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IV La desautomatización del espacio

LA DESAUTOMATIZACIÓN DEL ESPACIO

Me encontraba sentado revisando los apuntes de mi libreta sobre la Fenomenología del espíritu, frente al pasillo de la biblioteca central, donde ahora es el nuevo spot para conectar, cerca de las escaleras del módulo de bicicletas. – Es hora de clase – asentía mientras mi reloj me informaba lo asquerosamente tarde que ya era para mi exquisito examen de Hegel.

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La entrada mostraba un día común en la facultad – casi como la piedra del propio Sísifo –, naturaleza muerta manifestada en las macetas – perfectos asientos, diría yo – así como un tanto de vendedores, compañeros y maestros que se paran frente a la entrada principal de la facultad. Pero ni hablar. La odisea hacia las ratoneras de los trescientos es larga, para qué gastar el poco tiempo que me queda cuando tengo que repasar para mi examen.

Acelero mi paso una vez cruzando la entrada principal de la facultad. Justo en donde se encuentra una de las estatuas más antagónicas. Sí, esa que no hace más que afianzar el olvido de Dante Aligerti o cómo se pronuncie, esa en la que no escogieron la esquina para montarla porque los arbustos estorbaban y no hicieron nada por quitarlos. Al menos no se les olvidó la barda orgánica semejante al gran muro de Berlín. Bueno, bueno, quizá sea una exageración de mi parte, o más bien lo pienso como un bonito oxímoron, pero la sutileza para hacer que nadie ponga un pie en ese espacio realmente es sobresaliente, pues más que transformarlo en propiedad privada se convirtió en un espacio de exhibición, es decir, un espacio vacío y ajeno a todos, incluso a los de intendencia y, claro, no hay que ignorar el predilecto pseudo-panóptico que hace del espacio de Dante aún más insignificante. Sin embargo, esa insignificancia no me debe de fastidiar en estos momentos, pues ahora mismo nada es más importante que mi examen.

Al pasar por la mascarones – una especie de espacio extraño que lleva por título librería pero que yo lo concibo como el cuasi-símil de Dante –, el olor peculiar a café, seductor para algunos de humanidades– por desgracia lo referente al café sólo me recuerda a los finales de semestre, en donde el único descanso que posees es lo que

tarda una computadora en prender – comienza a perfumar la atmósfera, dando apertura al infierno de Dante. El infierno de Dante me hace prestar atención a la sala de maestros y me recuerda que hace mucho tiempo era la cafetería, según un viejo amigo maestro en historia. Comienzo a cuestionarme por los tesoros prohibidos que se encuentran en ese lugar. ¿Acaso hay una infinidad de muñecos con nuestros rostros listos para ser pinchados o mutilados? ¿Será la matrix de Linares? Quizá sólo haya cafeteras de 25 mil pesos o lockers de 45 mil y yo sólo esté pensando como guionista hollywoodense. A todo esto, por lo menos ellos cuentan con espacios propios y, por si alguien piensa que los salones son propios de los alumnos, no es así, ya que estos se producen mediante la relación entre profesor-alumno. Aunque realmente hay espacios okupados por colectivos de todos los sabores y colores en la facultad. Desde los que luchan por los derechos humanos, los que ocupan su espacio para ofrecer talleres de todo tipo, los que impulsan la actividad productiva de algunas organizaciones, incluso los que siguen luchando por compañías extintas, los que ofrecen comida, hasta los que usan sus espacios como meras bodegas para la venta de su mercancía en el aeropuerto, lugar que, apuesto, ni el mismo Hegel entendería. Llegar a lo que se conoce como el Aeropuerto de filos entre clase y con prisa para un examen que define un extraordinario más para mi historial académico, es toda una fuente de adrenalina y emociones. En él puedes encontrar dulces, cigarrillos, baguettes, fruta, papas, kleenex, cuernitos, compañeros hablando de los más diversos temas, profesores, adjuntos cargando las cosas de esos profesores y muchas, muchas cosas más. Pero hay que ir por partes y comenzar por la definición ¿Qué es el Aeropuerto? El aeropuerto es un espacio en donde algunos colectivos y organizaciones obtienen recursos para el continuo de su activismo, y claro, el uso de los cubo-bodegas también es considerado una 20 actividad. Ahora bien, la historia y las relaciones

