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AKUAIPPA
Entre murmullos y mitos sabemos de su existencia, nuestros ancestros aseguraban haber vivido en la maravillosa akuaippa, pero aquellas historias están desapareciendo, pero preservando el milagro de la vida por muchos más años. Aquí, siempre está lloviendo, la lluvia florece y brota a través de los cielos, deslizándose entre hojas altas cayendo hasta el suelo, para poder abrazar a la tierra en un fraternal encuentro. Las nubes abundan en lo alto, grises, gigantes, cubriendo todo sin miedo, de vez en cuando se escuchan los truenos y los fuertes tambores y flautas celebran al tiempo. Al cruzar las fuertes murallas de árboles, se esconde la vida absoluta, sin caos, sin ruido, sin la terrible desgracia provocada por el hombre. Brotan manantiales de agua pura y limpia, del color de los cielos, de un azul que solamente has visto en tus sueños y al beber de ella puedes sanar tu alma y tus heridas, por eso muchos habitamos y adoramos nuestra ciudad, los que se arrastran y caminan en cuatro patas buscan descanso alrededor de los manantiales, las aves surcan las ramas y vuelan bajo para escapar del tormento, sentado podrías ver más aves que estrellas en el firmamento, pero esto no siempre ocurre, desde hace mucho que algunas aves se ocultan o parecen haber caído en un largo sueño, tan sólo se oye la lluvia cayendo, sin flautas, sin cantos, sin magia… David Fernando Núñez Fernández Entre cantos de aves y flautas milenarias, se esconde
un lugar mítico. Bajo las densas copas de los árboles, se encuentra perdida, sin querer ser descubierta. Una cortina de bosques espesos la protege, en silencio, y de pie, como sabios vigías apartan su magia de las manos de los hombres.
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