

400 ANIVERSARIO PINTURAS Santa Eulalia 400



Saluda del Alcalde
Con la llegada de diciembre, afrontamos en Totana un tiempo prolongado de celebraciones, en el que las fiestas patronales de Santa Eulalia son, sin duda, una buena ocasión para escenificar y disfrutar del reencuentro con familiares y amigos, y un excelente escaparate para quienes nos visitan.
Nuestras fiestas son dignas de ser conocidas porque tienen matices y peculiaridades que las hacen únicas. Entre éstas, las fiestas de La Santa son una oportunidad para compartir tradiciones, y encontrarnos con momentos añorados de nuestra niñez y juventud.
El pueblo de Totana se convierte en estos días en generoso anfitrión de vecinos, forasteros y personas que se marcharon y regresan por este motivo, haciendo gala de la hospitalidad inherente que nos caracteriza como comunidad.
Quiero agradecer y felicitar a todo el tejido social y asociativo de nuestro municipio por su implicación en la elaboración de este programa de festejos, confeccionado con gran cariño e ilusión por tantas personas para disfrute y convivencia general.
Deseo animaros a participar en las actividades programadas y me gustaría tener unas letras de recuerdo a los totaneros que están y a los que faltan, a quienes cada año, desde hace tantos, han aguardado a estas fechas para estar y compartir con los suyos.
Es tiempo de fiesta y espero que las viváis con arreglo a vuestros deseos, y con la emoción, alegría y respeto, con que lo habéis hecho siempre. Recibid un fuerte abrazo.
Juan Pagán Sánchez Alcalde de Totana




Saluda de la Concejal
Queridos vecinos y vecinas de Totana:
Una vez más, es un honor para mí, como concejal de festejos, dirigirme a todos ustedes para dar comienzo a nuestras queridas fiestas patronales en honor a Santa Eulalia en este año 2025. Este es un momento que aguardamos con emoción durante todo el año, ya que nos permite celebrar juntos nuestras tradiciones, nuestra historia y el profundo amor que sentimos por Totana y por nuestra patrona, Santa Eulalia.
Estas fiestas son una expresión de nuestra identidad, de nuestros valores y de nuestro profundo arraigo por todo aquello que nos une como totaneros. Celebrar a Santa Eulalia significa también celebrar nuestra historia, recordar a aquellos que nos precedieron y reconocer el esfuerzo de tantas generaciones que han transmitido de generación en generación el respeto y devoción a nuestra patrona. Ella es símbolo de fortaleza, entrega y compasión, y durante estos días, su espíritu nos acompaña en cada rincón de Totana.
Nuestro agradecimiento también va a cada uno de los trabajadores municipales, cuerpos de seguridad, asociaciones, hosteleros, músicos, artistas, comerciantes, voluntarios, y a todas las personas que han puesto su tiempo, esfuerzo y corazón para que estas fiestas sean inolvidables. Es gracias a su dedicación y compromiso que podemos disfrutar de unas celebraciones llenas de luz, alegría y momentos inolvidables.
Quisiera invitarles a todos a participar activamente en cada acto y actividad, desde los más pequeños hasta los mayores. Que todos juntos hagamos de estas fiestas un recuerdo imborrable, disfrutando con respeto, tolerancia y en armonía. Que nuestras calles se llenen de risas, de abrazos y de esos momentos mágicos que sólo se viven en Totana.
Estas fiestas nos recuerdan la importancia de la unión, la esperanza y el amor por nuestra tierra y nuestras tradiciones. Que la protección y el amor de Santa Eulalia nos guíen en estos días y durante todo el año, y que cada uno de nosotros siga siendo el ejemplo de una comunidad que sabe acoger, celebrar y vivir con intensidad.
Con mi más sincero afecto y compromiso,
Maribel Rubio de la Peña Concejal de Festejos


SUMARIO
3 5 8 16 20
Saluda del Alcalde Saluda de la Concejal Programación Fiestas de Santa Eulalia 2024
Cuatrocientos años del singular escenario pictórico del Santuario de La Santa
La Santa: un canto al arte y la naturaleza
22 26 32 34 36
Mis introspecciones de las pinturas de Totana La pedagogía de las pinturas murales del Santuario de Santa Eulalia de Mérida de Totana
38
Juan Garín Martí, la frescura de una visión pictórica renovadora en Totana a mediados de la década de 1950
Los frescos del Santuario de La Santa
Las pinturas de La Santa: más allá de las figuras y los colores
Edita: Ayuntamiento de Totana

Producción editorial:
Los infantes de Santa Eulalia y los 400 años de las pinturas de La Santa



FIESTAS DE SANTA EULALIA 2024.
SÁBADO 23 DE NOVIEMBRE
09:00 h. PIANOS EN LA CALLE
Lugar: Plaza Balsa Vieja
Organiza: Agrupación musical de Totana
La Agrupación musical de Totana llevará a cabo el proyecto “Pianos en la calle” durante todo el día desde las 09:00h hasta las 22:00h con la finalización de un concierto a cargo de la banda titular y banda de formación
11:00 h. VIII SCOOTER TOTALE
Lugar: Plaza de la Constitución
Organiza: Asociación Club de Vespas de Totana y Aledo (Club Vespatotale)
Scooters antiguas, vespas y lambrettas se darán cita en la Plaza de la Constitución y posteriormente harán recorrido turístico por Totana
16:00 h. I EDICIÓN DEL ALFARERA FEST
Lugar: Campo de fútbol anexo al Juan Cayuela
Organiza: Servicios Hosteleros el Parque S.L. Actividades musicales y culturales se darán lugar en el anexo al Juan Cayuela
(Mercadillo artesanal, hippies, foodtrucks, cerveza artesanal…)
Desde las 16:00 h hasta las 04.00h
18:00 h. PRESENTACIÓN CUADERNOS DE LA SANTA
Lugar: Santuario de la Santa
DOMINGO 24 DE NOVIEMBRE
09:00 h. XVII CONCENTRACIÓN DE VEHÍCULOS CLÁSICOS
Lugar de concentración: Lateral del Parque Municipal
10:30 H. EXPOSICIÓN DE VEHÍCULOS
13:00 H. RECORRIDO TURÍSTICO POR TOTANA
Organiza: Asociación de Vehículos Clásicos de Totana
12:00 h. TEATRO INFANTIL “TRIBUTO A CANTAJUEGOS” GRUPO FANTASÍA
Lugar: Centro Sociocultural La Cárcel, Teatro “GINÉS ROSA”
Horario: 17:00 h y 18:30 h
Entradas: Carlín Totana, entrada anticipada 8 €, en taquilla 10 €
VIERNES 29 DE NOVIEMBRE
17:00 h. INAUGURACIÓN DE LA FERIA DE ATRACCIONES a cargo de las Autoridadeslocales. Los días 2, 3, 4 y 5 en horario de 17:00 h a 19:00 h, se realizará las “Horas sin música” en atención a los niños y niñas con Síndrome de Trastorno Espectro Autista
Además, durante toda la tarde y noche, niños y adultos podrán subir a las atracciones instaladas en el Recinto Ferial con el “DIA DEL 2X1”
El 3 de diciembre se celebrará el “DIA DEL FERIANTE” con el precio de 2 €
Lugar: Recinto Ferial
Colabora: Asociación de Feriantes
18:00 h. MERCADO MEDIEVAL
Inauguración a cargo de las Autoridades Locales
Ambientación adaptada a la época medieval por todo el recorrido del mercado: telares, banderas, estandartes, en el que encontraremos puestos artesanales, de alimentación, zona infantil con atracciones y una amplia variedad de actividades: pasacalles, grupos de músicos, teatro, actuaciones de caballeros medievales, espectáculo de fuego y personajes de la época
Lugar: Plaza de la Constitución y Plaza Balsa Vieja
20:00 h. TEATRO INFANTIL
“QUE NO, QUE NO PAGAMOS”
Lugar: Centro Sociocultural La Cárcel, Teatro “Ginés Rosa”
Organiza: CEPAIM
Entrada gratuita.
SÁBADO 30 DE NOVIEMBRE
12:00 h. MERCADO MEDIEVAL
Lugar: Plaza de la Constitución y Plaza Balsa Vieja
17:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 17:00 h a 01:00 h
Lugar: Recinto Ferial
DOMINGO 1 DE DICIEMBRE
08:00 h. XXXVIII CAMPEONATO DE CAZA
MENOR CON PERRO
“FIESTAS DE SANTA EULALIA”
Lugar: Casa Don Ginés / Llano de Cabras/ Coto MU -10026
Organiza: Sociedad de Cazadores Santa Eulalia
12:00 h. MERCADO MEDIEVAL
Lugar: Plaza de la Constitución y Plaza Balsa Vieja
12:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 12:00 h a 15:00 h / 17:00 h a 01:00 h
Lugar: Recinto Ferial
12:30 h. MISA DE HERMANOS DE LA SANTA
Lugar: Santuario de Santa Eulalia
18.00 h. PRESENTACIÓN DE LA PRIMERA “PLAQUETTE” DE DOLORES LARIO
Con la obra y biografía de Eulalia González, pintora totanera que ha cumplido 80 años
Lugar: Teatro “Ginés Rosa”
LUNES 2 DE DICIEMBRE
17:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 17:00 h a 24:00 h
Lugar: Recinto Ferial
MARTES 3 DE DICIEMBRE
17:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA. “DÍA DEL FERIANTE”
Durante toda la tarde y noche, niños y adultos podrán subir a las atracciones instaladas en el Recinto Ferial a 2 €
Horario: de 17:00 h a 24:00 h
Lugar: Recinto Ferial
MIÉRCOLES 4 DICIEMBRE
17:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 17:00 h a 24:00 h
Lugar: Recinto Ferial
JUEVES 5 DE DICIEMBRE
13:00 h. INAUGURACIÓN FERIA DE DÍA “VEN A LA PLAZA”
16:30 h. Actuación de “David Andreu”
Lugar: Plaza Balsa Vieja
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
17:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 17:00 h a 24:00 h
Lugar: Recinto Ferial
19:00 h. FERIA DE NOCHE.
Sesión DJ’S para jóvenes
Lugar: Auditorio Marcos Ortiz
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
21:00 h. TRIBUTO A SABINA
“500 NOCHES”-SABINA EN LAS VENAS”
Lugar: Cine Velasco
Venta de entradas: Oficina de Turismo ywww.bacantix.com
VIERNES
6 DE DICIEMBRE
10:00 h. XXXV CARRERA POPULAR “DÍA DE LA CONSTITUCIÓN” T0TANA 2024
Información: Concejalía de Deportes. Tlf: 968422412
Horario: 10:00 h. carrera absoluta a las 11:15 h. carreras infantiles
Organiza: Concejalía de Deportes
Inscripciones: página de www.famu.es.
12:00 h. FERIA DE DÍA “VEN A LA PLAZA”
16:30 h Sesión DJ’S “KOKE”
Lugar: Plaza Balsa Vieja
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
12:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 12:00 h a 15:00 h / 17:00 h a 01:00 h
Lugar: Recinto Ferial
18:30 h. FESTIVAL NACIONAL DE FOLKLORICO INFANTIL Y JUVENIL
Participan los grupos: “Raíces Huertanas” de la Peña el Pimiento de Nonduermas (Murcia)
Asociación Cultural “Lola Torres” de Jaén
Coros y Danzas “Ciudad de Totana” Peña de La Mantellina
Lugar: Teatro “Ginés Rosa”
19:00 h. INAUGURACIÓN FERIA DE NOCHE.
20:00 h. Actuación “AWAKATE DJ’S”
23:00 h. Sesión DJ’S
Lugar: Auditorio Marcos Ortiz
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
20:15 h. CONCIERTO FIESTAS DE SANTA EULALIA “CORAL SANTIAGO”
Interpretación de Habaneras, Boleros y fragmentos de ZarzuelaPianistas: Juan Fran y Marian Ayala
Director: Ceferino Ayala
Lugar: Parroquia de las Tres Avemarias
SÁBADO 7 DE DICIEMBRE
10:00 h.-TALLER DE YOGA Y BAÑO DE SONIDO. “A BENEFICIO DE CÁRITASTRES AVEMARIAS”
Lugar: Sala polivalente Convento Padres Capuchinos
Inscripciones y más información: Asociación Yoga Sol y Tierra
Tlf. 690308779
12:00 h. FERIA DE DÍA “VEN A LA PLAZA”
16:00 h. Sesión DJ’S “JORQUERA”
Lugar: Plaza Balsa Vieja
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS 12:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 17:00 h a 01:00 h
Lugar: Recinto Ferial
17:00 h. ANUNCIO DE ROMERÍA
Lugar: Santuario.
En el Santuario, volteo de campanas y ambientación musical de Pre-Romería
19:00 h. FERIA DE NOCHE.

