León Felipe, el eterno exiliado

Page 10

10 LA SOMBRA DEL CIPRÉS

Sábado 26.05.18 EL NORTE DE CASTILLA

LECTURAS

DICENTA, ‘JUAN JOSÉ’ Y LA PROTESTA SOCIAL Renacimiento reedita ‘Espumas y plomo’, los artículos periodísticos del alicantino LUIS ANTONIO DE VILLENA

P

ara la gente de mi generación, los que llegamos a la Universidad (una Universidad mucho mejor que la de ahora) hacia 1968, apenas después del ‘mayo francés’, el constructo ‘poesía social’ estaba tan vivo como, literariamente, devaluado. Hacía falta luchar por las libertades, pero ‘lo social’ –literariamente– había devenido un mero panfleto. Incluso se citaba poco al gran Blas de Otero o al Antonio Machado comprometido, sino era por las cancioncillas breves de Serrat. Los dioses merecidos eran Miguel Hernández (el segundo héroe republicano de la horrible Guerra Civil) y Gabriel Celaya, un tipo cordialísimo, al que conocí muy poco después, ambos cantados también por el hoy muy envejecido Paco Ibáñez. La poesía se movía mucho en la voz de los cantautores: ¡Pena que no surgiera de inmediato Allen Ginsberg entre nosotros! Re-

Joaquín Dicenta, fotografiado por Christian Franzen (1908).

citaba espléndidamente… Muchos ignoraban (y temo sigan ignorando) que ni la poesía social ni la literatura comprometida eran, en absoluto, novedades. En los años 20 ya se puso de moda la literatura ‘engagée’ –comprometida– que pudo tener hasta ribetes surrealistas, y donde estuvieron, en no pocos momentos (por citar nombres muy evidentes) Rafael Alberti, Pablo Neruda o aún más alto, el gran Vallejo. Pero la conciencia o la es-

critura social, de protesta contra la explotación del débil y el orden burgués, venía aún de antes (y por ceñirme a España) muy nítidamente desde fines del siglo XIX, entreverada esa protesta con la literatura nueva esteticista y decadente. Nuestro gran prohombre de ese momento –al que estamos rescatando ahora– fue Joaquín Dicenta (1862-1917). Dicenta , de familia alicantina y en Alicante murió, nació de paso en Calatayud, así es que algo de

aragonés tuvo. Hizo su carrera de autor prolífico, articulista, dramaturgo y novelista en Madrid con resonante éxito, en general, y una leyenda –en buena medida cierta– de hombre muy apasionado, aventurero, voluptuoso y dado al alcohol y a las hembras. Dicen que murió alcoholizado y como ateo confeso que era, fue enterrado (pequeña sino gran paradoja) en el cementerio civil de Alicante, que se llamaba de ‘San Blas’. Republicano y

convencido de que había que defender a los explotados, Dicenta fue concejal unos años –desde 1909 y por Latina– en el Ayuntamiento de Madrid y muy pronto –desde 1897– había dirigido una revista semanal de claro tinte reivindicador, los primeros tiempos de ‘Germinal’, cuna de naturalismo. En un artículo de principios de siglo, Dicenta –que a menudo está tentado por un modernismo socialista– escribe: «por las calles llenas de hombres y vacías de humanidad». Muy pronto obtiene un gran éxito teatral con el drama social, ‘Juan José’ (1895) que más tarde incluso convirtió en novela, y que sigue siendo su obra de referencia. Aunque tenga otras no menos notables como ‘Aurora’ (1902) o antes incluso la zarzuela ‘Curro Vargas’ (1898). Pero para otros, algo de lo mejor de Joaquín Dicenta está en sus muy notables artículos, a menudo recogidos luego en libro, como el que acaba de reeditar Renacimiento (con introducción de José Ramón Trujillo) ‘Espumas y plomo’ –excelente título– subtitulado ‘Cartas sin sobre y otras crónicas sociales’. Los artículos que tratan sobre las espantosas condiciones de los mineros en Linares o en Almadén, resultan escalofriantes, pese a que se nos diga que lo que se pinta y comenta, no es en absoluto, lo peor de lo que se puede ver en aquellos lugares de enfermedad y miseria. ‘Espumas y plomo’ se editó por vez primera en 1903 y abre una línea, desdichadamente fértil, que incluye otro volumen notable, al menos, como ‘Los de abajo’ de 1913. Además hay un excelente libro de viajes, ‘Por Bretaña’ (1910) que tampoco esconde el compromiso. En uno de los

