Águilas Verano 2025

Fotografía


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Saluda de la alcaldesa
Memorias de un Anfora
De trastienda a hogar: Memoria de Manuel gris
Nuestra señora Virgen de los dolores. Patrona de águilas
Mirando al mar XXX edición
Cuatro Plumas
Carnaval 2024
La mussona Orgullo y joya Del carnaval de águilas
La blanca paloma Vuela también Sobre águilas
Regalo de Vidas vividas 04
Águilas, Ciudad espartera 08 13 14
La llamada Cómic La máquina del tren
Lucerna decorada con menorah. Una pieza excepcional en el museo arqueológico de águilas «Águilas, paraíso del mediterráneo»: Historia de los primeros hoteles modernos (1960-1973)
Eventos verano julio 2025
Edita: Ayuntamiento de Águilas
Fotografías: Fernando Mula.
Un empeño rabaliano Y un internacional músico aguileño L Alma De Un Aguileño
Eventos verano agosto 2025
Producción Editorial
Águilas amanece marinera, dando la bienvenida a locales y visitantes con un abrazo de soleada alegría. Y un año más llega a nosotros el Libro del Verano que, gracias a la labor altruista de articulistas, ilustradores y fotógrafos, nos invita a descubrir rincones de nuestra ciudad, a disfrutar de las historias que contaban nuestros mayores en esos improvisados senados de sillas a la puerta de las casas, a reencontrarnos con amigos y familiares. A celebrar, una vez más, la vida. El libro del Verano quiere ser también el relato de la oferta cultural, festiva, deportiva y de ocio de nuestro municipio, aderezada con nuestra excelente gastronomía. Y tener como único objetivo disfrutar de la belleza de nuestras calas, playas y fondos marinos. Unos fondos marinos asombrosos de vida, texturas y colores que nos hace sentir como artistas pintando en su memoria exuberantes criaturas acuáticas. Transitemos por las diferentes rutas costeras y de interior, que nuestra historia y nuestros monumentos nos ayuden a descubrir el encanto de nuestra ciudad. Nos vemos por sus calles y plazas, donde la luz nos inunda en suave caricia mostrando en toda plenitud uno de los más bellos rincones del Mediterráneo.
María del Carmen Moreno Alcaldesa de Águilas
Aunque no hay fecha exacta documentalmente de su realización, ni el autor de bellísima imagen, algunos expertos opinan que fue realizada por el escultor barroco Francisco Salzillo. Otros se la atribuyen a discípulos de este, entre ellos Roque López o Fernández Caro.
Es muy posible que la imagen llegara al Puerto de Águilas a finales del siglo XVIII (1792), procedente de Orán, con motivo del traslado de los objetos de culto de las antiguas iglesias de Argelia convertidas en Mezquitas.
Según algunos antiguos testamentos de mayo de 1808, la imagen de nuestra amada Patrona era conocida primeramente por la advocación de la Soledad.
El 3 de diciembre de 1853 el obispo de Cartagena, D. Mariano Barrio, consagró la actual Parroquia de San José, trasladando la imagen al nuevo templo.
Trascurría el 27 de julio de 1855 y una grave epidemia de cólera azotaba todo el sureste peninsular. Águilas, a diferencia de gran parte de la Región de Murcia, no tuvo ningún caso de esta terrible enfermedad.
Es a finales de septiembre de ese mismo año cuando el pueblo de Águilas solicita que la Virgen de los Dolores sea Patrona de esta villa, bajo el convencimiento que había sido su maternal intercesión ante Dios, la que les había librado de la epidemia. Así, la corporación
municipal, en sesión extraordinaria, proclama el Patronazgo de la Virgen de los Dolores el 2 de octubre de 1855. Posteriormente, el 15 de agosto de 1963, la Virgen de los Dolores fue nombrada Patrona Canónica de Águilas por el inolvidable papa Juan XXIII.
El 2 de octubre de 2000, el obispo de Cartagena, preside la Santa Misa en la que nuestra imagen es Coronada como Reina y Madre de nuestro pueblo, debido a la enorme devoción popular, fuerte arraigo y consagrada veneración que se le procesa a la Virgen de los Dolores por parte de los aguileños.
Este año se conmemora el 25º aniversario de esta efeméride y desde la Cofradía que lleva su nombre, junto con la parroquia de San José y el ayuntamiento de Águilas, se ha preparado un amplio programa de actos, en los que se ha tenido en cuenta desde los más pequeños a los más mayores, abarcando desde charlas, talleres, una jornada episcopal de ámbito regional, belly painting, exposiciones, elaboración del Dulce de la Patrona, besamanos, procesiones, recogidas solidarias de material, cenas benéficas, poesía y música, concursos, meriendas solidarias, acciones comerciales y donación de sangre.
El acto principal será un traslado extraordinario y misa solemne que se realizará el 27 de septiembre en la plaza de Antonio cortijos y que será presidida por el Obispo de nuestra Diócesis.
Todos los fondos obtenidos en las diferentes acciones solidarias serán donados a Cáritas Parroquial San José de Águilas.
Artículo de Lorenzo Antonio Pallarés
Siempre que me piden algo sobre este personaje he de justificar sus orígenes y su antigüedad y porque siempre le he considerado una joya antropológica e histórica de nuestro carnaval, debido sobre todo a la falta de apego de los Aguileños a su cultura popular y a que sobre este personaje se han vertido interpretaciones pintorescas, basadas en conjeturas, como la que dice que fue debido a que los circos de los gitanos que pasaron por este pueblo entre los años 20 y 60 del siglo 20 y de los cuales yo también fui testigo, llevaban un oso como animal a domar y por eso dicen estos estudiosos de lo local, que las clases populares se disfrazaron imitándoles. Estas argumentaciones al ser fáciles de explicar han eclipsado las interpretaciones eruditas sobre su pasado. En otras regiones como veremos han venerado estas reminiscencias de un pasado mítico, y todos los profesionales de la cultura del carnaval que he consultado en diferentes regiones y países no tienen duda de su pervivencia y de su pasado ancestral, esperemos que este breve articulo sirva para ahondar en esta tesis.
En el estudio de encuestas sociológicas y antropológicas que hice auspiciado por la Comisión de gobierno del ayuntamiento de Águilas en 1993 sobre una población de más de 70 ancianos de entre 70 y 95 años de Águilas muchos mencionaban a la Mussona como un personaje del que les hablaban sus padres y sus abuelos, lo que nos llevaría si eran personas entre 70 y 90 años en los años noventa a ancestros de la segunda mitad del siglo XIX que ya lo contaban por transmisión oral, como también se hacía en mi familia que mi abuela Carmen hablaba de este personaje en su infancia, todas estas fechas no cuadran con la cronología del circo de zíngaros… De este estudio surgió el libro que coordine en 1995 de “Historia y Cultura de los Carnavales de Águilas” y que llevó a un hito histórico pues el 11 de diciembre de 1997 la secretaria de Estado de Turismo en Madrid conceder el título de “Fiesta de Interés Turístico Nacional” a los Carnavales de Águilas.
2-FUNDAMENTOS ANTROPOLÓGICOS: LA FIGURA DEL OSO EN EL CARNAVAL
Como los que se hacen en otras zonas por reconocidos antropólogos como son Julio Caro Baroja que habla de la presencia de la figura del Oso y la Osa en los disfraces de Carnaval. El Oso (y la Osa) Ambos animales dicen los autores sirven de asusta-chicos en Cataluña: el oso, en los altos valles de Lérida, y la osa en Andorra. La representación del oso danzarín había sido muy frecuente en Carnaval; y, cual en Peirot o el Marraco, los niños lo miraban con pavor, no como un fiero animal, sino en su condición de traga niños traviesos (Amades 1957: Caro Baroja, Julio (1974). También en zonas cercanas como en Almería tenemos las citas de Castro Guisasola, Florentino (1985). Y no es de extrañar que este tótem estuviera en la memoria histórica ritual y oral en la zona, debido a la presencia de osos hasta el siglo
XVIII en zonas cercanas como la Sierra del Segura según datos del Ministerio de medio Ambiente en su publicación. Distribución Histórica del Oso Pardo en la Península Ibérica.
Todos ellos nos hablan de la presencia inmemorial de este personaje en el ideario colectivo y como una de las máscaras tradicionales del carnaval ancestral, sin tener que recurrir a ninguna explicación artificiosa, ya que son animales y seres de la naturaleza los que inspiran estos arquetipos de las mascaradas populares.
La Noche de San Blas. El oso estaba asociado a La festividad de San Blas, tradicionalmente celebrada el 3 de febrero, tiene una estrecha relación con el carnaval y la llegada de la primavera. En algunas regiones, como el País Vasco, el oso y su guardián suelen participar en la celebración de San Blas, anunciando el inicio del carnaval, la tradición dicta que entre la noche de la Candelaria y la de San Blas, el oso despierta de su letargo, sale de la cueva, contempla las estrellas y la luna, y con esa visión predice cuan largo será el invierno. En efecto, el oso sale, por primera vez, de su madriguera el día 2, primera fecha posible del carnaval. Si hay luna llena vuelve a su cubil e hiberna un mes más, si hay luna nueva se queda “en el mundo y con esa visión predice cuan largo será el invierno. El oso simboliza el retorno de la luz y la alegría después del invierno. Estaba asociado refranes como el de “Si hiela por San Blas, treinta días más” “Por San Blas, una hora más” Coincidentemente en Águilas siempre existió la veneración a este Santo, habiendo muchos habitantes del entorno rural con este nombre, pues en la capilla de la cuesta de Gos aún se venera una hornacina con este santo.
En este día se llevaban a la iglesia diversos alimentos para ser bendecidos: panes, roscos, azúcar, sal, agua y pienso para el ganado, entre los más comunes. La ingestión de estos alimentos preserva de enfermedades diversas entre las que la memoria popular destaca, como es conocido, las afecciones de garganta protección ante dolencias del
oído, la nariz y la garganta, en Águilas mi abuela Carmen decía “San Blas San Blas que se ajoga este animal” cuando alguien se atragantaba. Es un personaje asociado a la figura del Oso y a las fiestas “ursinas”. Hemos de recordar que en el Garrobillo se siguen celebrando el 28 de diciembre la fiesta de los Inocentes, dentro de las tradicionales fiestas de locos que eran el tránsito entre la Navidad y el Carnaval propias de las fiestas como Saturnales y posteriormente las del Dios Pan, lupercales.