20:00 h. Actuación “Salitre”
23:00 h. Sesión DJ’S
Lugar: Auditorio Marcos Ortiz
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
20:00 h. CONCIERTO BENEFICO A FAVOR DE AFACMUR
Con los grupos locales: “Alma Llanera” y “Los Lecheros”
Venta de entradas: “Lencería Isabel Martínez”, “Floristería Riquelme”
D, Corazón, Carnicería Ángel”, “Alimentación Arcas”
Donativo: 5 €
Lugar: Cine Velasco
DOMINGO 8 DE DICIEMBRE
07:00 h. CHOCOLATADA EN LA SANTA
08:00 h. SANTA MISA en el Santuario de La Santa, cantada por el Coro Santa Cecilia
09:00 h. TRASLADO EN ROMERIA DE LA ÍMAGEN DE SANTA EULALIA hasta Totana
12:00 h. RECIBIMIENTO OFICIAL A SANTA EULALIA por su pueblo y autoridades. Traslado a la Ermita de San Roque
12:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 12:00 h a 15:00 h / 17:00 h a 01:00 h
Lugar: Recinto Ferial
12:00 h. FERIA DE DÍA “VEN A LA PLAZA”
16:00 h. DJ’S “GAUCHO”
Lugar: Plaza Balsa Vieja
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
18:00 h. CONCIERTO DE MÚSICA MEDIEVAL Y TRADICIONAL EN HONOR ASANTAEULALIA
Lugar: Ermita de San Roque Grupo: Albardín
19:00 h. FERIA DE NOCHE.
20:00 h. DJ’S “Pepe Medina” “Voy” y “Espadas”
23:00 h. Sesión DJ’S
Lugar: Auditorio Marcos Ortiz
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
LUNES 9 DE DICIEMBRE
09:30 h. PASACALLES DE LA AGRUPACION MUSICAL DE TOTANA
12:00 h. SANTA MISA EN LA ERMITA DE SAN ROQUE
12:00 h. FERIA DE DÍA “GASTRO”
17:00 h. Actuación “GRUPO STOLEN”
Lugar: Plaza Balsa Vieja
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
12:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 17:00 h a 01:00 h
Lugar: Recinto Ferial
18:00 h. TRASLADO PROCESIONAL de la Imagen de la Santa desde San Roque hasta la Parroquia de Santiago El Mayor. A su llegada, espectáculo pirotécnico y a continuación Santa Misa.
20:30 h. INAUGURACIÓN DEL BELÉN MUNICIPAL
Días: del 9 de diciembre al 6 de enero
Horario: del 10 al 21 de diciembre de 18:00 h a 21:00 h., domingos y festivos de 12:00 h a 14:00 h y de 18:00h a 21:00 h.
Del 21 de diciembre al 6 de enero de 12:00 h a 14:00 y de 18:00 h a 21:00 h
Lugar: Sala de Exposiciones Gregorio Cebrián
22:00 h. SERENATA a nuestra Excelsa Patrona en la víspera de su festividad, con lade los grupos locales: “Peña la Mantellina” y “Los Gauchos”
MARTES 10 DICIEMBRE
11:30 h. SANTA MISA. Concelebrada en honor a Santa Eulalia, presidida por el Obispo de nuestra diócesis, Monseñor Lorca Planes
Lugar: Parroquia de Santiago Apóstol
12:00 h. NOS VAMOS A LA FERIA.
Horario: de 12:00 h a 15:00 h / 17:00 h a 01:00 h
Lugar: Recinto Ferial
12:00 h. FERIA DE DÍA “VEN A LA PLAZA”
14:00 h. Paella Solidaria en Beneficio ELA Donativo 3€
15:00 h. Concierto “Los de La Juana”
Lugar: Plaza Balsa Vieja
Colabora: Asociación de Hosteleros ASEMHOS
18:00 h. SOLEMNE PROCESIÓN con la Imagen de SantaEulalia, A su llegada, espectáculo pirotécnico y a continuaciónSanta Misa
SÁBADO 14 DICIEMBRE
09:30 h. FASE LOCAL DE AJEDREZ DEPORTE ESCOLAR 2024 / 2025
Lugar: Pabellón Municipal “Manolo Ibáñez”
Inscripción: gratuita a través del Centro Docente hasta las 14.00h del jueves 5 de diciembre de 2024
Organiza: Concejalía de Deportes y Club Ajedrez Totana
09:30 h. FASE LOCAL DEPETANCA
DEPORTE ESCOLAR 2024 / 2025
Lugar: Pistas de Petanca del Club Petanca Paretón
Inscripción: gratuita a través del Centro Docente hasta las 14.00h del jueves 5 de diciembre de 2024
Organiza: Concejalía de Deportes y Club Petanca Paretón
20:00 h. CONCIERTO “BANDA SAN JUAN EVANGELISTA DE TOTANA”
Entrada: 5 €
Lugar: Salón de Actos del Colegio La Milagrosa
DOMINGO 15 DICIEMBRE
12:00 h. OFRENDA FLORAL. Concentración en la Glorieta del Convento y comitiva hacia la Plaza de la Constitución, para la OFRENDA FLORAL a nuestra Patrona Santa Eulalia de Mérida Se suprimirán las Misas de 12:00 h. en la Iglesia Parroquial de Santiago y de 13:00h. en la Parroquia de las Tres Avemarías
19:00 h. Del 11 al 19 de diciembre SOLEMNE NOVENARIO en honor a Santa Eulalia de Mérida, Patrona de la Ciudad de Totana, acompañado por los tradicionales cantos del “Coro de Hombres”
VISITAS
VISITA GUIADA AL YACIMIENTO DE LA BASTIDA
Días: 30 de noviembre, 6 y 7 de diciembre a las 12:00 h
Punto de encuentro: Instalaciones del yacimiento Compra de entradas: www.turismo.totana.es
VISITA AL MUSEO DE LA TORRE DE SANTIAGO
Días: 7 de diciembre
Punto de encuentro: Puerta principal de la Iglesia de Santiago
Horario: 10:00 h
Reservas y más información Oficina de Turismo
Tlf.968418153 correo: turismo@totana.es

