especial sobre una expresión incorrecta de los genes ahorradores paleolíticos: exceso de energía, abuso de hidratos de carbono simples (azúcares), baja ingesta de fibra, exceso de grasa saturada y de grasas trans y presencia de contaminantes químicos en los alimentos. Resulta sorprendente que en países desarrollados con niveles