

“Gracias a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”
1 Cor 15, 57
por Blanca Primm
Todo el pueblo católico y no católico ha estado en oración por el Papa Francisco, por sus intenciones, pero sobre todo por su tan delicada salud. Las noticias diarias nos han comunicado cómo va progresando su condición, pero siempre la esperanza de su mejoría está en nuestros corazones. Este año, el mensaje de Cuaresma del Papa refleja nuevamente su cercanía y su misión de comunicar el amor y la misericordia de Dios a través de la esperanza que Cristo nos trae con su vida, muerte y resurrección. Francisco no se olvida de recordarnos a los más vulnerables, de la importancia de caminar juntos y de anunciar el triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte. A continuación, un extracto de su mensaje. Léalo completo aquí: https:// press.vatican.va/content/ salastampa/es/bollettino/ pubblico/2025/02/25/240225a. html
“En esta cuaresma, enriquecida por la gracia del Año jubilar, deseo ofrecerles algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera per-
sonal y comunitaria.
Antes que nada, caminar. El lema del Jubileo, “Peregrinos de esperanza”, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del Éxodo; el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor, que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel. No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida. Cada uno puede preguntarse: ¿cómo me dejo interpelar por esta condición? ¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza; o satisfecho en mi zona de confort? ¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad? Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta de algún inmigrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide, para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre. Este es un buen “examen” para el viandante”. ■
Trabajo conjunto Cónsul General del Consulado de México en Atlanta se reúne con líderes comunitarios de Knoxville y sus alrededores para informar sobre sus servicios y fortalecer lazos con la comunidad. A la reunión asistieron (de izquierda a derecha) Maria Arredondo-Hermon de St. Mary’s Legacy Clinic; Alessandra Ceccarelli-Masters, Directora de la Oficina de Servicios de los Inmigrantes de CCETN; Terry Aparicio, feligresa de la parroquia Santa Cruz, Pigeon Forge; Blanca Primm, Directora del Apostolado Hispano de la Diócesis de Knoxville; atrás, Diácono Fredy Vargas, diácono permanente de la Catedral del Sacratísimo Corazón de Jesús; Javier Díaz de León, Cónsul General del Consulado de México en Atlanta; Guadalupe Sifuentes, feligresa de la Catedral del Corazón de Jesús; Rocio Melendez, asistente de la oficina del Apostolado Hispano, Olivia Cox de Together Podemos; y Miguel Angel Puga Díaz, Cónsul de Asuntos comunitarios.
Apostolado Hispano Católico
Blanca Primm, directora
Rocio Melendez, asistente administrativa
Selene Mayorga, coordinadora de La Cosecha
T 865-637-4769, F 865-584-7538
E-mail: lacosecha@dioknox.org www.dioknox.org, FB: lacosechaDOK
La Fe de David, al perdonar a Saúl, nos muestra una confianza total en Dios Homilía del VII Domingo
por Padre Michael Willey
El dominio de David al refrenar la lanza de su capitán, Abisai, según escuchamos en la primera lectura, es uno de varios episodios en la vida de David que revelan lo que se podría llamar una especie de lógica sobrenatural, o al menos una forma de pensar que está ciertamente muy alejada del tipo de política pragmática que uno podría esperar al tratar con reyes y sucesiones. Tener a tu enemigo al alcance de, la mano, la vida misma de aquel que te ha traicionado y ahora busca tu muerte, y luego dejarlo ir, ya que él también ha sido ungido por Dios, no es, en términos humanos, lo pragmático. Y, de hecho, David sufrirá por ello, ya que nuevamente tendrá que huir por su vida ante Saúl, e incluso por un tiempo vivir como un extranjero entre los filisteos. Su acto de misericordia es casi absurdo. A pesar de todo, al no querer actuar como un señor de la guerra despiadado, al elegir en cambio la aparente locura de honrar a Saúl, a quien Dios una vez había elegido para pastorear a su pueblo, incluso a costa de su propio peligro, David mostró su rectitud, así como su confianza en Dios, el mismo tipo de confianza que siempre había estado en el corazón de los pactos de Dios con su pueblo.
Y la mejor manera de entender esta confianza, esta rectitud que David evidencia, es contrastarlo con el mismo hombre cuya vida perdona: el rey Saúl. Ahora bien, Saúl es como David en muchos aspectos. Él también proviene de un origen humilde, y llega a ser el Rey de Israel, no porque naciera para ello, sino porque Dios, al escuchar la demanda del pueblo por un rey, había enviado al profeta Samuel para ungirlo como tal, y así es por el favor y la elección de Dios que Saúl llega a gobernar a los israelitas.
