La historia de las bandas sonoras

Page 1


EL AUTOR En 1988, Thierry Jousse empieza a publicar en la revista de cine francesa Cahiers du Cinéma, de la que pasa a ser jefe de redacción en 1991, cargo que ocupa hasta que en 1996 se inicia en la realización de cortometrajes y, más adelante, se lanza a la dirección de largometrajes. Al mismo tiempo, escribe sobre música en el semanario cultural Les Inrockuptibles. Tras rodar su primera película, Les Invisibles (2005), se incorpora al canal estatal francés de radio France Musique donde produce y presenta diversos programas, entre ellos Easy Tempo, con Laurent Valero (2007-2011, y posteriormente, 2015-2017), y Cinéma Song (2011-2015). Thierry Jousse es el productor del magacín Ciné Tempo, que se emite todos los sábados desde France Musique. En 2011 dirige su segundo largometraje, Je suis un No Man’s Land, protagonizado por Philippe Katerine. A partir del año 2012 colabora regularmente con la emisión digital Blow up / Arte mediante un formato muy libre y personal dedicado a la música escrita para cine. Y, desde 2019, ha retomado su ac­ tividad como crítico cinematográfico en la publicación Les Inrockuptibles.

Título original Bandes Originales DIRECCIÓN EDITORIAL Ariane Laine-Forrest EDICIÓN Laurence Lehoux, Liyu N’Guyen-Bousseau,

Franck Fries, Sylvie Philippon EDICIÓN RADIO FRANCE Anne-Julie Bémont, Marie-Laure Pauly, Philomène Vuillard EDICIÓN FRANCE MUSIQUE Mare Voinchet, Stéphane Grant, Anne Mouille, Guillaume Decalf DIRECCIÓN ARTÍSTICA Charles Ameline CONCEPTO GRÁFICO Gaël Etienne PREIMPRESIÓN Hyphen-Group TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN DE LA EDICIÓN EN LENGUA ESPAÑOLA

Carles Bosch COORDINACIÓN DE LA EDICIÓN EN LENGUA ESPAÑOLA Cristina Rodríguez Fischer

Primera edición en lengua española 2023 © 2023 Naturart, S.A. Editado por BLUME Carrer de les Alberes, 52, 2.°, Vallvidrera 08017 Barcelona Tel. 93 205 40 00 e-mail: info@blume.net © 2022 Éditions Epa, Hachette Livre, Vanves (Francia) I.S.B.N.: 978-84-19785-55-8 Depósito legal: B. 15902-2023 Impreso en Estellaprint, Estella (Navarra) Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.

www.blume.net

francemusique.fr


H IS TO RI A D E L AS

BA N DAS SO N O R AS

MÚSICA PARA EL CINE T H I E R RY J O U S S E


6

8

CONTAR UNA HISTORIA

10 12 16

E L SONIDO HOLLYWOODENSE, TODO PARA LA ORQUESTA M AX STEINER, EL INVENTOR M IKLÓS RÓZSA, MAESTRO DEL GÓTICO M AURICE JAUBERT Y LA MÚSICA

18

P LAYLIST: LAS GRANDES BANDAS

20 22 26 30

CLÁSICA

SONORAS DEL SONIDO DE HOLLYWOOD

ITCHCOCK Y HERRMANN, H LA PAREJA PERFECTA H ITCHCOCK Y HERRMANN EN 5 PELÍCULAS H ERRMANN SIN HITCHCOCK PARTITURAS RECHAZADAS, EL GRAN MALENTENDIDO

34 D EL JAZZ AL CINE, UNA ESTÉTICA NUEVA 36 J AZZ Y MÚSICA DE HOLLYWOOD 38 L OS JAZZMEN EN EL CINE, ENTRE DOCUMENTAL Y FICCIÓN

42 46 50

J AZZ Y MODERNIDAD J AZZ Y CINE: EL MOMENTO FRANCÉS WOODY ALLEN Y EL VIEJO JAZZ

52 54

E L CONTINENTE MORRICONE, UN COLOR ITALIANO M ORRICONE Y LEONE,

60

P LAYLIST: 100 BANDAS SONORAS

62 64 68

MATRIMONIO POR AMOR

DE MORRICONE EL GIALLO, UN GÉNERO MUY MUSICAL R OTTA Y FELLINI, MOMENTOS PERFECTOS P LAYLIST: UNA EXTRAORDINARIA GENERACIÓN DE COMPOSITORES ITALIANOS