entre ellos se han visto entorpecidas por visiones conservadoras y de ismos que han cerrado la posibilidad de un diálogo verdaderamente colectivo; agregado a esto, algunos han sufrido fracturas internas para producir colectivos cada vez más estrechos y cerrados. “Divide y vencerás”, diría el gran conquistador francés, la propia encarna- ción del espíritu hegeliano montando en su caballo. – Me resulta un tanto gracioso que mi visión esté focalizada desde Hegel a punto de hacer mi examen – pensaba mientras continuaba con mi camino –, creo que me irá bien en mi examen. En fin, un momento de liberación del espíritu no le hace mal a nadie. Sin embargo, por desgracia mi maestra no me va a exentar arguyendo que puedo reparar todo desde la óptica hegeliana.

Al seguir por el pasillo y encontrarme a la chica de las bonitas expansiones, comencé por evadir a las personas sentadas en el piso, círculos conversatorios sobre el pasillo, espectadores de salones y admiradores lame huesos de profesores; cuando de pronto, el tiempo de Hegel, cada vez más estrecho, comenzaba por llenarme de angustia.

Siempre he pensado, desde mis clases de existencialismo, que la angustia se produce en los cuerpos cuando se sienten oprimidos como por la responsabilidad de la que tanto habla Sartre. (IMG7)Así, una de las formas que toma es la mutilación del cuerpo, en donde la cotidianidad se muestra interrumpida a modo que busca su propia extinción efímera y si ésta no se contiene, la propia existencia hace recordar el significado de la finitud. Otro de los sentidos que puede tomar es el de la consecuencia de la circularidad, en donde la mente se vuelve prisionera de sí dada una regresión solipsista del mundo. Esta circularidad se convierte en el absurdo del que tanto habla Camus. (IMG8) En él, el entorno en el que se encuentra inmerso el hombre se pone en tela de juicio, pues ya no hay un fundamento que lo sostenga como: Dios, Estado, Revolución, o quizá otros, como el principal lazo afectivo que te conectaba al mundo

o el del cuento de la clase alta del capitalismo. Este es, pues, el veredicto estético y moral del mundo, la entera soledad desde el abismo que ahora puede mirar dentro de ti. Ahora la mirada del abismo prestaba atención a mi propia existencia, un chico de filos que andaba agitadamente a un examen en el que definía parte de su vida académica. Al regresar a mí, después de un pequeño monólogo, quizá sólo para mi fortuna, me percataba de la prisión en la que estoy aquí y ahora, subiendo las escaleras del final del pasillo, pensando la forma en que la toma de espacios se ve comprometida por un activismo viciado por el dinero y por una facultad que al parecer se ha encargado de vedarlos. Hoy por hoy, en el pequeño instante en el que evadía un nuevo contingente de compañeros del primer piso, me cuestionaba si realmente los espacios están articulados para fomentar las actividades e interacción entre nosotros. El jardín de los cerezos, ahí donde la actitud del busto de Sócrates es más a la de Descartes meditando frente a la fogata, es una de las expresiones más radicales de los espacios de exhibición, aunado el estético jardín que yace junto a la primera sección de la biblioteca, - incluso se ha llegado al extremo de quitarnos la biblioteca, pero claro, quién la necesita para su semestre. Pero todo sea por la demanda de nuestra comunidad en vísperas a la remodelación y el mantenimiento de nuestros espacios. Tampoco olvido que hace varios semestres se perdieron algunas semanas por eso de la exigencia de la comunidad; en donde techos y chapas nuevas en los salones, baños de los hombres sin llaves de agua y perfectos bancos de aluminio puestos en el pasillo potencializaron el estricto significado que contie-

