diciembre 2025 La Cosecha

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Somos una Familia

Humana

No opriman a la viuda, al huérfano, al forastero o al pobre Zac. 7,10

El pasado 12 de noviembre, los Obispos de los Estados Unidos en su Asamblea Plenaria de otoño en Baltimore aprobaron una declaración en apoyo a los inmigrantes. Este “mensaje especial” que expresa la preocupación por el trato, muchas veces inhumano, que se está dando a los inmigrantes, las detenciones y por separación de familias, ha sido ratificado por el Papa León XIV, quien en repetidas ocasiones ha hecho un llamando a tratar a los inmigrantes con humanidad de acuerdo con la dignidad que poseen.

A continuación, les compartimos el mensaje completo de los Obispos publicado en la página de internet de la Conferencia de los Obispos Católicos de Los Estados Unidos (USCCB): “Como pastores, los obispos de los Estados Unidos, estamos unidos a nuestro pueblo en nuestro Señor Jesucristo, por lazos de comunión y compasión. Nos inquieta ver en nuestras comunidades un clima de temor y ansiedad ante las prácticas de perfilamiento y la aplicación de las leyes migratorias. Nos entristece profundamente el tono que ha adoptado el debate contemporáneo y la creciente denigración de los inmigrantes. Nos preocupan las condiciones en los centros de detención y la falta de acceso a una atención pastoral adecuada. Lamentamos que algunos inmigrantes que viven en los Estados Unidos han perdido su estatus migratorio de manera arbitraria. Nos preocupan las amenazas contra la santidad de los lugares de culto, y el carácter especial de los hospitales y las escuelas. Nos entristece profundamente cuando nos encontramos con padres que temen ser detenidos al llevar a sus hijos a la escuela o cuando intentamos consolar a familiares que ya han sido separados de sus seres queridos.

A pesar de los obstáculos y prejuicios, por generaciones, los inmigrantes han contribuido inmensamente al bienestar de nuestra nación. Como obispos católicos, profesamos nuestro amor por nuestro país y oramos por su paz y prosperidad. Por este preciso motivo nos sentimos obligados en este entorno a elevar nuestras voces en defensa de la dignidad humana otorgada por Dios.

La enseñanza católica exhorta a las naciones a reconocer la dignidad fundamental de todas las personas, incluidos los inmigrantes. Como obispos, abogamos por una reforma significativa de las leyes y los procedimientos migratorios de nuestra nación. La dignidad humana y la seguridad nacional no son valores en conflicto. Ambas pueden alcanzarse con buena voluntad y uniendo esfuerzos.

Reconocemos que las naciones tienen la responsabilidad de controlar sus fronteras y establecer un sistema de inmigración justo y ordenado por el bien común. Sin dichos procedimientos, los inmigrantes corren el riesgo de caer en la trata de personas y en otras formas de explotación. Las vías legales y seguras sirven como antídoto frente a esos riesgos.

La enseñanza de la Iglesia se basa en la preocupación fundamental por la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. (Génesis 1:27). Como pastores, recurrimos a las Sagradas Escrituras y al ejemplo de Dios mismo, donde encontramos la sabiduría de la compasión de Dios. La prioridad del Señor, como nos recuerdan los profetas, es para los más vulnerables: las viudas, los huérfanos, los pobres y los migrantes (Zacarías 7:10). En el Señor Jesús, vemos a Aquel que se hizo pobre por nosotros (2 Corintios 8:9), vemos al buen samaritano que nos levanta del polvo (Lucas 10:30-37) y vemos a Aquel que se encuentra en los más pequeños (Mateo 25). La preocupación de la Iglesia por el prójimo y nuestra preocupación aquí por los inmigrantes son una respuesta al mandato del Señor de amar como Él nos ha amado (Juan 13:34).

A nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, estamos con ustedes en su sufrimiento, pues si un miembro sufre, todos sufren (1 Corintios 12:26). ¡No están solos!

Observamos con gratitud que tantos de nuestros sacerdotes, religiosos consagrados, y fieles laicos ya están acompañando y asistiendo a inmigrantes en sus necesidades humanas básicas. Exhortamos a todas las personas de buena voluntad a continuar y ampliar esos esfuerzos. Nos oponemos a las deportaciones masivas e indiscriminadas. Oramos por el fin de la retórica inhumana y de la violencia, ya sea dirigida contra inmigrantes o contra los organismos de seguridad. Oramos para que el Señor guíe a los líderes de nuestra nación y estamos agradecidos por las oportunidades pasadas y presentes de dialogar con funcionarios públicos y electos. En este diálogo, continuaremos abogando por una reforma migratoria significativa.