70 NOUVELLE VAGUE, NUEVOS COMPOSITORES 72 G ODARD Y LA MÚSICA 74 T RUFFAUT Y DELERUE,

UNA COMPLICIDAD IMPECABLE

78 80

LAIN RESNAIS, CINEASTA MELÓMANO A P LAYLIST: SEIS COMPOSITORES

82 84 88 90

L A EDAD DE ORO DEL CINE POPULAR FRANCÉS V LADIMIR COSMA, REY DE LA COMEDIA F RANÇOIS DE ROUBAIX, UN PIONERO M ICHEL MAGNE, ICONOCLASTA

92

C LAUDE LELOUCH Y FRANCIS LAI,

96

P HILIPPE SARDE Y CLAUDE SAUTET,

DURANTE LA NOUVELLE VAGUE

Y DERROCHADOR

LONGEVIDAD INIGUALABLE AMOR A LA MÚSICA

98

E L CINE MÁS POP 100 H ENRY MANCINI Y BLAKE EDWARDS,

PERFECTAMENTE COMPLEMENTARIOS 104 E L CASO THOMAS CROWN, TODO UN CASO 106 Q UINCY JONES, LOS AÑOS DE CINE 110 P LAYLIST: GRANDES MÚSICAS HOLLYWOODENSES DE LA DÉCADA DE 1960

112 M I NOMBRE ES BOND, ¡JAMES BOND! 114 L A MÚSICA DE JAMES BOND

A LO LARGO DE LAS DÉCADAS 118 J OHN BARRY, TOQUE BRITÁNICO, LOS LOCOS SESENTA Y EL SONIDO DE HOLLYWOOD 122 P LAYLIST: INGLATERRA, TIERRA DE BRILLANTES COMPOSITORES

124 E L NUEVO HOLLYWOOD, NUEVAS MÚSICAS 126 L ALO SCHIFRIN, INNOVACIÓN

DEL THRILLER URBANO 128 J ERRY GOLDSMITH, EL GIGANTE 130 COPPOLA A TRAVÉS DE LA MÚSICA 134 L AS PASIONES MUSICALES DE MARTIN SCORSESE 138 P LAYLIST: LOS GRANDES COMPOSITORES DEL NUEVO HOLLYWOOD


140 ROCK Y CINE, UN ENCUENTRO FECUNDO 142 E L MITO ELVIS PRESLEY 144 E ASY RIDER, PELÍCULA BISAGRA 146 B EATLES VERSUS STONES 148 TODD HAYNES, CINEASTA GLAM 152 P LAYLIST: ROCK Y CINE

154 L A COMEDIA MUSICAL: UN CARRUSEL LLENO DE ENCANTO 156 L A EDAD DE ORO DE LOS MUSICALES DE HOLLYWOOD 158 E L MITO WEST SIDE STORY 160 JACQUES DEMY, LA EXCEPCIÓN FRANCESA 164 D ESPUÉS DE LA EDAD DE ORO, METAMORFOSIS Y RENACIMIENTO

170 C INE DE TERROR, MÚSICA DE MIEDO 172 M ONSTRUOS Y VAMPIROS 174 E L TERROR ESTADOUNIDENSE EN LA DÉCADA DE 1970 176 DAVID CRONENBERG Y HOWARD SHORE, ENSAMBLAJE PERFECTO

180 J OHN WILLIAMS, REGRESO A LO SINFÓNICO 182 W ILLIAMS EN TIERRA DE SPIELBERG 186 L AS GRANDES SAGAS: STAR WARS Y HARRY POTTER 190 J OHN WILLIAMS ANTES DE STAR WARS

194 D ÉCADAS DE 1980-1990: EL CONCEPTO MUSICAL SE RECOMPONE 196 T IM BURTON Y DANNY ELFMAN, UN DÚO INFERNAL 200 GABRIEL YARED, COMPOSITOR Y CIUDADANO DEL MUNDO 204 J IM JARMUSCH, INDEPENDIENTE, CUESTE LO QUE CUESTE 206 P HILIP GLASS Y MICHAEL NYMAN, DOS COMPOSITORES MINIMALISTAS 210 P LAYLIST: LOS GRANDES COMPOSITORES HOLLYWOODENSES DE LAS DÉCADAS DE 1980-1990

212 E L IMPARABLE ASCENSO DE LA ELECTRÓNICA 214 L A ONDA ALEMANA, ARMONÍAS ELECTRÓNICAS SOSTENIDAS 216 L A MÚSICA ELECTRO-DISCO DE GIORGIO MORODER 220 C LIFF MARTINEZ, LA FLUIDEZ DE LA ELECTRÓNICA 224 P LAYLIST: LAS BSO ELECTRÓNICAS MÁS IMPORTANTES