ne cada elemento de la facultad. Al final del día, la mejor forma de contener lo absurdo de esto, es apostando por una facultad sin cubos ocupados como bodegas, así como espacios en vísperas a la acumulación del capital – principal consecuencia del espacio en las ciudades neoliberales –, ni mucho menos espacios de exhibición – justificados en parte a través de la inseguridad que se vive en la UNAM; quizá se desee una facultad completamente sola o con personas que sólo entren a sus clases y se larguen a sus casas en completo orden, formando filas y tomando distancia entre ellos, para preservar su propia existencia; o quizá el mismo espacio se ha apropiado para que sea inhabitable. Ahora todo esto me ha hecho pensar en mi primer paper, lo llamaría algo así como: Los autómatas por la liberación del espacio en la facultad de humanidades. – Qué gracioso que, después de todo, la matrix de Linares no me resulta tan insensata –, asentía mientras viraba hacia las ratoneras de los trescientos. Dada mis ideas sobre el espacio de la facultad, me percaté que olvidé por completo mi examen. En este momento, un tanto más tranquilo, tomé la decisión de que una pequeña escala en el baño no me iba hacer mal. He de reconocer que por lo menos estos baños ya se encuentran un tanto más decentes a comparación de algunos semestres atrás, en donde parecía que el principal objetivo era la dramatización de la escena de Mark Renton después de meterse los supositorios de opio. Mientras me lavaba las manos sentí la forma del Satori de Kerouac, o para decirlo en términos más occidentales una especie de epifanía que invadió mi cuerpo. Mientras me observaba a través del espejo y el agua recorría mis manos, recordé la frase con la que Camus finaliza su Sísifo. “Cada uno de los granos de esta piedra, cada fragmento mineral de esta montaña 21

llena de oscuridad, forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre”. Sólo por ese pequeño momento, se me hizo claro por qué Sísifo aún sonreía después de lo absurdo de cargar una piedra a la cima de la montaña por la eternidad. Entre los espacios que vislumbro en mi memoria al hablar de la facultad, aparecen el pasillo, los baños, un ágora ahora sin agua, el Rosario marginado, una pecera ahora inexistente, una cafetería con una pésima comida, esto sólo por mencionar algunos; realmente aparecen una infinidad de espacios y recuerdos sobre ellos, pero acompañados a estos, como una suerte de bicondicional, se encuentran las personas con las que comparto, personas desconocidas que ni siquiera me percato de su existencia, personas que llaman mi atención y, claro, mis lazos más íntimos dados en esos espacios. ¿Acaso ellos son el único sentido? Reconozco que mañana ellos no estarán, mañana mi situación cambiará, las personas serán diferentes, algunos se irán, otros nuevos estarán. ¿Cuál es el sentido entonces? El otro, mi prójimo con el cual pueda vivir con intensidad, con pasión, con el que pueda reír, compartir y relacionarme en la creación de un espacio enteramente nuevo; en ese sentido, el hombre se vuelve rebelde – asevera Camus –, pues se desenvuelve en su propia voluntad de resistencia. Por este motivo, “hay que imaginarse a Sísifo dichoso.”

Ahora me encuentro saliendo del baño con una actitud diferente rumbo a mi examen. Creo que la existencia se resume en cargar la piedra para verla

caer al final del día. La circularidad en venir a la escuela, comenzar a trabajar, comer, dormir, se repite una y otra vez. Pero esta vez, participar con amigos en nuevos proyectos para la modificación del espacio y establecer ahora nuevos lazos para esta modificación, ahora es parte de los granos de la piedra que yo cargo. Finalmente, me percaté que estas últimas palabras me han hecho llegar frente a la puerta del 327. En mi mente traté de olvidar todo aquello que dije, preparé alguna buena excusa para que me dejara pasar, respiré hondo y, mientras imaginaba cómo Hegel me persignaba, me dispuse entrar. El resto del examen, como lo pienso, será el desenvolvimiento del espíritu.

