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Pero ahí está la gracia. Dios ha salido a nuestro encuentro, ha asumido nuestra carne, hecha de tierra, y la ha llevado consigo, simbólicamente decimos “al cielo”, es decir, con Dios. Es el misterio de Jesucristo, encarnado, muerto y resucitado para nuestra salvación; e inseparable de Él está también el misterio de María, la mujer de la cual el Hijo de Dios ha tomado la carne, y de la Iglesia, cuerpo místico de Cristo. Se trata de un único misterio de amor y, por tanto, de libertad. Como Jesús ha dicho “sí”, también María ha dicho “sí”, ha creído en la palabra del Señor. Y toda su vida ha sido un peregrinaje de esperanza junto al Hijo de Dios y suyo, una peregrinación que, a través de la cruz y la resurrección, la hizo alcanzar la patria, el abrazo de Dios.” (15 de agosto 2025)
Peregrínenos llenos de Esperanza junto a María en este su mes.
María Madre de

Prepara un altar que te invite a la oración.

Acuerda con tu familia, amigos o compañeros de trabajo un horario para juntarse a rezar, si lo rezas solo también conviene tener un horario.
Reza por tus intenciones personales y ofrece el rezo diario por una intención, puede ser por un familiar o amigo cada día y procura terminar el rezo del mes con un compromiso personal.
Oración inicial: Se propone la oración “de inicio” del Mes de María, para así vincularnos con la larga tradición mariana de nuestro país.

Texto bíblico: Un texto que ilumina el tema del día.
Reflexión: Palabras del magisterio de la Iglesia o de santos que proponen algunas breves reflexiones y/o comentarios en relación a lo que se está celebrando.
Preguntas para Compartir: es momento clave de todo el encuentro. Si se cuenta con tiempo suficiente, se sugiere ahondar este diálogo comunitario con un plenario.
Petición/Compromiso: Espacio para elevar una oración a Dios por medio de María, para que ella nos acompañe en nuestro caminar de fe.
Oración final: Para cerrar y proyectar la celebración.


¡Oh María!, durante el bello mes a Ti consagrado, todo resuena con tu nombre y alabanza. Tu santuario resplandece con nuevo brillo, y nuestras manos te han elevado un trono de gracia y de amor, desde donde presides nuestras fiestas y escuchas nuestras oraciones y votos.
Para honrarte, hemos esparcido frescas flores a tus pies, y adornado tu frente con guirnaldas y coronas. Mas, ¡oh María!, no te das por satisfecha con estos homenajes. Hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se marchitan. Éstas son las que Tú esperas de tus hijos, porque el más hermoso adorno de una madre es la piedad de sus hijos, y la más bella corona que pueden depositar a sus pies, es la de sus virtudes.
Sí, los lirios que Tú nos pides son la inocencia de nuestros corazones. Nos esforzaremos, pues, durante el curso de este mes consagrado a tu gloria,
¡Oh Virgen Santa!, en conservar nuestras almas puras y sin manchas, y en separar de nuestros pensamientos, deseos y miradas, aun la sombra misma del mal.
La rosa, cuyo brillo agrada a tus ojos, es la caridad, el amor a Dios y a nuestros hermanos. Nos amaremos, pues, los unos a los otros, como hijos de una misma familia, cuya Madre eres, viviendo todos en la dulzura de una concordia fraternal.
En este mes bendito, procuraremos cultivar en nuestros corazones la humildad, modesta flor que te es tan querida, y con tu auxilio llegaremos a ser puros, humildes, caritativos, pacientes y esperanzados.
¡Oh María!, haz producir en el fondo de nuestros corazones todas estas amables virtudes; que ellas broten, florezcan y den al fin frutos de gracia, para poder ser algún día dignos hijos de la más Santa y la mejor de las Madres, Amén.
¡Oh María, Madre de Jesús, nuestro Salvador y nuestra buena Madre! Nosotros venimos a ofrecerte, con estos obsequios que colocamos a tus pies, nuestros corazones deseosos de serte agradable, y a solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo servicio.
Dígnate a presentarnos a tu Divino Hijo, que en vista de sus méritos nombre de su Santa Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la vir
Que haga lucir con nuevo esplendor la luz de la fe sobre los infortuna pueblos que gimen por tanto tiempo en las tinieblas del error. Que vue hacia Él, y cambien tantos corazones rebeldes, cuya penitencia regocijará corazón y el tuyo. Que convierta a los enemigos de su Iglesia y que en encienda por todas partes el fuego de su ardiente caridad, que nos colme alegría en medio de las tribulaciones de esta vida y dé esperanzas par porvenir. Amén.
Bajo tu amparo
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! Amén.