Pero a pesar de este gran favor que se le concede, Saúl nunca llega realmente a confiar en Dios, o al menos nunca llega a confiar en él más de lo que confía en su lanza y sus intrigas. ¿Por qué, después de todo, Saúl llega a perder el reino? Las Escrituras destacan dos episodios para nosotros. Primero, en vísperas
de una batalla, y con el profeta Samuel retrasado en llegar, para calmar la ansiedad de sus hombres que comenzaban a dispersarse, Saúl enfureció a Dios al presumir de ofrecer un sacrificio, que no estaba autorizado a ofrecer, por no ser sacerdote. Y luego, algunos años después, tras derrotar a los amalecitas, saqueó sus posesiones para su propio beneficio, en lugar de pasar todo a espada como Samuel le había ordenado. Ahora bien, en marcado contraste con la aparente locura de David, Saúl en ambos episodios actúa de una manera que seguramente, desde una perspectiva terrenal, es bastante prudente. Su ejército, temeroso del número de sus enemigos y comenzando a huir, necesitaba, aunque solo fuera por su valor, ver la ayuda de su Dios invocada mediante un sacrificio. Y así, como Samuel no estaba allí, era lógico que Saúl, como su líder, ofreciera el sacrificio él mismo. Y luego, en el segundo episodio, habiendo derrotado a los amalecitas, ¡qué desperdicio habría sido pasar todo a espada! Porque seguramente en estas antiguas batallas, el botín no era una pequeña parte de la razón principal para luchar. Pero, por supuesto, el costo de la prudencia de Saúl, el costo de su sabiduría terrenal, es que con sus acciones ha mostrado una sospecha de Dios, ha fallado en confiar en que el Dios que lo había hecho rey lo mantendría como tal. Y así, mientras, Saúl demuestra
Procedimiento de la Diócesis de Knoxville para reportar casos de abuso sexual
Cualquier persona que tenga conocimiento real o que tenga una causa razonable para sospechar de un incidente de abuso sexual debe reportarlo a las autoridades civiles apropiadas, y al Centro McNabb, nuevo coordinador de asistencia para víctimas de acoso sexual de la diócesis de Knoxville, al número de teléfono para denuncias (865) 321-9080. ■
Procesión con libros Momento en el que se realizó la procesión de los 44 libros anteriores, en homenaje a la memoria histórica de los jóvenes del sureste de los Estados Unidos.
por Magdiel Argueta
El año 2025 es un momento especial para la Iglesia Católica en todo el mundo, ya que celebraremos juntos el Jubileo, un acontecimiento eclesial de gran importancia que tiene lugar cada 25 años. El Papa Francisco ha proclamado este Año Santo con el lema "Peregrinos de la esperanza" , un llamado a redescubrir la confianza en Dios y a ser signos de esperanza en medio de un mundo que con frecuencia parece sumido en la desesperanza. El Jubileo es un tiempo de gracia en el que la Iglesia invita a los fieles a profundizar en su fe y a experimentar la misericordia de Dios de manera especial. En su bula de convocatoria, Spes Non Confundit, el Papa Francisco nos recuerda que " «justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. [...] Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos fue dado » ( Rm 5,1-2.5)" ( Spes Non Confundit, 2). En este sentido, el Jubileo nos desafía a vivir como testigos de la esperanza y a transmitirla a quienes han perdido la fe en Dios, en la Iglesia o incluso en sí mismos.
Uno de los grandes regalos que nos trae este Año Santo es la nueva edición del Libro de la Pascua 2025, un proyecto que, desde 1980, se ha convertido en
un referente de la evangelización juvenil en el sureste de los Estados Unidos. En colaboración con el Instituto Pastoral del Sureste de los Estados Unidos (SEPI), diversas diócesis de las regiones V y XIV se unen cada año para dar vida a esta obra, que no solo es un libro, sino un testimonio vivo del caminar de los jóvenes en la fe.
Lo que hace especial a este libro es que está escrito por y para los jóvenes, lo que significa que en cada texto se puede encontrar un pedazo del corazón de quienes hoy son el presente de la Iglesia y de la sociedad. La juventud, lejos de ser solo una etapa de transición, es un tiempo de decisiones, de entrega y de testimonio. Como señala el Papa Francisco en su exhortación apostólica Christus Vivit, "no podemos decir sólo que los jóvenes son el futuro del mundo. Son el presente, lo están enriqueciendo con su aporte" ( Christus Vivit , 64).
¿Qué significa la "J"?
El título del libro de la Pascua 2025, “Esperanza empieza con J” , ha despertado muchas interpretaciones. Algunos han sugerido que la "J" representa a los jóvenes, lo cual tiene mucho sentido, ya que la esperanza se ve reflejada en ellos. Sin embargo, el significado es aún más profundo. Esa "J" nos remite a Jesús, quien es la verdadera esperanza de la humanidad.