Escrito: Toño Ilustraciones y fotos: Pepe

SOBRE UNA ESFERA IMPOSIBLE

Y es que en el inicio, caminar por los pasillos de esta facultad puede ser un evento sumamente burbujeante, feroz incluso; un movimiento en el que tu cuerpo va intentando fundirse en la turba con la esperanza de escabullirse rápido (en algún lugar debería de hallarse el salón prometido… ); marea y oleaje de discursos breves, de imágenes-persona que uno tal vez no hubiera imaginado en su cuarto un domingo, justo antes de enfrentarse al universo tan particular de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM… pues dicho sea de paso, es una facultad famosa. Casi ni es necesario nombrar la universidad, nomás la facultad de filos y ya está, pero mucho más difícil es llegar a bordear los límites de una cierta lógica que sólo después de un tiempo uno aprende a ver. ¿Pero de qué va ésta? Pasa a veces que en clase hay una voz que se suelta a nombrar una esfera de conceptos-autores-palabras-que-no-me-hacen-ningún-sentido-en-el-cerebro (¿mamá, nací bien? ¿Hay alguna cosa que no traje conmigo cuando salí de ti?), pero la clase y la vida siguen, el semestre también, y con probabilidad, sumando uno que otro semestre, será uno mismo el que le provoque este cierto asomo de duda existencial a algún primerizo en descuido al que le pareció que debía ponerte mucha atención pues sonaba rebien lo que decías; uno aprende, uno se adapta, si no cómo, que ya me embarqué en esto, ahora cómo salgo, pero que me gusta aunque me asusta, y se siente bien padre andar hilando discursos y nombres ya muertos con la seguridad, próxima a lo absoluta, de que no digo tonterías, de que el vértigo se detiene en un cierto grado para dejar paso a mi lucidez rampante de intelectualoide estudiantil en fervor. Claro. Hasta acá todo bien. Ya voy sobreviviendo a este lugar que al final se instala como un andamio en mi pecho de estudiante-universitario. Ya con el tiempo entiendo que esta cuestión de entrar aquí significa verdaderamente una categoría política; me inserto entre un

Monsiváis y un Derrida en una masa social que vive oprimida, en la crítica y la rebeldía de mostrarse en desacuerdo total con… pues es difícil, en este punto elegir o generalizar. ¿Qué nos oprime? ¿Quién lo hace? El sistema claro… ¿pero cuál? Pues algo me hace sospechar que hay un cierto sistema de andamiaje teórico, de ir aprehendiendo las categorías con el propósito, al inicio (no quiero herir tampoco susceptibilidades rebeldes que podrían manifestarse en etapa infantil), de sobrevivir y entenderse en una cierta facultad… pero volviendo a la masa oprimida, de repente uno está ahí, exclamando y luchando desde la silla contra el frente de muro y pizarra blanca, queriendo estar ahí en la masa, pero no estando en realidad, soñando con la lucha y la revolución, pero sin hacer más revolución que participar en la marea de inmenso desplazamiento humano que esta ciudad, como un vientre hinchado de horas pico, nos aguanta todavía (y aguantará un buen rato, para nuestra mala fortuna), pues ya ahí, ya afuera, en el pan, en la fruta, en la casa de la señora vecina, en la parada de autobús, ¿qué se oye? ¿Quién nos oye? Seguro que alguien pues es difícil ignorar un golpe de juventud así enaltecido de todo un constructo sobre la opresión y la política social-filosófica. Difícil ignorarnos, queda claro. Con tanta seguridad y orgullo, seguro que algo importante hemos de decir, ¿verdad mamá, que sí te expliqué bien el patriarcado? ¿Me esforcé bien por desmostar la liga entre capitalismo y machismo…? ¿Pero qué hay afuera? ¿Por qué se siente como un afuera? Se me cae encima un exterior incómodo, un ahí que en su extrema incomodidad no parece tampoco listo para derrocar mañana mismo al capital (perdonen, por favor, mi imprecisión terminológica), pero tampoco listo para abandonar un cierto modo de obrar que ya no me satisface, y ya nada nunca estará bien hasta que hagamos al mundo otra vez.