Asociados a los Oficios Tradicionales: Pescadores y Esparteros. También muchos de los informantes del estudio sociológico dicen que la Mussona estaba asociado a dos colectivos profesionales de hondo arraigo en Águilas por una parte a los pescadores de las cuevas del rincón del pico de la Aguilica, con la anécdota de los “Malenas” que padres e hijos se disfrazaban con la dualidad de la mussona y el domador y que incluso un año le prendieron fuego al rabo de la Mussona echa de estopa (material muy inflamable) y acabo en la pava de la balsa en una ocasión y en otra en las escaleras del puerto para conseguir apagar las llamas. Y el otro colectivo era el de los esparteros que aprovechaban la estopa sobrante de hilar los cordeles para disfrazarse de este personaje. Hablar del esparto en Águilas es llevarnos a los tiempos de la cultura Argarica y posteriormente de los Cartaginenses y romanos, con la reactivación en tiempos de Carlos III con las exenciones para exportar este material por el puerto de Aguilas en el siglo XVIII.
3-FUNDAMENTOS ETIMOLOGICOS Y FILOLÓGICOS:
Siempre me llamo la atención la peculiaridad del nombre que le da un carácter único sobre el resto de las máscaras del carnaval aguileño, dentro de las máscaras destrozonas o llamadas aquí “Mamarrrachos”, su nombre peculiar y nada parecido a otros es la Mussona, y la canción que iba asociada a su presencia y que era coreada por grandes y pequeños. Aunque ya tenía la hipótesis de su origen lati-
no, recientemente conseguí la colaboración de la persona más reputada en Murcia sobre análisis filológico, la Doctora Francisca Moya del Baño, catedrática de Filología clásica y reconocida por sus estudios sobre los mitos grecolatinos y su recepción en las artes y las letras.
Ella habla de los posibles orígenes greco-romanos del personaje y concluye que Musona/ Mussona (quizá adjetivo, la Musona/ Mussona), da igual con unas “Musona” o con dos “Mussona” pues son “geminaciones expresivas” si en principio hubo una sola S (en italiano así está); eran y son muy propias de la lengua vulgar o familiar el pasar a dos.
Tiene varias posibles procedencias curiosamente bastante coincidentes.
En latín musso, mussare … es: “hablar entre dientes”, “en tono bajo”, “musitar”, “murmurar”… “murmurar”, “susurrar” (especialmente descontento), “vacilar”, “aguardar en silencio”.
Mussito, -are < musso are, es: “decir muy bajo”, “susurrar”, “soportar en silencio”. Musso y mussito están relacionados con el griego μύζωverbo que significa: “apretar los labios”, “gruñir”, “regañar”, “murmurar”, “retumbar”, “chupar”.
Estos verbos, relacionados con μύζω indican que no se habla, pero sí que se hace ruido con la boca.
En latín hay otro verbo con un significado bastante semejante, aunque su etimología es otra. Murmuro, are, de murmur, término onomatopéyico. Murmur, que significa “murmullo”, “rumor confuso de voces”, “fragor”, “bramido del mar”, “el retumbar del trueno”, “el gruñido de animales”. El verbo murmurare significa “murmurar”, “musitar”, “hablar entre dientes”, “refunfuñar”, “bramar”.
Vemos pues que los significados de mussare y murmurare son semejantes. Se pueden confundir, se pueden intercambiar significados, se influyen, etc.
Lo que es casi seguro es que tiene que ver algo con el hocico, es decir, la boca de un animal, una boca que hace ruidos raros, gruñe… y puede atacar porque está malhumorada….
En una interpretación libre por mi parte quiero decir que ppodríamos hablar de “la gruñidora” .
En cuanto al género femenino de “la Mussona”, otra peculiaridad del personaje, puede que confirme también la hipótesis de su antigüedad, que se remontaría al menos al mundo Ibero-Romano, pues el Oso por acompañar a la Diosa Artemisa es un animal considerado femenino.
Aparece un personaje muy parecido en las Farsas Atelanas una de las primeras representaciones teatrales antes de Roma. En latín se llamaba el manducus que se presenta como un glotón de dientes afilados, símbolo del parásito que busca sacar provecho de los demás.
Tiene semejanza con la “tarasca” del resto de España con forma de dragón o monstruo especialmente en festividades del Corpus Christi que representan la lucha entre el bien y el mal, aunque no dependan ambas figuras una de otra. Ambas podrían tener el mismo origen.
Esta es la lucha que diría el especialista en psicologia arquetipal Carl Gustav Jung que es la lucha del hombre contra su sombra, bien y mal que están representados en nuestro carnaval en esta dualidad de la Mussona contra el no menos importante Musico-domador que va a conseguir a fuerza de tocar el pandero, instrumento primitivo usado en diversas culturas y contextos. Sus orígenes se remontan a civilizaciones antiguas como Mesopotamia, Grecia y Roma, donde se utilizaba principalmente en contextos religiosos y de celebración Los fenicios también lo utilizaban, pero de un tamaño más pequeño, como una pandereta, y lo sujetaban sobre el pecho con ambas manos. De forma parecida al usado en el ritual de la Mussona.
Artículo de Hermandad Rociera de Águilas
A quien observa el mapa quizá le sorprenda encontrar una devoción rociera a orillas del Mediterráneo murciano. Pero basta acercarse a Águilas, pasear por sus calles al alba de Pentecostés, escuchar el tamboril, o dejarse abrazar por un ¡Viva la Virgen del Rocío! para comprender que aquí, al sur del Levante, también late el corazón de la marisma.
Águilas es pueblo de acogida, de alma abierta, marinera y fértil. Tierra acostumbrada a recibir lo que viene con fe, con alegría, con verdad. Por eso, cuando un pequeño grupo de devotos decidió, hace ya más de treinta y seis años, enaltecer un Simpecado en honor a la Blanca Paloma, la semilla encontró buen terreno. Y creció. Y floreció.
Hoy, con treinta y siete romerías vividas, esta celebración ha dejado de ser una expresión foránea para convertirse en patrimonio del alma aguileña. Se ha hecho tradición, y de las más hondas: la que nace del corazón y se transmite de generación en generación, sin ruido, sin imposiciones, con la fuerza suave de lo verdadero.
Cada mes de mayo, Águilas se transforma. Carretas, caballos, cantes y rezos acompañan a la Virgen en su peregrinar simbólico. No hay arena de Doñana, pero sí caminos que el alma conoce. No hay aldea, pero sí un pueblo que, bajo el cielo azul del litoral murciano, canta con fervor mariano y camina con paso firme tras la Reina de las Marismas.
La Romería Rociera de Águilas es, hoy en día, un encuentro con la fe, la tradición y la belleza. Una cita para sentir, compartir y recordar que también aquí, junto al Mediterráneo, la Virgen del Rocío deja huella de esperanza, de consuelo y de luz.
Águilas, con orgullo y verdad, es Rocío.
¡Viva Águilas!
¡Y viva la Virgen del Rocío!
Artículo
de Juan Hernández
El esparto es una planta resistente que crece en zonas áridas, que ha sido utilizada durante siglos por sus fibras para fabricar diversos productos artesanales y objetos útiles en la vida cotidiana. La recolección y el trabajo con el esparto se transmitieron de generación en generación, formando parte de la cultura y las tradiciones del pueblo.
En Águilas esta planta ha tendido un papel importante en la vida de sus habitantes, especialmente en épocas pasadas, cuando la economía local se apoyaba en actividades relacionadas con la agricultura, la pesca, la artesanía y la industria.
La primera fábrica fue “Félix de Soria y hermanos”. Fundada en 1775 por Félix de Soria, estaba situada en el “Cantoné”, en la falda del Pie Castillo.
La última ha sido una pequeña fábrica de la familia de “Los Moris”, sita al principio en la Colonia y después en la Rambla del Polígono industrial. Cesó su actividad en 2008.
A lo largo de estos 250 años ha habido más de 30 fábricas, algunas con más de 500 obreros, 21 cocedores, 6 hoyos, 19 mazos, dos balsas de obra en diferentes calas de Águilas y 6 muelles para cargar las barcazas en las playas de Levante y Poniente.
El proceso de trabajo con el esparto implicaba caminar por los montes donde crecía el esparto y comenzaba con el proceso de arrancado o cogido del mismo. Era un trabajo muy duro, realizado por los hombres al pleno sol del verano. Arrancaban el esparto con un “cogeor” (pieza de unos 20 cm de hierro o madera, que en una de sus puntas estaba doblada con una pequeña curva que terminada en porra y en la otra punta un agujero para introducir un ramal que se ataba a la muñeca). En el centro del “cogeor” se enrollaba la fibra de esparto y con un fuerte tirón se despegaba de la atocha.
La largura del esparto podía tener desde 40 cm. a más de un metro. Se hacían manojos y haces, los cuales se llevaban, en burros, mulos y carros, a los “Coceores” de piedra que había en las diferentes calas de la población. Allí se introducía en el agua del mar durante 28 días y después del proceso de fermentación, llamado “majado” se ponían a secar durante otros 8 días (aunque el proceso de secado podía durar más tiempo), ya que el agua del mar y el sol blanqueaba más el esparto. Una vez terminado el secado se llevaba de nuevo a las fábricas para picarlo y rastrillarlo. El picado se hacía con los mazos (servían para golpear, moldear o manipular el esparto) y en la mayoría de las
fábricas este trabajo lo realizaban manualmente mujeres a las que se las denominaba “Picaoras”, un trabajo que les suponía un peligroso riesgo para los dedos y manos, así como numerosas enfermedades por trabajar con el polvo que desprendía el esparto y por la posición del cuerpo, sentadas en el suelo con las piernas abiertas y con largas jornadas laborales (8-12 horas).
En los mazos, junto con la labor de “picaora”, otra función, que también realizaba la mujer, era la de “pelaora”, consistente en quitarle las puntas que sobresalían a las betas y madejas de esparto.
Después del picado en los mazos se rastrillaba. El rastrillo (con púas de acero) era una herramienta sencilla pero muy importante, cuya función principal era deshacer y romper las
fibras de esparto. Se cogía con las dos manos y se golpeaba para seguir separando la fibra; después de esto ya estaba listo para ser utilizado en la hilaza, aunque previamente había que humedecerlo.
El esparto crudo una vez en las fábricas, después del proceso de eliminación del raigón (base o raíz de la planta de esparto) y el emparejo (juntar o agrupar las fibras de esparto de manera ordenada y uniforme), permitía tener las fibras listas para ser trabajadas; a partir de ahí, se ponía a secar dejándolo al aire libre, en un lugar seco y bien ventilado, para quitarle la humedad natural y que quede en las mejores condiciones para su uso.
El esparto en la pesca: el esparto ha sido un material fundamental en la fabricación de algunos componentes del estrobo o en las redes y trampas que se usaban en la pesca, estableciendo así una relación importante con las técnicas tradicionales.
El esparto en el mundo rural: el esparto tiene una gran importancia en el mundo rural. Así por ejemplo, el “escorbo quincallero” es una herramienta o sistema que se utilizaba en las comunidades rurales para la recolección y almacenamiento de productos y, en muchas ocasiones, el esparto era el material principal para fabricar las redes, cestas y otros utensilios necesarios en estas tareas diarias.
