CAMBIOS

Santander de Quilichao, Cauca, se convirtió a través de la historia del país en una de las zonas denominadas “zona roja”, en la que los habitantes han padecido y experimentado de distintas formas el sufrimiento del conflicto armado, donde las familias modificaron sus propias dinámicas internas y sociales, debido a la incidencia de este: los toques de queda, el temor causado por sonidos que no necesariamente fueran disparos, la incertidumbre en relación al bienestar y la (in)seguridad.

Síntomas de una cruda violencia, que sólo ahora se está aprendiendo a conocer y comprender de ese conflicto; conflicto que en ocasiones es ajeno pero que las muertes son de todos. Hoy tenemos la alternativa de poder tener una concepción más amplia del conflicto, de esa violencia que enmascara otras realidades y que, aun así, tenemos la opción de construir nuevos rumbos que nos permitan eliminar ese manto que nos ha cubierto los ojos durante la historia; hoy podemos permitirnos soñar de una manera distinta nuestro municipio, hoy tenemos la puerta abierta para que las nuevas generaciones puedan mirar hacia atrás y entender que siempre vamos a poder tomar mejores decisiones. Decisiones de cambio, decisiones que aunque puedan afectar en un futuro lejano, debemos asumirlas, porque Quilichao, no es una tierra sin dueño. Quilichao es el lugar en el que muchos nacieron y muchos fuimos acogidos por su gente y por las oportunidades que brindó para ver nacer nuevas familias, familias que hoy tienen sueños y esperanzas colectivas, sueños y esperanzas para todos.

Adrián Alexander Solarte Cruz