Química - Versión Alumno - Correo del Maestro - Conaliteg 2021-2022

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1. Paracelso es un personaje muy interesante en la historia de

la química y la medicina, por lo que te invitamos a conocer más acerca de su vida y su obra en las siguientes páginas electrónicas: www.elalmanaque.com/Biografias_II/bio_II/Paracelso.html www.iqb.es/historiamedicina/personas/paracelso.htm www.galenusrevista.com/Paracelso.html • ¿Qué aspectos te parecieron más interesantes de su vida

en relación con la ciencia? 2. También puedes hacer tu propia búsqueda y recomendar

otra página a tus compañeros. Comenta las razones por las que elegiste esa página.

FIGURA 37. La bacteria Clostridium botulinum puede contaminar algunos de nuestros alimentos, en especial los enlatados. Si observas que una lata de alimentos está “inflada”, no consumas su contenido, pues seguramente está contaminado.

Lee más...

1. Para ampliar tus conocimientos, puedes consultar el si-

guiente libro: Bonfil, M. (1997), La dosis hace el veneno. México: SomedicytSemarnap. (Colección Básica del Medio Ambiente). 2. También puedes consultar el texto de:

Trautmann, N. (2005), La dosis hace al veneno, ¿cierto o no?, obtenido de: (Nancy Trautmann, “La dosis hace al veneno. ¿Cierto o no?”, Actionbioscience E-Newsletter, enero 2005 [sin núm.] www.actionbioscience.org/esp/ambiente/ trautmann.html. 3. Comenta con tus compañeros y tu maestro lo que hayas

podido leer y toma notas en tu cuaderno o tu blog.

agua de mar, pues la concentración de sal en ella es muy alta, lo que acelera el proceso de deshidratación. ¿Has notado que cuando comes algo muy salado (unas papas fritas por ejemplo) te da mucha sed? El agua y la sal común son ejemplos de sustancias que al ser ingeridas en grandes cantidades provocan efectos nocivos en los seres vivos. Sin embargo, hay otras sustancias que en muy pequeñas cantidades son extremadamente peligrosas (en general, las llamamos venenos). Por eso, la toxicidad de cualquier sustancia se puede medir en función de la cantidad que se requiere para causar daño; cuanto más tóxica sea la sustancia, menor cantidad de ésta se requerirá para dañar a un ser vivo. Quizá te sorprenda saber que la sustancia más tóxica conocida no es un producto que el ser humano haya inventado, sino una que es producida por una bacteria llamada Clostridium botulinum, que, bajo ciertas condiciones, puede estar presente en los alimentos (figura 37). Esta sustancia, llamada toxina botulínica, causa parálisis muscular y a pesar de ser extremadamente venenosa, es muy utilizada con fines cosméticos; tal vez hayas oído hablar de su nombre común: bótox, que se administra inyectando pequeñas cantidades en el rostro para paralizar los músculos faciales y retardar con ello la formación de arrugas. Como dato curioso, si en la actividad de la página 55 en lugar de azúcar hubiéramos empleado toxina botulínica, una sola gota del vaso 10 (en el cual no se percibe ningún sabor) contendría suficiente toxina para provocar la muerte de una persona adulta. Muchas sustancias que hoy reconocemos como tóxicas se han usado y aún se usan con fines medicinales; buenos ejemplos de ello son el arsénico (As) y el mercurio (Hg). El arsénico se empleó en la fabricación de salvarsán, utilizado a principios del siglo xx como un efectivo tratamiento contra la sífilis, mientras que el mercurio, no hace muchos años, se usaba en muchas partes del mundo en la manufactura de un antiséptico cutáneo muy empleado en raspones y cortaduras (tiomersal). No sólo en la sociedad moderna empleamos sustancias tóxicas para nuestro beneficio. Desde la prehistoria, el ser humano aprendió no sólo a reconocer la presencia de animales venenosos, sino a diferenciar las plantas comestibles de las tóxicas (figura 38).

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