En la vivencia de los valores institucionales esta el arte de saber vivir

Reflexión pedagógica tercer periodo.

En la Vivencia de los valores institucionales esta el arte de saber vivr

Edgar Martín Osorio Sepúlveda

Institución Educativa Cardenal Aníbal Muñoz Duque Santa rosa de Osos, Colombia Julio de 2019

Resumen En este ejercicio pedagógico se compartirá algunas apreciaciones sobre el arte de vivir y convivir desde la vivencia de los valores institucionales; la metodología utilizada en este ejercicio partirá desde un recorrido por los valores que la institución tiene; se recordará la definición de cada valor de acuerdo a lo escrito en el manual de convivencia; posterior a ello se ejemplificará con acciones que la institución tiene para llevar a cabo su vivencia y cumplimiento. En este recorrido se tendrá en cuenta teorías relevantes que le darán rigor académico e investigativo a este trabajo Palabras claves: Convivencia, educar, respeto, saber vivir, valores.

Vivenciando los valores para saber vivir Saber vivir es una cuestión que va más allá del gusto que genera el sentimiento por las cosas. El buen vivir requiere de la practica de muchos valores. A continuación, se enunciarán los que en la Institución Educativa Cardenal Aníbal Muñoz Duque se promueven desde el manual de convivencia. El orden en que se vayan dando a conocer no indica que unos sean más importantes que otros, porque todos son esenciales para la convivencia escolar.

No obstante lo anterior, es menester iniciar haciendo alusión al respeto, “comprendido éste como una actitud de valoración positiva que se ve reflejada en la manera en que una persona se comporta consigo mismo, los demás y el entorno” (Manual de convivencia, 2019, p.15), sin lugar a duda este es el pilar para la paz y la convivencia, porque la única manera de evidenciar su cumplimento es con la vivencia de los otros valores.

Un valor que se vivencia y refrenda el anterior, es el diálogo, entendido “como una actitud abierta para escuchar, intercambiar y construir ideas, saberes y experiencias de manera pertinente, oportuna y sincera en medio de una comunicación asertiva” (Manual de convivencia, 2019, p.15); la práctica de este valor sí que ha sido de utilidad en la institución, sobre todo con la confusión que el nuevo modelo de evaluación institucional ha suscitado, porque en el variopinto de situaciones presentadas, se han podido subsanar gracias al diálogo asertivo y oportuno, puesto que en lugar de generar conflictos, se ha convertido en oportunidad de aprendizaje. Cabe destacar el lema “dialogar hasta entenderse” que la institución promueve y que va en relación con el discurso de las personas para saber si es un discurso de paz real, que necesariamente pasa por entender en qué consisten los actos de habla que hacen referencia a actos como “hacer enunciados, dar órdenes, plantear preguntas, hacer promesas y más abstractamente, actos tales como referir y predicar” (Searle 1994, pp. 25-26) desde el respeto por el otro. Cuando se dialoga con la disposición de hacerlo hasta entenderse, puede lograrse un plan de contingencia eficaz para evitar la violencia, porque un dialogo asertivo, sin prejuicios hace trascender las diferencias entre los hablantes haciendo primar en ellos sus virtudes.

El siguiente valor a destacar es el de la participación desde la responsabilidad, “oportuna y respetuosa, como la posibilidad de expresar sus

ideas y conocimientos para beneficio propio y de la institución” (Manual de convivencia, 2019, p.15); este valor es vital en la convivencia porque en la medida que un sujeto se sienta parte activa de la sociedad, él será un gran soporte que aporta a tal convivencia. Un ejemplo de la vivencia de este valor se ve reflejado en el ejercicio democrático en la conformación del gobierno escolar, en el que se vive una democracia pura al ofrecérsele al estudiante condiciones para que pueda expresar lo que piensa por medio del voto, es decir, en palabras de Zuleta (1995) “es dejar que los otros existan y se desarrollen por sí mismos” (p.75) como ideal de la verdadera democracia.