Hoy iniciamos nuestro camino en el mes de Maria, Madre de la Esperanza, reconociendo en Ella un modelo de oración constante y comunitaria. Al reunirnos en su nombre, aprendamos a orar con un solo corazón y una sola alma.
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)

b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según San Mateo 18, 20
También les aseguro que, si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
“Venerar a la Madre de Jesús en la Iglesia significa aprender de ella a ser comunidad que reza... María invita a abrir las dimensiones de la oración, a dirigirse a Dios no solamente en momentos de necesidad y no sólo pidiendo por uno mismo, sino de modo unánime, asiduo, fiel, “con un corazón solo y una sola alma'”. (Papa Benedicto XVI, 14.03.2012)
d. Preguntas
María nos enseña a orar juntos, con un solo corazón. ¿qué significa eso para mí?
¿Cómo podemos hacer de nuestra comunidad un lugar donde se ore unidos, como lo hacía María con los discípulos?
Durante esta semana, me propongo orar junto a otros por una intención común, recordando que el Señor está presente cuando nos unimos en su Nombre y María nos acompaña en la oración. Hoy quiero pedir por …
e. Oración final del mes (pág. 7)


Durante esta semana del mes de María, queremos invitarles a seguir el ejemplo de la Madre de Jesús, que nos orienta a construir juntos una comunidad orante que desde la fe presenta sus peticiones a Dios con confianza, recordando que Él está siempre dispuesto a escucharnos.