Jesús es el fundamento de nuestra fe y la razón por la que seguimos caminando. Él mismo nos dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6), una afirmación que nos invita a
La piedad popular es 'un tesoro precioso'
Las peregrinaciones, el Via Crucis y el rosario extienden, pero no reemplazan, la vida litúrgica de la Iglesia
por Padre Randy Stice
Todas las actividades de la Iglesia están dirigidas a nuestra santidad y a la gloria de Dios, y esto se logra de manera más eficaz en la liturgia, "y especialmente desde la Eucaristía", de la cual, como una fuente, "gracia es derramada sobre nosotros". (1) Sin embargo, el Concilio Vaticano II señaló que "la vida espiritual... no se limita únicamente a la participación en la liturgia". (2) Estamos llamados a orar juntos y solos "a nuestro Padre que está en secreto" (Mateo 6:6). También nos nutrimos de diversas formas de piedad popular, como la veneración de reliquias, peregrinaciones, el Vía Crucis, el rosario, y medallas, muchas de las cuales tienen sus raíces en diferentes culturas. (3) Estas
extienden la vida litúrgica de la Iglesia, pero no la reemplazan. En esta columna, quiero explorar la relación entre la Eucaristía y la piedad popular. El Papa Pío XII discutió esto en 1947 en su encíclica sobre la liturgia, Mediator Dei. Los ejercicios piadosos, escribió, "son de especial importancia y dignidad" y son una especie de adición a la liturgia. Nos benefician de muchas maneras. Nos preparan para participar más fructíferamente en la liturgia "porque instan a los fieles a acudir con frecuencia al sacramento de la penitencia, a asistir a la Misa y a recibir la Comunión con devoción". También nos animan "a meditar en los misterios de nuestra redención e imitar el ejemplo de los santos".
(4) El Concilio Vaticano II abordó brevemente las devociones popu -
confiar en Él y a encontrar en su enseñanza la esperanza que nunca defrauda. En un mundo que con frecuencia se sumerge en la desesperanza, donde tantas personas buscan respuestas en lugares equivocados, Cristo se presenta como la única fuente de vida verdadera.
En el Evangelio de Juan, Jesús le dice a la samaritana: " El que beba del agua que yo le daré, jamás tendrá sed; sino que el agua que yo le daré se hará en él manantial de agua que brota para vida eterna" (Jn 4,14). Esta agua viva es símbolo de la esperanza que nos ofrece Dios: una esperanza que no es pasajera ni superficial, sino que llena el corazón y transforma vidas.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que " La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. 'Mantengamos firme la confesión de la esperanza, porque fiel es el que ha prometido’ (Hb 10, 23). 'El Espíritu Santo que Él derramó sobre nosotros con abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, fuésemos hechos herederos, en esperanza, de vida eterna' ( Tt 3, 6-7) " ( CIC , 1817).
Esto significa que la esperanza cristiana no es simplemente el deseo de que las cosas mejoren, sino la certeza de que Dios guía nuestra historia y nunca nos abandona. No se trata de una confianza ciega o ingenua, sino de una seguridad fundamentada en las promesas de Cristo y sostenida por la gracia del Espíritu
Santo. En medio de las dificultades y la incertidumbre del mundo, el creyente sabe que su vida está en las manos de Dios, quien lo acompaña y lo conduce hacia la plenitud de la vida eterna.
Un encuentro de esperanza
El tercer taller en el que se presentó la edición número 45 del Libro de la Pascua se llevó a cabo en CPOP, en la Diócesis de Knoxville. En él participaron 49 jóvenes de las diócesis de Nashville, Owensboro y Knoxville, así como de las arquidiócesis de Atlanta y Washington. Simultáneamente, este mismo taller se realizó en la Diócesis de San Agustín, Florida, reuniendo a más jóvenes que buscan vivir su fe con autenticidad.
Estos encuentros no son simples eventos, sino espacios de comunión y crecimiento espiritual, en los que los jóvenes pueden compartir sus inquietudes, profundizar en la Palabra de Dios y fortalecer su compromiso con la Iglesia. En un mundo que a menudo ignora o descarta a los jóvenes, la Iglesia los reconoce como protagonistas de la evangelización y agentes de cambio. El Papa Benedicto XVI afirmaba que "Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva" ( Spe Salvi , 2). En este año jubilar, somos llamados a ser peregrinos de la esperanza, llevando la luz de Cristo a quienes más lo necesitan.
En cada gesto de amor, en cada palabra de aliento, en cada acto de servicio, podemos ser testigos vivos de la esperanza que viene de Dios.