Como discípulos del Señor, seguimos siendo hombres y mujeres de esperanza, ¡y la esperanza no defrauda! (Romanos 5,5).

Adviento Este tiempo no nos prepara para “una idea”, sino para un Niño. Un Dios que llega pequeño para que lo abracemos, un Dios que llega pobre para recordarnos que nuestra dignidad no depende del éxito; un Dios que llega frágil para enseñarnos que la vulnerabilidad no es un fracaso, sino un camino de encuentro.

Adviento: La Luz de Cristo para Tiempos Emocionalmente Difíciles

Por el Padre Renzo Alvarado “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz” (Is 9,1).

Cada año, este versículo resuena como una caricia divina sobre un mundo que carga cansancio, ausencias y heridas. Y si somos honestos, nuestra comunidad hispana en los Estados Unidos conoce bien ese caminar entre sombras: familias separadas, seres queridos que ya no están, padres y madres trabajando doble turno para sostener la casa, jóvenes navegando entre culturas, corazones que extrañan, cuerpos que se agotan, y almas que a veces sienten que el futuro se vuelve demasiado incierto. Sin embargo, ahí, justamente ahí, irrumpe el Adviento como una luz que no pide permiso, que no pregunta por la lista de problemas, que no exige que tengas fuerzas: simplemente llega. Adviento no es un cierre de año. Es un comienzo. Y es hermoso que sea la Iglesia la que nos recuerde, con terquedad divina, que para los cristianos la esperanza no depende del calendario, sino de Aquel que viene a nacer. No celebramos el fin de algo, sino el inicio de todo: Dios que vuelve a creer en la humanidad, Dios que vuelve a confiar en nosotros, Dios que decide hacerse pequeño para que nadie tema acercarse a Él.

En su encíclica Praeclara gratulationis, el Papa León XIII (20 de junio de 1894) recordaba que la humanidad necesita volver a la luz que viene de Cristo y que la verdadera renovación comienza cuando dejamos que esa luz toque nuestros espacios heridos. Qué actual suena esto para nuestras familias. Adviento es precisamente eso: un tiempo donde la luz de Dios visita las zonas que quizás hemos escondido, donde su ternura penetra aquellas realidades que hemos enfrentado solos durante demasiado tiempo. Tal vez este año ha sido difícil; tal vez has cargado más de lo que podías; tal vez sentiste que estabas avanzando a tientas. Pero aquí está Cristo diciendo de nuevo: “Yo soy la luz que viene al mundo.”

La psicología nos enseña que el ser humano necesita símbolos para reorganizar su mundo interior. Necesita rituales que le permitan iniciar, recomenzar, cerrar ciclos, sanar memorias, redefinir caminos. Adviento es exactamente eso: un tiempo simbólico que reestructura el corazón. Mientras encendemos las velas de la corona, no solo prendemos cera: encendemos significados. Encendemos la certeza de que no estamos solos; encendemos la memoria de que lo frágil también es sagrado; encendemos la convicción de que la vida puede volver a levantarse.

La primera vela —la de la esperanza— es quizá la que más necesitamos como familias hispanas. Porque la esperanza no niega las dificultades, pero tampoco les entrega la última palabra. Quien espera en Dios aprende a mirar la realidad con los pies en la tierra y el corazón en el cielo. Y eso cambia todo: la angustia ya no domina, la tristeza no tiene la última frase, y las preguntas más duras encuentran un lugar donde descansar. La esperanza es, psicológicamente, uno de los motores más poderosos del bienestar humano: nos ayuda a reinterpretar la vida no desde el miedo, sino desde la confianza.

Por eso, querido hermano, querida hermana, si has sentido cansancio emocional, si tu familia carga incertidumbres, si el futuro parece borroso, escucha esta buena noticia: el Adviento no te pide fuerzas; te regala esperanza. No te exige que tengas todo bajo control; te invita a abrir un pequeño espacio para que Dios actúe. El Adviento no te juzga por tus temores; te recuerda que el amor de Dios es más grande que ellos.

