El autor dice ser «un curioso de la persona de María». Ahí nació la idea de escribir este libro: la curiosidad por la persona de María. Pero hasta el mismo autor se vio sorprendido a medida que avanzaba en su trabajo. Atraído por María, resultó que al final acabó centrando la atención en Jesús. Todo lo que es verdaderamente evangélico nos lleva a Jesús. Y María es más evangélica que nadie.