200 Cuatro décadas de municipalismo en Castilla y León
marzo de 2019 EL NORTE DE CASTILLA
SEGOVIA
Casa de Infantes, a principios de los ochenta. Hoy acoge el Parador de Turismo de La Granja. A la derecha, Casa Consistorial de El Espinar.
V
amos a luchar con toda energía y sin reservas de ningún tipo, para que se abandone, de una vez por todas, una concepción del Estado que quiere comprenderlo todo y llegar a todas partes. El autogobierno, vigoroso y eficaz, de las comunidades locales, en todos sus niveles, es el mejor y más directo procedimiento para fortalecer todo el orden político democrático, al permitir la participación ciudadana en el núcleo mismo de la vida colectiva y comunitaria, que es el municipio y, por extensión, la provincia y su Diputación». Rafael de las Heras Mateo (UCD) tomó posesión de su cargo como presidente de la Diputación de Segovia el 26 de abril de 1979. Su discurso fue una encendida defensa del municipalismo, del autogobierno y de la participación del ciudadano en la gestión pública de su ciudad, de su pueblo. Sus palabras, hoy, no suenan demasiado lejanas porque siguen estando de actualidad, pero, por aquel entonces, la de Segovia era una provincia que estaba por hacer. Solo unos días antes, los segovianos habían otorgado en las urnas una contundente victoria al partido de Adolfo Suárez, gobernador civil de Segovia entre los años 1968 y 1969. La UCD obtuvo en la provincia 953 concejales de los aproximadamente 1.300 que componían los ayuntamientos. Los centristas iban, pues, a controlar 170 alcaldías, incluida la de Segovia. En segundo lugar quedaron los candidatos independientes, con 148 concejales, y el PSOE ocupó la tercera posición, con 123 ediles. Los ucedistas lograron hacerse con las alcaldías de Cuéllar (Luis Zarzuela González), Riaza (Mariano Jesús Ramos Martín), El Espinar (Jaime García Rodrigo), Nava de la Asunción (Serviliano García de Castro), Ayllón (Félix Buquerín), Carbonero el
Diputación de Segovia
La ilusión de levantar una provincia Con los planes provinciales y otros recursos, la Diputación de Segovia ha ido dotando de infraestructuras básicas a un territorio anclado en el pasado HABITANTES
SUPERFICIE
PERSONAS A 1/1/2018
kilómetros cuadrados
153.342
6.920,65
PRESUPUESTO 1979
PRESUPUESTO 2019
millones de euros (734.610.000 millones de pesetas)
euros
CORPORACIÓN ACTUAL
cía Esteban, José Antonio García Gil, Jesús García Pastor, Antonio Sanz García, Rafael Fernández Martín. PSOE: Alberto Serna Barrero (portavoz), Jesús Yubero Fuentes, Máximo Sanz Macario de Diego, Borja Lavandera Alonso, Gloria Hernando Luciáñez, José
4,4
Francisco Vázquez (presidente, del PP). Partido Popular: Miguel Ángel de Vicente, José Luis Sanz Merino (portavoz), Sara Dueñas Herranz, Jaime Pérez Esteban, Magdalena Rodríguez Gómez, Óscar Moral Sanz, Dionisio Gar-
58.275.000
Antonio Mateo Otero, José Luis Vázquez Fernández, Concepción Rubio Alonso, Carlos Fraile de Benito y Yolanda Torrego Llorente. Centrados en Segovia: Juan Ángel Ruiz Martínez (portavoz). Diputada no adscrita: María Cuesta Rodríguez (portavoz). Presidentes desde 1979. Rafael de las Heras (UCD/PDP: 1979-1987), Javier Reguera (PSOE: 1987-1991), Atilano Soto (PP: 1991-2003), Javier Santamaría (PP: 2003-2011) y Francisco Vázquez (PP, desde 2011).
Mayor (Segundo López Llorente), Turégano (Agapito Torrego Cuerdo), Aguilafuente (Ricardo Casado González), Cabezuela (Manuel Sanz Gil) o Fuentepelayo (Emiliano Zamora), mientras que los independientes se impusieron en San Ildefonso (Luis Erik Clavería), Cantalejo (Manuel Agudíez) y Santa María la Real de Nieva (Carmen Muñoz) y el PSOE en Cantimpalos (Pedro Matarranz). La campaña para las elecciones del 3 de abril de 1979 permitió a los candidatos recorrer todos los pueblos de la provincia y conocer, de primera mano y con crudeza, las necesidades, preocupaciones e incluso miedos de los vecinos de una tierra dejada de la mano de Dios (o mejor dicho, del régimen). La falta de abastecimiento de agua, de pavimentaciones, de alumbrado público, de instalaciones deportivas y culturales... o el estado, casi ruinoso, de muchas casas consistoriales, dibujaban un panorama desolador que los alcaldes y concejales que habían de salir de las urnas debían acometer con buenas dosis de paciencia y ganas, muchas ganas. No era muy distinta la situación a la que se enfrentaban los diputados provinciales que integraban la primera corporación provincial de la recién nacida democracia: mal estado de la red de carreteras, mala o inexistente posibilidad de comunicación telefónica, una red asistencial deficiente, con una mezcla, en sus centros, de problemas sociales de todo tipo: enfermos psíquicos, ancianos y niños... La emigración, la despoblación y el envejecimiento de los vecinos ponían delante de aquellos políticos noveles una inmensa tarea que afrontaron con la ilusión que otorgaba querer mejorarlo todo. Con los planes provinciales y otros recursos, la Diputación de Segovia fue marcándose objetivos y abriendo ca-