Y aquí está lo más hermoso: este tiempo no nos prepara para “una

Que el manto de Nuestra Señora de Guadalupe nos envuelva a todos en su maternal y amoroso cuidado y nos acerque cada vez más al corazón de Cristo”. ■ Adviento continúa en la página 4

Apostolado Hispano Católico

Blanca Primm, directora

Rocio Melendez, asistente administrativa

Selene Mayorga, coordinadora de La Cosecha T 865-637-4769, F 865-584-7538

E-mail: lacosecha@dioknox.org www.dioknox.org, FB: lacosechaDOK

Procedimiento de la Diócesis de Knoxville para reportar casos de abuso sexual

Cualquier persona que tenga conocimiento real o que tenga una causa razonable para sospechar de un incidente de abuso sexual debe reportarlo a las autoridades civiles apropiadas, y al Centro McNabb, nuevo coordinador de asistencia para víctimas de acoso sexual de la diócesis de Knoxville, al número de teléfono para denuncias (865) 3219080. ■

Encuentro Regional 2025: Un Corazón que Vuelve a Arder

Este mes quiero contarte algo muy especial que vivimos como Pastoral Juvenil: nuestra participación en el Encuentro Regional 2025 en Atlanta, Georgia. A veces, cuando hablamos de encuentros regionales o eventos grandes, pensamos en programas, talleres, logística… pero lo que realmente queda grabado en el corazón son los rostros, las historias, las conversaciones, las lágrimas y las risas que Dios usa para hablarnos. Y este encuentro fue justamente eso: un espacio donde el Señor se dejó encontrar en lo sencillo y en lo profundo. Desde que emprendimos el viaje, yo sabía que este encuentro iba a tocar vidas. Se notaba en el ambiente. Cada joven llevaba sus propias preguntas y expectativas. Algunos lo expresaron con timidez, otros con alegría, pero todos con un deseo real de encontrarse con algo más grande que ellos mismos. Cristian me lo dijo de una manera muy honesta: “Decidí ir para poder encontrarme con más Jóvenes, encontrarme con Cristo a través de ellos y ver cómo viven su fe, su vida y contagiarme de algo de cada uno de ellos”. Cuando leí esto, sentí que esa frase resumía el corazón de muchos. No iban buscando entretenimiento, sino una experiencia que les hablara al alma. Durante el fin de semana, mientras avanzaban las actividades, las oraciones y las sesiones, yo observaba cómo los jóvenes iban cambiando el semblante. Esa transformación silenciosa que uno reconoce cuando Dios empieza a tocar áreas profundas. Cristian dijo después: “Me impactó la serie de charlas, me ayudaron mucho personalmente a madurar un poco más en mi fe, aprendí cosas que no sabía y entendí algunas otras”. Y al escucharlo, entendí que, sin importar la edad o la trayectoria de fe, siempre hay algo nuevo que el Señor quiere revelarnos.

José también compartió algo parecido: “Fue un deseo de tener un encuentro con Jesús para encontrar respuestas a mis inquietudes, conocer, compartir el cariño y el amor con los demás.” Y más tarde, al preguntarle qué había sido lo más fuerte para él, me dijo: “No cabe duda de que las sesiones fueron muy enriquecedoras…cada una de ellas tenía un propósito.”

Yo veía a José participar con una entrega muy auténtica, y confirmé que cuando un joven va al encuentro de Jesús con el corazón abierto, Él siempre responde.

Jacky también me conmovió con lo que dijo. “Yo decidí ir al Encuentro Regional porque quería conocer más jóvenes adultos católicos. Este año le pedí a Dios que me diera más amigos católicos practicantes. Eso es lo que esperaba del encuentro regional, hacer más amigos católicos que aman a Jesús igual o más que yo”. Y cuando le pregunté qué había sido lo más significativo, su respuesta fue: “Lo que más me impactó del Encuentro Regional fueron los talleres. En el taller ¿Quién eres más allá de lo que haces? de Gustavo Mejía, él dijo que a veces olvidamos quienes somos, nos identificamos por nuestras carreras o logros. Necesitamos recordar que somos hijos de Dios”. Esa frase se me quedó resonando. Porque muchas veces buscamos explicaciones complicadas, pero al final es el amor lo que transforma.

La

de 500 jóvenes del sureste de los Estados Unidos.

Algo que me alegró muchísimo fue ver que, cuando les pregunté si volverían a asistir a un encuentro así, todos respondieron sin dudar. Cristian dijo: “Claro, no me lo pierdo, quiero volver a ser partícipe de todo esto”. José respondió: “Por supuesto, porque realmente es un encuentro donde la presencia de Jesús te hace sentir seguro de que estás donde debes estar”. Jacky dijo claramente: “Sí volvería a ir al encuentro regional. Fue un regalo para mí”. Y Sandy expresó con mucha emoción: “Definitivamente lo haría y llevaría a mis hermanos y a mis amistades”.