Deslizándome entre los ríos de estudiantes, ya sin precaución ni sorpresa, incluso con una cierta habilidad, sigo amando la idea del rizoma, de la multiplicidad, del otro, cada una con la etiqueta de un nombre que le da todo el sentido y el contexto para cualquier semejante mío en este lugar (más no para otro semejante fuera, lo cual me hace cues-

tionarme su grado de semejanza conmigo…), pero al final, me doy cuenta de que yo había previsto cómo tender un puente, un río para entender qué mueve al mundo y cómo lo mueve; sin embargo, me hallo atrincherado por mis propias herramientas de construcción. Esta facultad tiene sus propios sistemas estructurales, sí, unos mecanismos de sobrevivencia muy particulares a los cuales estar muy atento, pero sólo adentro se puede entender todo esto. Ya sin tanta frase, llego a lo único que quiero decirles: esta facultad es una burbuja, de una egolatría intelectualoide sin límites, inyectada constantemente de tintes de revolución o de extremismo exterminista, inyectada como una maldita dependiente que nunca querrá ver más allá de su propia nariz-anti-alienante, no nos dejará romperla nunca. Por mi parte, ya casi me voy y, aunque enferma todavía de este reflejo de andar soltando teoría crítica en cualquier conversación que me lo permita y que me parezca necesitada de objeciones, granjeándome, no sin razón, varios ceños fruncidos y gestos de hartazgo, sé que lo único que entiendo es que la vida no está aquí, en la sensación de superioridad con la que las palabras y el discurso te seducen, ni aquí en una verdad que pretendemos interrogar y explicar; mucho menos en un “afuera” que no empatiza con nosotros pues siente nuestro desprecio, acá hablando de mente a mente-cruda. Tal vez lo más impresionante para mí últimamente, es darme cuenta de cómo, sin ser comunidad (ahí voy yo también… esto no se me va a quitar nunca), pues parece que todavía no lo logramos, nada de lo que aquí adentro consideramos como un mecanismo social bien entendido y aplicado funciona +fuera de la facultad. O siquiera se entiende. Paremos ya de sentirnos más allá del bien y del mal por andar envueltos en una gaseosa intelectualoide de términos y nombres, dulce confusión que nos aparta de un mundo que, a pesar de todo y contra todo, seguimos habitando, tal vez, es cierto, a pesar de nosotros mismos.

. . marzo.2019

¿UN GOYA POR LA TIERRA?: CONVERSACIÓN CON FRIDAYS FOR FUTURE – UNAM (PARTE I)

Saludos bandita, les habla el comandante supremo de este proyecto editorial, el mismísimo Ri-Chairo Godínez. Es mi deber empezar por anunciarles que he decidido retomar la elaboración de mi tesis,1 y por ello me inscribí en el seminario de tesistas que tuvo lugar a mediados de junio, para así tener lista una primera versión de mi proyecto y exponerla en dicho coloquio. Mayo fue de chambearle mucho, y todo mientras intentaba aprobar mis materias. El tiempo no me daba, y cuando estuve a punto de tirar la toalla, del cielo cayó una solución...bueno, creo que más bien ascendió hasta allá: del miércoles 15 al viernes 17 se suspendieron las clases gracias a las minúsculas, innumerables y oportunas partículas PM 2.5 que llenaron la atmósfera del Valle de México, provocando una de las contingencias ambientales más fuertes de los últimos años.2 Por fin tuve oportu-

1 Sí, ya sé, teniendo en cuenta todo el choro que se echaron mis amigotes en las pp. ??-?? de esta revista. 2 Aquí pueden enterarse (más bien recapitular, pues no creo que, viviendo en la Ciudad Monstruo, anden tan pendejos para no haberse enterado): https://es.wikipedia. nidad de darme un respiro...aunque después de unos minutos de respirar la rinitis me estaba poniendo una verguiza que ni les cuento, y, como ya la migraña quería hacerle compañía, mejor aproveché ese puentezote para escaparme a Acapulquirri.