a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 26-28
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
En el Evangelio de Lucas leemos que el arcángel Gabriel "fue enviado" (cf. Lc 1,26); él es, por lo tanto, el mensajero de Dios, encargado de
explicar a "la virgen desposada con un hombre de la casa de David, llamado José", (cf. Lc 1,27), la forma en que Dios se habría encarnado. Gabriel, es el que lleva las buenas nuevas, el que llevó la noticia a María, a Zacarías, a José. Gabriel, por lo tanto, lleva «las buenas nuevas y la buena nueva de la salvación... Gabriel recuérdanos la buena nueva de Dios, lo que Dios ha hecho». (Cf. Papa Francisco 29 de septiembre, 2017)
d. Preguntas
¿Qué significa para mí recibir “buenas noticias” de Dios hoy?
¿Cómo las reconozco en mi vida?
Petición/ Compromiso
Le pedimos a María que nos ayude a escuchar siempre la voz de Dios en nuestra vida. Me comprometo a ser portador de buenas noticias, compartiendo palabras de ánimo y esperanza con quienes me rodean.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 28
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
“ … El ángel lleva un mensaje de forma y contenido totalmente inauditos, tanto que el corazón de María se estremece, se turba. En lugar del clásico saludo “la paz sea contigo”, Gabriel se dirige a la Virgen con la invitación “¡alégrate!” , “¡regocíjate…!
Además, Dios llama a María con un nombre de amor desconocido en la historia bíblica: kecharitoméne, que significa «llena de la gracia divina».
María es llena de la gracia divina. Este nombre dice que el amor de Dios ha habitado desde hace tiempo y sigue habitando en el corazón de María. Dice que ella está 'llena de gracia' y, sobre todo, que la gracia de Dios ha realizado en ella un “cincelado” interior, convirtiéndola en su obra maestra: llena de gracia.” (Papa Francisco, 22 de enero 2025)
d. Preguntas
¿Qué significa para mí hoy escuchar: “El Señor está contigo”?
¿He experimentado la alegría de encontrarme con Dios?
Hoy quiero acoger la presencia de Dios en mi vida con alegría y confianza, como lo hizo María. Compromiso
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 7)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 29-30
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
¡No temas!», «¡No temas!» la presencia del Señor siempre nos da esta gracia de no temer y así lo dice a María: «¡No temas!». «No temas», dice Dios a Abraham, a Isaac, a Moisés, en la historia: «¡No temas!». (cf. Gn 15,1; 26,24; Dt 31,8). Y nos lo dice también a nosotros:
«¡No temas, sigue adelante, no temas!» … ¡No teman! Esto es hermoso. «Soy tu compañero de viaje»: esto le dice Dios a María. El «Todopoderoso», el Dios de lo «imposible» (Lc 1,37) está con María, está con ella y junto a ella, es su compañero, su principal aliado, el eterno «Yo-contigo» (Papa Francisco, 22 de enero 2025)
¿Qué miedos o inseguridades necesito poner hoy en manos de Dios para escuchar su “no temas”?
María confió en que Dios estaba con ella. ¿Creo que el Señor camina conmigo también en los momentos difíciles?
Petición/ Compromiso
Señor, que como María sepamos reconocer Tu presencia a nuestro lado. Danos un corazón confiado que diga cada
día: “No temo, porque Tú estás conmigo.” En Ti radica mi Esperanza.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 31-33
