
1 minute read
QUIMERA
Quimera, la ciudad construida en el valle del río Cauca y que hoy día se extiende hasta sus orillas. Ciudad de dos reflejos, dos caras y dos realidades para quienes la conocen. En uno, es la ciudad amable, tranquila, fresca y natural que recibe a todo aquel que a ella llegue, ya sea por recorrerla o en busca de nuevas oportunidades; de espíritu fiestero, trabajador, cívico y tropical. A ello se le debe apodos como La Capital de la Salsa, La Sucursal del Cielo o La Sultana del Valle, que, si los vemos desde el otro lado, no todo es como lo pintan. En este, se observa una ciudad que cada vez es menos verde, más violenta y poco cívica. Donde el hambre y la pobreza se apoderan de zonas determinadas que solo las tienen en cuenta para que salgan y den su voto. Lugar donde nacen muchos y salen pocos, porque la necesidad hace de su diario un afán por obtener algo de ese poco que se pierde en la desigualdad y discriminación. Son aquellos a los que siempre nombran para brindarles oportunidades y ayudas, que en la mayoría de las veces llegan sino al 1% de la población que las requiere. Porque es ahí, donde siempre van a encontrar lo que necesitan para controlar una ciudad que tiene dos reflejos.
Lina Fernanda Laverde
Advertisement