Foto de portada Branndo Smith Benalcazar Encalada














Cuatrocientos años del singular escenario pictórico del Santuario de La Santa

Entre 1601 y 1624, en los muros del santuario de santa Eulalia, La Santa de Totana, se configura un conjunto pictórico en el que se despliega una catequesis de fe enfocada a ilustrar en los principales valores del Evangelio y de presentar el testimonio de aquellos que conformaron su vida a la luz de la Palabra. Esta iniciativa no solo se encaminó a ornamentar un espacio ya de por sí pleno de atractivo y seducción, de matices sagrados y mistéricos, sino también a mostrar el senti -
do de vida que emana de esas esencias. Recordar este aniversario, avalado por los cuatro siglos de tan principales y elocuentes expresiones, supone un motivo de gozo, de reconocimiento y admiración a aquellos que lo forjaron, como también a los que han sabido preservarlo, regalándonos un legado de belleza, seducción y contenido.
Génesis y transformación del santuario de La Santa. Los documentos más antiguos refieren la existencia de
una ermita dedicada a la devoción de la Mártir emeritense desde el siglo XV, argumentando que en esa centuria «era ya antiquísima la costumbre de visitar el eremitorio», cuidado por un ermitaño que «tenía plantados ciertos árboles» y que hubo de abandonar por la inseguridad del territorio, inmerso en los conflictos con Al-Ándalus 1. Concluida la Reconquista aumentaba el número de visitantes que acudían a presentar oraciones, peticiones y ofrendas a santa Eulalia, de tal modo que, para 1515,
1 AGRM. Leg. 1066, 31-I-1495. Ver MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M.: Eulalia de Mérida: Mil Setecientos Años. Exposición Conmemorativa de su Martirio. Ayuntamiento de Totana, Fundación La Santa. Totana, 2004. Descripción e inventario de la ermita de santa Eulalia de Mérida en Aledo-Totana a finales de la Edad Media y principios de la Moderna: documentos para su historia (1495-1549), p. 63.
Juan Cánovas Mulero Cronista Oficial de la Ciudad de Totana
Inspiradoras y elocuentes lecciones de fe y Evangelio, de testigos comprometidos con la Palabra de Dios, conforman el impresionante escenario pictórico que ilustra los muros del santuario de santa Eulalia.
en la visita de los representantes de la Orden Militar de Santiago, se precisa que hallaron el Santuario « bien reparado con las limosnas del pueblo » . Esa práctica que fue en aumento hizo que en 1549 estos delegados recordasen al mayordomo la necesidad de mantener la puerta abierta «los sábados e domingos e fiestas para que puedan entrar a rezar» los que llegaban al lugar 2. La raigambre de esta devoción y la expansión de su culto animaron al Concejo y al clero de la villa de Aledo-Totana en 1574 a plantear una importante intervención en el edificio, reforzando y posiblemente ampliando su estructura y concluyendo su cerramiento a partir de junio de 1582, momento en el que se compraba la madera, imaginamos que con la idea de dar forma a la armadura que cierra la nave del templo 3. Surgía así la única nave que lo compone, con coro a los pies. Tras la terminación de estos trabajos comenzaron actuaciones conducentes a desarrollar el ciclo decorativo que compone este valioso y expresivo relato gráfico. El presbiterio, a partir del arco toral, donde debió estar situado el primitivo altar, se construía a finales del siglo XVII.
La configuración de un espacio narrativo en los muros del santuario de santa Eulalia a través de la imagen. Concluidos los trabajos de fábrica del edificio religioso, las autoridades locales se plantearon, en octubre de 1601 la necesidad de llevar a cabo un programa iconográfico orientado a tutelar el fervor de los visitantes, presentando principales momentos del plan salvífico de Cristo y de la adhesión de aquellos que descubrieron en su mensaje un claro sentido existencial, resaltando, igualmente, el poder sanador de la Mártir, su capacidad para el consuelo espiritual y el restablecimiento de la salud. Ese primer encargo se hacía al pintor
2 AGRM. Leg. 1085, 29-V-1549.

Inscripción sobre la primitiva puerta de acceso al Santuario en la que se detalla la finalización de las pinturas. «Esta pintura se acabó en tiempo que era alcalde ordinario y mayordomo de esta santa casa, Gerónimo de Molina. A veintiocho de septiembre de 1624».
Juan Ibáñez, vecino de Mazarrón que se afincaba en Totana en 15964. Por esta intervención se le pagaba, en junio de 1602, ocho meses después, cincuenta ducados5. Lo escueto de la nota dificulta determinar con precisión la actuación que llevó a cabo el mencionado Ibáñez. Unos años después, en junio de 1606, la encomienda era mucho más precisa, pues en la visita del dignatario santiaguista al lugar, al ser informado de la capacidad benefactora de santa Eulalia, que «ha hecho y hace muchos milagros que algunos nos han mostrado y parece ser auténticos y que a ellos se debe dar fe y crédito», dispuso que esas manifestaciones se pintasen «en las paredes de la dicha ermita», con la condición de
que se ejecutasen «por pintor que sepa bien hacer y con la decencia debida», de tal modo que «inciten y muevan a toda devoción y no a risa, como otras pinturas suelen provocar»6. Por una parte, esta propuesta sugiere que el panel de los milagros, el situado en el sector del coro, sería uno de los primeros pasajes en establecerse y, por otra, genera algunas dudas, pues bien vendría a ratificar la producción de Juan Ibáñez o daba continuidad a un guion iniciado unos años atrás. Un vacío documental impide realizar un seguimiento preciso de las fases posteriores. No será hasta la entrega de cuentas del periodo 1622 a 1623 cuando aparezca una nueva inversión en el proyecto. En ellas, el entonces ma-
3 AMT. A.C. Leg. 3, 16-VI-1582. «Ordenaron que los mayordomos de las ermitas de santa Olalla y san Roque compren madera para cubrir las dichas ermitas, teniendo cuenta y razón, porque se cubran con toda diligencia y que para ello envíen un carpintero que lo entienda y escoja la dicha madera, dándole salario suficiente, que sea moderado».
4 Agradecer al párroco de Mazarrón, Antonio José Martínez Lázaro, su colaboración en la búsqueda de los datos sacramentales referidos a la familia de Juan Ibáñez durante su estancia en aquella población entre 1580 y 1598.
5 AMT. A.C. Leg 4, 23-VI-1602. «Que se dé libranza a Juan Ibáñez, pintor, de la limosna y renta de la ermita de Santa Eulalia, de esta villa, cincuenta ducados por haber el susodicho pintado la capilla de la dicha iglesia y aunque vale más cantidad la dicha pintura, el dicho Juan Ibáñez, pintor, ha resuelta y gracia de ella a la dicha ermita, y así lo acordaron y firmaron como se acostumbra».
6 AMT. Leg. 2205. Mandatos 7-IV-1606.

yordomo Juan Martínez Franco, el veinticuatro de agosto de ese último año, señala el gasto «en pintar la dicha ermita conforme al acuerdo del Concejo, así de su salario, como en comer y sustento de un aprendiz, su hijo, doscientos cincuenta y ocho reales.»7. En este contexto surgía un revelador acuerdo en enero de 1622, cuando se daba licencia al entonces mayordomo, el clérigo Francisco Castejón, con residencia en el eremitorio, para que asumiese el gasto a su costa y no al de la ermita por pintar «la vida y milagros de san Francisco, dentro de ella», encargándole este compromiso al pintor Juan Ibáñez. Desconocidas discrepancias acabaron por anular la decisión en esa misma sesión, revocándose el acuerdo, según se recoge en registro adjunto, en donde aparece escrito, «no se use de él en manera alguna» 8 . A pesar de ello, se constituyeron las escenas franciscanas que se exponen con imponente protagonismo entre los diversos episodios que armonizan el discurso narrativo.
7 Ibídem, 23-VIII-1623, f. 49 v. 8 AMT. A.C. Leg. 5, 16-I-1622.