El coloquio se acercaba más y más, y mi exposición andaba más estancada que el tráfico del defectuoso los viernes en la tarde. El 24 de mayo debía reunirme con mi asesora y no tenía ningún avance para mostrar, pero, una vez más, el medio ambiente me echó una mano: ese día había una marcha a nivel global contra el Cambio Climático (en adelante, CC), convocada por unos morros que se hacen llamar Fridays For Future (en adelante, FFF), y le dije a mi asesora que mi conciencia moral, guiada por la segunda formulación del aperitivo categórico, 3 me obliga-

org/wiki/Crisis_ambiental_de_la_Ciudad_de_M%C3%A9xico_de_2019 3 Creo que así se llamaba, ¡tomé Ética I hace mucho tiempo!, y la verdad es que ese semestre me dediqué más que nada a la cata de aperitivos de mezcal

ba a cancelarle la cita para participar, junto al resto de la humanidad, de tan importante manifestación. “Entiendo” -respondió ella- y, cuando yo pensaba que ya la había armado, concluyó con un “los académicos debemos asumir nuestra responsabilidad. Allá te veo”. :o Me salió el tiro por la culata: ¡ahora tenía que ir a una marcha! Q-U-É P-I-N-C-H-E H-U-E-V-A ¿Y si me golpean los polis? -pensé, ¿y si llueve?, peor aún: ¿y si me topo a alguna de mis amistades godinezcas que trabajan sobre Reforma?

Por ahí dicen que al mal paso hay que darle prisa, por lo cual me encontré con mi asesora en el Ángel de la Independencia, fuimos a la marcha y, ya camino al metro para regresar, los de FFF nos contaron un poco de qué iba este pedo del CC. Lo que plantean es bastante preocupante: están desapareciendo especies de una manera vertiginosa, los polos se derriten, y, si no disminuyen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero (de ahora en adelante, GEI), es posible que hasta la vida humana desaparezca en unos cien años. Como es bien sabido, un filósofo sólo se consagra entre los grandes después de dos siglos de recepción continua de su obra, por lo cual no vale la pena mover un solo dedo para mi tesis hasta que no se aclare si va a haber o no alguien que la estudie en el 2219.

Como ese día alcancé a aprender muy poco sobre el problema, le ordené a dos de los chairos de El alFFyLer que se reunieran cuanto antes con representantes de FFF-UNAM y así me ayudaran a despejar las dudas que me quedaban. De esta manera, se encontraron en Las Islas con tres amables e informadas señoritas y sostuvieron una conversación entorno a tres ejes. Aquí presentaré los puntos clave de la primera parte4 de la discusión, pero en nuestras redes sociales iremos subiendo los videos que tomamos. Qué es el CC y qué se propone FFF

Mis queridos chairos van inmediatamente al grano, y les piden a las señoritas que empiezen por contarnos de qué trata el movimiento FFF en los niveles global, nacional, y de la UNAM: “el movimiento de FFF -responde una- comienza con el activismo de una chica que se llama Greta Thunberg -tiene 16 años y es sueca- quien, al enterarse de la gravedad del cambio climático, decide manifestarse afuera del parlamento de Suecia todos los días viernes haciendo una huelga estudiantil”.5 La simpática niña la hizo tanto de a pedo que finalmente otros empezaron a unírsele, llegando a crear un movimiento a nivel mundial que convocó a varias jornadas globales de protesta, y México empezó a participar desde la primera de estas el 15 de marzo. Si bien en un primer momento se trató principalmente de chavos de colegio y prepa, los universitarios se pusieron al tiro en un par de meses: “nosotros como Asamblea FFF-UNAM hemos tenido encuentros desde aproximadamente mediados de mayo frente a la Biblioteca Central -cuenta otra de las chicas- e hicimos una amplia convocatoria a los diferentes sectores: alumnos, académicos, trabajadores, y todos aquellos que se quisieran sumar para hacer frente a la problemática del CC”. Desde mayo se han dedicado a convocar a las movilizaciones, dar talleres sobre CC, e im-

