Fiestas de las
Angustias
AYAMONTE2018
Un vestigio del tráfico rodado El establecimiento de un código de señales para orientar a los viajeros en el tráfico por las calzadas data de la época de los romanos que fueron pioneros en fijar unas primeras señales de tráfico, los miliarios, unas columnas de piedra en las que se labraba a cincel los destinos y las distancias en millas romanas desde un punto a los diferentes destinos que comunicaba la vía en que se encontraban. Aquellas señales de tráfico fueron convertidas con el paso del tiempo en los mojones de piedra que aún hoy se pueden observar en algunas carreteras secundarias por las que circulamos; luego, sería el incremento del número de vehículos lo que aconsejó el tenerse que concretar una serie de normas y de señales de tráfico que fueran aceptadas internacionalmente tanto para su establecimiento en las carreteras como para la circulación por el interior de las ciudades.
Era ésta una señal que indicaba cuál había de ser el sentido correcto de la conducción a través del casco urbano de la ciudad en una época en la que, obligatoriamente, todos los carruajes tenían la necesidad de pasar por el centro de la población ya que la existencia de la batería baja del Baluarte de las Angustias impedía el tráfico a través del muelle. Y es que el Baluarte disponía de dos plataformas, una alta, de la que se conservan las cuatro almenas orientadas hacia el sur en las que estaba instalada la artillería que defendía la desembocadura del río para evitar los ataques piráticos, y una plataforma baja, sobre un terraplén y explanada, hoy inexistente, en la que se encontraban montados doce cañones de grueso calibre, un cuerpo de guardia, el repuesto para pólvora y otro cuarto más para los artilleros.
Bastaría cerrar los ojos por un momento y dejarse llevar por la imaginación para recrear una etapa de nuestra historia local en la que con unas señales ya en desuso, como la que más abajo se muestra -sobre el rótulo de la calle San Diego-, se conseguía orientar a los arrieros con sus carruajes y a los primeros conductores de vehículos a motor para seguir el itinerario recomendado. La señal SALIDA DE CARRUAJES, diseñada con chapa de hierro esmaltada, que personalmente he procurado preservar desde años haciéndole recomendaciones de los pintores de esa fachada, es un vestigio del tráfico rodado para los carros con ruedas herradas o sin herrar, para las berlinas tiradas por caballos u otras bestias y, finalmente, para los conductores de los primeros vehículos a motor que, procedentes del muelle situado al norte del embarcadero del Pasaje, tenían la necesidad de encaminarse hacia otras poblaciones para transportar la producción de las industrias conserveras.
La existencia de la citada batería baja (señalada con una flecha amarilla en la porción del plano levantado por Cecilio Díaz González, en agosto de 1857, que se muestra a continuación) que se adentraba en el río suponía un serio inconveniente para el tráfico de las industrias establecidas en la orilla del Guadiana ya
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