Firma del pintor Juan Ibáñez en una escritura de poder de 1608. Vecino de Mazarrón en donde contrajo matrimonio con Mariana Ruiz en torno a 1580, llegaba a Totana en 1598, adquirió una vivienda en el barrio de Triana y en esta población bautizó a dos de los cuatros hijos nacidos de esa unión. Atendidas las demandas artísticas de las cofradías, para las que debió de componer lienzos, frontaleras, emblemas, recreaciones pictóricas… su compromiso con la producción pictórica del santuario de santa Eulalia fue de principal importancia.
Recorrido iconográfico de los muros de la nave del templo de santa Eulalia
Un total de dieciséis escenas relatan en el panel del coro los milagros de la santa. En el centro la Virgen del Carmen rescata almas del Purgatorio. Estas escenas, unidas a las del resto del muro, hacen un total de setenta y cuatro. Se estructuran los paramentos en dos gran-
des franjas, abrazadas por dos bandas, una inferior decorada con roleos que enlazan figuras, criaturas mitológicas, con cabeza de águila y cuerpo de león. En ella aparecen diversos escudos. El friso superior que recorre toda la nave se constituye con orlas, grutescos, personajes híbridos entrelazados, figuras de niños, motivos heráldicos...

En el muro del Evangelio la entrega de Cristo a través de su Pasión, Muerte y Resurrección constituye un documento de principal valor catequético. Fotografía Melchor Tudela.

En esta recreación del proceso pictórico que se llevó a cabo en el santuario de La Santa entre 1601 y 1624, se configuraba una serie de enseñanzas con la que presentar a los numerosos devotos que acudían al lugar claras y precisas lecciones de fe. En un espacio en donde no siempre se encontraban sacerdotes, la imagen, siguiendo las indicaciones del Concilio de Trento, aportaba con su claridad y precisión la información esencial para mover el corazón a la conversión, al compromiso evangélico. Dibujo realizado por José Hernández Lario, a quien agradecemos su generosidad y dedicación a la tarea encargada, como también su creatividad y la entrega a la devoción a santa Eulalia.
En los dos muros, Epístola y Evangelio, las escenas se estructuran en dos franjas superpuestas, separadas, mayormente, por el cordón franciscano. En el muro de la Epístola los temas referidos a la Virgen María y a la Natividad, dejan paso a testimonios de santos, santas y eremitas. En este muro, encima de la que fue puerta principal de acceso al templo, se encuentra la
inscripción que confirma la fecha de finalización de las pinturas, veintiocho de septiembre de 1624. El muro del Evangelio, además de exponer la entrega de varios santos eremitas, se detiene en la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, en momentos de la vida de san Francisco de Asís. En este paño, el altar dedicado a la figura del santo de Asís alberga una talla del escultor va -
lenciano José María Ponsoda, coronado por el escudo franciscano, combinado con la cruz de Santiago y corona de espinas. En los extremos las Virtudes: Caridad, Justicia (sobre un fondo de Gloria), Fe y Esperanza. Concluye esta franja con la imagen de Santiago en la batalla de Clavijo.

La Santa: un canto al arte y la naturaleza
Antes de entrar al Santuario se nos impone una naturaleza cautivante, es de esos lugares Sagrados con la magia propia de lo místico y de la energía telúrica de lo natural. Esas dotaciones predisponen a la paz interior con una predisposición al positivismo.
Nada más entrar por cualquiera de las dos puertas laterales la mirada se dirige a la joya del Santuario, la imagen de Santa Eulalia, colocada en el centro del retablo barroco.
Vista a la mártir adolescente empiezas a descubrir en los laterales representaciones de Santos, como la vida y obra de San Francisco de Asís, Santiago el Mayor, precursor religioso de la Reconquista y Patrón de Totana, pasajes bíblicos sobre todo del Nuevo Testamento. Al fondo están representados los milagros de la Santa, a ambos lados de una pintura significativa del purgatorio que la culmina una escena insignificante de Adán y Eva, de contenido conmovedor.
En todas las pinturas predominan tonalidades frías, colores terrosos, negros, grises, sienas, carmines tostados, blancos apagados--- Ausencia de amarillos, naranjas, verdes y algún azul apagado. El cromatismo ha sido sustituido por conceptos de clarividencia religiosa, las ideas por encima de la percepción visual. Las imágenes son las fuentes luminosas, la búsqueda de una belleza interior con la presencia de una luz incorpórea de lo representado.
Es curioso que tanto los personajes distinguidos y vestidos con suntuosidad poseen el mismo cromatismo que los humildes o paupérrimos vestidos con telas desvaídas o modestas.
Toda la escenografía compartimentada está enmarcada por dos cenefas estilo pompeyano con escudos de los pueblos de los alrededores, de familias nobles o benefactores del Santuario.
Cuando estuve en Perú, la región del Cuzo posee de lo más monumental
Juan Antonio Cortés Abellán

del barroco andino, la mejor muestra es la Iglesia de San Pedro Apóstol de ANDAHUYLILLAS Patrimonio de la Humanidad. Cuando entré me dio la sensación de estar en “La Santa Latinoamericana” pero con magnitudes infinitas. Iglesia con una estética única que armoniza con una cosmovisión de Dioses Incas como el sol y la luna, incorporando a este olimpo divino animales autóctonos como el puma, la serpiente o la vizcacha (conejo de los Andes). En toda esta mixtura se incorporan temas bíblicos, santos y escenas milagrosas.
En la Santa también se fusionan elementos de nuestras culturas mediterráneas como esos personajes mitológicos que grecorromanos, seres antropomórficos grifos, seres monstruosos.. Combinados con escenas y símbolos cristianos en torno a una heráldica
propia. Tanto en la iglesia Andahuylillas con en el Santuario de la Santa los artesonados son muy parecidos, de estilo modéjar con una más profusa decoración en la iglesia cruzqueña que en Santuario Totanero.
En ambos ejemplos de arte religioso hay una gran diferencia cromática, La Santa invita el recogimiento mientras la iglesia de Andahuylillas con colores efusivos e intensos le pone en conexión con la poderosa naturaleza, que también es mucho más potente que la murciana. Son los dos aspectos de la vida del ser humano: el éxtasis de la belleza interior con plenitud colorista como goce sensual.
Hay un elemento muy curioso en el centro de la Santa, una nave colgada que da vueltas, nos recuerda los descubrimientos americanos, una evoca -
ción al conocimiento de la búsqueda de mundos desconocidos que propician la fusión y el mestizaje de culturas.
Hay en la Santa escenas muy ilustrativas e interpretativas. Un personaje negro recostado en el suelo que le han hecho una prótesis o le han arrancado una pierna para un posible trasplante y un rico acostado en una cama lujosa y muy bien atendido, espera ser operado por unos cirujanos eclesiásticos, estos doctores van con vestimenta sacra. No sé si los obispos sanadores son los que han puesto los medios para tener éxito o están mediando el milagro.
Otra escena cautivante, cerca del Altar Mayor es un crucificado transfiriendo a San Francisco en las llagas de sus manos. El cristo posee alas en los brazos y cubriendo parte de su cuerpo¿Sera ésta una intención religiosa por transcender, para hacer volar el sufrimiento en aras de un paraíso prometido? Son situaciones que todos vivimos (paraíso e infierno van juntos). Como el pintor que lleva días encerrado buscando una solución para su obra y gracias al sacrificio ha encontrado una solución inesperada, tras indagar en un mundo desconocido.
Uno de los aspectos, para mí, de los más admirables de la Santa es que no hay un orden establecido en las escenografías representadas, pintadas, magnitud un tanto anárquica que predispone al visitante empezar por donde quiera, sin seguir un orden y sin necesidad de guía. Dependerá también del talante y del talento que le pongamos a esas visiones representadas con un arte simple y complejo a la vez, tan rutilante como sencillo.
Enhorabuena a Totana por poseer, venerar y conservar un paraje tan bello y hacer que los visitantes queden absortos de tanta hermosura.
Dios quiera que permanezca por mucho tiempo, que cuatrocientos años no sean nada para el disfrute de tanto arte y de tan importante naturaleza para favorecer la paz que todos necesitamos.





Mis introspecciones de las pinturas de La Santa de Totana
Gabriel Vivancos Abogado
Hace casi 50 años, cuando yo era un niño, mis padres nos llevaban a Totana todos los viernes por la tarde en el viejo Seat 1430. Mis hermanos y yo jugábamos en los asientos traseros en el largo viaje que suponía entonces llegar a Totana, atravesando todos los pueblos, incluido el de Librilla con el desesperante semáforo de la rambla.
Eran tiempos en los que no existían los cinturones de seguridad en los asientos traseros, ni reposacabezas y los niños podíamos jugar a nuestro antojo hasta que nuestros padres se cansaran de oír el jolgorio que provocábamos.
Recuerdo con nostalgia el frío intenso al bajar en el puente de la Rambla y las tiritonas en nuestro piso hasta que la calefacción hacía su esperado efecto.
Por aquellos entonces, mis padres nos llevaban a escuchar Misa todos los domingos y fiestas de guardar a la Iglesia de Santiago, con un sacerdote que se llamaba D. Domingo López. Aquellas homilías eran largas, muy largas especialmente para los niños como yo. Recuerdo que en Murcia las Misas ya eran más cortas, pero en Totana, el bueno de D. Domingo las alargaba más de una hora.