5 Sí creía yo haber visto algo sobre FFF desde inicios de año: en noticias hablaron de una morrita que protestaba con un cartel que decía “hago esto porque ustedes los adultos se están cagando en mi futuro”. Solo que no quedaba claro a cuál de los múltiples cagaderos que hemos hecho se estaba refiriendo.

pulsar nodos de FFF en otras universidades. Doy fe: las invitaciones que venían de su Feisbuc interrumpían a cada rato mi maratón vacacional de Narcos, Stranger Things, y Luis Miguel.

Ahora bien, como vieron que mis chairos fruncían el ceño cada que les mencionaban el CC, las señoritas procedieron a explicarles: “estamos ante un momento crucial en el que sabemos que si la temperatura sube más de 1.5 °C6 nos vamos a enfrentar a efectos devastadores, que implicarán muchas muertes, extinciones, hambrunas, problemas por el agua, y migraciones, con todos los conflictos sociales derivados de ello. Si bien estos problemas ya existen, se verían agravados por el CC”. Lo grave es que, según dijeron en octubre pasado los científicos del IPCC,7 se tiene hasta 2030 para reducir drásticamente las emisiones de GEI, o sino se alcanzaría un punto de no retorno. 11 añitos, ¿qué pedo banda?, ¿hacemos algo para que no pase, o ya ALV y armamos la vaca para despedir el planeta con una super-hiper-mega-peda en Las Islas?

Después de escuchar esto, mis chairos, que habían estado comiéndose los viáticos que les asigne para la jornada,8 empezaron a recoger toda la pinche basura

6 No se refieren a que la Tierra se caliente 1.5 °C a partir de ahora, sino respecto al inicio de la Revolución Industrial (para 2015 ya se había alcanzado 1 °C de aumento). Y seguro estarán pensando, “un par de grados más no le hacen mal a nadie, a lo mejor hasta nos ayuda a sudar la panza”. Bueno, pues dejen que les pegue una fiebre de 39 °C por unos días y nos cuentan si se siente chido. 7 Panel Intergubernamental del Cambio Climático, adscrito a la ONU y fundado en 1988. 8 Nutritiva ración de dulces y mazapanes, cortesía de que estaban dejando en el cesped por miedo a crear un colapso planetario. Si bien las señoritas les dijeron que cada quien habría de asumir la responsabilidad de contaminar lo menos posible, agregaron que FFF-UNAM ha llegado a la conclusión de que el problema es estructural: “¿cómo se generan las emisiones de GEI? Pues por la combustión de gasolina, carbón y demás combustibles fósiles, pero también por los procesos de deforestación, la digestión de las vacas -la ganadería es uno de los principales causantes del CC-, la generación de basura y los gases que se desprenden de ella, con lo cual habría de quedar claro que hay industrias muy particulares, países muy particulares, y un sistema económico que tienen mucha mayor responsabilidad”. Ya había aprendido yo que la acción individual aislada resulta impotente: a inicios de junio, cuando necesitaba un par de días libres de escuela para terminar mi exposición para el coloquio,encendí todos los electrodomésticos que pude, me comí media vaca, y hasta hice una quema con todos los borradores de mis proyectos de tesis anteriores. Aun así, la contingencia nunca regresó para salvarme :(.