El esparto en el mundo de la artesanía: el esparto ha tenido un papel importante en el mundo de la artesanía: elaborar objetos tradicionales como el “esportón” (bolsa grande, generalmente utilizada para transportar o guardar productos agrícolas, pesqueros o incluso objetos personales) o el “jarpir” (tipo de cesta que se empleaba para diferentes usos, como dar de comer a las bestias).
Plinio “El viejo” en su obra “Naturalis Historia” (Siglo I d. C.) mencionó el esparto en el contexto de las plantas y sus usos, destacando su importancia y utilidad en la antigüedad.
Está acreditado documentalmente que el esparto está entre nosotros desde hace más de 5000 años.
Se reconoce el valor histórico del esparto como material para fabricar diversos objetos, como cestas, cuerdas y otros utensilios, debido a su resistencia y flexibilidad.
Junto a ese valor material, el esparto tiene un valor cultural y económico significativo en nuestra localidad. Águilas es una de las ciudades más importantes del mundo en esparto industrial ya que, como hemos visto, desde 1775 hasta el 2008 existieron fábricas que trabajaron el esparto.
Los montes de Águilas estaban llenos de atochas y hasta aquí venían muchos trenes diarios que traían esparto de toda Andalucía, para ser preparado y exportado desde nuestra
costa. Así es como Águilas se convirtió en el primer puerto comercial de España y el segundo del mundo, después de Argelia, donde más buques se cargaban para la comercialización del esparto.
Si bien, como en todos los ámbitos de la vida, el esparto también tiene sus lados oscuros: el trabajo era duro y traía aparejadas numerosas enfermedades como el tracoma o la espartosis, entre otras; además de la mano de obra infantil, con niños muy pequeños realizando arduas tareas.
En Águilas hemos tenido la suerte de tener a los mejores artesanos de la región. Actualmente contamos con más de 20 de ellos reconocidos por el Servicio de Artesanía de la Comunidad Autónoma de Murcia como artesanos honoríficos.
Nuestros artesanos se están haciendo mayores, pero su trabajo quedará patente a lo largo de la historia. Contamos con más de 250 piezas de esparto únicas que forman parte del Museo del Esparto de nuestra localidad.
Águilas cuenta con la Asociación Amigos del Esparto en la que compartimos nuestra pasión por las tradiciones artesanales y trabajamos para poner en valor la cultura del esparto y la gran importancia que ésta ha tenido en nuestra historia y en nuestra economía; entre otros aspectos, por su durabilidad, variedad de usos o su carácter ecológico.
Actualmente se vienen realizando, de forma continuada, talleres de esparto, con una media de 20 personas interesadas en aprender este arte para que no se pierda la tradi-
ción espartera. También se imparten charlas en los Centros Educativos de nuestra localidad para darlo a conocer.
La Asociación de Amigos del Esparto participa, en representación de Águilas, en actividades culturales organizadas por otros municipios.
La figura de la Mussona también está ayudando a difundir esta tradición. Se trata de un personaje ancestral de nuestro carnaval, lleno de historia, que representa una criatura fantástica cuya vestimenta está hecha de esparto.
Terminamos informando que este año vamos a conmemorar el 250 Aniversario del Esparto Industrial en Águilas, esperando que sea un evento repleto de actos en los que se celebren la tradición y la cultura espartera.
Artículo de Benito Rabal
Recuerdo que en su último cumpleaños le regalé a mi padre una pluma estilográfica. La recibió con dos sonoros besos como acostumbraba y como también era costumbre, se le escapó una lágrima de alegría. Antes de que acabara de resbalar por su mejilla, me sorprendió con toda una declaración de principios: “Tengo una radio, coche con aire acondicionado, aire acondicionado en mi habitación y ahora, pluma estilográfica... ¡Qué más lujos puedo querer ya!”. Ese era el valor que le daba al vicio de acumular bienes materiales. Tener una radio, aire acondicionado y una pluma estilográfica, incluso le parecía excesivo a un hombre que empezó a trabajar siendo niño, pudo comprarse la primera maleta con veintidós y el primer pijama un año más tarde.
Mi madre nació en otro ambiente, en el seno de una familia de la burguesía catalana, con lo que era normal que la vida le tuviera preparada una existencia acompañada de un marido aburrido, una retahíla de hijos, obras de caridad y, con suerte, un abono al teatro o la ópera. Pero no fue así. Desde bien niña decidió que quería ser actriz, lo que, en aquella época, significaba, más o menos, ser puta. Claro que, también ella, tenía su propia declaración de principios: “Yo haré lo que mi padre quiera, si a mi madre no le importa y a mí no me incomoda”.
No había amor en la casa familiar de mi madre. Tal vez por eso, hizo del amor su bandera. Y tal vez, por la misma razón, tras un desafortunado primer encuentro con mi padre en la compañía teatral donde se conocieron, acabó por fijarse en el joven actor recién incorporado que dedicaba los ratos libres a escribir a los suyos.
Sin embargo, había algo más, algo que les unió de por vida. Mientras los compañeros se quejaban de las pensiones o de la escasa comida, Paco estaba feliz. Venía de una familia pobre y para él dormir en una cama, por miserable que fuera, o comer todos los días, era un lujo. Pero, además, estaba cumpliendo su vocación, algo impensable para el hijo de un minero en aquella España que más que un país parecía una comisaría. Lo mismo le pasaba a Asunción, aunque por otras razones. No eran tiempos amables para las mujeres. Tenían más en común que lo que la diferencia de clases podría hacer suponer. Los dos habían roto con su destino. A pesar de todo, eran libres. Y libres, se enamoraron.
Juntos, porque me es imposible hablar de ellos por separado, tuvieron una vida más rica de la que hubieran podido imaginar. Viajaron por el mundo, gozaron de la amistad y cariño de los más grandes personajes de nuestra reciente historia y, lo que es más importante, de los más humildes. Siempre estuvieron junto a los débiles, los desfavorecidos, los olvidados. Jamás se escondieron cuando hubo que dar la cara, ni evitaron luchar hasta el fin de sus días por los derechos que, por nacimiento, corresponden a cada uno de los seres humanos. Hicieron lo que les dictaba su conciencia.
Por eso, no dejaron de regalarnos tantas vidas como fueron capaces de vivir, ni perdieron la ilusión de ser dos niños jugando a ser felices. Dos niños que ahora, ¡lo que son las cosas!, están a punto de cumplir cien años.
Águilas, 28 de mayo, 2025
Artículo de Andrés Escarbajal Frutos
Este verano se cumple la trigésima edición del Ciclo de Conferencias “Mirando al mar”, un proyecto cultural para Águilas ideado y desarrollado (no sin inconvenientes, dificultades y problemas) por Ramón Jiménez Madrid, quien será siempre reconocido como alma mater de esta magnífica iniciativa de la que cada agosto disfrutan, en la Casa de la Cultura “Francisco Rabal”, los aguileños y las personas que nos visitan durante la canícula. Es un evento cultural que ha sido (es) referente regional y nacional por la positiva repercusión que ha tenido y tiene.
En un primer momento, las conferencias debían tener como motivo y núcleo central la ciudad de Águilas, su historia, arqueología, tradiciones, ritos y mitos, antropología, relaciones sociales, patrimonio cultural y artístico, gastronomía, deporte…, aunque, avanzando el tiempo y bien asentado el Ciclo, se incorporaron otras temáticas interesantes de actualidad.
Los conferenciantes debían ser aguileños que destacaban en algún ámbito científico o cultural, que exponían sus experiencias (entrando también en esta categoría los aguileños de adopción), o personas de reconocido prestigio, no aguileñas, que pudieran ilustrar al público con estudios sobre Águilas o relacionados con este privilegiado enclave del Mare Nostrum.
Sin duda, fue un gran acierto de Jiménez Madrid, de este ínclito aguileño introducir el ambiente cultural en lo que tradicionalmente venía siendo un espacio y tiempo para el solaz del estío, impregnando el verano aguileño de matices formativos multicolores que complementaban perfectamente la filosofía de sol y playa (extraordinarias, por cierto). Por supuesto, el acceso era (y sigue siendo) gratuito. Y, como buen primer espada de la cultura, él mismo inauguró las conferencias con una magistral exposición titulada “Una página del pasado aguileño (tal como éramos)”, lo que constituía una clara declaración de intenciones sobre lo que cabría esperar de las intervenciones del Ciclo. El enorme impacto cultual para Águilas acababa de ser sembrado.
Enumerar la gran cantidad y calidad de los ponentes que han disertado durante estas treinta ediciones llevaría a requerir del editor de este cuaderno de verano todas las páginas del mismo. No obstante, sí creo que es de justicia mencionar a quien reiteradas veces ha sido “comodín” de las intervenciones: el arqueólogo municipal Juan de Dios Hernández, que cada agosto nos impresionaba, de manera muy didáctica, con los nuevos descubrimientos en el subsuelo aguileño.
Tras un brillante período de gestión, Ramón Jiménez Madrid cedió el testigo de la dirección del Ciclo de Conferencias, que sucesivamente coordinaron otros ilustres aguileños: José Asensio Mayor y Juan María Vázquez Rojas, y un aguileño de adopción justamente reconocido como tal por el Excmo. Ayuntamiento de Águilas: Jorge Novella Suárez, quienes, siguiendo la estela del precursor, aportaron su visión de la gestión para que el Ciclo continuase siendo un referente cultural de primer orden. En el caso de Jorge Novella, incluso organizó la edición en el período de la pandemia, con las dificultades añadidas que ello suponía.
Hoy, y desde hace cuatro años, tengo el honor de ser el director de la Sede Permanente de la Universidad de Murcia en Águilas, que, como aclararé después, unifica las conferencias de “Mirando al mar” y los Cursos de Verano. Y, para este año 2025, el programa previsto contempla las siguientes conferencias y ponentes:
• “Mujer aguileña, ocupada en vivir mirando a la mar”, de M.ª Teresa Lajarín.
• “La Economía en tiempos de Trump”, de Miguel Sebastián.
• “Una mirada periodística y literaria al paisaje y la naturaleza de Águilas”, de Miguel Ángel Ruiz.
• “Reintroducción y conservación de especies en la Región de Murcia”, de Juan María Vázquez.
Por otra parte, y apelando a que la Universidad de Murcia es un servicio público de Educación Superior que, además de docencia, investigación y estudio, tiene entre sus fines prioritarios el apoyo científico y técnico al desarrollo cultural, social y económico, con atención singular a las demandas particulares de la Región de Murcia, el profesor Andrés Escarbajal de Haro (mi padre) impulsó desde esta Institución Cursos de Verano en Águilas, a través de lo que entonces se denominó Universidad del Mar, y, más tarde, Universidad Internacional del Mar, dado que cada vez acudían más alumnos extranjeros a estos cursos. Comenzó con unos cursos de Pedagogía que se impartían en dos fases: junio-julio (dependiendo de circunstancias académicas) y septiembre. Fueron unos cursos muy demandados que se convirtieron en clásicos.