Creo que eso es lo más hermoso de testimonios como estos: cuando una experiencia viene de Dios, uno no quiere quedársela, sino compartirla. Y por eso también les pedí que invitaran a otros jóvenes con sus propias palabras. Cristian lo dijo con una sinceridad que solo nace de una experiencia real: “Simplemente vengan, no dejen que se lo cuenten y no se queden con las ganas de conocer, no importa quien seas, hay alguien que te espera en ese lugar”. José escribió: “Joven, Jesús te invita con mucho amor a que descubras el propósito de tu vida, para que seas protagonista de su plan”. Jacky expresó: “De todo corazón, invito a los jóvenes adultos a que digan que “Sí” cuando les hagan una invitación a un evento como este, Dios te espera con los brazos abiertos”. Y Sandy dijo algo que me pareció muy valiente: “Ser católico practicante a veces puede sonar un reto, pero créeme que vale la pena”.

Al final del encuentro, mientras regresábamos a Knoxville, yo pensaba en lo grande que es Dios cuando encuentra un corazón dispuesto. Pensaba en cómo estos jóvenes, con historias tan distintas, habían vivido algo que los marcó profundamente. Y pensé también en nuestra misión como Pastoral Juvenil: seguir creando espacios donde nuestros jóvenes puedan abrir el corazón sin miedo, donde puedan encontrarse con Jesús vivo, donde puedan descubrir que la Iglesia es su hogar.

Uno de los comentarios finales de los jóvenes decía: “Cristo está con los brazos abiertos y sediento de nosotros”.

Y siento que esa frase resume todo. Cristo sigue esperándonos. Y cuando un joven se deja encontrar por Él, siempre vuelve con el corazón encendido.

¡Nos vemos en el encuentro regional Nashville-2027! ■

Estrella que Guía y la Rosca que Une: La Tradición de los

Por Selene Mayorga

El 6 de enero, solemnidad de la Epifanía del Señor, se establece como una de las fechas más radiantes y queridas en el calendario católico. Este día, que conmemora la manifestación de Jesús al mundo, es representado por la llegada de los Magos del oriente, tradicionalmente conocidos como Melchor, Gaspar y Baltasar. Para muchas familias hispanas es el día central para el intercambio de regalos. Es fundamental entender el doble significado de esta fiesta: su peso litúrgico y su rica manifestación cultural, especialmente al contrastar las tradiciones de España y México. Una pregunta recurrente al llegar el 6 de enero es: ¿Cuándo termina oficialmente la Navidad? ¿Con la Epifanía o en una fecha posterior?

Entre Liturgia y Costumbre

Desde el punto de vista de la liturgia de la Iglesia Católica, el Tiempo de Navidad no concluye con la visita de los Reyes Magos. La Iglesia extiende esta celebración hasta la Fiesta del Bautismo del Señor, que se celebra el domingo inmediatamente después al 6 de enero. Es a partir de ese lunes cuando comienza el Tiempo Ordinario.

Sin embargo, a nivel de costumbre popular y cultural, la respuesta varía:

· En la práctica española: El 6 de enero, con la apertura de regalos, marca el fin de facto de las fiestas. Las luces, si bien pueden permanecer algunos días, dan su importancia a la actividad diaria tras esta gran jornada.

· En la tradición mexicana: Si bien los Reyes Magos representan el último gran evento de entrega de regalos y concluyen el popular Maratón Guadalupe-Reyes (iniciado el 12 de diciembre), las festividades navideñas tienen un broche de oro posterior: el Día de la Candelaria o la Presentación del Señor, el 2 de febrero. Es en esta fecha cuando se "levanta" al Niño Dios del pesebre, se guardan los adornos y se da el cierre definitivo al ciclo. Por lo tanto, para la cultura católica mexicana, la Navidad se extiende hasta la Candelaria.

La Cabalgata Española: Un Espectáculo de Fe y Dulces En España, la víspera de la Epifanía es la noche de la ilusión. La tradición de los Reyes Magos se vive con una intensidad pública y espectacular inigualable.