226 LOS CINEASTAS DJ 228 L AS EXPERIMENTACIONES MUSICALES DE STANLEY KUBRICK 232 Q UENTIN TARANTINO, EL ARTE DE PROGRAMAR 236 WONG KAR-WAI, EL ARTE DE COMBINAR

240 E N TODO EL MUNDO 242 P EDRO ALMODÓVAR, EL EXUBERANTE 244 E L LABORATORIO MUSICAL DE DAVID LYNCH 248 J OE HISAISHI, ENTRE MIYAZAKI Y KITANO

252 L A MÚSICA DE LOS BLOCKBUSTERS 254 H ANS ZIMMER: ARQUITECTO, FORMADOR Y EMPRESARIO MUSICAL 258 L AS MÚSICAS DE LOS ESTUDIOS PIXAR

262 L AS MÚSICAS PARA EL CINE, HOY 264 A LEXANDRE DESPLAT, UN FRANCÉS EN HOLLYWOOD 268 J ONNY GREENWOOD, EL SUPERDOTADO 272 ¿DÓNDE ESTÁN LAS MUJERES?

276 L A PLAYLIST DE THIERRY JOUSSE 278 Í NDICES 286 B IBLIOGRAFÍA


50

Woody Allen en la década de 1980.

DEL JA ZZ AL CINE, UNA ESTÉTICA NUEVA


En el imaginario de los cinéfilos, Woody Allen es sin duda, de todos los cineastas, el que más se identifica con el jazz. Esta consideración no se debe evidentemente a las músicas originales de sus películas, porque apenas contiene, y además no son jazz. Pero sí es más que sabido que utiliza fragmentos de viejos temas, recuperados del repertorio de las décadas de 1930-1940. Con el tiempo, el «viejo jazz» acabaría convirtiéndose en una seña de identidad del director, sin la cual su cine no sería lo que es. Para Woody Allen, este jazz deliciosamente fresco es un poco como el perfume que todo amante de su cine espera respirar en cada una de sus películas, pero también es una prueba de la permanencia de un estilo, como sucede con un color atemporal.

EL AROMA DEL JAZZ CLÁSICO A partir de principios de la década de 1980, Allen no deja de recurrir a este viejo repertorio, y lo utiliza sea cual sea el contexto en el que se mueven sus personajes. Los ejemplos son innumerables y la mayoría de los grandes del jazz clásico ha encontrado fácilmente su rinconcito en las bandas sonoras de las películas de Allen. El pianista Erroll Garner, uno de los músicos favoritos del director, ilumina con su presencia Alice (1990), Manhattan Murder Mystery [Misterioso asesinato en Manhattan, 1993],

VIEJO JAZZ

Mighty Aphrodite [Poderosa Afrodita, 1995], Deconstructing Harry [Desmontando a Harry; en Hispano­américa, Los enredos de Harry, 1997] o Celebrity [en México, El precio del éxito, 1998]. También disfrutamos de Duke Ellington, de su sutil interpretación y de sus brillantes arreglos, en Radio Days [Días de radio, 1987], en Bullets over Broadway [Balas sobre Broadway, 1994] o en The Curse of the Jade Scorpion [La maldición del escorpión de Jade; en México, El beso del escorpión, 2001]. En cuanto a Benny Goodman y su gran orquesta, hay fragmentos suyos en Radio Days, en Manhattan Murder Mystery, en Deconstructing Harry, en Small Time Crooks [Granujas de medio pelo; en Hispanoamérica, Ladrones de medio pelo, o también, Pícaros ladrones, 2000]. Y po­demos añadir a otros: Louis Armstrong y su sublime versión de Stardust sobrevolando delicadamente sobre el rostro de Charlotte Rampling, en Stardust Memories [Recuerdos, 1980]; o también a Sidney Bechet y su famosa canción Si tu vois ma mère, verdadero leitmotiv de Midnight in Paris [en Hispanoamérica, Medianoche en París, 2011]. Innumerables son, pues, los ejemplos de fragmentos musicales que, sin duda, han contribuido al exquisito encanto que desprende el cine de Woody Allen.