Pero habría sido imposible instaurar esos cursos si, además de la Universidad de Murcia, no se hubiera contado con el inestimable apoyo del Excmo. Ayuntamiento de Águilas, la sección cultural del Casino de la localidad, un grupo de empresarios entusiastas con la idea, que aportaron imprescindibles fondos para la causa y, sobre todo, el mecenazgo del más insigne de los aguileños: don Alfonso Escámez, marqués de Águilas, egregia celebridad con una visión integral de futuro, quien no dudó un instante a la hora de convertirse en el basamento de los Cursos de Verano, con su aportación económica, pero también a través de la Fundación sin ánimo de lucro del Central Hispano, propiciando la venida de intelectuales, personajes del mundo político, económico, magistrados, etc., que han dado especial esplendor a los cursos a lo largo de los años.
Esta iniciativa universitaria extracurricular para Águilas, en espacios y períodos complementarios a las aulas de la Universidad de Murcia y su oferta académica, andando el tiempo integró las conferencias de Mirando al Mar con los Cursos de Verano, convirtiendo a Águilas en la Sede que más oferta cultural ofrecía en verano en toda la Región de Murcia. Un liderazgo que, como director de la Sede, espero mantener y aún acentuar más si cabe, dada la excelente disposición tanto del Excmo. Ayuntamiento de Águilas como de la Universidad de Murcia. De modo que las conferencias, sin perder su identidad e idiosincrasia, están hoy integradas en la Sede Permanente de la Universidad de Murcia en Águilas. Una Sede que, como su adjetivo indica, no se agota en la actividad veraniega, sino que se ha convertido en un motor cultural que prolonga su actividad durante todo el año con actividades de protección del medio ambiente, exposiciones, convocatorias públicas de Premios de Trabajo Fin de Grado y Trabajo Fin de Máster, ponencias y charlas en centros educativos, presentaciones de libros, etc., que cuentan con un público cada vez más fiel y numeroso.
Modestamente, mi propósito es recoger la herencia cultural de mis predecesores en el Ciclo de Conferencias y de mi padre en lo referente a los Cursos de Verano. No soy aguileño como todos los anteriores, pero me siento un aguileño más y mi compromiso con la cultura, la ciencia y la educación en Águilas es total.
Y acabo dando particularmente las gracias, a las concejalas y los concejales con los que he trabajado hasta el momento, especialmente a Maido Simó, Francisca Gallego, “Desi” y por supuesto al actual concejal José Antonio Consentino, con quien desde el primer momento he sentido una gran sintonía y cercanía, así como a la propia Universidad de Murcia por permitirme desde esta Sede Permanente ofrecer, gracias a las excelentes relaciones instituciones entre ambos organismos, encabezadas por la alcaldesa, Mari Carmen Moreno y el Rector José Luján, una oportunidad cultural y de formación continua, de extensión universitaria, para transmitir conocimientos académicos, científicos y artísticos al conjunto de la ciudadanía aguileña, pero también a quienes visitan esta maravillosa localidad costera, así como a los ponentes y estudiantes que han participado todos estos años en las actividades programadas.
Miguel Ángel Ruiz Parra
Siento su llamada cada día, pero a veces tardo meses en reunirme con él. Nos vemos poco, sé que no cumplo como debiera, el trabajo y otras inercias nos alejan. Siempre está ahí para mí, sin embargo. Por eso, en ocasiones recorro en la noche los cien kilómetros que nos separan para dormir a sus pies. Atravieso el Valle del Segura, supero los Saladares del Guadalentín, esquivo la Sierra de las Moreras y bordeo la Almenara tratando de dominar la impaciencia. Cada kilómetro vencido en la oscuridad es una conquista. Los desvíos, las señales de tráfico, las gasolineras y las casas de campo iluminadas en el crepúsculo son hitos que ordenan mi rumbo.
El panorama puede cambiar en este trayecto donde todo me parece provisional; el fin de viaje es un refugio perpetuo. Comienzo a sentir su vibración cuando abandono la autopista en el Garrobillo y conduzco despacio atraído por las luces de Calabardina, que me guían como un faro derramado al borde de la playa. Anticipo el encuentro activando la aplicación de mapas en el navegador del coche. Ahí está en la pantalla, una mole virtual que emerge junto a un mar electrónico rodeado de coordenadas que no son suficientes para explicar su magia. No hay números que puedan replicarle en una fórmula matemática.
En el camino del Alcázar comparto el asfalto con conejos y erizos de tierra que escapan sin prisa de las luces largas que rompen la penumbra; freno y les concedo espacio y tiempo para que se pongan a salvo.
Acudo a la convocatoria en cuanto dejo el equipaje encima de la cama, aunque sé que todavía no puedo verlo: inmenso y al mismo tiempo invisible en las tinieblas, misterioso y simbólico, imponente como un animal sagrado. Camino en su busca por las calles desiertas del poblado costero que se multiplicó alrededor de la antigua almadraba, y en cada esquina surge un gato que me observa con desconfianza. Avanzo paso a paso bajo su influjo, me aproximo a él todo lo que puedo, trato de abarcarlo desde el viejo embarcadero de madera y dibujo su silueta en el aire. Podría repetir cien veces ese trazo sin apenas equivocarme. En la madrugada, el silencio y la soledad me acunan en un sueño perfecto. Sé que descanso en el lugar más seguro. Por la mañana, con las primeras luces, cuando abro la puerta y contemplo frente a mí la presencia abrumadora de Cabo Cope, siento que ya podría irme. Me basta con mirarlo unos segundos para entender que todo está bien. Esta montaña es mi país, mi casa y mi familia, también una música que resuena dentro de mí. Si fuera una canción sería ‘Michelle’. Yo sé por qué.
Miguel Ángel Ruiz Parra es periodista, redactor jefe de Local en el diario LA VERDAD y autor de ‘Almenara’ (Xordica, 2024), ‘El mapa de la crisis ambiental en España’ (Icaria, 2024, varios autores) y ‘Diario de Cabo Cope’ (próxima publicación en Tundra Ediciones).
Poema de Rosa Raya Carrasco
Subida siempre en su pedestal icono alzado en su quietud visto a diario por la multitud se halla una máquina hecha en metal.
Monumento eterno al ferrocarril preside la entrada a nuestro paseo así como refiere también al museo cargas de pasajeros o bien mercantil.
Testigo de tiempos con adoquines… rodó por las vías, fue un descubrimiento el carbón fue su guía y su cargamento, descansa ya, erguida, flanqueada por jardines, soñando ya de nuevo, surcar eternos confines…
La Asociación Milana Bonita nació en 2002, no sin pocos palos en las ruedas, para impedir que al internacional, irrepetible e inconmensurable Paco Rabal lo acomodara el inexorable paso del tiempo en el palco del olvido. Tras más de un centenar de actividades y objetivos alcanzados, como el Centro de Interpretación Francisco Rabal, que comenzó a reivindicar en 2012, no querían los mantenedores de aquella iniciativa asentarse en su firme decisión de inactividad —modo en el que se instaló tras los fastos de su vigésimo aniversario, celebrados durante los últimos días de diciembre de 2022— dejando pendientes un par de actividades.
Una de ellas, la compilación de todos los actos realizados en una publicación elaborada con minuciosidad y todo tipo de detalles, que será editada, impresa a color y presentada en los inicios del próximo septiembre; justamente a los veintitrés años de haber iniciado los primeros pasos para su gestación y puesta en marcha.
Y por otra, lógicamente anterior a esa, una publicación que recogiera la trayectoria y el currículo de Antonio Jaime García Mengual, el músico aguileño más internacional, que ya fue presentada el pasado día 7 de junio en el lugar que, por antonomasia, le corresponde: el Patronato Musical Aguileño Francisco Díaz Romero.
En edición no venal, con este libro, Antonio Jaime García Mengual. Una vida entre vientos, cuerdas y batutas, Milana Bonita, en su universo cultural, ha pretendido desplegar un abanico de reconocimientos y valoraciones. Agradecimientos que van desde lo propio, en el ámbito más inherente a esta asociación rabaliana, a sus esfuerzos y desvelos en pro de la música, tanto en Águilas como en otras latitudes, pasando por la permanente reivindicación de su aguile -
ñismo, como siempre hizo, también, Paco Rabal. Es, en definitiva, un reconocimiento a su devenir personal, cultural y musical, que lo ha llevado a actuar en cuatro de los cinco continentes, aspecto éste del que podrán encontrar más detalles en el propio libro.
Desde una perspectiva en gran angular, el perfil de Antonio Jaime no puede ser más elocuente: solista clarinete en distintas bandas y orquestas; componente del primer cuarteto de saxofones que hubo en España; solista también, a la vez que promotor y miembro de dúos y tríos de guitarra, instrumento del que, con solo 20 años, fue nombrado auxiliar de cátedra en el Conservatorio Superior de Música, de Murcia. Y finalmente, además de director en las bandas municipales de Águilas y Archena, fundador y director de la Camerata Aguilar, orquesta que introdujo la especialidad del plectro en la música de cámara, y que fue la mejor de España en su momento, además de ser galardonada en concursos internacionales.
Ahí arranca, además de ser socio de Milana Bonita, su relación con este sueño rabaliano. A García Mengual se debió la idea de que “a Paco Rabal —dijo— hay que recordarlo con alegría, y qué mejor que fundir su desbordante figura con la música”. Facilitó la posible denominación del evento, Serenata a Paco Rabal, y ofreció, para su primera puesta en escena, la actuación de la Camerata Aguilar, fundada y dirigida por él, y que, logrando introducir el plectro en la música de cámara, llegó a ser el mejor grupo español de estas características, galardonado, incluso, en otros países europeos. En definitiva, él prendió la mecha para las siguientes doce ediciones de aquella actividad musical de Milana Bonita.
El libro, una actividad más en la centenaria nómina de movimientos culturales de nuestra asociación, debe su autoría a Miguel Ángel Blaya, fundador y presidente de esta. Y que en el acto de presentación reivindicó que solamente se trataba de una pincelada en el marco del reconocimiento que Águilas debe a García Mengual, entre otras consideraciones, por la dedicación melómana que siempre ha profesado a su pueblo, así como en cuanto al trabajo incansable y sus desvelos para que la antigua y primigenia academia de música diera lugar a la institución que hoy representa el Patronato Musical Aguileño Francisco Díaz Romero.
A Antonio Jaime se le puede encontrar fácilmente en muchas fonotecas, pero con esta obra, Milana Bonita quiso introducirlo también en los anales bibliotecarios. Tal vez exista ya, entre cientos de libros, alguna referencia laudatoria sobre él, pero la persona, el músico, su polifacetismo instrumental y, en general, su perfil artístico merecía el homenaje de un acomodo en la tribuna de los elegidos, entre esos personajes destinados a formar parte de la historia, en este caso cultural y musical.
