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Colegio Profesional Inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires

“El problema de fondo es el déficit habitacional”

Desde el mes pasado, la agrupación oficialista Futuro Inmobiliario, liderada por Marta Liotto, se hizo cargo de la dirección del Colegio Profesional Inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires (CUCICBA) para el período 2021–2023, después de 4 años de gestión de Armando Pepe (ver aparte).

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“Agradecemos a los matriculados que, de una forma tan contundente y masiva, revalidaron su confianza en nosotros, y a todos los profesionales que se acercaron a votar, convirtiendo a esta elección en la de mayor participación en la historia del Colegio”, dijo Marta Liotto apenas publicados los resultados que la consagraron ganadora.

De esta manera, Futuro Inmobiliario también fortaleció su mayoría en el Consejo Directivo del Colegio Inmobiliario, aumentando de cinco a seis Consejeros titulares en comparación con los tres que obtuvo la oposición; en tanto que 2.191 de los más de 8.000 matriculados porteños emitieron su voto en la sede de esa entidad ubicada en el microcentro porteño.

“Este apoyo es un reconocimiento a una gestión que en los últimos cuatro años transformó radicalmente el Colegio, reforzando su posición no sólo como la voz de los profesionales inmobiliarios de la Ciudad, sino como una de las entidades referentes del sector que luchó y que, en esta nueva etapa que me toca conducir, seguirá luchando para seguir defendiendo nuestra profesión frente al avance de las franquicias”, por ejemplo.

También, la nueva Presidenta de CUCICBA llamó a la unidad de los asociados, para fortalecer el frente interno: “nosotros vamos con la idea de trabajar todos juntos por el sector, para levantar el trabajo del profesional inmobiliario y hacer valer nuestra profesión”.

Por eso hoy, “en el mejor momento político de la institución, hay que poner el esfuerzo, hay que poner el trabajo, la trayectoria y el compromiso; en la discusión y el debate y en la sana competencia. Pero reflexionemos todos y trabajemos todos por el mismo Colegio”.

La dirigente, igualmente recordó que “somos nada más de 8.111 matriculados en la Ciudad de Buenos Aires. Tenemos 14 años de historia, nada más. Somos nuevos. Así es que vamos por la concertación del sector, porque queremos trabajar en conjunto y construir en positivo”, para también continuar dialogando con las autoridades nacionales y de la Ciudad “para diseñar políticas públicas que permitan la reactivación del sector y el trabajo de todos los matriculados”.

OFERTA Y DEMANDA Por su lado, Armando Pepe, como Presidente saliente, agradeció “por el acompañamiento en estos cuatro años de gestión” y se mostró conforme, “porque terminé mi última reunión del Consejo Directivo como Presidente del CUCICBA con el orgullo del deber cumplido, porque defendimos la profesión y potenciamos nuestro Colegio”.

No obstante, siguió, “la tarea hay que continuarla, y hay que darle mucha fuerza a las nuevas autoridades, porque las franquicias quieren debilitar nuestro Colegio, para adecuar la profesión y adueñarse del mercado inmobiliario”.

En la misma línea, el histórico corredor inmobiliario remarcó que su gestión “fue un trabajo muy duro. Pero lo logramos”. Sin embargo, durante los últimos tiempos se modificó la composición del mercado porteño, especialmente desde junio del año pasado, tras lanzarse una nueva Ley (27.551) de Alquileres para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: “el 40 % de las propiedades en oferta se retiró de ese mercado y se puso a la venta”, dijo Pepe; e insistió: “es la primera vez que en la Ciudad hay tantas propiedades en venta”.

Puntualmente, señaló el profesional, “hay unas 214 mil propiedades a la venta en la Ciudad de Buenos Aires, una cantidad insólita e increíble”; y como contrapartida, “ni el 1 por ciento de la cantidad de propiedades en oferta se ha vendido”.