UNA FALSA PELÍCULA BIOGRÁFICA En la extensa filmografía del maestro, conviene detenerse en Sweet and Lowdown [Acordes y desacuerdos; en algunos países de Hispanoamérica, Dulce y melancólico, y en otros, El gran amante, 1999], en la que Sean Penn encarna a Emmett Ray, guitarrista genial y eterno rival de Django Reinhardt. Al igual que en Zelig (1983), el personaje, claramente ficticio, permite a Woody Allen sumergirse en una época, la década de 1930, y en un ambiente, el de los pioneros del jazz, por los que siente veneración. La falsa película biográfica Sweet and Lowdown es una

prueba de la pillería, incluso de la irreverencia del cineasta, ya que en el retrato que dibuja de Emmett Ray, este comete todo tipo de astracanadas y sufre continuos fiascos. Un personaje que es todo menos un intelectual —lo que no le quita, sino todo lo contrario, su supuesta genialidad artística— y que es capaz de perder toda compostura, llegando incluso a desmayarse en presencia de su ídolo, Django Reinhardt. Es una película cautivadora y muy personal que hubiera merecido mayor reconocimiento tras el estreno.

WOODY CLARINETISTA Un último detalle: Woody Allen es un clarinetista, especializado en el jazz sonido Dixieland, suficientemente preparado como para presentarse en los escenarios de todo el mundo, aunque, hay que admitirlo, su notoriedad como actor y director de cine le ayudan sobremanera a llenar las salas en las que le programan. La documentalista Barbara Kopple, que le siguió en una de sus giras europeas a mediados de la década de 1990, editó una película a partir este material, Wild Man Blues, 1997], que no se ocupa tanto de la música de Woody Allen y su banda —que por lo demás se revela bastante mediocre— como del ambiente de la gira y de la manera divertida y bastante inocente con la que transcurre el viaje, de un lujoso palacio a otro, y de una ciudad a otra. Es un Woody Allen cotidiano, como nunca lo habíamos visto. Wild Man Blues da fe de que Woody Allen nunca es tan buen músico como cuando disfruta de sus ídolos en las bandas sonoras de sus propias películas.

51

WOODY ALLEN Y EL VIE JO JA ZZ

Y EL



En las décadas de 1960 y 1970, el cine popular francés navega a toda vela. El público responde, las grandes estrellas (Louis de Funès, Alain Delon, Jean-Paul Belmondo, Lino Ventura, etcétera) están en buena forma, y algunos géneros, sobre todo el policiaco y la comedia, funcionan a las mil maravillas. En este contexto de euforia, la música para el cine no es una excepción. En la década de 1960, Michel Magne, Francis Lai y François de Roubaix son los que marcan la pauta. En la década siguiente serán los Vladimir Cosma, Philippe Sarde, Éric Demarsan o Michel Colombier los que imprimirán su estilo —lúdico, lírico o envolvente— en películas que exprimirán todo su jugo creativo. Estos veinte años en los que el cine le interesa al gran público son, para los compositores que escriben sus músicas, lo más parecido a una época dorada.

Vladimir Cosma en el Grand Rex de París, el 23 de marzo de 2013

83


158 L A COMEDIA MUSICAL , UN CARRUSEL LLENO DE ENCANTO


Richard Beymer y Natalie Wood en West Side Story (1961), de Jerome Robbins y Robert Wise.

EL MITO

EN BROADWAY

El 26 de septiembre de 1957, en el Winter Gar­ den Theatre de Broadway, comienzan las repre­ sentaciones de una nueva comedia musical, West Side Story. Dirigido y coreografiado por Jerome Robbins, el espectáculo cuenta a su fa­ vor con una música ambiciosa y pegadiza que ha compuesto Leonard Bernstein a partir de un libreto firmado por Arthur Laurents. Stephen Sondheim, futura figura de la comedia musical, es el encargado de escribir la letra de las cancio­ nes. El argumento, inspirado en Romeo y Julieta, enfrenta a dos bandas rivales: los Jets, com­ puesta por jóvenes de origen europeo, y los Sharks, de origen puertorriqueño. Es el tras­ fondo de la historia de amor imposible entre María, la hermana del líder de los Sharks, y Tony, antiguo cabecilla de los Jets. Tras un lar­ go período de gestación, el musical West Side Story causa sensación y se convierte en un gran éxito. Es nominado a seis premios Tony, el equi­ valente a los Oscar en el universo del teatro, de los cuales obtiene tres, incluido el de Mejor Coreografía, que gana Jerome Robbins.