Ese fue el objetivo final de Antonio Jaime García Mengual. Una vida entre vientos, cuerdas y batutas.
Milana Bonita
El día 5 de julio de 2001 es un día muy señalado en la historia cultural de nuestro pueblo. Ese día, ante más de 200 almas que se acercaron a la Casa de la Cultura “Francisco Rabal” de Águilas, el ilustre aguileño, Alfonso Escámez, presentaba una síntesis de la obra poética de autores aguileños de los últimos 100 años: “El alma de un pueblo. Cien años de poesía en Águilas”.
Durante la presentación, el marqués de Águilas rememoraba una tarde del verano de 1997, en el Bar Las Águilas (conocido popularmente como “Bar de Pedro”) cuando durante una tertulia de la entrañable “Peña la Amistad”, quedó —según sus propias palabras— “sorprendido por la pasión que ponían varios miembros de esa peña que, en una noche cálida, nos deleitaron con sus versos llenos de humanidad y de cariño hacia nuestra tierra”. Ese mismo día, Alfonso Escámez tomó la decisión de publicar “El alma de un pueblo”.
Desde el verano de 2001, ochocientos volúmenes de setenta autoras y autores aguileños estuvieron en las librerías y sirvieron para ayudar a la Asociación para la Atención de Personas con Discapacidad Inteluctual Urci.
Durante tan emotivo acto, se agolparon entonces en mi mente recuerdos de la Semana Santa de 1995. En esas fechas, el mecenas de Águilas fue el encargado de pregonar la Semana de Pasión de su pueblo, y otro hijo ilustre del pueblo, el padre Alfonso Ortega Carmona, veía reconocido su aguileñismo al nominar el ayuntamiento una calle, la antigua Travesía de San Miguel, con su nombre. Ese 7 de abril tuve el privilegio y la fortuna de asistir al encuentro de la “Peña la Amistad”, también en el “Bar las Águilas”, invitado por el inolvidable historiador y poeta aguileño Felipe Palacios.
Pero no quisiera que estas líneas sirvan solamente para recordar emociones pasadas. La única intención que me guía es la de resaltar el amor y la pasión que “el más importante promotor cultural de la historia de Águilas”, como lo califica en la presentación de esta antología el padre Ortega, siente por sus tierras y sus raíces.
El vate aguileño Antonio Sánchez Cáceres también canta en sus versos la valía de Escámez:
“Porque la luz de este recodo mediterráneo acarició tu nacer, tu vida toda, Alfonso Escámez, para honor y orgullo de los aguileños, de los españoles todos...tú eres dignamente marqués, Marqués de las Águilas”.
No fue la primera vez, ni tampoco la última, que el Hijo Predilecto de Águilas y Medalla de Oro de la Villa, daba pruebas del amor y pasión por la tierra que le vio nacer. En muchísimas ocasiones de forma anónima y solidaria. La cultura fue su punto fuerte, tan fuerte y grande como su corazón.
Ahí están esos Cursos Extraordinarios de la Universidad del Mar que patrocinó desde sus inicios. El Instituto de Educación Secundaria (antigua Escuela de Formación Profesional) que lleva su nombre, junto al Pico de la Aguilica o la extraordinaria biblioteca que albergó el Casino de Águilas, Bien de Interés Cultural. Tampoco podemos olvidar la donación de las esculturas de Santiago de Santiago, verdaderas obras de arte. Una de ellas, homenaje a la mujer aguileña de la que podemos maravillarnos en la glorieta cercana a la antigua “Calica”, junto al Monumento al Ferrocarril y que Escámez y su esposa Auri Torres tuvieron la generosidad de regalarnos. La otra, la de nuestro inolvidable Paco Rabal, allá junto a su almendro de la Cuesta de Gos.
Igualmente, el histórico Patronato Musical Aguileño “Francisco Díaz Romero”, cuya Sala de Conciertos lleva su nombre, da testimonio de primera mano de la atención del mecenas aguileño.
El deporte, especialmente el triatlón, también se ha beneficiado de la generosidad del marqués de Águilas, que convertía cada año a nuestra localidad en foco de atención nacional e internacional.
Indudablemente, me dejo en el tintero muchas muestras de afecto y cariño que esta entrañable personalidad profesaba a su “patria chica”. Pero no quiero dejar de reseñar lo que para mí es lo más importante: el amor a su pueblo, a sus gentes, a sus lugares y a sus costumbres. En definitiva, Alfonso Escámez puso su alma al servicio de su pueblo. El alma de un aguileño.
Daniel Gris
Lo fácil sería comenzar este relato escribiendo que la librería casi cumple cien años, que son tres generaciones que han pasado por ella, etc. pero es que en realidad la mayoría ya conoce esos detalles y quisiera centrarme en lo que ha supuesto estar treinta y cuatro años en esta librería, incluso más, ya que siendo un niño ya estaba ayudando a mis padres en el negocio.
Corría el año 88 u 87, no recuerdo exactamente la fecha, pero sí ese día, mi padre Manolo, conocido como Manolo De los Periódicos, me llamó cuando yo me encontraba en la trastienda de nuestra antigua papelería, en ese momento estábamos al lado de muebles Ballesta y la peluquería de Loli y Josi, yo salí apresurado y mi padre me dijo: ¿Quieres ver la nueva tienda?, yo le dije rápidamente que sí, estaba deseando verla. Fuimos los dos y recuerdo que abrió la puerta y entré, en ese momento me quedé fascinado, veníamos de
un local que tenía un agujero por baño y un patio interior que las ratas andaban a sus anchas por ese almacén, recuerdo que hasta se comían la plastilina. El caso es que al verla la vi tan bonita, todo blanco y techos de escayola y tenía hasta una ducha, pero lo mejor, ¡se veían las paredes!, en ese instante sabía que esa tienda nos iba a traer muchas alegrías y como no, alguna tristeza.
No pasó mucho tiempo, nos encontramos en 1990, mi padre por desgracia muere de un derrame cerebral y yo debo de salir de mis estudios y encargarme del negocio, mi hermano se encontraba en la mili en ese momento y mi madre, como se puede uno imaginar, rota de dolor y yo con quince años me tuve que poner a trabajar, en ese tiempo me encontré en muchos momentos solo y desorientado, pero al final pudimos salir hacia adelante.
Puedo contar miles de anécdotas vividas en este negocio, hemos tenido debates políticos y deportivos, charlas animadas, todo el que quería podía participar en nuestros debates, he tenido que hacer de Cupido, psicólogo, mecánico, asesor financiero, he ayudado a sintonizar televisores a los mayores, llevarles la compra, arreglarles el móvil, etc., han pasado infinidad de personas curiosas y famosas, cada uno con sus historias y sus manías pero yo siempre me quedare con el gran recuerdo de “mis niños”, esas caras cuando iban a por sus cromos o alguna revista infantil, ya escuchaba mi nombre antes de que entraran e incluso alguno, me decía su padre, me nombraba cuando estaba durmiendo, esas cosas no se me olvidarán jamás.
Recuerdo que cada cliente era especial, tenía sus manías y había que atenderlos según sus normas, muchos te recriminaban algún detalle que se te olvidaba y otros en cambio te agradecían tu trabajo. Pero siempre fieles.
Por la tienda hemos tenido muchas personas extranjeras, les doy las gracias por tantos años adquiriendo sus revistas y publicaciones, han sido siempre un ejemplo para mí en cuanto a educación y trato educado.
Con la entrada de los bazares chinos nos echábamos las manos a la cabeza, pensábamos que era nuestro fin, pero que va, resulta que nos vino hasta bien, ya no nos quitaban cosas, sé que no es para tomárselo a risa, pero es que la verdad que los ladrones desaparecieron, bueno, siempre queda alguno.
La llegada de los grandes supermercados y franquicias trajo el libre mercado a un punto difícil de aguantar por parte de una pequeña tienda, ya puedes adquirir libros, juguetes y papelería en cualquier supermercado y claro, como voy a coger el coche y voy a bajar al centro a por unos sobres de futbol si voy a comprar el pan y los tengo ahí mismo, tiene su lógica.
Cuando entraron en escena las nuevas tecnologías fue el comienzo del fin de nuestro modelo de negocio, ya los libros se leen en las tabletas, la prensa se ojea en el móvil y ¿para qué comprar una enciclopedia si tengo a Google? En ese momento nos vendimos a la paquetería, empezamos hace doce años a entregar paquetes y la verdad que nos ha servido para sobrevivir hasta ahora, pero durante ese
tiempo nos dimos cuenta de que la gente ya no necesitaba tiendas de barrio, necesitaba aplicaciones con descuentos imposibles y rapidez en los pedidos algo que para los pequeños está muy limitado.
Manuel Gris ha sido mi hogar, he vivido dentro de ella, he pasado pandemias, lluvias torrenciales, calor insoportable, malísimo con fiebre, casi escayolado de alguna caída en bici, horas interminables de trabajo, días incluso solo sin entrar ni un alma, pero también lo he pasado muy bien. Me llevo buenas amistades y conocidos, grandes personas como Sergio, mi fiel escudero, amigo para toda la vida. He disfrutado a veces con mi trabajo, ayudando sin pedir nada a cambio, bueno, siempre decía que me trajeran un trozo de bizcocho y alguno ha caído. Creo que era el momento de bajar la persiana, mi familia me necesita y yo los necesito a ellos, mi Carmen bastante aguanta, gracias, amor. Quiero aprovechar para dar las gracias a tantas personas que han pasado por ahí y que cuando me vean que me saluden que me dará mucha alegría y sobre todo quiero dedicar este relato a mis abuelos Anica y Manolo, gracias abuela por tus bocatas y al abuelo por esos chicles que me regalabas, mi padre Manolo, que pena no poder haber tenido una conversación contigo, te fuiste muy pronto, a mi madre, que fuerza y que aguante tiene esta mujer, eres un ejemplo de persona, siempre positiva, a mi hermano José, sabes que te quiero, siempre juntos hermano y a mi “señora” Carmen, sin ocaso no hay luz, espero recuperar todo ese tiempo sin estar a tu lado viajando juntos, te quiero amor y como no, a mi pedacito de vida, Mia, eres la personita que hace que cada día sea más feliz, no cambies nunca, me haces sentir el mejor padre del mundo y como no, no puedo olvidarme de ti, Juanmi, que GRANDE eres, siempre dándome consejos y yo no llevándolos a cabo, pero que bien que lo pasamos; Muchísimas gracias a tantas y tantas personas que han sido parte de esta librería y sobre todo gracias a todos por leer este pedacito de mi historia o más bien, de nuestra historia, la historia de la librería Manuel Gris, gracias a todos. Hasta luegooooooooo…
“En medio de la plácida ensenada, cual singular manifiesto de la naturaleza, se yergue el corazón palpitante en piedra cárdena de la Isla del Fraile...Escandaliza la luz de las mañanas, luego del apogeo de la aurora, que parece entonar con sus colores un cántico a la vida”.
