El momento en que un condenado sale de la cárcel es especialmente importante porque es cuando puede reintegrarse con éxito en la sociedad o, por el contrario, ser arrastrado a la reincidencia. Esto es cierto para todos los tipos de delincuentes y, en particular, para los condenados por delitos relacionados con el extremismo violento o el
terrorismo. El momento de puesta en libertad y la libertad vigilada les ofrece una oportunidad única para asegurarse de que han abandonado las ideologías radicales que inspiraron su delito y que reciben apoyo para reintegrarse en la sociedad. Las autoridades locales tienen un papel clave que desempeñar en la coordinación de la cooperación
multiinstitucional a tal efecto. Su experiencia en la aplicación de políticas locales de prevención contra la radicalización que conduce al extremismo violento y para minimizar el riesgo de reincidencia los convierte en actores importantes a la hora de apoyar la rehabilitación y reintegración de los delincuentes extremistas.