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
Jesús es el centro de la historia, es el rostro de la misericordia del Padre. En Él se cumple la promesa de Dios: un Reino que no tendrá fin, fundado en el amor y la fidelidad. Contemplar a María, que confía y se
abre a este anuncio, nos enseña a decir cada día ‘sí’ a Dios, incluso cuando no comprendemos del todo su plan.” (Papa Francisco, 8 de diciembre de 2015).
f. Oración final del mes (pág. 7) ¿Estoy dispuesto(a) a confiar en el plan de Dios, incluso cuando no entiendo completamente su voluntad?
Petición/ Compromiso
Señor, ayúdame a decirte “sí” cada día, con la misma confianza de María, para que tu Reino de amor y esperanza crezca en mi corazón y en el mundo.
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 34-35
María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.
Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
“María no duda de la palabra de Dios, sino que busca comprender cómo podrá realizarse en ella. Su pregunta nace de la fe. Ella no pone condiciones, se abre al misterio, se deja envolver por el Espíritu Santo.
Así se convierte en el modelo de toda alma que, en la fe, acoge la acción divina.” (Papa Benedicto XVI, 25 de marzo de 2006).
¿Cómo reacciono yo cuando no entiendo lo que Dios me pide?
¿Busco comprender como María?
¿Qué cosas necesito entregar a Dios para abrirme, con confianza, a su voluntad?
Señor, que como María sepa confiar en Ti incluso cuando no entiendo tus caminos. Envíame tu Espíritu para abrir mi corazón a tu plan de amor con Fe.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 36-37
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
Cada uno de nosotros se encuentra a veces, en la vida, en situaciones superiores a sus fuerzas y se pregunta: “¿Cómo puedo afrontar esta situación?”. Ayuda, en estos casos, repetirse a uno mismo lo que el ángel dijo a la Virgen: «Nada es imposible para Dios» (Lc 1,37).
Hermanos y hermanas, Retomemos entonces también nosotros, cada vez, nuestro camino con esta reconfortante certeza en el corazón:
“Nada es imposible para Dios”. Y si nosotros creemos esto, haremos milagros. Nada es imposible para Dios. (Papa Francisco, 07 de agosto, 2024)
¿Qué situaciones de mi vida siento hoy que son “imposibles” y necesito confiar más en el poder de Dios?
¿Cómo puedo fortalecer mi fe para creer que Dios puede obrar incluso en medio de mis límites y debilidades?
Petición/ Compromiso
María, enséñame a creer con tu misma confianza, para que en mi vida se cumpla la promesa de que nada es imposible para Dios.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 38
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
a nosotros en el plano espiritual cuando acogemos la Palabra de Dios con corazón bueno y sincero, y la ponemos en práctica. Es como si Dios adquiriera carne en nosotros. Él viene a habitar en nosotros, porque hace morada en aquellos que le aman y cumplen su palabra”. (Papa Francisco, 12 de octubre de 2013).
d. Preguntas
¿Cómo vivo mi respuesta al llamado de Dios en mi vida cotidiana?
¿Estoy dispuesto(a) a acoger la Palabra de Dios con un corazón abierto y sincero, como lo hizo María?
Petición/ Compromiso
María, enséñame a decir “sí” a Dios cada día, para que su Palabra habite y transforme mi vida.
f. Oración final del mes (pág. 7)