Salvador Jiménez. “Águilas, azul y blanca”. 2006
Juan de Dios Hernandez / Arqueólogo Municipal y Cronista de Águilas
La pieza que aquí estudiamos es excepcional y singular, valga como dato que lucernas decoradas con la menorah (candelabro de siete brazos), símbolo ancestral del judaísmo, solamente se han hallado dentro de la Península ibérica en Toledo, Mérida y Cástulo (Linares), todas ellas incompletas, siendo la localizada en Águilas, la única completa en España. Una pieza similar a la nuestra se encuentra expuesta en los Museos Vaticanos.
La lucerna apareció en un contexto funerario, concretamente en la Necrópolis del Molino, extenso espacio funerario datado entre el siglo IV y principios del siglo VI d. C., que se desarrolla en la ladera occidental del Cabezo del Molino de Sagrera.
Las excavaciones arqueológicas realizadas hasta el momento han permitido documentar tres áreas con uso funerario diferenciado. Un sector con tumbas individualizadas, con un desarrollo progresivo, donde tras una primera ordenación del espacio, con tumbas alineadas y pasillos intermedios, se reocupa toda la superficie hasta que llega a producirse una superposición vertical de enterramientos. Un panteón que responde a prototipos atestiguados en varias necrópolis de la fachada mediterránea y que se ligan a familias urbanas o colegios profesionales de raíz romana. Y, por último, un recinto rematado en ábside, que acoge una serie de sepulturas con cubierta tumular con mensae para el ágape o comida funeraria y otros elementos de cultura material que indican un uso funerario y cultual del conjunto que responde a esquemas paleocristianos con paralelos en enclaves tan emblemáticos como Tarragona, Tipasa (Argelia), Setúbal (Portugal) o Cartagena, en la necrópolis de San Antón. En este panteón, junto a una pequeña pila de agua, apareció la pieza que aquí estudiamos.
La lucerna (lámpara de aceite) corresponde al tipo de paleocristiana o de canal de procedencia norteafricana. Está producida en terra sigillata. Tiene pasta anaranjada, cuerpo compacto y duro y engobe semibrillante naranja oscuro. Presenta cuerpo troncocónico, asa maciza, cubeta circular alargada, piquera pronunciada unida al disco con un canal ancho, orificio de iluminación con cierto diámetro, dos orificios de alimentación y base cóncava con anillo marcado.
La lucerna está decorada con espigas en el margo (perímetro) y menorah o candelabro de siete brazos con pie trípode en el disco. La menorah es uno de los símbolos más antiguos del judaísmo. Tiene un profundo significado como recuerdo del gran candelabro que iluminó el templo de Jerusalén. Simboliza los arbustos en llamas que vio Moisés en el Monte Sinaí tal como aparece en la Biblia (Libro del Éxodo, 25). El candelabro está íntimamente ligado a la luz inmaterial, la luz de la creación. Decora objetos litúrgicos, sinagogas y monumentos funerarios. En este sentido, como en nuestro caso que se asocia a una necrópolis, puede significar la luz en la transición de la muerte.
Joaquín David Romera Francoz / Doctor en Geografía y Ordenación del Territorio
El despegar de la industria turística en Águilas fue tardío y pausado en relación con otras zonas del litoral mediterráneo español dada la situación arrinconada del municipio lejos de los grandes ejes de comunicación. Quien llegaba a Águilas por aquella carretera repleta de curvas y peligrosos terraplenes desde Lorca a través de la sierra de Almenara no lo hacía por casualidad. Pero esto fue determinante para la preservación de amplios espacios de interés ecológico y medioambiental (Cuatro Calas, Cabo Cope y su marina) que quedaron expeditos de toda urbanización, aunque tentativas las hubo. En la década de 1950 surgen las primeras iniciativas municipales para favorecer la llegada de forasteros, que en 1965 ya se cuantifican en más de 9.000, se aprueban unas ordenanzas para hacer buen uso de las playas y se mejora el ornato urbano. En 1952 el Ayuntamiento planea construir un hotel de primera categoría, un teatro-cine y un parque de atracciones.
La propaganda turística de Águilas en la prensa provincial ensalza durante esta etapa del Desarrollismo franquista los valores culturales, recursos paisajísticos y climáticos, y las potencialidades turísticas del municipio en un momento en el que el turismo se convierte casi de la noche a la mañana en un maná que cambiará la vida económica y social en muchas localidades costeras. Sólo en la década de 1960 los turistas que llegan a nuestro país aumentan de 750.000 a 24 millones, suponiendo el turismo en 1970 el 8% de la riqueza nacional y el 10 % del empleo, saneando por primera vez
una balanza de pagos tradicionalmente negativa. El turismo de sol y playa bajo el lema «Spain is different», también se tradujo en la transformación del paisaje, la construcción de nuevas infraestructuras, servicios y cambios en el orden sociológico que nos abrió los ojos para ver los nuevos horizontes que nos traía Europa frente a la atonía de la grisácea dictadura. Águilas es calificada con grandes titulares en los suplementos veraniegos de la prensa de la época como la «nueva perla del Mediterráneo» (verano de 1956), un «lugar de ensueño en el litoral levantino» (1961), el «paraíso de la Costa Blanca» (1978) o Águilas como «el paraíso del Mediterráneo» (veranos de 1962 y 1973). Mientras tanto, la publicidad de las urbanizadoras vende lujosos apartamentos junto al mar de Águilas «en la más sugestiva zona residencial del turismo español» con relación al Complejo Turístico Delicias, o usan el reclamo de que personajes como Martín Vigil o Fernando Rey veraneaban como propietarios en los bungalós de Fransena.
El desarrollo turístico de Águilas, aunque mayoritariamente se haya enfocado a la segunda residencia con la construcción de edificios de apartamentos frente al mar, también estuvo muy ligado en sus orígenes a la apertura de locales para alojamiento de forasteros y viajantes. La retahíla de nombres de establecimientos es larga y se remonta al siglo XIX cuando se documentan las primeras posadas. Después vendrán los balnearios en la playa de La Colonia (Reina Victoria, La Giralda, Patria Chica), todos ellos de madera,
con casetas para baños fríos o calientes, provistos de salas de baile, restaurantes y cine-teatro. Durante mucho tiempo estuvieron en activo el Gran Hotel (inaugurado en 1903), el Hotel Comercio (1924), el Hotel Jorquera (1935), el Hotel Miramar (1940), la Posada San Antonio, el Hotel Rojas (1953) y la Pensión Cruz del Sur (1958), por citar los más destacados. Sin duda, los dos últimos constituían los alojamientos de mayor confort. El Rojas contaba con habitaciones con baño y ducha, cocina selecta y garaje; Cruz del Sur estaba frente al paseo marítimo de La Colonia, ofrecía habitaciones con terrazas y vistas al mar, bar y un gran toldo sobre la arena de la playa.
Pero poco a poco estos establecimientos quedaron obsoletos. Se ubicaban en edificios vetustos, de escasa capacidad y con unos estándares de calidad y servicio que no iban en consonancia con las demandas de unos turistas cada vez más exigentes. Águilas demandaba la renovación de su infraestructura de alojamiento casi decimonónica, creando nuevos establecimientos más modernos, mejor dotados y funcionales, al tiempo que las clases medias del país y del contexto europeo mejoran su poder adquisitivo, capacidad de consumo y posibilidades de disfrutar de unas vacaciones junto al mar. Había que aprovechar esta oportunidad para diversificar la economía e incrementar la renta media local. A pesar de las dificultades, algunas insalvables como la falta de capitales, de unas comunicaciones por carretera modernas, el déficit crónico en el suministro de agua potable o la lejanía respecto a los grandes destinos turísticos de sol y playa hubo iniciativas de grandes emprendedores locales y foráneos que apostaron por convertir la ciudad en un destino turístico. Entre los proyectos especulativos que suponían la urbanización de cientos de hectáreas en la franja litoral, en el paraje natural de Cuatro Calas se proyectó un gran hotel
de nueve plantas y 144 habitaciones por parte de TURSA (Terrenos y Urbanizaciones, S.A. Fomento de Águilas), con sede en Madrid, integrado en un mega complejo residencial y de ocio de 52,6 hectáreas que incluía zonas deportivas y lagos artificiales, proyecto inicial de 1959 del prestigioso arquitecto Manuel Muñoz Monasterio (la Plaza de Toros de Las Ventas y el Estadio Santiago Bernabéu son obras suyas). En 1962 se presentó la maqueta del hotel, por cuyas dimensiones se podría considerar un «hotel-fábrica» como los que se van a construir a partir de ese momento en grandes centros turísticos como Benidorm, pero como todo el complejo, quedó en suspenso. De haber sido realidad, hoy en día seguiría siendo el hotel más grande de la comarca. En la Urbanización Fransena también iba planificado un hotel similar. Veamos a continuación el caso concreto de los primeros cinco hoteles modernos que se construyeron en Águilas en el periodo comprendido entre 1960 y 1973.
El Hotel Calypso, aunque en San Juan de los Terreros siempre fue considerado aguileño, fue el primero, inaugurado en el verano de 1960, promovido por Vicente Bayona, Norberto Miras y Francisco Martínez, pioneros del turismo de playa en la comarca. Calificado como «pabellón-balneario», fue bautizado con el nombre del barco oceanográfico del contralmirante galo Jacques Cousteau, quien había explorado los fondos marinos de la zona meses antes. Contaba inicialmente con 28 habitaciones, kiosco en la playa y restaurante. Pronto se convirtió en lugar exótico y cosmopolita, muy frecuentado por extranjeros, como otros locales abiertos en Águilas por europeos que se enamoraron de este rincón de la costa mediterránea y se quedaron aquí: La Cabaña y Maxcaly en Calarreona o Cotopaxi en Calabardina. La prensa del momento describe el Calypso como un edificio «de bonita y cuidada arquitectura, cuya mayor belleza está en la sen-
cillez de una figura que mira al mar, en la que se conjugan los sentidos de modernismo y comodidad, y en el que se hilvanan la paz, el campo, el mar y el sol, adornado con la brisa acariciante, dotan a este acceso de Águilas de uno de los lugares más paradisiacos que puedan concebirse».
En este periodo se levantan en la Bahía de Levante dos importantes hoteles: Residencia La Calica y el Hotel Stella Maris. La Residencia La Calica, junto al puerto pesquero (donde hoy está la máquina del tren), fue promovido por Vicente Bayona y María Marín. Abrió sus puertas en julio de 1966 en un moderno edificio de tres plantas con cafetería y habitaciones exteriores, terrazas y vistas al mar. Ampliado con una planta más en 1968, se mantuvo en activo hasta 1978, cuando fue reconvertido en bloque de viviendas. Su lema publicitario fue: «Y si el sueño a usted le pica, a dormir a La Calica».