Siguiendo con los datos duros, Pepe señaló que “el año 2020 fue un año pésimo, el peor de la Ciudad, con 6 escrituras hechas en abril de ese año. Si tenemos en cuenta que somos 8.000 colegiados, comprenderemos que muchos no han realizado ninguna operación”. Este año en cambio “tuvimos un 67 % de aumento. Pero lo que no se tiene en cuenta es que este porcentaje es sobre un valor demasiado bajo, casi nulo, de un año anterior malísimo”.

En síntesis, “desde hace 4 años que venimos en caída libre, con una problemática que va más allá de la pandemia sanitaria: tenemos una pandemia económica” en el sector, opinó Pepe.

Hay varias causas pero en general, los operadores colegiados coinciden en señalar que algunos cambios normativos impulsaron la ausencia de ofertas en alquiler, modificando las ventas en el mercado, con una nueva ley de alquiler de viviendas que extendió el plazo mínimo de los contratos de locación a tres años y estableció una actualización anual de los precios en base a un índice conformado por las variaciones mensuales del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el de salarios. Además, esta ley obliga al locador a declarar su contrato de alquiler ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

Siendo así, ¿el problema es la actual ley de alquileres? Para Pepe, “el problema de los alquileres no encuentra una vía de solución, tenés aumentos -por la incertidumbre y el desconcierto-, no hay propiedades; se ha votado la ley que entró en vigencia en julio 2020 y ha perjudicado a todos: propietario, inquilino, desarrollador inmobiliario, corredor inmobiliario”. Desde el Colegio, “nosotros pedimos que se revise. De esa manera muchas propiedades volverían al mercado de la oferta y la demanda. Además, al abrir el mercado, el precio podría encontrar otro rumbo más accesible para la clase media”.

Entonces, ¿el mercado de nuevos y usados fue igualmente distorsionado por la nueva ley? Es cierto que “los propietarios no quieren firmar contrato por tres años, en medio de una economía inflacionaria como la actual, y se han volcado hacia la venta”.

Pero también, dice Pepe, entre otros aspectos que desalientan la oferta de viviendas en alquiler en la Capital Federal “están las expensas, que están aumentando mes a mes por las paritarias de los encargados de edificios, el costo de los servicios y el aumento del impuesto municipal ABL”. De todos modos, “la realidad es que la poca mercadería que entra en alquiler sale volando, porque la gente necesita alquilar y no hay propiedades”.

¿Cómo se pueden corregir los mercados?

En conclusión, debemos reconocer que el problema de fondo es el déficit habitacional, vinculado en toda la Argentina a la falta de crédito hipotecario y de un plan de viviendas.

Igualmente, si existiera crédito para que se pudiera comprar una vivienda y pagarla dignamente, la cosa sería distinta.

Es decir, al menos en la Ciudad de Buenos Aires, no se puede intervenir en materia locativa sin asumir que el déficit habitacional es importantísimo, del orden de los 3,3 millones de viviendas. Es un tema que ningún gobierno se pone al hombro. De la misma manera, la falta de crédito para la primera vivienda, nos aleja del sueño de todos los argentinos.

Hay que hacer cambios. ¿Qué necesita la gente? La gente necesita transparencia, seguridad, créditos ajustados por sueldos; y mientras, tenemos un problema muy grave, que es la inflación.

¿Qué puede destacar actualmente, tras su paso por la gestión?

Con nuestra agrupación Futuro Inmobiliario, dimos vuelta el Colegio desde que asumimos en 2017. Tenemos un equipo de gente que trabaja mucho, junto con Marta Liotto. Y todas las decisiones que se han tomado en este tiempo han sido por unanimidad.

Antes de asumir yo decía que hay que sacar las rejas virtuales que tenía el Colegio y hoy nuestra entidad está instalada en la sociedad. El público antes no iba a nuestras oficinas y hoy la gente viene para asesorarse, porque tenemos nuestras puertas abiertas a los vecinos.

Hemos recibido el Premio Security al Área de atención al matriculado y también agradecemos el hecho de ser reconocidos por la Unión Sanmartiniana como Institución ilustre.

Somos el Colegio más grande de la Argentina y la única institución del país certificada con las normas ISO 9000.

No obstante, falta mucho. Pero lo importante es seguir trabajando en el sentido que creemos correcto.