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Desafíos

Desafíos que aborda este módulo

Lograr que las mujeres participen en cursos de aprendizaje y educación de personas jóvenes y adultas (AEA) no siempre es fácil, especialmente en las zonas rurales, de acuerdo a lo que han afi rmado en varias regiones del mundo las instituciones que trabajan en esta área. Aunque en varias experiencias de educación para jóvenes y adultos se evidencia una mayor participación de la mujeres, se tiene la impresión de que se podría haber llegado a muchas más, de no ser por tres obstáculos principales.

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El primero es la persistencia de roles tradicionalmente asociados a lo femenino. Debido a que muchas mujeres no solo desempeñan un papel importante al interior de la familia, sino que también deben trabajar fuera de casa, sus horarios ya están extremadamente cargados, como para que decidan inscribirse en un curso de AEA. Además, la motivación para que las mujeres participen en distintas ofertas educativas es crucial: algunas no están motivadas para “volver a la escuela” como adultas, a menos que la inversión de tiempo que hicieron en educarse suponga un rédito económico o un retorno tangible.

Por lo tanto, en la mayoría de proyecto asociados al AEA, se ha tratado de adaptar los cursos a la disponibilidad de las mujeres, lo que es una tarea desafi ante. Además, en varias regiones y países del mundo, las aulas de las instituciones educativas que son cedidas a programa de AEA solo pueden operar en horarios nocturnos de AEA, a pesar de que esta jornada no siempre sea de fácil acceso para las mujeres. Un segundo problema es que las mujeres frecuentemente muestran interés en ofertas educativas que mejoren sus capacidades en trabajos tradicionalmente femeninos, como la enseñanza o el cuidado de niños. Sin embargo, es importante que el AEA también fomente la igualdad de oportunidades, haciendo que diversos tipos de programas estén disponibles por igual para mujeres y hombres, lo que despertaría el interés de las mujeres por nuevas opciones de formación y les brindaría nuevas oportunidades en el mercado laboral. Sin embargo, los cursos AEA que tienen temáticas distintas a las áreas tradicionales del trabajo de las mujeres suelen tener difi cultades para encontrar sufi cientes participantes.

En tercer lugar, y especialmente en las zonas rurales, suele haber grandes distancias entre el lugar donde se dictan los cursos y los hogares, y no siempre se dispone de transporte para que las mujeres puedan movilizarse. Al mismo tiempo, la oferta de las instituciones interesadas en difundir el AEA no suele tener difusión, sino que dependen de la publicidad de boca en boca. Incluso en algunas zonas rurales de varios países, docentes, promotores comunitarios y otros actores van de puerta en puerta para llegar a las casas de las mujeres e informarles sobre cursos de AEA disponibles, lo que requiere de mucho tiempo y agrega costos adicionales.

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