En el otro extremo de la bahía, al final de la playa de Las Delicias, en julio de 1967 tiene lugar la inauguración del Hotel Stella Maris (después llamado Bahía de Águilas). Curiosamente, este hotel de emplazamiento privilegiado en primera línea de playa entre las bahías de Levante y Hornillo nació con el nombre de Residencia Ávila, promovido por la Cooperativa Ferroviaria Católica, compuesto de 100 habitaciones individuales o familiares a disposición de los ferroviarios españoles. El edificio, con fachadas de ladrillo visto y pronunciado pórtico de entrada, fue construido por la sociedad Goin de Madrid, contando en su interior con murales artísticos con lugares típicos de Águilas, un amplio restaurante, bar-cafetería y salones sociales. En 1973 el establecimiento cambia de dueños y se presenta un proyecto de reforma interior para aumentar su categoría, el cual no será ejecutado hasta diez años después, reduciendo el número de habitaciones a 66, que contaban con baño completo, teléfono, televisor, aire acondicionado y caja fuerte. Durante muchos años fue el principal hotel de playa de Águilas, siendo característicos los parasoles amarillos sobre las ventanas,
las sombrillas y tumbonas en la arena de la playa, así como el solárium de la azotea. El emplazamiento envidiable del establecimiento y su categoría (dos estrellas) lo hacían muy atractivo, manteniendo elevada ocupación buena parte del año, especialmente de turismo nacional.
El 14 de agosto de 1969 tenía lugar la pomposa inauguración del Hotel Madrid en la plaza Robles Vives, en cuyo solar se situó la Real Aduana y el Cine España. El inmueble, de nueve plantas, construido por José Rodríguez Pérez según proyecto del arquitecto Fernando Cassinello, contaba con una discoteca (Pepe´s Club), hotel-residencia y 73 viviendas provistas de grandes terrazas corridas. La residencia se proyectó con 51 habitaciones dobles y sencillas con baño completo, teléfono y aire acondicionado, salón social y bar americano, destacando ante todo la vanguardista decoración del local: moqueta roja, cortinas rojas y blancas, butacones y tresillos tapizados, iluminación indirecta, mobiliario moderno de formas sugerentes, colores atrevidos, nuevas texturas. La prensa plasmó la jornada de inauguración: «El Edificio Madrid marca un hito en la historia de Águilas. No se ha regateado esfuerzo para conseguir un edificio con solera. Los numerosos invitados a la inauguración felicitaron a la constructora por esta magnífica obra, que viene a aumentar el prestigio de Águilas». También se describe el interior del hotel: «Todo está montado con sumo gusto. La planta baja, el suelo está cubierto completamente por una alfombra roja, ofrece un aspecto encantador. La “jaula” para el baile, la iluminación, los sillones y la decoración contribuyen decisivamente a darle un realce y encanto que no habíamos visto en otro local (…) Todos los asistentes quedaron vivamente impresionados por el confort y la suntuosidad que emana de cada centímetro del inmueble, que demuestra fehacientemente el progreso de Águilas».
Pero la ciudad necesitaba un hotel de gran envergadura, de alto standing. En la propaganda turística de 1964 se habla que «Águilas vive ya con vistas al desarrollo turístico pues cada vez es mayor la afluencia de veraneantes, muchos de ellos extranjeros, por lo que se apresura a disponer su solar del confort necesario para albergarles dignamente (…) Nuestro pueblo ofrece un aspecto gratísimo: limpias playas y calles, resplandecientes edificios, modernizados sus hoteles y residencias, establecimientos y bares instalados al gusto más exigente, sus chalets y bungalows de elegantes líneas, construidos sobre los acantilados de la costa, junto a sus maravillosas calas» sobre lo que fue la antigua Urci.
En este contexto nace el Hotel Calarreona, promovido por el empresario Antonio Grima Muñoz, quien vislumbró el futuro turístico de Águilas con diversos negocios. En 1965 encarga un primer proyecto al arquitecto murciano Gabriel Olmos Caballero. El establecimiento, inspirado en el famoso Hotel Don Pepe de Marbella, se proyecta inicialmente con tres plantas de altura sobre rasante, quedando distribuidas en las dos plantas superiores 36 habitaciones, 24 dobles con baño y 12 individuales con aseo. El presupuesto de ejecución ascendía a 8,9 millones de pesetas, planteándose los primeros trabajos en julio de 1966. Pero las perspectivas de negocio son buenas y el proyecto inicial se queda corto, por lo que, en febrero de 1967, Olmos redacta la ampliación de este, con el que se alcanza el resultado final. Básicamente se añadió al edificio inicial un nuevo cuerpo inferior de tres subplantas en el costado oriental aprovechando el importante desnivel del terreno. En el exterior, se construyó frente al hotel una piscina de perímetro irregular en dos espacios (infantil y adultos) así como jardines y solárium en varios niveles, recinto de juegos para niños en la zona baja de la parcela, accesos para vehículos, aparcamiento y zonas de uso común.
En la publicidad de la época se anuncia que todas las habitaciones disponen de terraza con vistas al mar, teléfono, baño completo, calefacción y sonorización ambiental; salones sociales con televisión y salas para conferencias; se ponen en valor sus equipamientos exteriores (piscinas, cafetería, jardines, terrazas), su excelente cocina, internacional y platos típicos regionales, las aguas cristalinas y serenas de la playa que tiene enfrente, así como servicios de traslado y de coches con o sin chófer para excursiones. Además de los certámenes culturales que tenían lugar en el hotel como la celebración del premio Águilas de Novela, era lugar propicio para tomar un café o una copa, destacando sin duda sus fiestas de verano y las de Nochevieja y Año Nuevo.
El arquitecto Olmos Caballero concibe un edificio exento de factura moderna, propio de la arquitectura del ocio y del relax, enormemente funcional y enmarcado en los nuevos cánones racionalistas del Estilo Internacional, pero incorporando elementos mediterráneos como el revoco encalado a la tirolesa, el empleo de celosías y parasoles de madera sobre todas las terrazas para aliviar el intenso sol levantino. Planifica un inmueble con pilares metálicos de extraordinario desarrollo longitudinal, eligiendo una planta en «V» muy abierta hacia el mar que lo asemeja a un bumerang. Parte de un núcleo central del que se prolongan dos brazos a izquierda y derecha. La fachada marítima, de rígido planteamiento reticular, expresa plenamente la distribución interior: en la planta baja, se sitúan las cocinas y el comedor-restaurante (lado izquierdo); administración, magnífica recepción, conserjería y salón en el núcleo central; y ocho habitaciones (lado derecho). Bajo rasante se sitúa una gran cafetería y dos subplantas para el personal de servicio. Las dos plantas superiores, destinadas a habitaciones (36 en
total, 18 en cada una), presentan distribución simétrica, situando las estancias individuales en los extremos de cada planta, dejando el salón polivalente en el núcleo central, de gran luminosidad. Todas las habitaciones, de 20,5 m2 de superficie las dobles y 14 las individuales, tienen terraza exterior independiente (separadas por mamparas de vidrio translúcido) con vistas panorámicas al mar y a la piscina, su principal reclamo promocional. La fachada trasera en cambio se hace hermética por su propia concepción. En ella se desarrollan los corredores lineales que dan acceso por el exterior a las habitaciones desde el núcleo central, protegidos por grandes celosías, disposición que también encontramos en el edificio Fransena I de la playa de Las Delicias. Alrededor de la piscina se creó un ambiente confortable con la plantación de árboles y jardinería mediterránea, zonas de paseo y un conjunto de terrazas solárium y desniveles para la contemplación salvados por taludes de piedra natural en la entrada del hotel.
Cuando el Calarreona cierra por diferentes motivos en 1973 para ser reconvertido en un edificio de apartamentos, existen en el litoral murciano 73 hoteles con 3.500 plazas, contando Águilas con 20 establecimientos que suman 505 plazas, a las que se unen otras 2.000 plazas en 520 apartamentos turísticos.
