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LA CONQUISTA DE VALENCIA

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EL SALVOCONDUCTO

EL SALVOCONDUCTO

Recorrido: desde Cella (Teruel) hasta Valencia. Provincias: Teruel, Castellón y Valencia.

La conquista de la ciudad soñada

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La ruta literaria comienza en Cella, donde el Cid convocó a los que quisieran acompañarle a conquistar Valencia, y se desliza siguiendo el curso del río Palancia, en cuyo valle está Jérica, que fue conquistada por el Cid, y a continuación Segorbe, donde durmieron los 3.000 caballeros musulmanes que fueron a combatirle a Alcocer.

La ruta desemboca inevitablemente en el Mediterráneo, primero en Sagunto -donde el Cid instaló, según el Cantar, su cuartel general durante tres años- y El Puig, un punto estratégico a 15 km de Valencia. Históricamente el Cid conquistó la ciudad en 1094, tras meses de duro asedio.

Se cuenta que tras la conquista subió a la torre del alcázar para ver sus posesiones. El viajero actual puede rememorar ese momento subiendo al Miquelet, y recordando los versos del Cantar: “Qué grande es la alegría que corre por el lugar / cuando mio Cid ganó Valencia y entró en la ciudad”. Aquí murió en 1099.

La ruta

Esta ruta posee dos partes muy diferenciadas. La primera, entre Cella (Teruel) y Jérica (Castellón), conforma un itinerario

Torre mudéjar de la iglesia de San Martín, Teruel.

riquísimo desde el punto de vista histórico y medioambiental: pueblos con encanto y de intenso sabor medieval, parajes fascinantes, extensos bosques mixtos mediterráneos, pozas naturales donde bañarse, ríos, estrechos, y muchas otras singularidades de interés.

Teruel -capital del mudéjar aragonés, Patrimonio de la Humanidad- Mora de Rubielos, Rubielos de Mora y Jérica son las cuatro localidades declaradas Conjunto histórico y/o artístico en este tramo.

Tras dejar Segorbe, conjunto histórico-artístico con un poderoso patrimonio gótico, la ruta se dirige a Valencia. Siempre en descenso, la vista progresivamente se transforma, dando paso entre cultivos hortofrutícolas a un paisaje más urbanizado. Es entonces cuando se aparece a los viajeros la vista de las murallas de Sagunto, frente al Mediterráneo, una de las ciudades fortificadas más importantes del Mediterráneo y de más antigua fundación. Tras pasar por el Puig, la antigua Çebolla citada en el Cantar, y después de recalar en alguna de las playas del litoral mediterráneo, el viajero accede finalmente a Valencia, la gran recompensa del Cid y posiblemente, también del viajero cidiano del siglo XXI.

Hay varios espacios naturales de interés en esta ruta: los sabinares del Puerto de Escandón -entre Teruel y Puebla de Valverde-, los espectaculares Estrechos del Mijares -entre Olba y Montán- y el Curso Medio del Palancia -entre Caudiel y Algar de Palancia-. Entre Sagunto y Puçol, en el litoral, se encuentra el Marjal dels Moros, un humedal donde crecen plantas endémicas frecuentada por gran variedad de aves acuáticas.

La buena mesa del Cid: la Conquista de Valencia

La gastronomía en estos territorios está influenciada por la orografía. En el interior, montañoso, la comida es recia y sorprendentemente variada. De raíz tradicional ha incorporado

Castillo de Onda, Castellón.

Castillo de Torres Torres, Valencia.

nuevos ingredientes, como la magnífica trufa, y reinventado otros, como los aceites procedentes de olivos antiguos (algunos pudieron ver pasar al Cid).

Entre las carnes destaca el cerdo del que nace el afamado jamón de Teruel; el resto acaba en embutidos o en guisos populares como la olla. El caldo del cocido y el jamón, además de la corteza de pan y el huevo, son ingredientes imprescindibles en las pelotas de carnaval, populares en todo el Maestrazgo.

En la costa el gran protagonista es el arroz preparado en sus múltiples variantes: paella, arroz a banda, al horno, negro, con calabaza, en postres... Los pescados incluyen todas las variedades mediterráneas preparados de infinidad de formas, como por ejemplo el suquet de peix, un guiso muy sabroso. De paso, prueba los vinos de alguna de las D.O. de la zona: Valencia y Tierra de Castelló. Y si hablamos de bebida, no te olvides de la horchata, que tiene en Alboraya una de sus capitales. Por último, aquí se producen algunas de las variedades de naranjas y mandarinas más famosas del mundo: pruébalas en temporada y quizá te sorprenda el sabor de una naranja “de verdad”.

Fiestas cidianas

- La Gesta de Mío Cid. La Agrupación de Comparsas de Moros y Cristianos Marítimo de Valencia recuerda la figura del Campeador con La Gesta de Mío Cid, una representación en la que las diferentes comparsas desembarcan en la playa de las Arenas de la capital valenciana para dramatizar el asedio que sufrió Valencia por las tropas del Cid. Pólvora, música y mar son los ingredientes principales de esta representación que tiene lugar a principios de julio.

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