El 6 de enero, la noche mágica, se comparte el tradicional Roscón de Reyes, un pan dulce con forma de corona que esconde una figurita (quien la encuentra es coronado) y quien paga el roscón. Coral Getino, madrileña, feligresa de la parroquia de Todos los Santos en Knoxville, comparte con nosotros sus recuerdos de la celebración del Día de Reyes, "Se come roscón de reyes que tiene una figurita dentro. Está decorado con fruta escarchada y almendras y relleno de nata montada. En las grandes ciudades llegan los reyes por la noche y se hacen Cabalgatas de los Reyes Magos. Son desfiles con carrozas y pajes en camellos, o caballos que lanzan caramelos (dulces) a los niños. Los niños en su casa limpian bien (lustran) los zapatos y los ponen junto a la puerta o ventana. Por la mañana cuando despiertan se encuentran con los regalos de Reyes."

Más allá de Madrid se vive variedad de tradiciones. La riqueza cultural de España se manifiesta en detalles únicos, sobre todo en

Reyes Magos

regiones costeras y en el noreste. Por ejemplo, una tradición, según reporta el medio La Voz de Cádiz, es la llegada por mar. En puertos como Cádiz o Huelva, los Reyes hacen una entrada triunfal por el mar. La Llegada de los Reyes por barco simboliza su travesía desde Oriente, antes de montar en sus carrozas para el desfile. De esta manera, la Epifanía española se celebra con un ritual colectivo que, aunque mantiene su esencia, se adapta y enriquece con el folclor local.

La Rosca Mexicana: Un Compromiso de Fe y Comunidad En México, la celebración se centra más en la calidez del hogar y en una tradición culinaria que extiende el compromiso cristiano hasta la Candelaria.

· La Carta y el Zapato: La noche del 5 de enero, los niños mexicanos escriben su carta a los Reyes. La tradición más arraigada es colocarla en un zapato que se deja cerca del nacimiento La entrega de regalos ocurre la mañana del 6, principalmente bajo el árbol de Navidad.

· El Nacimiento y la Epifanía: Es el momento en que las figuras de Melchor, Gaspar y Baltasar se integran al Nacimiento que se ha montado desde el 12 de diciembre, simbolizando su llegada a adorar al Niño Jesús.

· La Rosca de Reyes y la Candelaria: Este es el pilar de la Epifanía mexicana. La Rosca de Reyes es un pan dulce ovalado, con ate, frutos secos y un significado profundo: su forma representa el amor infinito de Dios, y los frutos secos, las joyas de las coronas de los Reyes. Dentro de la Rosca se esconden uno o varios muñequitos, que representan al Niño Jesús que debe ser escondido de Herodes.

· El Compromiso Cristiano: La persona que al cortar su rebanada encuentra el bebecito, adquiere un compromiso social y religioso: es el anfitrión de la celebración del Día de la Candelaria (2 de febrero). Este compromiso implica invitar a los presentes a una comida tradicional de tamales y atole o champurrado. De esta forma, la fe se traduce en comunidad, prolongando el espíritu navideño y manteniendo viva la tradición.

En resumen, a pesar de que España vive la Epifanía con una fiesta pública y espectacular, México la celebra con un enfoque más íntimo y doméstico, anclando el final de su temporada navideña a la tradición de la Rosca y la posterior fiesta de la Candelaria, un compromiso que fortalece los lazos comunitarios bajo la fe católica. ■

Participantes de Knoxville Setenta y dos jóvenes adultos se unieron a este maravilloso encuentro que reunió a más
Día de Reyes Compartiendo la Rosca de Reyes, Fermín Cabrera, feligrés de la parroquia San Esteban, Chattanooga, participa en la celebración de la Epifanía en la reunión del Consejo Diocesano Hispano, en la Cancillería de la Diócesis de Knoxville en enero 2024.

DPalabras del Obispo por el Obispo Mark Beckman

El misterio de la Navidad

El exilio de la Sagrada Familia nos recuerda a quienes huyen de la violencia y la pobreza en nuestro mundo y que tampoco encuentran "lugar en la posada"

