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Ministerio de Obras Públicas

"La economía se mueve si hay más obra pública"

Al terminar su participación en la Convención Anual 2021 de la Cámara Argentina de la Construcción, el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, señaló: “Si en el medio de esta tragedia pudimos poner en marcha toda la obra pública y cuidar a las y los trabajadores, imagínense lo que podemos hacer ahora que dejamos atrás la pandemia”.

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Puntualmente, el funcionario aclaró que hoy "hay más de 2.600 obras en ejecución en la Argentina", y recordó que "en 2019, cuando llegamos, había sólo 116 obras en marcha”. En el mismo orden, además aseguró que “desde el primer día, la Cámara de la Construcción y la Uocra se pusieron al lado nuestro para poner en marcha un plan de obra pública; con la firmeza, la autoestima y la decisión de construir un diálogo que nos permitió construir protocolos, reactivar las obras y disolver el negociado de las PPP (participación público privada), para licitar a través de Vialidad las mismas obras a mitad de precio”.

En ese caso y sobre el esquema de obras públicas realizado en años pasados recientes, Katopodis aclaró que “iniciamos las auditorías y nos presentamos en todas las causas judiciales como querellantes”. También, el Ministro expresó: al asumir la gestión “nos comprometimos con cada empresario diciéndoles que las obras se iban a reactivar, y a construir una agenda de cooperación, todo sustentado con hechos”. Así, según reveló, ahora “hay 150 mil puestos en la construcción y la mitad son de obras públicas”; en tanto que además estas iniciativas “son una manera de empujar la economía cuando se encara la salida de la crisis”.

De todos modos, consultado en ese sentido, el funcionario aclaró que no obstante es necesario considerar “qué tipo de obra” se está realizando y por eso diferenció su gestión de la del Gobierno anterior, al afirmar que “no hablamos del Paseo del Bajo, ni de cambiar luces en un barrio del centro” porteño. Por ejemplo, "estamos hablando de un corredor vial en Quilmes, de una obra histórica para abastecer agua en Santiago del Estero o las rutas 11 y 56 que permitirá que los turistas llegar en el verano a la costa por una autovía”.

¿Hay muchas obras viales en ejecución?

Ciertamente no hay dudas de que esta Argentina federal necesita de más conectividad para integrarse federalmente, y en ello las rutas han sido y siguen siendo un emblema. Por eso, por ejemplo, la autopista Pilar-Pergamino, que representan 170 kilómetros de la Ruta 8 según se planificó hace 40 años, se licitó y postergó varias veces hasta que recién el mes pasado pudimos inaugurar 50 kilómetros y en breve, el resto del proyecto.

También por eso estamos apurando la ejecución de la Ruta 7, que vamos a terminar junto a la Ruta 34 en Santa Fe, la 11 en Formosa y Chaco y la 22 en Neuquén.

En fin, podría aburrirlo enumerando obras viales pero también, nombrando obras hídricas y más de 2.600 obras que hoy hay en ejecución en la Argentina; mientras que cuando me tocó a mí hacerme cago de este Ministerio el 10 de diciembre de 2019 había en ejecución 116 obras activas.

¿Por dónde empezó?

Para empezar, nos tocó activar y/o recuperar más de 200 obras paralizadas. Así es que salimos a conversar con las empresas de la construcción que tienen vínculo con el Estado y nos encontramos que muchas estaban concursadas y a punto de quebrar, en tanto que el gobierno anterior les debía más de 35 mil millones de pesos en certificados. Superado ese primer compromiso, hoy estamos pagando a 28 días y los empresarios ya no pierden el valor de esos certificados yendo al banco, porque además terminamos con la idea de que los empresarios deban entregarle su ganancia al mercado financiero.

¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir?

No fue que retomamos las obras como resultado del esfuerzo de este Ministro ni tampoco fue una decisión del Presidente, fue resultado de la decisión de los hombres y mujeres del sector, de la Cámara de la Construcción y de la Uocra, que desde el primer día apoyaron la puesta en marcha de uno de los planes de obra pública más extraordinarios de los últimos años, hoy con 2.600 obras en ejecución.

Es más, si lo pudimos hacer en medio de la tragedia más extraordinaria en la historia de nuestro país, pudiendo poner en marcha toda esa obra pública en medio de una pandemia, todo lo que podremos hacer tras la pandemia, cuando las empresas de la construcción están más fuertes y el Estado mejor enfocado en cuáles son las prioridades.

