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Zoonosis y la importancia de relacionarnos responsablemente con los animales
by ECORumbo
En los últimos diez años el 75% de las enfermedades mundiales ha sido por zoonosis, enfermedades de los animales que pueden ser contagiadas a los seres humanos.
La forma de relacionarnos con los animales se ha ido transformando y diversificando. A lo largo de la historia, los animales han sido utilizados como medio de trabajo, como fuente de alimento, como medio de entretención, como protección para el hogar o el territorio, como símbolo o instrumento sagrado, como objeto de culto, como modelos de investigación, como guías para personas discapacitadas y, cada vez más, como fuente de afecto para sus dueños y dueñas.
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Sin embargo, no siempre somos conscientes de las consecuencias que puede traer la interacción entre humanos, animales y los entornos que compartimos. Probablemente, sea cada vez más común escuchar el término zoonosis; enfermedades de los animales que pueden ser contagiadas a los seres humanos y que pueden impactar, no solo en la salud, sino que también en el bienestar social y económico de las personas.
En los últimos años se ha observado un aumento en la identificación de nuevas enfermedades zoonóticas y en el resurgimiento de otras que se creían eliminadas o que casi ya no ocurrían, lo cual se relaciona estrechamente con la introducción de especies exóticas, la fragmentación y pérdida de hábitat, el cambio climático y los cambios socioculturales, factores que han ido dando como resultado el que la población animal comparta su hábitat con el ser humano cada vez con mayor frecuencia. Las zoonosis pueden ser bacterianas, virales, hongos u otros agentes patógenos (microorganismos capaces de producir enfermedad). Por ejemplo, el virus de la rabia, el hanta, la influenza, el dengue; bacterias del género Brucella; hongos como el Microsporum (responsable de la tiña), son algunos ejemplos de los microorganismos más comunes que producen alguna enfermedad zoonótica en Chile.
¿Cómo podríamos contraer enfermedades zoonóticas?
Las enfermedades zoonóticas se pueden transferir de animales a humanos de diferentes formas, ya sea por contacto directo (de partículas o fluidos corporales de un animal infectado, como saliva, sangre, orina, moco o heces), o el contacto indirecto (áreas donde viven o deambulan, o al tocar un objeto contaminado por un animal infectado).
¿Qué especies podrían transmitir una enfermedad zoonótica?
Mascotas. Cada día son más las especies que consideramos animales de compañía. Si bien perros y gatos siguen siendo las más comunes, hay quienes mantienen aves, reptiles, anfibios y otros. Las mordeduras son el accidente más habitual y los microor
ganismos presentes en la cavidad oral de nuestras mascotas pueden generar infecciones en caso de no atender una herida a tiempo. Pero también debemos ser cuidadosos con los arañazos, el contacto con las heces, las infecciones de la piel y la inhalación de partículas infecciosas.
Animales de producción. El contagio a través de estos animales se relaciona directamente con nuestro comportamiento y nuestras costumbres alimenticias. Las infecciones y los parásitos del ganado pueden afectarnos ya sea por interactuar directamente con un animal enfermo o por consumir productos derivados de ellos (carne, leche, huevos, etc.).
Nativos y exóticos silvestres. En los últimos 60 años, al menos 144 enfermedades humanas derivadas de patógenos presentes en los animales silvestres se han convertido en serios problemas de salud pública. Por ejemplo, los roedores son parte importante en la propagación de enfermedades peligrosas, entre las que destacan la leptospirosis, la rickettsiosis, el hantavirus, la salmonelosis y la toxoplasmosis. Esta especie representa una fuente abundante de enfermedades, pudiendo portar al menos 180 patógenos zoonóticos.
¿Cómo podríamos evitar el contagio de estas enfermedades zoonóticas?
Las medidas de protección son bastante simples. La tenencia responsable de mascotas es prioritaria; controles veterinarios, vacunación, desparasitaciones al día, buena higiene de las mascotas y de los lugares en donde viven, permite manejar los riesgos. Por otra parte, es fundamental ser rigurosos con el cuidado veterinario de los animales de producción y con la manipulación de productos de origen animal. Es importante almacenar correctamente los diferentes alimentos, manteniendo la higiene del lugar en donde son manipulados, así como la de los utensilios con los que se cocina. Por último, es necesario limitar las posibilidades de contacto con animales silvestres, o solicitar el apoyo de un veterinario o personal capacitado. Actualmente se debe considerar que todos somos responsables de la seguridad sanitaria, por lo tanto, es esencial la colaboración entre la comunidad y los diferentes organismos privados y estatales, para comprender y manejar las diferentes zoonosis y los riesgos para la salud de las personas.