e todas las festividades celebradas por los cristianos, parece que la Navidad es la que más ha capturado la imaginación de la civilización occidental. En los últimos siglos, nuestro mundo se ha saturado de hermosas tradiciones sobre "Santa Claus" o el "alegre anciano San Nicolás", con árboles de Navidad y la entrega de regalos, con luces navideñas y el envío de tarjetas de Navidad y muchas otras. En el último siglo, una asombrosa variedad de canciones y villancicos, tanto seculares como religiosos, se han convertido en parte de nuestra tradición anual de las Fiestas. Casi todos podemos cantar o tararear estos "clásicos" como "Cascabel", "Rodolfo, el Reno", "Blanca Navidad", "Oh Pueblecito de Belén" y muchos más. Para nosotros, los cristianos católicos, las raíces más profundas de la Navidad nos llevan de vuelta a los mismos comienzos arraigados en el misterio del nacimiento de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Los recuerdos de la infancia asistiendo a Misa en la víspera de Navidad, a medianoche, o en el día de Navidad nos recuerdan la "razón de la temporada". Sospecho que la mayoría de nosotros podría resumir bastante bien la hermosa narración del nacimiento de Jesús que se encuentra en el Evangelio de Lucas, de la búsqueda infructuosa de una "habitación en la posada" y de María dando finalmente a luz en un establo rodeada de animales. Nuestros recuerdos contienen vívidas representaciones del Señor en un pesebre envuelto en pañales y de los pastores escuchando el mensaje angélico y viniendo a adorar al Niño Jesús. Nuestras tarjetas de Navidad, el tapiz de himnos religiosos antiguos, el arte de la tradición cristiana, y especialmente las escenas de la Natividad o belenes, capturan la imaginación de esa noche santísima. Con el inicio de la pandemia, mi antigua parroquia de San Enrique en Nashville instituyó una

es una pintura del siglo XVII titulada "La Adoración de los Pastores" de Murillo, Bartolomé Esteban. La fiesta de la Natividad de Cristo, un día santo de obligación, se celebra el 25 de diciembre.

bellísima tradición de crear una escena viviente de Belén del siglo I. En ese primer año, fue una escena espectacular para ver desde el coche que provocó un atolladero en todas las calles circundantes. En años posteriores, se recreó todo Belén en una versión transitable a pie que conducía a la escena del establo. Los Caballeros de Colón estaban particularmente interesados en interpretar a soldados romanos y lo hicieron admirablemente bien.

Le sugerí en tono de broma al Diácono Mike (el principal organizador del evento) que quizás deberíamos considerar añadir la escena de la "matanza de los inocentes", tal como se describe en la narración de la infancia del Evangelio de Mateo. Él ponía los ojos en blanco ante mi sugerencia. Pero es interesante notar cuán poco de nuestros recuerdos de esa primera Navidad está arraigado en la oscuridad profundamente inquietante revelada en la narración de Mateo.

Cómo un poder secular estaba tan dispuesto a

“¿No Estoy Yo Aquí que Soy tu Madre?” “¿Acaso No Soy Yo tu Protección y Resguardo?”

Este es el mensaje de fe, consuelo y esperanza que la Reina del cielo, Santa María de Guadalupe, dejó en el cerro del Tepeyac, del sábado 9 de diciembre al martes 12, de 1531, momento decisivo que transformó la historia religiosa y cultural del continente americano.

Según la tradición, la Madre de Dios se apareció al indígena tolteca Juan Diego con un mensaje de consuelo, fe y esperanza dirigido a todas las personas, especialmente a quienes enfrentan situación de desesperanza. En esta manifestación presentó a su hijo Jesucristo como fuente de luz, verdad y vida, demostrando su inquebrantable amor maternal Desde entonces, la imagen milagrosa impresa en la tilma de Juan Diego ha acompañado a generaciones y generaciones que encuentran en ella la protección y fortaleza de una madre. La Virgen de Guadalupe se convirtió en un símbolo de unión entre una cultura indígena y los pueblos europeos. En un entorno de encuentro y tensión entre ambos mundos, su presencia fue interpretada como un puente espiritual capaz de hablar a cada persona en su propio lenguaje. Es la misma María quien busca mostrar a Jesús como el centro de la cultura, más allá de los idiomas y las tradiciones. Con su amor maternal, María sabe poner a Jesús en el fondo del alma indígena. El Papa San Juan Pablo II en el último número de su Exhortación apostólica Catechesi Tradendae, presenta a Maria como modelo de evangelización perfectamente inculturada.

Las apariciones Guadalupanas son un acontecimiento de extraordinaria inculturación y proclamación del Evangelio. Santa María de Guadalupe se manifiesta bajo un código de amor que deja plasmado en su imagen. Como una buena madre, ella quiere sentirse parte de ese pueblo que

sufre desesperanza por las calamidades registradas en los últimos tiempos, por la falta de fe en unos dioses que mostraban su abandono y la creencia en que sería el fin de su pueblo.