Porque sí, la esperanza empieza con "J" , y esa "J" tiene un nombre: Jesús ■
Piedad Popular Nuestras comunidades expresan la fe con la piedad popular. Una expresión de esta piedad es la organización de Viacrucis vivientes, en la que se representa la pasión del Señor, su camino al Calvario y su muerte en la cruz. Primer Via Crucis realizado en la parroquia San Alfonso en Crossville en abril de 2019.
lares, diciendo que son "muy recomendables". Sin embargo, deben ser examinadas y, cuando sea necesario, revisadas para que "armonicen con los tiempos litúrgicos, concuerden con la sagrada liturgia, deriven de alguna manera de ella y conduzcan al pueblo a ella, ya que, de hecho, la liturgia por su propia naturaleza supera con creces cualquiera de ellas". (5) Las directrices reseñadas por el concilio fueron desarrolladas por el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (DPPL) , pu-
blicado en 2001. Haciéndose eco del Concilio Vaticano II, el DPPL afirma que "la celebración de la liturgia no agota el culto divino de la Iglesia" ni la vida espiritual del cristiano, que debe ser nutrida por la oración individual y comunitaria. (6) Una vida litúrgica "reducida a la participación en la Eucaristía no puede impregnar una vida carente de oración personal o de aquellas cualidades comunicadas por las formas devocionales tradicionales del pueblo cristiano". (7)
La Cuaresma es el tiempo cada año en el que nos sumergimos más profundamente en el misterio de Jesucristo. Durante el transcurso del año, es fácil perder de vista lo que realmente significa ser cristiano. Con frecuencia, las preocupaciones y el trabajo diario nos absorben tanto que olvidamos de ser quienes Dios nos llama a ser.
La Cuaresma es el tiempo del año en que se nos pide renovar profundamente las promesas que hicimos en nuestro bautismo y crecer en nuestro compromiso con Cristo. También es un tiempo especial del año para aquellos que están en las etapas finales de preparación para los sacramentos pascuales del bautismo, la confirmación y la Eucaristía.
Comenzamos con el Miércoles de Ceniza, marcados con ceniza en forma de cruz, una señal de nuestro fracaso en vivir a la altura de los nobles compromisos de nuestro bautismo, y de la esperanza renovada de que la cruz de Cristo nos llevará de regreso a nuestra noble dignidad de hijos e hijas amados de Dios.
Los 40 días de Cuaresma nos recuerdan el diluvio purificador
su falta de fe, Dios decreta que el reino ya no le pertenecerá. En otras palabras, Saúl ha fallado una prueba, y no una prueba cualquiera, sino una prueba que todos los hombres y mujeres de fe, de alguna manera, deben superar. Es la misma prueba con la que Dios probó la fe de Abraham cuando le ordenó sacrificar a Isaac, su hijo. Es la prueba que pregunta, una vez que uno ha experimentado algo de la bondad de Dios y la fiabilidad de sus promesas, si se seguirá confiando en Dios incluso cuando la razón terrenal no pueda ver más que oscuridad. Abraham puede ofrecer a su hijo porque confía, incluso mientras levanta el cuchillo, en que Dios no mentía cuando prometió hacer de él, a través de la descendencia de Isaac, una gran nación. De lo contrario, ¿por qué el milagro de su nacimiento de una mujer anciana y estéril? Del mismo modo, David, al perdonar la vida de Saúl, al perdonar la vida de un hombre que lo quiere muerto como rival al trono, confía en que Dios no fallará en elevarlo al reino. De lo contrario, ¿por qué Samuel lo habría ungido como rey? Pero Saúl, cuando su fe fue probada de la misma manera, cuando la sabiduría divina parecía una locura al lado de la astucia humana, eligió no confiar en la promesa de Dios, y así demostró ser indigno de ella.
Todos estos son, por supuesto, ejemplos antiguos, pero eso no significa que nosotros, a nuestra manera, no pasemos por el mismo tipo de prueba. Porque, en primer lugar, todos somos beneficiarios de las promesas de Dios. Por el testimonio constante de la Iglesia y las Escrituras, por ejemplo, hemos recibido el testimonio seguro de que Jesucristo sufrió por nuestras transgresiones y resucitó de entre los muertos. En nuestro bautismo y la eucaristía, recibimos la promesa de la vida futura. Y a través de innumerables consuelos e impulsos del Espíritu, la vida divina a la que estamos llamados se hace realidad incluso ahora dentro de nosotros. Y así, todos nosotros, y
de Noé que limpió la tierra del pecado y preparó una nueva creación; los 40 años en el desierto cuando el pueblo fue preparado a través de pruebas y tentaciones para entrar en la tierra prometida, una tierra que fluye con leche y miel; los 40 días en el desierto cuando Cristo ayunó y oró por nosotros, resistiendo las tentaciones de este mundo y abrazando su vocación como Hijo de Dios.