EL FUTURO DEL PROGRESISMO Lilla hace una reflexión sobre el arte de la política que se debería colgar en las aulas de Ciencias Políticas

E

n las elecciones norteamericana las consecuencias no solo fueron unas medidas concretas contra un sector importante de la población, además de una errática política exterior de incalculables consecuencias mundiales, sino que también

ha servido para que se discuta el papel de la oposición, el partido demócrata, en aquellas elecciones. Por ello es importante, a mi modesto entender, el libro del pensador de la Universidad de Columbia Mark Lilla ‘El regreso liberal’. Importante por lo que dice de las administraciones republicanas y demócratas, por lo que dice de la administración de Reagan y por lo que ofrece como alternativa a los gobiernos reaccionarios y, sobre todo, al de Trump. Pero a su vez, Mark Lilla no ofrece ninguna alternativa teórica de fácil digestión para las mentes extremadamen-

J. ERNESTO AYALA DIP

te delicadas y sensibles a lo políticamente incorrecto. El autor hace una defensa de la necesidad de recuperar las señas de identidad de lo liberal. O del progresismo sin trabas impuesto por lo políticamente correcto o la ideología de las identidades. Las administraciones republicanas no hicieron, aparte de la

demagogia del pan para hoy y hambre para mañana, más que exacerbar el afán de lucro, el individualismo y el sálvese quien pueda. Pues bien, ¿qué hizo entonces el progresismo bien intencionado? Orientar su lucha hacia la recuperación de lo identitario: por el color, por el sexo, por su lugar de origen, etc. Lilla no critica que se haya hecho esto, sino que solo se hubiera hecho esto sin que a la par se hiciera algo para que el votante medio recuperara su sentido de la comunidad, de la solidaridad con el demos. Sólo si se lee con anteojeras, este libro nos puede parecer

EL REGRESO LIBERAL Autor: Mark Lilla. Ensayo. Ed: Debate. 152 páginas. Precio: 17,90 euros

reaccionario. No lo es. Lilla sólo intenta recuperar las señas de identidad del auténtico progresismo. Nos dice que las administraciones demócratas cerraron su ciclo de gobernanza sin abrir otro. Tal fue el caso de Jimmy Carter,

ESPUMAS Y PLOMO. Cartas sin sobre y otras crónicas sociales Joaquín Dicenta. Edición de José Ramón Trujillo. Editorial Renacimiento. 2017. 188 páginas.

artículos de estos libros, escribe Dicenta: «Al cabo de diecinueve siglos de emplearse como panacea, la caridad, que sería una virtud sublime, si no fuera una virtud perfectamente inútil, ha hecho bancarrota». Él es quien exige Justicia, como solución, y no Caridad, que parece arreglar, cuando hurga en la llaga. La parte primera del libro, la que respondería a ‘Espumas’, relata su viaje naval de Barcelona a Canarias, si algo más amable, no menos denunciador y sin embargo escrito siempre en una muy cuidada prosa (hasta con sesgos preciosistas) que nunca podría tildarse de llana o panfletaria. No, la ‘literatura social o comprometida’ no empieza con quienes se oponían al final y ya decaído franquismo, pues tiene en nuestras letras una trayectoria muy rica. Hasta Cernuda ensayó ese tipo de compromiso con un poema titulado ‘Vientres sentados’. Por lo demás, Joaquín Dicenta por doble vía –se casó dos veces– es el origen de toda la saga de escritores y actores de su apellido, que llegan hasta hoy mismo. Pero él es dovela, maestro y origen.

de Bill Clinton, de Barak Obama. Que las élites demócratas practicaron el tan desgraciado «fly over country». Es decir, solo se ocuparon de los votos (y de las necesidades) de las clases medias de la costa este y oeste y dejaron desguarnecidos el centro del país donde viven los trabajadores industriales y los granjeros. Hace una reflexión sobre el arte de la política que me parece que se debería colgar en todas las facultades de Ciencias Políticas: «Uno se mete en política para resolver los problemas del país que existe, no el país que desearía que existiera». Pues eso, recomiendo este libro a politólogos y políticos que quieran ocuparse del país en el que viven y no en el que quisieran vivir.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
León Felipe, el eterno exiliado by El Norte de Castilla - Issuu