En esta semana sigamos a María en su camino de Fe y servicio. Como ella salgamos sin demora al encuentro de los demás, llevando alegría, esperanza y consuelo. Cada gesto de amor y cada oración compartida siembren de esperanza nuestro camino.

los peligros y los juicios de los otros, sino que sale al encuentro de los demás. Cuando una persona se siente amada, experimenta una fuerza que pone en movimiento el amor; como dice el apóstol Pablo, «el amor de Cristo nos posee» (2Cor 5,14), nos impulsa, nos mueve. María siente el impulso del amor y acude a ayudar a una mujer que es pariente suya, pero que es también una anciana que, tras una larga espera, acoge un embarazo inesperado, difícil de afrontar a su edad. La Virgen va a casa de Isabel también para compartir su fe en el Dios de lo imposible, y la esperanza en el cumplimiento de sus promesas. (Papa Francisco, 05 de febrero 2025)
d. Preguntas
¿Qué me impulsa hoy a “salir sin demora” como María? ¿Qué personas necesitan que me acerque con alegría y servicio?
María llevó la presencia de Jesús a Isabel. ¿Estoy siendo portador(a) de esa alegría y esperanza en mi entorno?
Petición/ Compromiso
Señor, que como María sepamos levantarnos con fe y alegría para ir al encuentro de los demás, llevando tu presencia donde haya cansancio, tristeza o soledad.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 41 – 42
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
La escena de la Visitación expresa también la belleza de la acogida: donde hay acogida recíproca, escucha, espacio para el otro, allí está Dios y la alegría que viene de Él. En este tiempo … imitemos a María, visitando a cuantos viven en dificultad, en especial a los enfermos, los
presos, los ancianos y los niños. E imitemos también a Isabel que acoge al huésped como a Dios mismo: sin desearlo, no conoceremos nunca al Señor; sin esperarlo, no lo encontraremos; sin buscarlo, no lo encontraremos. Con la misma alegría de María que va deprisa donde Isabel (cf. Lc 1, 39), también nosotros vayamos al encuentro del Señor que viene. Oremos para que todos los hombres busquen a Dios, descubriendo que es Dios mismo quien viene antes a visitarnos. (Papa Benedicto XVI, 23 de diciembre de 2012)
¿Cómo puedo ser, como María, portador(a) de alegría y presencia de Dios para los demás?
¿A quién me está invitando hoy el Señor a “visitar” con un gesto de cercanía, escucha o consuelo?
María, lléname de tu alegría y tu disponibilidad, para que donde vaya pueda llevar a Cristo y despertar esperanza en los corazones.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 43
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
Miles de cristianos a lo largo y ancho de todo el mundo comienzan el día cantando: «Bendito sea el Señor» y terminan la jornada «proclamando su grandeza porque ha mirado con bondad la pequeñez de los suyos». ... Y en este contexto de memoria agradecida brota el canto de Isabel en forma de pregunta: «¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?». A Isabel, la mujer marcada por
el signo de la esterilidad, la encontramos cantando bajo el signo de la fecundidad y del asombro …contemplamos a Isabel la mujer fecundaasombrada. Es ella la primera en reconocer y bendecir a María. Es ella la que en la vejez experimentó en su propia vida, en su carne, el cumplimiento de la promesa hecha por Dios. La que no podía tener hijos llevó en su seno al precursor de la salvación. En ella, entendemos que el sueño de Dios no es ni será la esterilidad ni estigmatizar(...) a sus hijos, sino hacer brotar en ellos y de ellos un canto de bendición. (Papa Francisco, 12 de diciembre de 2017)
¿Soy capaz de reconocer con asombro la presencia de Dios en las personas y acontecimientos de mi vida?
¿Cómo puedo cultivar un corazón agradecido que bendiga a Dios por las maravillas que hace cada día?
María, enséñame a vivir con el corazón de Isabel: humilde, agradecido y lleno de asombro ante la visita del Señor.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 44 - 45