La Cuaresma nos impulsa en nuestro camino cristiano hacia el gran Triduum—los “Tres Días” del Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Pascua: la celebración anual de la muerte salvadora y la resurrección del Señor Jesucristo.
La Iglesia nos invita a recu-rrir al ayuno (dejando ir lo que realmente no necesitamos), la oración y la limosna (actos de compasión y servicio para otros) durante este tiempo santo. ¡Que el Señor nos renueve durante estos días con su poder salvador!
Tiempo de Cuaresma: Sugerencias para vivirlo mejor
Los católicos a menudo crecieron de niños renunciando a los dulces durante la Cuaresma. Aquí hay algunas sugerencias que los adultos podrían considerar: Oración
probablemente muchas veces, enfrentaremos momentos en los que, como Abraham, Saúl y David, seremos tentados a olvidar estas promesas. Quizás sea algún sufrimiento tan pronunciado que parezca extinguir, si fuera posible, incluso la bondad de Dios. Quizás sea algún pecado, alguna falta de nuestra parte, que nos haga cuestionar si la promesa aún se mantiene. O quizás, más comúnmente, sea la simple tentación de vivir de una manera terrenal, como si las promesas de Dios no existieran, de ignorar las palabras de nuestro Salvador: odiar a nuestros enemigos, herir a quienes nos odian, maldecir a quienes nos maldicen y condenar a quienes nos maltratan, retener el perdón y aferrarnos a lo que es nuestro. Tal sería una forma mundana de actuar, y si nos comportáramos de esa manera, podríamos descansar contentos sabiendo que el mundo nos entendería; nadie podría culparnos por ser necios, al menos en la medida en que el mundo considera la necedad. Sin embargo, ¿qué debería significar eso para nosotros, cuando la necedad de Dios es más sabia que la sabiduría del hombre, y cuando no vivimos para este mundo, que está pasando, sino más bien para el cielo nuevo y la tierra nueva que nunca pasarán?
Y si aún tienes dudas, considera nuevamente a Saúl y David. ¿Cómo terminaron? ¿Cuáles fueron los frutos de la sabiduría terrenal de Saúl, de su pragmatismo? Fue asesinado en Gilboa, junto con sus hijos, su cuerpo y armadura convertidos en trofeos de guerra, su reino dividido en dos, y su dinastía, en una generación, terminó para siempre. ¿Y qué de David y su aparente locura, su confianza en Dios hasta el punto de lo que parecía absurdo? Por su parte, David sí se convirtió en rey, y, más que esto, se convirtió en el padre de una dinastía que nunca fallará, ya que por su rectitud mereció nada menos que convertirse en padre de nuestro salvador, su antepasado según la carne, su reinado un precursor de ese reinado por el cual Jesucristo ahora reina. ■
■ ¿Qué tal si apagas la radio en el carro cuando estás solo y rezas un rosario?
■ ¿Tomar tiempo cada mañana para pedir la bendición de Dios para el día, y ofrecer el día a Dios?
■ ¿Tomar tiempo por la noche para pedir perdón a Dios por nuestros fallos de ese día, y agradecerle por las bendiciones del día?
■ ¿Orar por nuestros enemigos, por aquellos que nos resultan difíciles, por aquellos con quienes batallamos—orar para que puedan gozar de la paz y la felicidad que tanto deseamos para nosotros mismos?
■ ¿Tomar tiempo para sentarse en silencio y quietud para simplemente estar con Dios y escucharlo?
Ayuno
■ ¿Qué tal si dejamos de comer cuando todavía tenemos un poco de hambre?
■ ¿Dejar de lado algo (¡o incluso todo!) del tiempo innecesario que pasamos en dispositivos?
■ ¿Manejar sin la radio?
■ ¿Usar parte del "tiempo libre" que tenemos para dar un paseo reflexivo, o leer un buen libro espiritual (o incluso uno de los Evangelios)?
■ ¿Abstenerse de compras excesivas?
■ ¿Evitar el chisme, el pensamiento negativo, la crítica de los demás, y las actitudes que nos atan (como el miedo, el dolor, la ira y el resentimiento)?
■ ¿Dejar de lado un hábito negativo o destructivo?
Limosna
■ ¿Qué tal si cocinamos algo para un amigo, vecino o familiar?
■ ¿Hacer algo en la casa o la oficina que no es "mi responsabilidad"?
■ ¿Levantar el teléfono para llamar a un amigo, o para enviar un mensaje de texto para mostrarle tu aprecio?
■ ¿Dedicar tiempo a las personas importantes en nuestras vidas?