De la misma manera, presenta estaba la incomprensión de unos frailes misioneros que luchaban por desarraigar los sacrificios humanos los cuales formaban parte central de la religiosidad de los pueblos indígenas de México.

Es así como Santa Maria de Guadalupe aparece como una estrella resplandeciente, no se presenta con majestuosidad distante sino con ternura de madre suplicándole a un hombre de corazón humilde y sencillo a quien llama por su nombre: “Juanito, Juan Dieguito”.

El indio macehualli, asombrado y conmovido por la presencia de la bella Señora, sintió que su corazón latía con fuerza ante las palabras llenas de ternura que escuchaba en su propio idioma, el náhuatl.

“Sábelo, ten por cierto, hijo mío, el más pequeño, que yo soy en verdad la perfecta siempre Virgen Santa María, que tengo el honor y la dicha de ser Madre del verdadero Dios por quien se vive, el Creador de las personas, el Dueño de la cercanía y de la inmediación, el Dueño del cielo, el Dueño de la tierra. Mucho quiero y deseo, que aquí me levanten mi casita sagrada, en donde lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto, lo entregaré a las gentes en todo mi amor personal, a Él que es mi mirada compasiva, a Él que es mi auxilio, a Él que es mi salvación”.

El secreto de su imagen, guarda múltiples simbolismos. La tilma de Juan Diego es un mensaje amorosamente codificado, que evangeliza sin palabras.

Iconografía Guadalupana

1. Las Manos de la Virgen: La Virgen de Guadalupe tiene una mano ms clara que la otra y se encuentran entrelazadas en posición de oración. Esto

invocar la violencia para matar a los más vulnerables de su época en su esfuerzo por aferrarse a su propio poder. La narración posterior de la Sagrada Familia teniendo que huir de su propio país como refugiados y escapar a otro país nos remonta al exilio de los israelitas en Egipto, pero tristemente también apunta hacia el futuro a las muchas personas que hoy huyen de la violencia y la pobreza en nuestro mundo y que a menudo tampoco encuentran "lugar en la posada". La Iglesia Católica conserva esta peligrosa memoria cada año con la fiesta de los Santos Inocentes el 28 de diciembre. Para mí, es el Evangelio del Día de Navidad de San Juan el que mantiene unidos los muchos elementos del misterio de la Navidad.

En una audaz proclamación, es el Evangelio de Juan el que anuncia de la manera más poética el gran misterio de la Encarnación: que la Palabra, que siempre estuvo con Dios y es Dios, se ha hecho carne y ha habitado entre nosotros (literalmente, ha "levantado su tienda"). ¡Dios ha asumido nuestra humanidad; Dios está totalmente comprometido con nosotros! No hay situación en nuestro mundo, ni sufrimiento ni miseria humana que alguien tenga que padecer jamás en soledad, porque Dios hecho carne ha abrazado todo el tiempo y la historia. Nunca estamos abandonados, sino abrazados por el amor mismo.

El misterio de la Navidad nos invita a todos a "comprometernos completamente” —A unirnos tanto a la Palabra hecha carne, que Su amor se encarne una vez más en nosotros. Somos nosotros mismos, en nuestro propio tiempo y lugar, quienes debemos "dar a luz" a Cristo una vez más.

Mientras celebramos la Navidad este año, ¡que estemos tan íntimamente unidos a Cristo que llevemos Su luz a todo el mundo! Bendiciones navideñas para ustedes y sus familias en esta santísima temporada. ■

Nuestra Señora de Guadalupe Nos recuerda que todos estamos llamados a ser uno en Cristo.

como simbolismo del mestizaje de las dos razas la española y la indígena en unión de oración.

2. La Cinta: La Virgen tiene una cinta color camote oscuro amarrada al vientre como símbolo de embarazo. Para indicar que una mujer estaba embarazada se amarraba una cinta al vientre, de allí el termino de “estar en cinta”.

3. La Túnica: La túnica de la Virgen representa la tierra, la creación y el mundo físico. Tiene un lado más oscuro para denotar la noche y un lado más claro que es el día.