DEL 27 DE JUNIO AL 11 DE JULIO
Exposición de pintura de Julia Rubín de Célix
Martín
De lunes a viernes, de 18:00 h a 21:00 h
Casa de la Cultura
SÁBADO 5 DE JULIO
Festival de bandas
20:00 h
Auditorio Infanta Doña
Elena
JUEVES, 3 DE JULIO
Baile Cotillón 21:30 horas
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES 4 Y SÁBADO 5 DE JULIO
Conga Festival De 12:00 h a 00:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES 4 Y SÁBADO 5 DE JULIO
Teatro: Tocmanías y otras patologías 20:30 horas
Casa de la Cultura Francisco Rabal
SÁBADO, 5 DE JULIO
Cena benéfica Paso Azul
21:00 horas
Restaurante Club Náutico
DOMINGO, 6 DE JULIO
Teatro infantil “Los tres cerditos” 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
JUEVES, 10 DE JULIO
“El café de las flores” a beneficio de AECC
20:30 h
Auditorio Infanta Doña
Elena
JUEVES, 10 DE JULIO
Inmaculada Rejón “Estrellas” 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 11 DE JULIO
II Festival U.D. Águilas Femenino 21:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 11 DE JULIO
Teatro Imagine 20:00 h Calabardina
VIERNES, 11 DE JULIO
II Festival U.D. Águilas Femenino
21:00 h
Plaza Antonio Cortijos
SÁBADO, 12 DE JULIO
Festival Sinergia
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
SÁBADO 12 Y DOMINGO 13 DE JULIO
Royal Beach Games
Desde las 9:00 h
Explanada del Auditorio
SÁBADO 12 Y DOMINGO 13 DE JULIO
24 horas Fútbol 8
Campo de fútbol Hermanos Buitrago Inscripciones PDM
DOMINGO, 13 DE JULIO
VII Festival Aguanile Dance 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
MARTES, 15 DE JULIO
Serenata a la Virgen del Carmen 22:00 h
Frente a la Iglesia del Carmen
MIÉRCOLES, 16 DE JULIO
Teatro Circo
22:00 h
Ermita de Calabardina
MIÉRCOLES, 16 DE JULIO
Actos en honor a la Virgen del Carmen
Desde las 11:00 h Cofradía de Pescadores
MIÉRCOLES, 16 DE JULIO
Visitas teatralizadas por los museos 19:30 h
Salida desde Museo Arqueológico
DEL 16 AL 31 DE JULIO
Exposición póstuma de Joaquín Martínez Olivares
De lunes a viernes, de 18:00 h a 21:00 h
Casa de la Cultura
JUEVES, 17 DE JULIO
Musical “Pinocho”
20:00 h
Plaza Antonio Cortijos
JUEVES, 17 DE JULIO
Los 40 Summer Live 22:00 h
Explanada del Auditorio
VIERNES, 18 DE JULIO
Concierto La Ganga Calé 22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 18 DE JULIO
Visita teatralizada Museo del Esparto 19:30 h
Salida desde Oficina de Turismo
SÁBADO, 19 DE JULIO
XXIV Festival de Danza Goyi Vera 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
SÁBADO, 19 DE JULIO
Proyección en directo desde el Teatro Real “La Traviata” de Verdi 21:00 h
Auditorio Infanta Doña Elena
SÁBADO 19 Y DOMINGO 20 DE JULIO
XXX Rally Fotográfico 13:30 h
Salida desde Explanada del Auditorio
DOMINGO, 20 DE JULIO
XLVI Carrera Popular “Ciudad de Águilas” 9:00 h
Salida desde Plaza Antonio Cortijos
DOMINGO, 20 DE JULIO
“Había una vez” un musical de circo 21:30 h
Calabardina
DOMINGO, 20 DE JULIO
Concierto Patronato Musical
Aguileño 22:00 h
Explanada del Auditorio
DOMINGO, 20 DE JULIO
X Festival de Danza Terpsícore 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
Del lunes 22 al jueves 24 de agosto
Semana Cultural del Mayor 20:00 h Casa de la Cultura Francisco Rabal
MIÉRCOLES, 23 DE JULIO
Teatro Circo 22:00 h
Ermita de Calabardina
MIÉRCOLES, 23 DE JULIO
Teatro Infantil Imagine 20:00 h
Plaza Fernando Rey
MIÉRCOLES, 23 DE JULIO
Visitas teatralizadas por los museos 19:30 h
Salida desde Museo
Arqueológico
JUEVES, 24 DE JULIO
Cuarentones Principales
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
JUEVES, 24 DE JULIO
Jazz Old Jazz 20:30 h
Junto al Museo Arqueológico
JUEVES, 24 DE JULIO
Concierto Patronato Musical Aguileño 22:00 h
Pérgola de la Colonia
VIERNES, 25 DE JULIO
Exposición “Las cuatro plumas: Fértil residencia”
De 19:00 h a 22:00 h
Auditorio Infanta Doña Elena
VIERNES, 25 DE JULIO
Día del Mayor 20:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 25 DE JULIO
Merienda Solidaria Paso Azul 20:00 h Lugar por determinar
ÁGUILAS - VIERNES 25 JULIO'25
PLAZA
VIERNES, 25 DE JULIO
La Noche Blanca 20:00 h
Plaza de España- Zona comercial
Águilas centro- Zona comercial
Las Yucas
VIERNES, 25 DE JULIO
Visita teatralizada Museo del Esparto 19:30 h
Salida desde Oficina de Turismo
SÁBADO, 26 DE JULIO
V Festival Águilas Jazz 22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
DOMINGO, 27 DE JULIO
I Gran Gala Estudio Coreográfico
Rubén Nieto
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
DOMINGO, 27 DE JULIO
Travesía a nado “Isla del Fraile”9:30 h
Playa Cocedores del Hornillo
DOMINGO, 27 DE JULIO
Baile Cotillón 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
MIÉRCOLES, 30 DE JULIO
Teatro Circo
22:00 h
Ermita de Calabardina
MIÉRCOLES, 30 DE JULIO
Visitas teatralizadas por los museos 19:30 h
Salida desde Museo Arqueológico
JUEVES, 31 DE JULIO
I Recital de Poesía “Mares de versos” 20:30 h
Auditorio Infanta Elena
VIERNES, 1 DE AGOSTO
Gala Elección Personajes del Carnaval 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
SÁBADO, 2 DE AGOSTO Presentación libro “Problemas fundamentales de la filosofía medieval” 20:00 h
Casino de Águilas
DEL 1 AL 13 DE AGOSTO Exposición sobre el esparto
De lunes a viernes, de 18:00 h a 21:00 h
Casa de la Cultura
SÁBADO, 2 DE AGOSTO
Tour Depol 22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 1 de agosto Visita teatralizada Museo del Esparto 19:30 h
Salida desde Oficina de Turismo
SÁBADO, 2 DE AGOSTO Conferencia “Higiene de vida en la columna vertebral” 20:00 h
Casa de la Cultura Francisco Rabal
DOMINGO, 3 DE AGOSTO
Encuentro de Cuadrillas
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
LUNES, 4 DE AGOSTO I Recital de Poesía “Mares de versos” 20:30 h
Auditorio Infanta Elena
MARTES, 5 DE AGOSTO
Ciclo de Conferencias
Mirando al Mar: María
Teresa Lajarín 20:00 h
Casa de la Cultura
Francisco Rabal
MIÉRCOLES, 6 DE AGOSTO
Teatro Infantil Imagine
20:00 h
Plaza Región de Murcia
JUEVES, 7 DE AGOSTO
Ciclo de Conferencias
Mirando al Mar: Miguel
Sebastián 20:00 h
Casa de la Cultura Francisco Rabal
MIÉRCOLES, 6 DE AGOSTO
Baile Cotillón
21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
MIÉRCOLES, 6 DE AGOSTO
Teatro Circo
22:00 h
Ermita de Calabardina
VIERNES, 8 DE AGOSTO
Día del Esparto
MIÉRCOLES, 6 DE AGOSTO
Proyección audio-visual de la Asociación de fotógrafos
José Matrán 22:00 h
Explanada del Auditorio
Infanta Doña Elena
MIÉRCOLES, 6 DE AGOSTO
Visitas teatralizadas por los museos 19:30 h
Salida desde Museo Arqueológico
MIÉRCOLES, 6 DE AGOSTO
Presentación del libro “En el cielo no hay jamón” de José Asensio20:00 h
Casa Cultura
JUEVES, 7 DE AGOSTO
Gala Musical a beneficio de Cáritas
21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
19:00 h
Plaza de España
VIERNES 8 Y SÁBADO 9 DE AGOSTO
V Festival Águilas Jazz 22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 8 de agosto
Visita teatralizada Museo del Esparto 19:30 h
Salida desde Oficina de Turismo
SÁBADO 9 Y DOMINGO 10 DE AGOSTO
XLV 24 horas Fútbol sala
Polideportivo Municipal Inscripciones PDM
DOMINGO, 10 DE AGOSTO
Musical “El libro de la selva” 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
MIÉRCOLES, 13 DE AGOSTO
Ciclo de Conferencias
Mirando al Mar: Juan María Vázquez 20:00 h
Casa de la Cultura Francisco
Rabal
SÁBADO, 9 DE AGOSTO
XIII Velada de Trovo y Cante
Flamenco
22:00 h
Cuesta de Gos
MARTES, 12 DE AGOSTO
Ciclo de Conferencias Mirando al Mar: Miguel Ángel Ruiz
20:00 h
Casa de la Cultura Francisco Rabal
MIÉRCOLES, 13 DE AGOSTO
Teatro Infantil Imagine 20:00 h
Plaza Región de Murcia
DOMINGO, 10 DE AGOSTO
Baile Cotillón 21:30 h
Calabardina
MARTES, 12 DE AGOSTO
Proyección Virgen de los Dolores 22:00 h
Explanada del Auditorio
MIÉRCOLES, 13 DE AGOSTO
Teatro Circo 22:00 h
Ermita de Calabardina
DOMINGO, 10 DE AGOSTO
Piano y velas 22:00 h
Cocedores del Hornillo
MIÉRCOLES, 13 DE AGOSTO
Baile Cotillón 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
MIÉRCOLES, 13 DE AGOSTO
Visitas teatralizadas por los museos 19:30 h
Salida desde Museo Arqueológico
JUEVES, 14 DE AGOSTO
Fuegos Artificiales
23:00 h
Bahía de Levante
SÁBADO, 16 DE AGOSTO
Gran desfile de comparsas y carrozas
21:30 h
Desde Ícaro hasta Club
Náutico
LUNES, 18 DE AGOSTO
Charla “El bienestar a través del humor” 20:00 h
Casa de la Cultura
VIERNES, 15 DE AGOSTO
Regata y Cucaña
19:00 h
Puerto de Águilas
DEL 16 AL 27 DE AGOSTO
Exposición del Ajuar de la Patrona
De 18:00 h a 21:00 h
Casa de la Cultura Francisco
Rabal
DEL MARTES 19 AL VIERNES
22 DE AGOSTO
Curso “Interpretación ante la cámara”. Benito Rabal
De 10:00 h a 14:00 h
Casa de la Cultura Francisco
Rabal
VIERNES, 15 de agosto
Tributo Manuel Carrasco
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 15 de agosto
Visita teatralizada Museo del Esparto
19:30 h
Salida desde Oficina de Turismo
DOMINGO, 17 DE AGOSTO
Chirigoteando 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
MIÉRCOLES, 20 DE AGOSTO
Baile Cotillón
21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
DOMINGO, 17 DE AGOSTO
Teatro infantil “El patio de vecinos” 21:30 h Calabardina
MIÉRCOLES, 20 DE AGOSTO
Teatro Circo
22:00 h
Ermita de Calabardina
MIÉRCOLES, 20 DE AGOSTO
Visitas teatralizadas por los museos
19:30 h
Salida desde Museo
Arqueológico
VIERNES, 22 DE AGOSTO
Visita teatralizada Museo del Esparto
19:30 h
Salida desde Oficina de Turismo
MIÉRCOLES, 27 DE AGOSTO
Visitas teatralizadas por los museos
19:30 h
Salida desde Museo Arqueológico
JUEVES, 21 DE AGOSTO
Sartenazo Hospitalidad de Lourdes
21:00 h
Plaza Antonio Cortijos
SÁBADO, 23 DE AGOSTO
PRIDE
19:30 h Plaza Antonio Cortijos
22:00 h Explanada Auditorio
JUEVES, 28 DE AGOSTO
Concierto Lady Ma Belle
20:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 22 DE AGOSTO
IX Premio Águilas de relato breve
20:00 h
Auditorio Infanta Doña Elena
SÁBADO 23 Y DOMINGO 24 DE AGOSTO
Curso “El placer de actuar”
De 10:00 h a 14:00 h
Casa de la Cultura
VIERNES, 29 DE AGOSTO
Grupo Swing
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 22 DE AGOSTO
Concierto Soraya
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
DOMINGO, 24 DE AGOSTO
Drilo y The Kids Band 21:30 h
Plaza Antonio Cortijos
VIERNES, 29 DE AGOSTO
Visita teatralizada Museo del Esparto 19:30 h
Salida desde Oficina de Turismo
SÁBADO, 30 DE AGOSTO
XLI Carrera Nocturna
Internacional “Alcaldesa de Águilas”
Plaza de España
Inscripciones: www. asuspuestos.es
Cursos Natacion 2025
SÁBADO, 30 DE AGOSTO
Los Renegados
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos
SÁBADO, 30 DE AGOSTO
Curso “Risoterapia”
De 11h a 14h y de 16h a 19h
Casa de la Cultura Francisco
Rabal
DOMINGO, 31 DE AGOSTO
Tributo Nino Bravo
22:00 h
Plaza Antonio Cortijos