■ ¿Visitar un asilo de ancianos, un banco de alimentos, o ayudar con algún proyecto de servicio?
■ ¿Donar a una causa noble (como los platos de arroz de Catholics Relief Services)?
■ ¿Escuchar realmente a quienes nos rodean?
¡Que Dios bendiga nuestros comienzos de Cuaresma con gran fruto espiritual para que estemos bien preparados para celebrar la alegría de la Pascua! ■
¡Cantemos al Señor! Taller de Música Litúrgica para el Ministerio Hispano en la Diócesis de Knoxville
por Selene Mayorga
La Oficina del Apostolado Hispano y la parroquia Nuestra Señora de Fátima organizaron un día especial de formación y capacitación para músicos pastorales y miembros de coros que sirven en el ministerio hispano. El evento, titulado "¡Cantemos al Señor! La Música en el Culto Divino", se llevó a cabo el 22 de febrero de 8:00 AM a 3:00 PM en Nuestra Señora de Fátima, en Alcoa.
Este taller ofreció una oportunidad única para que los músicos y miembros del coro profundizaran su comprensión del papel de la música en la liturgia. Los participantes exploraron la rica tradición de la música litúrgica, aprendieron habilidades prácticas para dirigir el canto congregacional y obtuvieron información sobre cómo la música podía mejorar la experiencia del culto.
El taller fue dirigido por Jaime Cortez, un reconocido compositor y arreglista de OCP (Oregon Catholic Press). Cortez aporta una gran experiencia y conocimientos en música litúrgica hispana y guió a los participantes en la exploración de la música de Flor y Canto, un popular him -
nario bilingüe.
Este taller fue abierto a todos los músicos, miembros del coro y líderes del ministerio de música que sirven en el ministerio hispano dentro de la Diócesis de Knoxville. Ya sea para un músico experimentado o que recién esté comenzando su viaje en este ministerio, este taller ofreció valiosas oportunidades de aprendizaje para todos.
Sobre el presentador
Jaime Cortez es una figura muy respetada en la música litúrgica hispana. Ha compuesto y arreglado numerosas canciones que se utilizan ampliamente en parroquias de todo el país. Su pasión por la música y su compromiso de servir a la Iglesia lo convierten en un presentador ideal.
Este taller fue una valiosa oportunidad para que los músicos y miembros del coro crezcan en su ministerio y se conecten con otros que comparten su pasión por la música y la liturgia. Juan González, líder del coro de Santo Tomás en Lenoir City, comparte que los mayores desafíos para los coros y músicos que participan regularmente en las Misas son la falta de comunicación con el párroco y el Cantemos continúa en la página 4
El DPPL explica la base sacramental para la vida litúrgica y devocional de los fieles. El bautismo, la confirmación y la Eucaristía, y los sacramentos de iniciación forman a los fieles en "un pueblo profético, sacerdotal y real llamado a adorar a Dios en espíritu y en verdad". Esta adoración se ejerce preeminentemente en la Eucaristía, "pero también en otras formas de la vida cristiana, entre las que se cuentan las diversas formas de piedad popular". El Espíritu Santo nos capacita "para ofrecer sacrificios de alabanza a Dios, para ofrecerle oración y súplica, para que toda nuestra vida se convierta en un sacrificio vivo y santo, agradable a Dios". (8) San Juan Pablo II destacó el papel de la familia, la Iglesia doméstica, en el fomento de la oración litúrgica y devocional. (9) La familia introduce "a los niños a la oración litúrgica de toda la Iglesia, tanto en el sentido de prepararse para ella como de extenderla a la vida personal, familiar y social". La oración privada dentro de la familia sirve como "preparación para el culto celebrado en la iglesia, y como su prolongación en el hogar". El santo anima específicamente "la lectura y meditación de la Palabra de Dios, la preparación para la recepción de los sacramentos, la devoción y consagración al Sagrado Corazón de Jesús, las diversas formas de veneración de la Santísima Virgen María, la oración antes y después de las comidas, y la
desconocimiento del orden de las partes que se cantan durante la celebración. Continúa explicando que, a veces, a los sacerdotes no les gusta el estilo o ritmo de música al que el coro está acostumbrado. Si el sacerdote no es paciente y pide un cambio espontáneo, es fácil que los músicos se desanimen y dejen de servir en el ministerio de música. Cuando hay una Misa bilingüe y se invita al coro hispano, es probable que algunos miembros no quieran participar por temor a no pronunciar bien el inglés o a no saber leer partituras. También existen dificultades para corregirse entre los miembros del coro sin causar divisiones, y para aceptar correcciones. Entre los músicos, a veces surgen desacuerdos porque algunos tocan más fuerte de lo necesario. Hay muchos desafíos, pero estos son los principales. Gonzalez dice de su experiencia: “El taller fue muy interesante para mí. A pesar de no saber leer música, me dio más seguridad en mi labor como líder del coro hispano de Santo Tomás en Lenoir City”. Afirma que fue muy útil conocer los reglamentos de la Iglesia sobre la participación en el ministerio de música. Concluye: “Fue una gran idea organizar este taller en nuestra diócesis. Asistió mucha gente, y estoy seguro que, al igual que yo, regresaron a sus parroquias para compartir la información y servir con más amor y alegría a nuestro Señor Jesucristo”.