Por tal motivo, celebramos (mis hermanos y yo) con alborozo, la idea que un día tuvo mi padre de oír Misa en La Santa de Totana, lo que suponía la esperanza de una misa más corta y una visita a ese bonito paraje.
Al principio me incomodó mucho la multitud que se congregaba en el interior de la Iglesia, pero cuando nos sentamos en el banco mis ojos empezaron a recorrer la estancia. Lo primero que me llamó la atención, antes del inicio de la Santa Misa, fue la maqueta del barco suspendido del techo y mi imaginación voló a una fuerte tempestad donde la embarcación casi zozobraba, pero finalmente conseguía escapar victoriosa y cargada de riquezas arribaba a Mazarrón.
El sacerdote comenzó la Eucaristía, pero mi mente estaba ocupada entonces en descifrar aquellas pinturas que decoraban las paredes. Como no las entendía muy bien, traté de leer las inscripciones que de cuando en cuando encontraba entre escena y escena, pero no lograba tampoco entenderlas debido al estilo de las letras utilizadas por el artista, muy alejado de las cartillas de lectura que estudiaba en el colegio.
Mis ojos se posaron con gran sobresalto en una imagen que me impactó, fue la estatua de un monje que llevaba en la mano una calavera. Me conmocionó aquello, porque junto a él, había pintada la imagen de dos frailes, uno de ellos con un niño en los brazos. Mi
mente infantil asoció ambas representaciones de tal suerte que imaginé que aquel fraile había acabado con la vida del pequeño del que sólo quedaba ahora aquella siniestra calavera.
La misa continuaba, pero mi cabeza estaba cada vez más extasiada mientras mis ojos se esforzaban por recorrer aquellas extrañas pinturas sin moverme del banco.
Recuerdo que alrededor de la puerta de entrada alcancé a ver diversas escenas de la pasión de Cristo que, si bien no eran nuevas para mí puesto que las había visto similares en las procesiones y en los libros de religión, me sobrecogieron de forma especial; concreta -

mente la escena en que Cristo es clavado en la cruz y otra en la que es azotado en una columna. Alcancé a ver también alrededor del templo lo que me pareció una hiedra gigante con dragones y escudos.
Mi mente de niño recorría las pinturas como si de un cómic se tratara, de un lado a otro, sin mucho orden pero muy muy rápido. Mi congoja fue en aumento cuando acompañé a mi madre a comulgar (yo aún no podía, pero me gustaba ver a los mayores sacar la lengua) y pude divisar el dibujo de una cabeza cortada y ya en el camarín diversas escenas del martirio de una niña que terminaron por acelerarme la respiración.
Fue en ese momento cuando mi madre percibió que algo me pasaba y cuando llegamos al banco me preguntó.
Tras explicarle entre dientes que tenía miedo y la causa del mismo, me apretó la mano y me dijo que me esperara a que terminara la celebración.
Al poco, en el Santuario sólo quedábamos mi familia y unas pocas mujeres rezando de rodillas. Fue entonces cuando mis padres, nos explicaron el verdadero significado de aquellos murales que tanto me habían alterado.
Comprendí que el relato que contaban aquellas pinturas de Juan Ibañez, era una historia de amor que comenzaba con dos pergaminos en la entrada anunciando la vida de una heroína. Que la hiedra no era más que una cenefa con ángeles y con los escudos de varios pueblos del Reino de Murcia unidos por una misma devoción, que en las paredes, aparte de escenas de odio, también había imágenes de esperanza y protección. Entendí que allí se representaban relatos verdaderamente excepcionales, milagros que había realizado aquella niña llamada Eulalia. Vi representada la Navidad que tanto me gustaba, comprendí que aquel fraile de la calavera era en realidad S. Francisco de Asis y que la calavera que sostenía en sus brazos simboliza el desapego al mundo material, que los frailes que están a su lado son S. Buenaventura porque escribió la vida de S. Francisco y S. Antonio, franciscano y ejemplo de vida sencilla. Comprendí, en fin, que estaba ante unas pinturas hermosas, magníficas, que representaban el fervor religioso de un pueblo y que aquella niña


martirizada casi a la misma edad que yo tenía, era en realidad una de las santas más santas de toda la cristiandad. Han pasado mucho años desde aquel recuerdo, pero en mi memoria sigue intacto, y aún me pasa que cuando atravieso la puerta principal del santuario, un fogonazo de mi infancia me
estremece y compruebo que pese a las vivencias que atesoro, la belleza del santuario me sobrecoge y es entonces cuando con mucho cariño y admiración repaso las magníficas imágenes del Mural de la Santa, todo un privilegio. Disfrútenlo.





La pedagogía de las pinturas murales del Santuario de Santa Eulalia de Mérida de Totana
Por. Diego Jesús Romera González Totanero Eulaliense.

Cuando cualquiera de nosotros celebramos un aniversario, sea cual sea su duración y su motivo, nos encontramos con un momento clave que nos brinda la ocasión de reflexionar sobre el camino recorrido. Pero el poder celebrar un 400º aniversario, va mucho más allá, pues nos supone un hito verdaderamente extraordinario, ya que no es sólo celebrar cuatro siglos de historia, sino que también es una reafirmación de la identidad, de los valores y de los logros que han perdurado a lo largo del tiempo.
400 años representan el paso de muchas generaciones, momentos históricos clave y una evolución continua que han moldeado la esencia de lo que ahora celebramos en Totana. Este aniversario es
una oportunidad para rendir homenaje a todos aquellos totaneros que nos precedieron, al artista a quien debemos las pinturas, y también a quienes imaginaron y contribuyeron de alguna forma, para que este legado haya perdurado a lo largo de los siglos.
En este caso, me refiero al 400º aniversario de la terminación de las pinturas murales del Santuario de nuestra querida Patrona Santa Eulalia de Mérida.
Como totanero eulaliense, la celebración de este aniversario es un gran motivo de orgullo, pues para todos los totaneros, nuestro Santuario no es sólo un monumento histórico y/o turístico, sino que es el corazón de una de nues -
tras principales y señas de identidad y de nuestras creencias. Nuestro Santuario es un núcleo de identidad y de fe, y a la vez, es el testimonio silencioso del amor y la devoción que durante siglos hemos sentido por nuestra querida Patrona.
Las pinturas murales del Santuario no sólo embellecen su interior, sino que muestran parte de las creencias del pueblo cristiano totanero el cual, ha sabido mantener viva su fe y su tradición a lo largo de los siglos. La devoción a Santa Eulalia está profundamente grabada en nuestra forma de ser, en nuestra cultura, y esas pinturas son un reflejo tangible de esa conexión espiritual que nos une como comunidad.
1.- La pedagogía de las pinturas murales.
El lenguaje simbólico es crucial para la experiencia de lo trascendente, especialmente en la fe cristiana. Sin embargo, educar en este lenguaje hoy no es nada fácil, debido a la sobreabundancia y saturación de imágenes que hallamos continuamente en nuestro entorno, lo que dificulta el proceso de simbolización.
A lo largo de la historia del cristianismo, Dios ha revelado su presencia y misterio a través de palabras y hechos que nos manifiestan su presencia y su misterio. Y para comprender este mensaje divino, es fundamental una educación adecuada que nos posibilite el descubrimiento de su contenido.
Desde sus orígenes, la Iglesia ha utilizado diversos recursos pedagógicos para transmitir la fe, como las Sagradas Escrituras, las oraciones, los sacramentos… al igual que también se ha servido del arte. Entre las diversas expresiones artísticas empleadas, las pinturas murales destacan como una de las formas más antiguas de arte al servicio de la fe, mostrando cómo Dios ha actuado en la historia y ha inspirado a creyentes de todas las épocas.
Las paredes de la nave central del Santuario de Totana están completamente decoradas con pinturas murales realizadas al temple. En el muro de la Epístola, escenas de la vida de Santos; en el muro del Coro, escenas de los milagros obrados por la intercesión de Santa Eulalia; en el muro del Evangelio escenas de Vida del Señor, de la vida de San Francisco de Asís, terminando con una imagen del Patrón de Totana. Este recorrido pictórico culmina con las pinturas del Arco Toral (el cual se abrió en el s.XVII para ampliar el Santuario). Todo este amplio despliegue pictórico hace que el visitante, nada más cruzar el umbral del templo, se sienta imbuido por un singular ambiente que le predispone de manera muy especial, para sentir una experiencia espiritual y religiosa en su encuentro con Santa Eulalia.
2.- ¿Por qué se pintaron estas escenas en las paredes del Santuario?
La Ermita inicial de La Santa en Totana fue construida en el siglo XIII, pero las pinturas murales que cubren la nave central no se realizaron hasta el siglo XVII.