También, el mensaje del Gobierno es que las obras son el símbolo de que de esta situación se sale, cumpliendo la promesa que les hiciéramos (a los empresarios) al comenzar el diálogo, cuando comprometimos nuestra palabra al decir en nombre del Presidente (Alberto Fernández) que reactivaríamos la obra pública así como que con el Ministerio de Obra Pública construiríamos una agenda común.

Eso es lo que está pasando hoy en la Argentina y a mi me carga de mucha esperanza, e ilusión, hacia delante.

¿Cómo analiza ese espacio denominado Consejo de Políticas de Infraestructura?

Es una iniciativa del sector privado y me agrada que presente una agenda bien concreta, porque no podemos distraernos ni perder el tiempo en cosas abstractas. Además, tenemos que garantizar que la obra pública sea transparente y por eso construimos el Observatorio (de la Obra Pública), para promover la transparencia en la República Argentina.

Así, tenemos que garantizar que el Plan de Desarrollo de Infraestructura en la Argentina sea un acuerdo de todos los sectores, el Estado, el sector privado y también los trabajadores; y tenemos que avanzar en la posibilidad de institucionalizar ese diálogo, para resolver paso a paso muchos de los desafíos que tenemos por delante: cada kilómetro de autopista, cada obra de saneamiento y cada vivienda es una señal de recuperación pero ¿alcanza lo que estamos haciendo? No, por supuesto que no alcanza; porque levantar este país nos va a costar mucho esfuerzo.

¿Hay algunas decisiones tomadas?

Hay muchas cosas que no están claras, pero hay otras que sí, como la necesidad de mejorar el diálogo de los argentinos; para permitir por ejemplo que la infraestructura se ponga al servicio del desarrollo y la producción.

También, estamos todos de acuerdo con que no hay margen para seguir generando más desilusiones en la vida de los argentinos: todos estamos de acuerdo en que cada vez que vino un ciclo de endeudamiento, cada vez que la Argentina tomó deuda, primero aparecieron algunas señales de optimismo, al creer que ese endeudamiento podría permitir la puesta en marcha de parte del aparato productivo, y después -siempre, irremediablemente- nos dimos cuenta de que esa deuda no terminó en obras ni más trabajo para los argentinos.

Es decir, hay cosas que están claras, hay confianza y hay cimientos que están puestos en este diálogo y hay un reconocimiento general acerca de que éste es el camino.

¿Sobre el empleo del sector, cuál es su expectativa?

La creación de empleo es un de los tantos desafíos que tenemos los argentinos y se debe entender como una señal de recuperación.

Está claro que la economía se mueve si hay más obra pública y en ese sentido, hay una decisión tomada del Presidente de la Nación: una vez que dejemos de lado la pandemia, una vez que hayamos garantizado que todos los argentinos accedan a una vacuna y una vez que hayamos garantizado desde nuestro Ministerio que no fuera a colapsarse el sistema de salud, tras haber llevado adelante más 260 obras que permitieron sumar 4.500 camas.

En fin, una vez dado ese paso, superado ese esfuerzo, todos los recursos van a estar puestos en una sola dirección, para poner en marcha la economía, acelerando las soluciones que necesitan los argentinos.

¿Por ejemplo?

Hoy estamos consolidando una agenda de infraestructura con 2.600 obras en ejecución. Pero por ejemplo, pensamos en que 6 millones de hectáreas puedan incorporarse al desarrollo productivo, con la realización de acueductos y canales, que se están construyendo y seguirán construyendo.

En síntesis, la expectativa está puesta en un reto que me propusieron desde la Cámara de la Construcción y la Uocra desde el primer día (en la función pública), llevar la inversión en infraestructura al 2,7 % del PBI, desde el 1,1 % del 2019, para recuperar los mejores niveles de inversión en la Argentina.

Hoy estamos invirtiendo el 2,2 % y el año próximo, el 2,4 %. Ese es el camino y en ese rumbo seguiremos. Y estas son señales que al sector debe entusiasmar, porque el Presidente Alberto Fernández no tiene dudas por dónde se sale: el país tuvo muchas crisis y siempre se salió de la mano de la obra pública y la industria nacional.