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PERCIBIENDOSALSA
Ruby Anyela Ríos Zapata
Nos soy de aquí, pero muchas veces pensé en esta ciudad como oportunidad para progresar. Con temor y nostalgia me alejé de mi casa, llegué a un lugar donde de lunes a viernes de 10:00 a 10:30 am se escuchaba y bailaba salsa, pero en fechas especiales se usaban unos hermosos trajes de colores con lentejuelas y zapatos de charol que no solo atrapaban y reflejaba la luz, sino también mi atención, admiración e interés por los bailarines y bailarinas de salsa, que te hacen sentir como si hicieras parte de sus pasos cuando no estas bailando, que te hacen sentir una canción que no estás cantando, te hacen volar cuando son ellos los que están volando. Y aunque no soy de aquí, sabía los pasos básicos para bailar salsa: hacia adelante, hacia atrás y laterales. Una vez al visitar una discoteca de salsa me di cuenta que efectivamente eran demasiado básicos mis pasos, pero con una buena pareja de baile aprendí más, incluso a bailar cobado, bailando esa salsa romántica o la parte suave de la canción pegadito a la pareja en una baldosa, aprendí a hacer la clave ta ta tá ta tá, es decir, hice con mis manos el patrón rítmico que se usa con frecuencia en la salsa gracias a alguien que me dijo que para saber de salsa me faltaba calle. Y aunque no soy de aquí ¡Cali se convirtió en mi hogar y su salsa en mi cultura!
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