En consonancia con lo anterior, se citará el valor de la corresponsabilidad, entendido “como la capacidad de asumir activa y responsablemente su rol en el mejoramiento de la convivencia” (Manual de convivencia, 2019, p.15), este valor es el complemento ideal para que una comunidad democrática entendida desde el bienestar individual y fortalecida en el valor que se le de al otro como parte activa y esencial en la sociedad. Una acción que ejemplifica la práctica de este valor en este centro educativo, es el trabajo colaborativo que la IE tiene como estrategia bandera para que el estudiante fortalezca y potencie sus habilidades desde las acciones sinérgicas; en este punto se pone en práctica también el valor de la solidaridad “entendida como la capacidad de generación de conciencia para fortalecer la dignidad y el bienestar del otro y los otros” (Manual de convivencia, 2019, p.15), es decir en el trabajo colaborativo se forjan y perfilan los futuros líderes, con capacidad de tomar iniciativa, gestionar y organizar productivamente grupos de trabajo que contribuyan al bienestar personal, institucional y social “Manual de convivencia, 2019, p.15).

En la convivencia fulgen valores esenciales como la verdad y la razón, entendido el primero “como capacidad para actuar con transparencia a la luz de la norma y principios institucionales” Manual de convivencia, 2019, p.15), valor que se vivencia desde todas las clases, en las que a los estudiantes se les inculca y fortalece como acción significativa de respeto al otro. En el caso de la razón, que es “la capacidad de discernimiento hacia la verdad, permitiéndose pensar antes de actuar y reconociendo que cada acción trae implícita una consecuencia” (Manual de convivencia, 2019, p.15), el estudiante del Cardenal lo interioriza a partir de las direcciones de grupo, escuelas de padres y otros

programas que se requieran para llevar a cabo el propósito del cumplimiento de estos valores.

La institución desde el nuevo sistema institucional de evaluación, esta promoviendo el valor de la disciplina y la autonomía como garantes para que el estudiante sea un sujeto muy competente, puesto que la disciplina “como fruto de la toma de conciencia frente al rol que desempeña en la comunidad y que posibilita la autoformación permanente” (Manual de convivencia, 2019, p.15), y la autonomía como “la capacidad para tomar decisiones críticas y responsables que conlleven al bienestar institucional a partir de acciones consientes” (Manual de convivencia, 2019, p.15), hacen redundar en una educación transformadora para la vida en la que prima el respeto por la dignidad de la persona. En este apartado es bueno resaltar que lo que se está haciendo a nivel institucional, será exitoso con la colaboración de los padres de familia, es por ello que la institución tiene varias estrategias para involucrarlos, como son la escuela de padres, consejo de padres, el proyecto todos aprendemos todos ganamos, que tiene como objetivo que el padre de familia se empodere de la formación integral de su hijo.

A lo anterior se puede anexar que a diferencia de otros seres vivos o inanimados, los hombres o mujeres puede inventar y elegir en parte una forma de vida. Optando por lo que parezca bueno, es decir conveniente para la sociedad donde se esté; se puede inventar, elegir y equivocarse, que es algo que a los conejos, las abejas y las hormigas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarse bien en lo que se hace y procurar adquirir un cierto saber vivir que permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir, es a lo que llaman ética (Savater,2003) y precisamente es a esto que la IE Cardenal Aníbal Muñoz Duque le esta apostando para tener una escuela transformadora, que sin ir en detrimento de lo académico, se priorice en la dignidad de la persona como principal aporte para la paz y la convivencia.

Conclusiones La institución es consciente que para la vivencia de los valores institucionales es necesario el trabajo sinérgico con los padres de familia.

La mejor fórmula para aprender a vivir en comunidad es mantener la cordialidad y el buen trato desde el respeto y la valoración del otro, cuyo resultado es la paz y la convivencia.

Saber vivir, o arte de vivir se puede llamar también ética y desde su práctica se puede obtener una escuela transformadora y generadora de oportunidades donde se prioriza la dignidad de la persona como principal aporte para la paz y la convivencia Una buena actitud permeada por el respeto y la cordialidad nos permite tolerar con quienes nos relacionemos sin importar en que comunidad se halle inserto.

Referencias

Diario la Vangaurdia. (2015). Aprenda a vivir en comunidad, recuperado de: http://www.vanguardia.com/entretenimiento/galeria/324401aprenda-a-vivir-en-comunidad Savater, F. (2003). Ética para Amador. Barcelona: Ariel.

Searle, J. (1994). Actos de Habla. Ensayos y filosofia del lenguaje. Barcelona: PlanetaDe Agostini, S.

S.f (2019) Manual de convivencia institucional. recuperado de: https://iecamd.edu.co/index2.php?id=59594 Zuleta, E. (1995). Educación y democracia un campo de combate. Bogotá: Corporación tercer milenio.