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
(Lc 1:45), exclama su pariente Isabel. Y es por su fe que todas las generaciones la llamarán bienaventurada. (Papa Benedicto XVI, 20 de diciembre de 2012)
¿Dejo que sea Dios quien abra mi mente y mi corazón?
¿He experimentado alguna vez la alegría profunda que nace de confiar en Dios?
María, mujer creyente y bendita, enséñanos a confiar como tú. Que también nosotros podamos ser portadores de fe, alegría y esperanza en nuestros entornos de estudio, trabajo y vida.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 46 – 49
“María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
entretejidos de resonancias bíblicas, que exaltan la compasión de Dios hacia los pequeños y los humildes. Se trata de un recuerdo agradecido del pasado que enciende de fe el presente e ilumina de esperanza el futuro.
También nosotros estamos llamados a esperar el cumplimiento de las promesas de Dios. Pidamos para ello la intercesión de María, conjugando en nuestra vida cotidiana la memoria, la misericordia y la esperanza". (Papa Francisco, 05 de Febrero, 2025)
d. Preguntas
¿Qué “grandes cosas” ha hecho Dios en mi vida que quizás he olvidado o no he sabido agradecer?
¿Vivo con esperanza activa, como María, reconociendo la misericordia de Dios también en los pequeños gestos de cada día?
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 50 - 53
“Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.”.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
María acoge la bendición de Isabel y responde con el cántico, un regalo para nosotros, para toda la historia: el Magníficat...Podemos definirlo como “el cántico de la esperanza”.
... ¿Qué significa ese cántico de María? ¿Cuál es su sentido? Ella no busca hacer una crónica del tiempo, no es una periodista, sino decirnos algo mucho más importante: que Dios, a través de ella, ha inaugurado un punto de inflexión en la historia, ha establecido definitivamente un nuevo orden de las cosas. Ella, pequeña y humilde, ha sido elevada y llevada a la gloria del Cielo, mientras que los poderosos del mundo están destinados a quedarse con las manos vacías.
... Prevalecen el servicio, la humildad y el amor. Y mirándola en la gloria, comprendemos que el verdadero poder es el servicio, y reinar significa amar. Y que este es el camino al Cielo. (Papa Francisco, 15 de agosto 2022)
¿Creo que el amor, el servicio y la humildad tienen más poder que el éxito o la apariencia? ¿Lo vivo en mi día a día?
María, tú que cantaste la esperanza de los humildes y fuiste levantada por la fuerza del amor de Dios, enséñanos a vivir con confianza, a servir con alegría y a esperar con fe en un mundo que a veces olvida la misericordia.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 1, 54- 56
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre". María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
Al ir más allá de las apariencias, María "ve" con los ojos de la fe la obra de Dios en la historia. Por eso es bienaventurada, porque creyó; en efecto, por la fe acogió la palabra del Señor y concibió al Verbo encarnado.
Su fe le permitió ver que los tronos de los poderosos de este mundo son todos provisionales, mientras que el trono de Dios es la única roca que no cambia y no cae. Y su Magníficat, a distancia de siglos y milenios, sigue siendo la más auténtica y profunda interpretación de la historia... Queridos hermanos y hermanas, volvamos a casa con el Magníficat en el corazón. Tengamos los mismos sentimientos de alabanza y de acción de gracias de María hacia el Señor, su fe y su esperanza, su dócil abandono en manos de la divina Providencia. Imitemos su ejemplo de disponibilidad y generosidad para servir a los hermanos. En efecto, sólo acogiendo el amor de Dios y haciendo de nuestra existencia un servicio desinteresado y generoso al prójimo podremos elevar con alegría un cántico de alabanza al Señor. (Papa Benedicto XVI, 31 de mayo, 2008)

