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ESPERA
Pasa el tiempo y ella comienza a extrañar su hogar, hasta que por fin llega el día esperado y como de costumbre Maday ha viajado a visitar a su papá y hermanos, pero esta vez ha sido diferente para su sorpresa no viajo por agua como siempre lo había hecho para llegar a Smeraldina, sino por aire como siempre había querido.
Fue tanta su emoción que sin pensarlo dos veces se subió al avión con la idea de poder estar junto a la ventana, ¿y qué crees? Lo consiguió y pudo ver como ascendía hasta quedar completamente por los aires. Como era de suponerlo ha quedado completamente maravillada del hermoso paisaje y más aun de ese bello lugar que la hace sentir en casa lejos de tanto tráfico en la ciudad, y como no sentirse bien rodeada de tanta naturaleza y de un inmenso río que lo atraviesa dando así abastecimiento y medio de transporte para sus pobladores.
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Ruth Jireth Sánchez