Blanca Primm, directora de la oficina diocesana del ministerio hispano, compartió sus reflexiones sobre el taller, destacando la necesidad de formación en la diócesis. "Si bien muchos de nosotros no hemos estudiado música ni canto formalmente, nuestro anhelo de servir a la Iglesia con nuestros talentos, en especial en este ministerio de música y liturgia, es muy grande. Pero muchas veces no conocemos bien la liturgia ni cómo hacer nuestro servicio más fiel a lo que la Iglesia nos pide". Primm también destacó el papel del coro como parte de la asamblea: "Es por esto que el conocer lo que es la liturgia, y los fundamentos y pautas que guían nuestra responsabilidad como ministros de música ha -
observancia de las devociones populares". El santo llamó especialmente la atención sobre el rosario, señalando una relación distintiva entre la celebración litúrgica del año litúrgico y la distribución semanal del rosario. En el año litúrgico, la Iglesia "despliega todo el misterio de Cristo, desde la encarnación y el nacimiento hasta la ascensión, el día de Pentecostés y la espera de la esperanza bienaventurada y de la venida del Señor". De esta manera se nos abren las riquezas de los poderes y méritos de Cristo, "se hacen presentes de alguna manera para todos los tiempos", y podemos recibirlos y "llenarnos de gracia salvadora". (10) Del mismo modo, en el rosario se despliega todo el misterio de Cristo rezando los misterios gozosos los lunes y sábados, los misterios luminosos los jueves, los misterios dolorosos los martes y viernes, y los misterios gloriosos los domingos. Esto da "a los diferentes días de la semana un cierto 'color' espiritual, por analogía con la forma en que la liturgia colorea las diferentes estaciones del año litúrgico". (11)
La Eucaristía, escribe San Juan Pablo II, "como actividad de Cristo y de la Iglesia, es una acción salvadora por excelencia ", y el rosario, "como una 'meditación' con María sobre Cristo, es una contemplación saludable" . Sumergirnos así en los misterios de la vida de Cristo "asegura que lo que Él ha hecho y lo que la liturgia hace presente sea profundamente asimilado y modele
cen que seamos más fieles y contribuyamos a enriquecer la liturgia con belleza y profundidad. Los miembros del coro, como parte de la asamblea, estamos llamados a ayudar a que todo el pueblo participe a través del canto". Durante el entrenamiento, aprendieron puntos claves de la constitución dogmática sobre la Sagrada Liturgia "Sacrosantum Concilium", que aborda la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II y menciona "la plena y activa participación de todo el pueblo" (14). También se citó: "La Iglesia... procura que los cristianos... participen consciente, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la Palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no solo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccionen día a día por Cristo, mediador de la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos" (48). Para fomentar la participación en el canto debe compartirse los números de las canciones en el cancionero, y la necesidad de mantener un volumen adecuado de los instrumentos para no opacar el canto de la asamblea. Litúrgicamente, se recordó que la letra del salmo no debe cambiarse al cantarse. Los cantos de comunión deben resaltar la unidad y ser accesibles para unir las voces y transmitir júbilo y fraternidad. También, se revisaron las partes de la Misa y se profundizó en algunas reglas de la Instrucción General del Misal Romano.
"La letra de los cantos del Ordinario de la Misa (Señor, ten piedad; Gloria; Santo; Cordero de Dios) no deben cambiarse, ya que son específicas", comparte Blanca. "Aprendimos que la música es el vehículo que ayuda al pueblo a orar más profundamente. Las enseñanzas de Jaime Cortez fueron realmente iluminadoras; es un excelente músico y profesor que nos ayudó a cantar siguiendo las notas musicales. Hacia el final del entrenamiento, Jaime Cortez, con la guitarra, y la Dra. Christy Lee, con el piano, enseñaron los dife -
nuestra existencia". (12) La piedad popular es "un tesoro precioso de la Iglesia Católica". (13) Nos prepara para la celebración de los sagrados misterios y culmina naturalmente en la celebración de la liturgia y la extiende a nuestra vida personal, familiar y social, para que podamos ser gradualmente transformados a imagen de Cristo.
(1) Constitución sobre la Sagrada Liturgia , n. 10.
