Las curvas del camino / Iván Hernández

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Nada

"No quiero nada, quiero morirme", le dije.

Y me dijo que eso era querer algo.


Rojo Me escribías cartas con rojo y me gustaba pensar que lo hacías porque el rojo era el color del amor. Me escribías cartas con rojo y me gustaba imaginar que era porque te inspiraba el lenguaje del amor. Quizás te gustaba más que cualquier otro color. Quizás el rojo era un despojo de lo que sentía tu corazón. O quizá se te acabó la tinta azul.


Princesa La recuerdas de años antes, la que soñabas princesa, la del chaleco turquesa y falda a cuadros. A quien le escribías poesía, le llamabas "Toda mía" y aunque no le conocías la querías tanto. Y hoy es una de esas tías que usan shorts y brillantina, microfaldas, blusas cortas y anda en moto. Y hoy que la ves después de tantos años, juras de frente que no la conoces. Aunque te insista y llame


por tu nombre, dices que no eres tĂş, que se confunde. Pues puedes perdonarle cualquier cosa, menos que escuche ese maldito reggaeton.


Besarle Besarle es como meter un arcoiris en la lavadora.

Besarle es beber algo delicioso y que al tiempo te destruye.

Besarle es como poner los dientes de ajo en el sartĂŠn y hacer arroz.

Besarle es como despertarse de una pesadilla.

Besarle es apagarle al mundo por un rato.


Besarle es como tener sus tacones en mis hombros. O casi. Pero no.


Cinco Haikus

"Metro" La ciudad está subiendo la escalera. Esperándonos.

"Sol" En estas horas sé que vienes como el sol a despertarme.

"Fiesta" Antes de irte dime cómo encontrarte. O no te vayas.

"Lluvia" Que llore el cielo ya que tú no estás aquí. Venga la lluvia.


"Perd贸n" Quiz谩 prefieras responder por escrito. Perd贸n por llamar.


Japón

Si el punto rojo en la bandera del Japón fuera una mancha en una compresa usada.

Si el día de Enero en que ocurrió mi concepción hubiera sido una tarde nublada Y mis padres hubieran tenido precaución, no me hubiera tocado esta vida tan de la chingada.


Tarde Si pudiera poner una cara a las letras que brotan de mi pluma ese rostro sería tuyo: El rostro de mis letras eres tú.

Los colores tienen más definición en mis pupilas cuando voy a verte. Y cobran vida cuando llegas. Todo es más lindo cuando llegas. Veo más colores cuando llegas.

Ideas inconexas traspasan mi mente. Ideas que pienso, ideas que escribo, ideas que no se parecen. Ideas que ni siquiera riman. Ideas que vuelan en mi mente como aves,


como mariposas, como libélulas, como moscas. Ideas que no se van y que, al final me llevan sólo a un pensamiento: Tú.


Timbre Creo que ha sonado el timbre y tus caderas están del otro lado de la puerta.

Y aunque ya nunca espero tu visita escucho tus tacones allá afuera.

La seda negra que te viste existe en mis recuerdos y en mis fantasías. En mis recuerdos de tiempos mejores, en mi archivo de nuestras alegrías.

Te recuerdo dejando


la seda de lado, Pero dejรกndote puestos los tacones. Y te evoco diciendo: "La vida es muy corta para no cometer equivocaciones".

Escucho tus tacones en la puerta, aunque ya nunca espero tu visita. Creo que ha sonado el timbre, pero afuera no estรกn mรกs que mis ansias de tenerte.


Las curvas del camino Yo no hice las curvas del camino, ni pedí caminarlo así en tu ausencia.

No pedí que me encontraras viento en contra, ni pedí que estuviera todo al revés.

No pedí que me olvidaras después. No pedí que te fueras de mi hace un año. No pedí que el amor se nos fuera al caño, No pedí que se perdiera el interés.

Yo no hice las curvas del camino, yo no quise ver tus ojos penetrantes,

no quise mirar tus piernas


tan torneadas, no quise mirar tus senos tan turgentes, no quise escribirte cosas que nunca vas a leer.

Yo no hice las curvas del camino, ni pedĂ­ encontrarte en contra del destino.


Fin del Mundo Si mañana se acabara el mundo sería tan triste pensar que nunca pude saber, que nunca supe que hacer y que no hice mi deber.

Talvez lo mas angustioso fuera no volverte a ver.

Ni al resplandor tal de tus ojos cuando miras, ni a tu sonrisa que se esboza tras del beso, ni esa expresión de concentrarte cuando lees.

Si mañana el mundo se acabara sé que vendrían a por ti,


aunque a mi no me llevaran.

Sé que lo mas deprimente sería tenerte orbitando, en un rincón de mi mente sin poder hablarte más, sin poder decirte tanto, sin poder decirte todo.

Si mañana terminara el mundo lo que de verdad extrañaría sería esperarte en el lugar de siempre.

Recargarme en la baranda y verte llegar sonriendo, como cuando juntos éramos felices. Cuando hace tanto éramos felices.

Así como hace tiempo, desde que tú ya no estás. Que el mundo se acabe. Yo te extraño igual.


Aclaraciones:

Muchos de estos poemas no tienen dedicatoria, ni fueron inspirados en persona alguna. “Ilustraciones” por el autor. Retocadas por Fernanda Alvarez Más de mi trabajo en http://dandomalospasos.blogspot.mx/

Iván Hernández

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