María nos enseña a mirar la vida con asombro y fe, conservando en el corazón cada signo del amor de Dios. Esta semana, que nuestra mirada se eleve al cielo, que nuestros gestos sean de paz, y que seamos testigos del amor que nace en lo sencillo y humilde.
María, testigo del Amor que nace


a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 2, 1-5
En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
El Hijo de Dios entra en la historia convirtiéndose en nuestro compañero de viaje, y comienza a viajar cuando aún está en el vientre de su madre. El evangelista Lucas nos cuenta que, apenas concebido, fue desde Nazaret hasta
d. Preguntas
la casa de Zacarías e Isabel; y luego, al final del embarazo, de Nazare para el censo. María y José se vieron obligados a ir a la ciudad del r donde también había nacido José. El Mesías tan esperado, el Hijo Altísimo, se deja censar, es decir, contar y registrar, como cualq ciudadano. Se somete al decreto de un emperador, César Augusto, que amo de toda la tierra.
Lucas sitúa el nacimiento de Jesús en «un tiempo que se puede deter precisión» y en «un entorno geográfico indicado con exactitud», de mod universal y lo concreto se tocan recíprocamente» (Benedicto XVI, La in Jesús, 2012, 77). Dios, que entra en la historia, no desestabiliza las e del mundo, sino que quiere iluminarlas y recrearlas desde dent Francisco, 12 de febrero 2025)
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 2, 6-7
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
d. Preguntas
una forma totalmente inédita para un rey. De hecho, «mientras en aquel lugar, se le cumplieron los días del parto. Dio a luz
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre no había sitio para ellos en el albergue» (Lc 2,6-7). El Hijo de nace en un palacio real, sino en la parte trasera de una ca espacio donde están los animales.
Lucas nos muestra así que Dios no viene al mundo con proclamas, no se manifiesta con clamor, sino que comienza su la humildad. (Papa Francisco, 12 de febrero 2025)
¿Qué cosas sencillas me hablan hoy del amor de Dios, así como el pesebre habló de Él aquella noche?
Hoy me comprometo a hacer espacio para los demás: ofreceré escucha, atención o ayuda concreta a alguien que lo necesite, especialmente si suele quedar afuera o pasar desapercibido. Con María, contemplo al Señor que nace humilde.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 2, 8 - 9
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
antes que cualquier otro, al Altísimo que se hacía Hijo suyo. Vi llena de asombro amoroso y agradecido, dio a luz a la misma Luz a San José, se hizo discípula de Aquel que de Ella había nacido; q sido adorado por los pastores y los sabios ... ” (Papa Francisco enero 2016)
¿Qué significa para mí “vigilar orando” en medio de mis estudios, trabajo o preocupaciones cotidianas?
María, mujer vigilante, enséñanos a mantener encendida la lámpara de la fe incluso en las noches oscuras. Que sepamos reconocer la luz de Dios cuando se hace presente en lo simple y cotidiano.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 2, 9-12
De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
d. Preguntas
levantando los ojos al cielo, vieron un signo, escucharon su me siguieron. De la misma manera los Magos: escrutaban los cielos, v
nueva estrella, interpretaron el signo y se pusieron en camino, de Los pastores y los Magos nos enseñan que, para encontrar a necesario saber levantar la mirada hacia el cielo, no estar replega
sí mismos, en el propio egoísmo, sino tener el corazón y la ment al horizonte de Dios, que siempre nos sorprende, saber a mensajes y responder con prontitud y generosidad. (Papa Franci enero 2016)
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 2, 13-14
Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército
celestial, que alababa a Dios, diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
con Dios y consigo mismo, renueva las relaciones entre los ho suscita la sed de fraternidad capaz de alejar la tentación de la v y la guerra. (San Juan Pablo II, 01 de enero 2000)
Los ángeles cantan “¡Gloria a Dios!”. ¿Qué cosas en mi vida me invitan hoy a alabar y agradecer al Señor?
María acogió la paz del cielo al recibir al Hijo de Dios. ¿Cómo puedo dejar que esa paz transforme mis pensamientos, palabras y gestos cada día?
María, Reina de la Paz, enséñanos a acoger el amor de Dios que reconcilia y transforma. Haznos artesanos de paz donde haya división, y testigos de esperanza donde reine el miedo.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 2, 15 - 18
Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de que decían los pastores.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre». Así pues, a los primeros testigos oculares del nacimiento de Jesús se les presentó la escena de una familia: madre, padre e hijo recién nacido.
(...) ciertamente la Sagrada Familia es singular e irrepetible, pero al mismo tiempo es «modelo de vida» para toda familia, porque Jesús, verdadero hombre, quiso nacer en una familia humana y, al hacerlo así, la bendijo y consagró. (Papa Benedicto XVI, 26 de diciembre 2010)
d. Preguntas
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 2, 19-20
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
en el Evangelio de la infancia. Todo lo que pasa a su alrededores teniendo un reflejo en lo más profundo de su corazón: los días alegría, como los momentos más oscuros, cuando también a ella comprender por qué camino debe pasar la Redención. Todo te su corazón, para que pase el cedazo de la oración y sea transfigu ella. (Papa Francisco, 18 de noviembre 2020)
¿Sé detenerme, como María, a meditar en mi corazón los acontecimientos de mi vida, buscando descubrir en ellos la presencia de Dios?
¿Qué cosas siento que debo guardar y contemplar en mi corazón, en lugar de reaccionar con prisa o ansiedad?
María, Madre del silencio, enséñanos a guardar en el corazón las huellas de Dios en nuestra vida. Que sepamos descubrir en lo cotidiano su amor y responder con gratitud y esperanza.
f. Oración final del mes (pág. 7)