(2) Constitución sobre la Sagrada Liturgia , n. 12.
(3) Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1674 y 1679.
(4) Mediator Dei , n. 183.
rentes ritmos de las Misas Santa Fe, Santa Cecilia y San Juan Bautista, esta última con un ritmo alegre y caribeño”.
El Padre Peter Iorio, párroco de Nuestra Señora de Fátima en Alcoa, abrió la jornada con la oración inicial y acompañó a los participantes durante gran parte del día. Blanca concluye: "La decoración de las mesas y la hospitalidad del equipo parroquial fueron muy apreciadas. El almuerzo estuvo delicioso y experimentamos un gran sentido de unión".
Roxana Oceguera, de la parroquia Santa Brígida en Dayton, y Espítu Santo en Soddy Daisy, explica que en el taller se les enseñó una técnica de cuatro pasos para aprender un canto nuevo: primero, escuchar el canto atentamente; segundo, memorizar la melodía y la letra; tercero, identificar las notas musicales, sus ascensos y descensos, y practicar repetidamente hasta dominarlo. Al enseñar el canto a la congregación, se puede comenzar por el estribillo y, si es posible, repetirlo en las siguientes Misas dominicales. Roxana opina que uno de los criterios más importantes para músicos y coros que participan en la liturgia, especialmente dentro de la comunidad hispana, es motivar a la congregación a participar en la Misa a través de la música, escogiendo cantos conocidos. Al enseñar un canto nuevo, se debe comenzar con el estribillo para facilitar su aprendizaje. Si es posible, el canto se repite en las siguientes Misas. El canto de comunión debe comenzar cuando el sacerdote recibe la comunión, según la Instrucción General del Misal Romano. (Esta práctica debe consultarse primero con el párroco, quien tiene la última palabra). Es recomendable escoger cantos que estén relacionados con las lecturas del domingo. El Ordinario de la Misa debe ser consistente, es decir, no mezclar diferentes misas (por ejemplo, no usar el salmo de la Misa Santa Cecilia y el Cordero de Dios de la Misa San Juan Bautista). Se sugiere que los coros aprendan al menos tres Misas diferentes (San Juan Bautista, Santa Cecilia y Santa Fe) para utilizarlas en distintos
(5) Constitución sobre la Sagrada Liturgia , n. 13. (6) DPPL , n. 82. (7) DPPL , n. 59. (8) DPPL , n. 85. (9) Familiaris Consortio , n. 61. (10) Constitución sobre la Sagrada Liturgia , n. 102. (11) Sobre el Santísimo Rosario, n. 38. (12) Sobre el Santísimo Rosario , n. 38. (13) Papa Benedicto XVI citado en Evangelii Gaudium , n. 123. El padre Randy Stice es director de la Oficina Diocesana de Culto y Liturgia. Puede ponerse en contacto con el en frrandy@ dioknox.org. ■
tiempos litúrgicos. Una de las hermosas canciones que ensayamos fue "Salgamos a llevar el Evangelio". Mientras Jaime Cortez tocaba la guitarra, el padre Peter, nos enseñó un canto para bendecir los alimentos. Jaime también enseñó como cantar algunos salmos responsoriales y cómo improvisarlos. Roxana concluye que su experiencia personal fue muy motivadora. “El taller fue muy dinámico. Aprendí mucho sobre las reglas de la música en la Misa, técnicas para aprender cantos nuevos y la importancia de motivar a la congregación a cantar. Se nos recordó constantemente la importancia de la participación de la congregación, un principio que se remonta al Concilio Vaticano II, donde se promovió una mayor participación del pueblo en la misa”.
Christy Lee, directora de música y liturgia de Nuestra Señora de Fátima, organizadora del taller, comparte su experiencia: “¡El ambiente fue una maravillosa combinación de atención y dedicación, junto con un alegre sentido de comunidad!”. Ella afirma que uno de los criterios más importantes para los músicos y coros que participan en la liturgia es la voluntad de servir y crecer, independientemente de las habilidades o la experiencia. Explica que, a diferencia de muchos otros ministerios, la música requiere dedicación, ensayos y un compromiso constante de mejora para tener éxito. La música es una forma de culto en la que el resultado colectivo es mucho más poderoso que el individual. Considera que el propósito principal del taller, para ella en particular, fue crear un día de unidad para los músicos hispanos de la Diócesis. Debido a las responsabilidades individuales en las parroquias, es difícil encontrar tiempo para aprender, crecer y compartir en comunidad. La música es un lenguaje universal que facilita la creación de comunidad. El presentador enriqueció la experiencia del taller. “¡Siento que nuestra Diócesis ha ganado un amigo para toda la vida!”, concluye la Dra. Christy Lee. ■