PRODUCCIÓN Y REPARTO El éxito en Broadway de West Side Story y la ma­ nera tan actual con la que revoluciona los códi­ gos del musical —un género que, a finales de la década de 1950, ha perdido a buena parte de su público en las salas de cine—, despierta el in­ terés de la industria de Hollywood. Es el pro­ ductor Walter Mirisch, fundador de la Mirisch Corporation, quien se lanza a producir la pe­ lícula. Además de otras cuestiones siempre com­ plicadas cuando se lleva un espectáculo teatral al cine, aquí es la elección de los actores el prin­ cipal quebradero de cabeza. Se descarta de en­ trada que sean los mismos protagonistas que en Broadway. Para el papel de María se opta relati­ vamente rápido por Nathalie Wood, que ya en­ tonces es una estrella en Hollywood. Para el de Tony, todo resulta más difícil. La primera idea es Elvis Presley, pero a su representante, el

famoso coronel Parker, la propuesta no le in­ teresa. Se barajan los nombres de Warren Beatty, Burt Reynolds, Robert Redford o Richard Chamberlain, pero al final el elegido es Richard Beymer. Walter Mirisch confía la dirección a Robert Wise, que tendrá el apoyo de Jerome Robbins para las se­ cuencias de baile. El libreto queda un poco mo­ dificado, sobre todo el final, pues en la película será ligeramente menos trágico que en la ver­ sión teatral.

LA EDAD MODERNA West Side Story [en Hispanoamérica, Amor sin barreras], estrenada finalmente en 1961, rompe con las claves de la edad de oro de la comedia musical y de los musicales en general. Tanto la temática de la historia —guerra entre bandas, cuestiones étnicas vinculadas a la integración de los emigrantes en la sociedad—, como el es­ tilo de la puesta en escena —impresionantes coreografías inscritas a espacios urbanos no habituales, aportes de la danza moderna al tra­ bajo de Jerome Robbins, contemporaneidad en la música que escribe Leonard Bernstein, mon­ taje dinámico—, hacen que la película catapul­ te el género de los musicales hacia su edad moderna. El enorme éxito de crítica y público ayuda a que el largometraje de Robert Wise triunfe en los Oscars, llevándose seis premios de las once nominaciones obtenidas West Side Story se convierte en el gran referente del géne­ ro, y así ha sido de generación en generación.

SEGUNDA VERSIÓN El joven Steven Spielberg había visto West Side Story el mismo año de su estreno, 1961. Seis dé­ cadas más tarde, en diciembre de 2021, su remake del clásico de Robert Wise y Jerome Robbins llega a las salas, aunque, por desgra­

cia, con un éxito solo relativo. Lejos de ser un simple calco, su versión contiene interesantes diferencias. En primer lugar, el guion, escrito por el dramaturgo Tony Kushner. A continua­ ción, la música de Leonard Bernstein que, diri­ gida por Gustavo Dudamel y con los arreglos de David Newman, suena como una partitura ac­ tual sin que, para ello, se haya desnaturalizado la original. Y, finalmente, la elección de los ac­ tores que encarnan a los miembros de los Sharks: todos son puertorriqueños, que en absoluto es el caso de la primera versión. Sin necesidad de trasladar la trama al presente, el nuevo West Side Story integra algún contexto contemporá­ neo, en particular el de la especulación inmo­ biliaria, pero, en definitiva, la película de Spielberg nos trae en todo momento el bello recuerdo de la primera versión.

UN EQUILIBRIO MILAGROSO La versión de Spielberg se abre con un plano que genera la impresión de que los personajes salen de bajo tierra, como si fueran muertos vi­ vientes. El cineasta imprime así, de inmediato, una cierta dimensión de irrealidad a su relato. Sin embargo, la película transmite una innega­ ble sensación de frescura. Spielberg logra in­ suflar una nueva energía a esta historia del pasado, aunque solo sea porque el elenco está compuesto por jóvenes actores y actrices, en su mayoría poco conocidos, o porque la realiza­ ción contiene tiros de cámara que facilitan una amplitud inédita a la coreografía de muchas es­ cenas, no solo las musicales. Spielberg ha cum­ plido su sueño, y el éxito de su propuesta radica en el milagroso equilibrio entre la nostalgia y la reinvención.

159

EL MITO WEST SIDE STORY

ÉXITO

West Side Story ya había sido un musical de gran éxito en los teatros de Broadway antes de ser adaptado al cine para triunfar a lo grande en 1961. Sesenta años más tarde, Steven Spielberg hace realidad el sueño de su niñez: dirigir un remake de la película y alcanzar el nivel de la original.



Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.