Pero hoy, 400 años después, seguimos sin saber con certeza, cuáles fueron los motivos e intereses que llevaron a los totaneros del siglo XVII a decidirse por una serie de escenas concretas, para decorar las paredes con pinturas murales.
Sin embargo, es muy probable que -dado el contexto de la época en la que se pintaron-, estas decisiones se tomasen siguiendo las normativas de la Iglesia vigentes en aquel entonces, basadas en los principios establecidos por el Concilio de Trento.
Las normas tridentinas ordenaban a los obispos instruir a los fieles sobre la veneración de santos e imágenes, asegurándose de que las imágenes en los templos sirvieran para recordar los misterios de la redención y evitar cualquier posible error doctrinal. Y ahí podríamos centrar el punto de partida del que se partiría en aquel entonces, para la elección de las escenas de las pinturas.
3.- El testimonio de otros Santos presentes en las pinturas murales de La Santa.
Como hablar de las 73 escenas pictóricas presentes en las paredes interiores del Santuario sería muy extenso, me centrarme sólo en aquellas que nos hablan de otros testimonios de santos que sufrieron martirio, ya que estos son de gran importancia para nuestra fe, pues sus vidas son también modelo de entrega total a Dios.
En las pinturas murales de la nave central de la Ermita de Santa Eulalia, nos encontramos con una serie de escenas que representan a 15 santos y santas que también recibieron la corona del martirio (En el Muro de la Epístola, tenemos a catorce de ellos, y en el Muro del Evangelio, a Santiago el Mayor).
Estas escenas nos hablan de fortaleza, coraje y fidelidad en medio del sufrimiento, y nos inspira a vivir con mayor
En el año 1993, el carpintero y ebanista totanero, Andrés Romera Martínez, realizó una nueva vidriera para el camarín de Santa Eulalia, que sustituyó a la anterior que estaba muy deteriorada.

convicción nuestra propia fe y a afrontar los retos de la vida con esperanza. Los cristianos tenemos que tener presente que los mártires son un recuerdo permanente -como el que tenemos en Santa Eulalia-, de que el amor a Dios trasciende cualquier prueba, y que su sacrificio es un testimonio poderoso del poder transformador de la fe.


Acerquémonos visualmente a ellas:


San Cristóbal (+ siglo III dC)
San Juan Evangelista (+ siglo I dC)
San Andrés Apóstol (+ siglo I dC)
Santa Úrsula y compañeras (+383 dC)






Santa Catalina de Alejandría. (+ siglo VI dC)
Santa Lucía y Santa Quiteria (+304 dC) / (siglo II dC)
San Josafat (+1623)
San Juan Bautista (+ siglo I dC)
San Pedro y San Pablo (+ siglo I dC)
Santa Águeda. (+ siglo III dC)


Para concluir…
Los mártires, a lo largo de la historia, han sido una fuente de luz que despierta la conciencia moral, ya que, al ser testigos del bien, se convierten en un "reproche viviente" para aquellos que incumplen las leyes.
En Santa Eulalia de Mérida, tenemos el modelo permanente del testimonio de la verdad revelada por Cristo, y el claro referente de que el esplendor de la verdad moral se ha de mantener por encima de cualquier adversidad.
Este 400º Aniversario nos invita a mirar al futuro con esperanza, pero siempre con los ojos puestos en nuestras raíces, pues la importancia de su celebración no sólo reside en la conmemoración de un momento del pasado, sino en el reconocimiento de lo que significa para nosotros como pueblo totanero.
Debido a ello todos los ciudadanos de Totana tenemos la responsabilidad de seguir cuidando y protegiendo nuestro Santuario, nuestras tradiciones y nuestra devoción a Santa Eulalia, para que siempre perduren en el tiempo.


Santiago el Mayor (+ siglo I dC)
Santos Cosme y Damián. (+304 dC)





Los frescos del Santuario de La Santa
Francisca Muñoz y Manuel Herrera
Los frescos del Santuario de La Santa en Totana son una oda al dominio técnico del arte barroco, una muestra asombrosa de cómo la pintura mural puede transformar las paredes en una experiencia sensorial y espiritual envolvente. Más allá de su valor narrativo, lo que los convierte en una joya es el uso magistral de la técnica y el color, que logran fusionar lo terrenal con lo divino en una simbiosis casi palpable. Aquí, los frescos no son meras imágenes decorativas, sino manifestaciones vivas de una maestría pictórica que eleva el espíritu a través de sus recursos formales.
Son más que una muestra del arte barroco: son un triunfo técnico y emocional, una obra de arte que trasciende el tiempo. Los colores vibrantes, la maestría en el uso del claroscuro, y la capacidad de los artistas para crear volumen y profundidad en una superficie plana, elevan estas pinturas a una categoría única. Aquí, el arte no solo se contempla; se vive, se siente, y nos conecta con lo más profundo de la experiencia humana y divina
La técnica del fresco es, por sí misma, un arte de gran exigencia. Pintar al fresco requiere precisión y rapidez, ya que los pigmentos se aplican sobre una capa de yeso húmedo, de manera que los colores se fijan a medida que el muro se seca. Los artistas de estos frescos dominaron esta técnica con un virtuosismo que impresiona. Aquí no hay margen para el error: cada trazo debe
ser certero, cada transición de color debe fluir perfectamente mientras la superficie aún está fresca y receptiva.
En los frescos del santuario, esta destreza se percibe en la perfecta integración entre las figuras y el fondo arquitectónico. Los contornos son nítidos y precisos, pero sin perder la suavidad necesaria para crear transiciones sutiles entre las luces y sombras. La habilidad con la que los artistas han logrado dotar de volumen a los personajes mediante el claroscuro es una prueba fehaciente de su dominio de la técnica. Utilizan sombras profundas y luces radiantes para modelar las figuras, dando la sensación de que se elevan y flotan en un espacio tridimensional que trasciende la pared. La tridimensionalidad lograda no es solo una ilusión visual, sino una experiencia física para el espectador, que se siente invitado a participar en la escena.
El claroscuro, una de las marcas distintivas del barroco, alcanza en estos frescos un nivel sublime. La forma en que la luz juega con la sombra no solo confiere volumen a las figuras, sino que las envuelve en una atmósfera casi dramática, cargada de emoción. Las figuras parecen suspendidas en un flujo de movimiento continuo, como si estuvieran a punto de cobrar vida, mientras que la luz que las ilumina no solo resalta sus contornos, sino que también las sacraliza, envolviéndolas en un halo divino.

El contraste entre zonas de oscuridad profunda y explosiones de luz es clave en la narrativa visual del santuario. La luz no solo embellece, sino que guía la mirada del espectador hacia los puntos de mayor importancia. En las escenas de mayor dramatismo, como el martirio de Santa Eulalia, la luz destaca los gestos y expresiones faciales con una intensidad que evoca el sacrificio y la devoción. Es una luz que nos habla de lo trascendente, que nos conecta con una dimensión espiritual más allá de lo mundano.
El color en estos frescos no es simplemente decorativo; es un lenguaje en sí mismo, cargado
de simbolismo y emoción. El uso de pigmentos naturales, que han resistido el paso del tiempo con una vivacidad casi milagrosa, es uno de los aspectos más asombrosos de estas pinturas. La paleta cromática, dominada por los tonos dorados, rojos y azules, crea una atmósfera envolvente que parece vibrar con la energía espiritual del lugar.
Dorados: Los dorados, presentes en halos, rayos de luz y elementos celestiales, simbolizan la presencia divina. Este color no solo brilla con intensidad, sino que envuelve las figuras en una aureola que las separa del mundo terrenal. El oro, aplicado con gran habilidad para reflejar la luz natural

que entra en el santuario, parece iluminar las escenas desde dentro, dándole a cada figura un carácter sagrado y eterno.
Rojos y Carmesíes: El rojo, con su intensidad, es el color del sacrificio, la pasión y la sangre derramada por la fe. En los frescos, este tono marca los momentos de mayor dramatismo, como en el martirio de Santa Eulalia. Su uso en los ropajes y en los cielos dramáticos dota a la escena de una fuerza visceral que parece latir desde las paredes. Este rojo barroco, aplicado en tonos saturados y vibrantes, no solo dinamiza las composiciones, sino que nos transmite la intensidad emocional de cada escena.

