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NORMANDIAS

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ELLA

ELLA

Modos de vida que entretejen sus ranchos con el aparecer de lo natural para

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trasladar sus procedencias y poder existir dentro del mundo considerado urbano, un mundo que desde sus barrios

abre trochas y caminos con sus gentes que reconocen que lo rural cada día es más ciudad y la ciudad cada día es más rural. Entonces, dejan crecer el árbol que está a mi lado, en mi casa, dándome frescura y aliento de esperanza. Oscar García

Carreteras terminadas por aquellos hombres anónimos del barrio que cogen su pala para que las botas no se hundan en tan mojado pedazo de calle, que la lluvia lo remoja en sus días de desagüe, buscando siempre terrenos de comunidades que necesitan mojarse constantemente para resistir ese dolor que tanto aqueja…donde el padre deja a su hijo abandonado: He aquí tu barretón. Caminos, puertas y cercos crean y generan espacios y lugares para conversar esa vida, esa vida cotidiana. Solares llenos de historias y caminos pa’ recorrer portones, pa’ descansar… después de ese rio de gentes que van al carnaval a reconocer los cimarrones y palenques de aquel sector llamado África. Rostros de negros agarrados en sus esperanzas de ver ese cambio que llegara a tan lejana mirada de los altos y de las normandias… Normandias con sus lavaderos improvisados, pero con alegrías de pertenecer o permanecer en las tierras de unos y otros, pero nuestra como lo plantea la veci, aguas que llegan en tarros para irse por el canal de la cañada y en ocasiones nunca volver al anhelado sueño de volver a sus cambuches dejados por la guerra, guerra de nunca acabar…

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