4. Las Flores de su Túnica: En la túnica se observan nueve rosas, cada una de ellas simboliza a una de las tribus nómadas que salieron de Aztlán a fundar la Gran Tenochtitlan. La flor de cuatro pétalos

Diócesis de Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de Tennessee
La Cosecha
Novena En la gran mayoría de nuestras parroquias la comunidad hispana se congrega para rezar la Novena a la Virgen de Guadalupe durante nueve días consecutivos, del 3 al 11 de diciembre, como preparación para celebrar la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe el 12 de diciembre. En la Novena se honra a nuestra Señora y se recuerda sus apariciones al indígena San Juan Diego en 1531. Izquierda: comunidad de la parroquia San José Obrero en Madisonville. Derecha: comunidad guatemalteca de la parroquia Santa Teresita de Lisieux en Cleveland.
Guadalupe continúa en la página 4
Esta
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CORTESÍA: MARIA LEON
CORTESÍA: PAUL BACA

idea”, sino para un Niño. Un Dios que llega pequeño para que lo abracemos; un Dios que llega pobre para recordarnos que nuestra dignidad no depende del éxito; un Dios que llega frágil para enseñarnos que la vulnerabilidad no es un fracaso, sino un camino de encuentro. No es un detalle menor: Dios eligió venir así para sanar nuestra historia desde dentro. Quizás este año algunos de ustedes perdieron a alguien. Quizás otros viven con la tensión de un familiar deportado o con el miedo de un proceso migratorio incierto. Tal vez hay hogares donde el dolor se ha vuelto un huésped silencioso. A cada uno quiero decirle, con la

serenidad que nace de la fe: Cristo viene también para ustedes. No viene a exigirles nada; viene a cargar con ustedes. Viene como luz que no se apaga y como compañía que no abandona. Así que, queridos amigos, dejemos que este Adviento reorganice la vida interior, restaure la esperanza y vuelva a encender la alegría. Recordemos que, aunque el mundo diga que este año se está acabando, para la Iglesia apenas comienza. Y empieza con un regalo que ninguna tienda puede ofrecer: Dios mismo, naciendo otra vez en nuestra historia. Y eso, créanme, es más que suficiente para levantarnos, avanzar y seguir creyendo. ■ en su vientre indica la presencia del Dios verdadero.

5. El Sol: El resplandor del quinto sol se encuentra detrás de la virgen de Guadalupe.

6. El Manto Estrellado: En el manto estrellado de la Virgen están plasmadas las constelaciones visibles en el horizonte del Centro del Tepeyac la madrugada de la aparición de la Virgen. Su color turquesa es el color perteneciente a la nobleza.

7. La Luna: La Luna tiene una doble función. Representa la fase lunar del día de la aparición y la Virgen de Guadalupe se encuentra en el centro de la Luna. Lo cual significa que está en México debido a que la traducción del nombre de nuestro país sería “En el ombligo de la Luna”.

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8. El Angel Tricolor: El ángel simboliza que María viene a unir, y que bajo su manto nace un nuevo pueblo. Su rostro mestizo y la forma de sus alas son de un guerrero y servidor de Dios. No está en actitud de adoración sino con una mano sostiene el manto azul-verde (lo divino) y con otra mano el vestido rosado (lo humano). Es un mensajero que anuncia que María trae al “Dios verdadero por quien se vive”. Santa Maria de Guadalupe es el puente entre Dios y la humanidad. El ángel muestra esta unión perfecta del cielo con la tierra. La Virgen Morena es considerada una teofanía, ya que representa el Sagrario vivo que sustenta al mismo Jesús y que continúa siendo fuente de inspiración para la fe, el consuelo y la esperanza. Su mayor mensaje ahora resuena claro en cada corazón Guadalupano. “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?” ■

Vigilia por los Inmigrantes El pasado 1ro de diciembre, se realizó una Vigilia de Oración Ecuménica, en apoyo de los inmigrantes, en Chattanooga, organizada por Viridiana Marin y el equipo de la Coalición de los Derechos de los Refugiados e Inmigrantes de Tennessee (TIRCC). Representantes de iglesias cristianas de diferentes denominaciones estuvieron presentes y unidos en oración y apoyo a las familias inmigrantes. La Iglesia Católica estuvo representada por el Padre Alex Waraksa, vicario parroquial de la parroquia San Judas, quien compartió un extracto del mensaje de los Obispos Católicos de Los Estados Unidos (Ver pág. 1). También se hicieron presentes el Padre Michael Nolan, párroco de Santa Teresa de Lisieux, en Cleveland, Padre Mike Creson, Hna. Ema Soto, de la Basílica de Santos Pedro y Pablo, Rocio Melendez y Blanca Primm de la Oficina del Apostolado Hispano en Knoxville. También estuvo

Guadalupe viene de la pàgina 1

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