Azules y Cielos: El azul, presente en los cielos y en los mantos de los personajes sagrados, es el color de lo celestial, de lo que está más allá de nuestro alcance. En estos frescos, los tonos azules, desde los más profundos hasta los más diáfanos, crean un contraste con los rojos y dorados, equilibrando la composición y reforzando la idea de una narrativa en la que lo humano se encuentra con lo divino. Es un color que genera serenidad y eleva la mirada del espectador hacia las alturas, hacia ese cielo inalcanzable que parece extenderse más allá de los muros del santuario.
El dominio de la perspectiva y la creación de profundidad es-
pacial son otros de los grandes logros técnicos de estos frescos. A través de una sofisticada manipulación de la escala y los planos, los artistas logran que las figuras parezcan proyectarse hacia el espectador, como si existieran en un espacio que trasciende la superficie plana del muro. Esta ilusión de tridimensionalidad es tan convincente que uno se siente rodeado por los personajes, como si estuviera participando en las escenas sagradas. La arquitectura pintada, los cielos que se abren, las figuras que se alzan majestuosamente: todo está diseñado para crear una sensación de inmersión total.
Uno de los rasgos más impactantes de estos frescos es el
dinamismo de las figuras. Los pliegues de los ropajes, trabajados con tal delicadeza que parecen moverse con el viento, dotan de una energía cinética a las composiciones. Los personajes no están estáticos, sino en constante movimiento: ángeles que descienden del cielo, santos en momentos de éxtasis, mártires que sufren por su fe. Este dinamismo, acentuado por el juego de luces y sombras, es el alma del barroco, un estilo que busca conmover profundamente al espectador, haciéndolo parte de la escena.


Las pinturas de La Santa: más allá de las figuras y los colores
La ermita de Santa Eulalia, verdadero tesoro para los totaneros, es más que una joya del patrimonio regional. Sus pinturas murales no solo cuentan historias religiosas, sino que también poseen una rica simbología vinculada a los colores utilizados. Quienes hemos tenido la oportunidad de hacer una inmersión en ese espacio mágico y extraordinario, hemos podido percibir las sensaciones que transmiten los ocres rojizos, el negro, los blancos y los azules. Cada uno de estos colores no solo se relaciona con la estética de las escenas y personajes representados, sino que también lleva consigo connotaciones culturales, espirituales y emocionales que enriquecen la interpretación de los frescos.
La tonalidad predominante es la de los marrones, el color siena de los montes donde está la ermita, los ocres rojizos que nos evocan el arraigo a la tierra, a las costumbres y las tradiciones, la conexión con el entorno, con el campo. El color siena nos conecta con la estabilidad, la seguridad y la fertilidad. En la ermita el predo-
minio de los ocres rojizos es sin duda un homenaje a la tierra que es nuestra principal fuente de riqueza, a la vida rural que han marcado la vida de los totaneros.
Además, el siena se relaciona con la humildad y la sencillez. En muchas tradiciones artísticas, los colores terrosos se utilizan para representar la humanidad y la vulnerabilidad del ser humano frente a la inmensidad de la naturaleza. Las figuras y las escenas pintadas en siena transmiten un sentido de conexión y pertenencia al lugar donde se erige la ermita, a la importancia del arraigo y la identidad cultural.
También hay una presencia significativa del color negro, pigmento que el pintor obtendría del carbón. Este color nos retrotrae al misterio y a la profundidad; en diversas culturas, el negro representa lo desconocido, lo sagrado y lo oculto. También se asocia con la muerte y la penitencia, pero a la vez simboliza la protección y la fuerza.
El pintor utilizó el negro para enmarcar figuras y resaltar ciertos elementos, crean-
do un contraste poderoso que delimita y capta nuestra atención. Además, el negro nos sitúa ante escenas que abordan temas de lucha espiritual, de conflictos internos… De alguna forma es la representación visual de las sombras que todos enfrentamos en la vida.
El blanco es también un color esencial y vinculado a la casa; la cal y el yeso son elementos básicos en la construcción y nos dirigen directamente a la solidez, al refugio, al origen; además el color blanco simboliza la pureza, la luz y la divinidad. En el ámbito de lo religioso, el blanco se utiliza para representar lo sagrado y lo celestial, evocando la presencia de lo trascendente y lo sobrenatural. En las pinturas de la ermita de Santa Eulalia, el blanco se encuentra en la vestimenta de las figuras o en elementos que sugieren la luz e iluminación.
Además, el blanco también se asocia con la esperanza y la renovación. En la tradición cristiana, este color es un símbolo de iniciación, de nuevos comienzos, lo

que puede interpretarse como una invitación a la transformación personal y espiritual de los que se adentran en el espacio sagrado de la ermita, el deseo de aspirar a lo sublime y lo puro, una búsqueda de la fe y la elevación espiritual.
Por último quiero hablaros del azul, caro y difícil de obtener en esa época, tal vez del lapislázuli. Es un color que históricamente ha estado asociado con el cielo y lo divino. En las representaciones de las pinturas de La Santa, el azul simboliza la protección, la sabiduría y la verdad. Este color puede evocar una sensación de paz y serenidad, invitando al espectador a contemplar lo eterno.
En la ermita de Santa Eulalia, el azul aparece en la vestimenta de personajes importantes, sugiriendo una conexión con lo celestial. Su uso puede invitar a la meditación y a la reflexión; es un recordatorio de la trascendencia y la espiritualidad. Además, el azul simboliza también el agua, elemento vital que representa la vida y la purificación.
La interacción de estos cuatro colores en las pinturas de la ermita crea un diálogo visual que nos transporta a espacios trascendentes. Cada color aporta su propia carga simbólica, pero también interactúan entre sí para contar las historias que aparecen en los muros: la vida de Jesús, la de algunos santos con arraigo en nuestra tradición, la de los franciscanos, el elenco de milagros protagonizados por Santa Eulalia… Así el contraste entre el negro y el blanco manifiesta la lucha entre la oscuridad y la luz; el siena nos arraiga y ancla la narración en nuestra realidad, mientras que el azul invita a mirar más allá, hacia lo divino.
La presencia de estos colores, el juego que entre ellos se establece ha dado lugar a un ámbito muy potente espiritualmente, permitiendo a quienes los disfrutamos explorar y reflexionar sobre misterios de la existencia y de la trascendencia. A través de la combinación de estos colores, las pinturas de la ermita de Santa Eulalia se convierten en un medio para expresar la complejidad de la experiencia humana y la búsqueda de lo sagrado.
La simbología de los colores en las pinturas de la ermita de Santa Eulalia en Totana debe llevarnos a entender los mensajes que, más allá de lo narrado, ha querido transmitir el pintor. A través del siena, el negro, el blanco y el azul, se articulan significados profundos que enriquecen la narrativa visual de la obra. Estos colores no solo tienen una finalidad estética, sino que también nos invitan a la reflexión sobre nuestra relación con la tierra, lo sagrado y lo eterno. Al disfrutar estas pinturas, no solo contemplamos la belleza del arte, sino que también nos conectamos con nuestra historia, nuestras creencias y tradiciones, con la identidad de quienes hace cinco siglos plasmaron en esos murales la expresión de un camino de espiritualidad y de belleza.
Juan Fco. Otálora Director IES Juan de la Cierva

Los infantes de Santa Eulalia y los 400 años de las pinturas de La Santa
Eduardo Monserrat Miembro del Patronato de La Santa

La creación del grupo de chicos-adolescentes “Infantes de Santa Eulalia” responde a la ilusión de mantener en nuestros jóvenes el espíritu de fe y devoción en torno a nuestra patrona y a sus valores como ejemplo cristiano. Pero a su vez, también se trata de que estos niños y adolescentes vayan adquiriendo unos conocimientos de las tradiciones, la historia y la cultura que emana de esta piedad popular.
Y dentro de esa formación está el conocimiento del Santuario de nuestra patrona y su historia.
En este contexto, y aprovechando la efemérides del IV Centenario de la conclusión de sus pinturas, se organizaron unas visitas guiadas al Santuario cuya gran novedad es que eran ellos, los Infantes, los que se encargarían de explicar la historia del Santuario, con especial atención a las pinturas.
Así, el 9 de febrero tuvieron lugar las primeras de estas visitas a la que acu -
dieron un gran número de familiares, pero también otras personas con interés en conocer este histórico y emblemático lugar visto con los ojos de estos jóvenes pero grandes historiadores.
El resultado no pudo ser más satisfactorio, mostrando a todos su desparpajo como guías turísticos y conocedores del gran legado cultural que supone también este Santuario.
Además, para concluir la jornada de visitas, se procedió a interpretar dos piezas musicales, cantadas también por los propios Infantes: El más popular de los Gozos a Santa Eulalia, “Oh Graciosa Ermitaña” y las “Rogativas a Santa Eulalia”, y cuyas letras se han podido recuperar gracias a personas que las mantenían en su recuerdo.
Pero además, tras el éxito de la jornada, se promovió también la repetición de estas visitas y, en esta ocasión, dirigidas al público escolar. El día 15 de marzo, cuatro grupos escolares de los colegios “Santa Eulalia” y “Santiago”



pudieron disfrutar de una jornada de conocimiento de este tesoro artístico explicado por chicos de su misma edad. Se complementó la visita con un taller de dibujo en el que los alumnos tuvieron la oportunidad de elegir entre los distintos “grutescos” que decoran las cenefas que enmarcan las pinturas, dibujándolos y a los que pusieron nombre, así como los escudos que también aparecen en las mismas cenefas, y que representan distintas localidades del antiguo Reino de Murcia.
Ambas jornadas sirvieron para dar a conocer, desde la mirada fresca y sencilla de los Infantes de Santa Eulalia, este legado a nuestros convecinos adultos y niños. Pero también para ser conscientes del valor que supone tener a este grupo de jóvenes que serán, en un futuro, los mejores embajadores de Santa Eulalia y Totana.