Lo que me queda claro es que FFF-UNAM ha llegado a la conclusión de que el problema es el capitalismo9. Y sí, banda, ya sé; a mí también me parece

nuestros patrocinadores de la mesita del Cubículo Estudiantil Zenzontle (antes Cubo 200) de la FFyL. 9 Pero agregan que no pueden comprometer en ello a todos los demás nodos de FFF. Según afirman las chicas, FFF es un movimiento descentralizado, plural y democrático, así

que está un poco trillado, pero las chicas aclararon que tienen demandas concretas, y no van llenando sus pliegos a lo pendejo con abstracciones tipo “que se acabe el capitalismo”. Solo piden que se cumplan los compromisos que los mismos gobernantes han suscrito y ratificado en cada cumbre, convención, y/o edición del Vive Latino en el que se encuentran a cotorrear: “desde el Protocolo de Kyoto llevamos treinta años de pura papelería en cuestión del CC. Esos tratados internacionales no han detenido para nada la concentración de gases de efecto invernadero, y no han detenido tampoco el aumento en las temperaturas”. Al Estado mexicano, en particular, le piden que haga efectivo el marco legal con el que cuenta, pues...no mamen, ni que lo hubieran redactado para aprobar un extraordinario de filosofía del derecho: “México es de los países que tiene una mejor legislación al respecto del CC, muy bonita en cuanto a lo que está escrito y siempre suscribimos todo, pero no estamos realizando muchos cambios; al contrario, estamos viendo que se van a abrir más refinerías, que se están impulsando megaproyectos y el aumento de la ganadería, en lugar de una transición a modos más agroecológicos de producción, o una dieta más basada en plantas, etc.”.

No es más por ahora amigues. En la segunda parte de esta reseña hablaremos del rol de las humanidades y las ciencias sociales frente al CC y del impacto ambiental en Ciudad Universitaria, pero se las quedamos debiendo para nuestra próxima edición.

que cada nodo trata de llegar a sus propios consensos a partir de las posiciones de los individuos u organizaciones que lo conforman. Lo que cohesiona a FFF a nivel global es el reconocimiento de que el CC es real, y la convicción de que se puede y se debe actuar para enfrentarlo.

MEMARIO

En nombre del alFFyLer, Richairo Godínez quiere agradecer a: Todos aquellos que ayudaron en la obra de teatro; a los que ayudaron en el intento fallido del lanzamiento de la revista el año pasado; a los que colaboraron en la planeación del “festival Acciónart y letras” y con los elementos gráficos para esta revista; a los que participaron con un texto y nos compartieron gustosamente su experiencia personal en la Facultad de Filosofía y Letras. Al cubículo estudiantil “Zentzontle” por financiar la revista y permitirnos trabajar en el espacio. Finalmente, pero clave para este proyecto, a la editora Magali, pues sin ella esta revista no hubiera salido a la luz .

Convocatoria:

Invitamos a toda la comunidad (estudiantes, docentes, trabajadores) a participar con propuestas gráficas como dibujos, caricaturas, fotografías, memes, y/o literarias como poesía, prosa, estilo libre, cuento, ensayo o cualquier fantasía que pueda entrar en los criterios de El alFFyLer. Lo que buscamos es abrir el diálogo y la discusión en torno a las problemáticas de la FFyL. Así que, como ya hemos dicho al inicio, lo único que se censura es la falta de creatividad, el dogmatismo académico, textos con fines meramente panfletarios e incendiarios y las faltas a los principios de un diálogo humanista. Los lineamientos formales serán como el clásico trabajo final en Times New Romance, 12 puntos, interlineado 1.5 y máaaaximo (se pueden pasar tantito) 4 cuartillas. Para nuestra segunda edición, sugerimos tres temáticas: • Mecanismos de denuncia sobre violencia de género.

• Cómo se toman las decisiones dentro de la facultad de filosofía y letras (Alumnado-administrativos).

• Propuestas y conclusiones en torno al 3 de septiembre “¿Qué aprendimos?” Cuando la violencia llega a la academia.

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