Juan Garín Martí, la frescura de una visión pictórica renovadora en Totana a mediados de la década de 1950
En este año en que se cumple el setenta aniversario de la fundación del Instituto Laboral Juan de la Cierva, recordamos la figura del que fuera su primer profesor de dibujo. Su estancia en Totana no sólo alentó la innovación y composición pictórica, sino que contribuyó a renovar modelos y formas, a incorporar técnicas y planteamientos de luz y color entre sus alumnos y vecinos.
Juan Garín Martí nació en Valencia el dos de junio de 1925, ciudad en la que cursó sus estudios en Bellas Artes. Por Orden Ministerial de diecinueve de febrero de 1955 fue nombrado profesor titular de Dibujo del recién establecido Instituto Juan de la Cierva y Codorníu, asistiendo ese mismo año, entre el trece de junio y el diecisiete de julio, a

un cursillo de perfeccionamiento. Su llegada a Totana, su compromiso con la ciudad y su implicación, así como la solidez de sus trabajos, impregnados de singularidad, colorido, viveza y expresividad en numerosas exposiciones, a la vez que los reconocimientos recibidos, lo descubren como un fecundo e inspirado creador. En esta tierra del valle del Guadalentín conoció a la que sería su esposa, Isabel Ruiz Díaz. La familia se instaló en Valencia, ciudad en la que falleció Juan el veintiocho de febrero de 2014.
En diciembre de 1955 y organizada por el Instituto Juan de la Cierva, se exponía, en los salones del Ayuntamiento de la localidad, una muestra de pintura colectiva, en la que se presentaban obras del totanero afincado en

Argentina Juan Areu Crespo, de Gregorio Cebrián, de Pío Augusto Verdú, de la alhameña María Dolores Andreo, de Napoleón Monzó y de Pedro López Guerao. En ella, según recoge la revista Deitania, mostraba sus trabajos Juan Garín, en concreto «un espléndido bodegón, sobrio de colorido y rico de volumen, y unos paisajes totaneros en los que ha acertado a plasmar la intensa luminosidad de nuestro ambiente levantino».
Durante su residencia en Totana eran frecuentes sus salidas a diferentes lugares de la población, como también al campo y a la zona de Los Huertos. Aspiraba a captar esos entornos en diversos momentos del día, percibiendo las tonalidades que ofrece la luz a lo largo de la jornada. Tras su labor docente en la localidad se conocen algunos de los lugares en los que estuvo destinado. En marzo de 1965, el Boletín Oficial del Estado, por resolución de la Dirección General de Enseñanza Laboral, lo trasladaba «desde el Centro de Coca al Centro de Enseñanza Media y Profesional de Vélez-Rubio» y, en agosto de 1977, ya como Catedrático numerario, le adjudicaban el Centro de Modalidad Agrícola-Ganadera de Hellín (Albacete), transformado para ese tiempo en Instituto Nacional de Bachillerato. (B.O.E. 10-VIII-1977).
Juan Garín el día de su matrimonio con Isabel Ruiz Díaz.
Copia de la virgen del Greco. Obra de Juan Garín. Imagen reproducida en la revista Deitania, en su edición número tres, referida al año 1955 y publicada por el Instituto Juan de la Cierva y Codorníu.

En el año 1955, Juan Garín pintaba esta escena referida a una de las calles de los barrios altos de Totana. La claridad y luminosidad de la obra, la destreza compositiva con el uso de formas geométricas puras, le otorgan un sentido de cercanía y de calidez. La armonía cromática que lo define funde los colores, con una pincelada corta para definir las zonas de luz. Una manifiesta ternura introduce al espectador a un espacio de humildad y acogida. Reproducción gracias a la generosidad de la familia Miralles Arnao.

El instituto Juan de la Cierva (Totana) conserva este plano urbano del «Arco de Las Ollerías», fechado en 1955. El autor articula una población afianzada en construcciones propias del siglo XIX, edificadas desde el tesón y el esfuerzo. Las ermitas de San José y San Roque, referentes de arraigadas devociones en la localidad, subliman la atmósfera que lo envuelve. Desde una curiosa perspectiva, Juan Garín revela la uniformidad de un conjunto coherente, en el que un ritmo suave alienta el caminar de sus gentes. Estos mismos valores, en los que predomina la serenidad latente en parte de sus obras, seducen por la conexión integradora. Garín, especialmente interesado en captar las múltiples tonalidades de la luz solar, por lo que solía acudir a pintar del natural, juega, en este lienzo, con sombras alargadas y pinceladas contenidas. Una pieza que forma parte de la hondura emocional de Totana.


La revista Deitania, boletín informativo del Instituto Laboral de Totana, ilustraba la portada de la edición de 1955, en su número dos, con el apunte de Juan Garín referido a la fachada del templo parroquial de Santiago. Esta misma imagen se usó para igual fin en la revista anual de Fiestas de Santa Eulalia, en el mes de diciembre de 1956. La portada de Fiestas de La Santa de 1957, en la que se recoge la imagen de santa Eulalia sobre una nube, es también composición de Juan Garín.

En esta imagen, que reproduce una panorámica de Juan Garín de una de las localidades del interior de la Comunidad Valenciana, que la familia visitaba con frecuencia y que publicamos gracias a la valiosa ayuda de Pepi Ruiz Díaz, se aprecian gradaciones de contraste, en un paisaje en donde el agua y una exuberante vegetación refuerzan la consistencia del núcleo urbano, aglutinado en torno al edificio religioso. Formas trazadas con acierto y apoyadas en la fragancia del color confieren a la obra un sugerente atractivo. Los matices y pinceladas, que aportan simultáneamente color y forma, quieren recordar al estilo posimpresionista. (Fotografía gentileza Gina Sánchez Cánovas).

Con naturalidad y elegancia, con identidad propia, Juan Garín permite que cada una de las flores que componen el ramillete, aún esbozadas, ofrezcan su vibrante belleza, en la que los colores se entremezclan con la textura de la tela. Desde esa perspectiva, su autor resalta el contraste, trabajando el fondo con minuciosidad y esmero. Reproducción gracias a la generosa colaboración de Pepi Ruiz Díaz. (Fotografía gentileza Gina Sánchez Cánovas).


EXPOSICIONES Y RECONOCIMIENTOS
El instituto Juan de la Cierva, con motivo del cincuenta aniversario de su creación, proyectó una exposición en la galería de arte Casa del Arcediano, coordinada y dirigida por la profesora del centro Manuela Troya Bedmar. En el catálogo se ofrece una relación de algunas de las exposiciones celebradas hasta ese momento por Juan Garín, como también la mención a premios y reconocimientos recibidos:
1945. Primer Premio de Pintura. Arte Universitario de Valencia.
1954 Exposición colectiva “Arte Plástico”. Valencia.
1955 Exposición colectiva Iltmo. Ayuntamiento de Totana.
1958. Segundo Premio de Pintura. I Certamen Nacional de Caravaca.
1973. Seleccionado en la II Exposición Nacional de Pintores Españoles.
1979. Exposición Individual en “Sala Precioso”. Hellín (Albacete).
Bodegón en el que Juan Garín ofrece formas esbozadas configurándolas desde la sencillez y apoyado en la intensidad del color. Su pincel, alejado de los empastes, singulariza las estructuras de los elementos que lo constituyen, a la vez que la trama del lienzo aporta su textura al cuadro, una simbiosis que cautiva e impacta. Reproducción cortesía Mª. José Silvestre.
1980. Seleccionado y Medalla de Cobre en el Concurso Nacional de Pintura. Ateneo Albacetense.
1994. Seleccionado en el I Certamen Nacional de Pintura “Patronato de Adolfo Lozano Sidro”. Priego. (Córdoba).
2002. Exposición Individual en la Sala de Exposiciones del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Bellas Artes de la Comunidad de Valencia. Valencia.
2002. Exposición Individual en la Galería de Arte de la Casa del Arcediano. Totana.
2004. Exposición Colectiva 50 Aniversario I.E.S. Juan de la Cierva. Casa del Arcediano. Totana.
(*). Agradecer a Elena Del Rey Tapia, estimada compañera en la labor docente, sus acertadas y precisas indicaciones para afrontar el planteamiento de este sencillo artículo
Juan Cánovas Mulero Cronista Oficial de la Ciudad de Totana

