Junto a la cruz, María nos enseña a permanecer firmes en el amor, incluso en el dolor. Esta semana, confiemos en su cuidado maternal y abramos nuestro corazón para recibir esperanza, consuelo y fuerza para acompañar a nuestros hermanos, especialmente quienes sufren.

Junto a la cruz, María nos acoge como hijos

a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Juan 19, 25
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
recogió al crucificado sobre sus rodillas y lo tuvo muerto en sus brazos, como 33 años atrás, cuando acababa de nacer.
Nunca ha aparecido ella tan reina como en semejante dominio de su dolor: ella criatura humana, manteniendo en su regazo aquel Hijo muerto que era Dios. Se apoyaba en aquel muerto que era la Vida. (siervo de Dios, Igino Giordani)
d. Preguntas
¿Qué me enseña María al permanecer junto a la cruz?
¿Dónde encuentro esperanza cuando todo parece perdido?
Madre de la Esperanza, tú que permaneciste firme junto a la cruz, acoge hoy a quienes sufren y sienten que su vida se derrumba. Que encuentren en ti consuelo y fortaleza para seguir confiando en Dios.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Juan 19, 26
Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo».
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
confiado; y para María el discípulo será siempre el hijo que su Hijo agonizante le ha confiado y al que estará espiritualmente cercana sobre todo en la hora de la muerte. Junto a los mártires agonizantes estará siempre la madre, que está en pie, junto a su cruz, para sostenerlos. (via crucis 2008, S. Em. Rev.ma Card. Joseph Zen Ze-Kiun, S.D.B., Obispo de Hong Kong)
¿Siento el cuidado maternal de María? ¿A quién puedo acoger con el mismo amor con que María nos acoge?
¿Cómo puedo vivir mi fe sintiéndome hijo o hija amada de María?
Madre de la Esperanza, tú que recibiste a todos como hijos al pie de la cruz, enséñanos a cuidarnos unos a otros como verdaderos hermanos.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Juan 19, 27
Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
caminos de la paz. Haz que todos se encuentren en Cristo camino, verdad y vida.
Sostén, oh, Virgen María, nuestro caminar en la fe y alcánzanos la gracia de la salvación eterna.
Oh clementísima, oh piadosa, oh, dulce Madre de Dios y Madre nuestra (san Juan Pablo II)
¿Qué significa para mí “recibir a María en mi casa”?
¿De qué forma puedo ser, como el discípulo, acogedor del amor de Dios?
Madre de la Esperanza, tú que fuiste recibida en el hogar del discípulo amado, te confiamos hoy a las naciones y a sus gobernantes. Que trabajen por la justicia, la verdad y la paz entre los pueblos.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del Evangelio según san Lucas 2, 34-35
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
¿Qué dice esto a nuestras familias, este modo de vivir, la historia de la Sagrada Familia, pobre, estorbada, con grandes dolores? Nos dice algo muy hermoso: Dios, a quien a menudo imaginamos más allá de los
problemas, vino a habitar nuestra vida con sus problemas. Nos salvó así (cf. Jn 1,14): no vino como adulto, sino como niño muy pequeño; vivió en una familia, hijo de una madre y de un padre; allí pasó la mayor parte de su tiempo, creciendo, aprendiendo, en una vida hecha de cotidianidad, ocultamiento y silencio. Y no evitó las dificultades, al contrario, eligió una familia, una familia «experimentada en el sufrimiento», y dice a nuestras familias: «Si os encontráis en dificultades, sé lo que sentís, lo he experimentado: mi madre, mi padre y yo lo hemos experimentado para decírselo también a vuestra familia: ¡no estáis solos! (Papa Francisco, 31 de diciembre 2023)
¿Reconozco a Dios presente también en mis dificultades?
¿Cómo puedo acompañar el sufrimiento de quienes me rodean?
Madre de la Esperanza, tú que sentiste en tu corazón la espada del dolor, te pedimos por las personas que sufren dificultades o pruebas. Que encuentren consuelo en tu amor y fortaleza en su fe.
f. Oración final del mes (pág. 7)
Jueves 04 de diciembre
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura del libro del Apocalipsis 12, 1-2
Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz.
Palabra del Señor
R. Gloria a ti, Señor Jesús
c. Reflexión
María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido. Así como lloró con el corazón traspasado la muerte de Jesús, ahora se compadece del sufrimiento de los pobres crucificados y de las criaturas de este mundo arrasadas por el poder
humano. Ella vive con Jesús completamente transfigurada, y todas las criaturas cantan su belleza. Es la Mujer «vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Ap 12,1).
Elevada al cielo, es Madre y Reina de todo lo creado. (Papa Francisco, Laudato SI 241)
¿Cómo podemos ser un reflejo de la belleza y el amor en la vida diaria y en nuestras relaciones con medio ambiente?
Virgen María, reina de la creación te pedimos que nos ayudes a mirar este mundo con ojos más sabios, motívanos a trabajar con generosidad y ternura para proteger el mundo que Dios nos ha confiado.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura de la Carta a los Filipenses 4, 6-7
No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. ntonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.
Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor
c. Reflexión
que vuestros labios sonrían a nuestras alegrías y a nuestras victorias; que sintáis la voz de Jesús, que os dice de cada uno de nosotros, como de su discípulo amado: “Aquí está tu hijo”; y nosotros, que os llamamos Madre nuestra, os escogemos, como Juan, para guía fuerza y consuelo de nuestra vida mortal (Papa Pío XII)
¿Qué significa para mí llamar a María “Madre nuestra”?
¿De qué manera puedo permitir que María me guíe y consuele?
María, Madre nuestra, te pedimos por quienes enfrentan dificultades y momentos de incertidumbre, para que encuentren paz, esperanza y fortaleza en la oración.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 12, 12
Alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración.
Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor
c. Reflexión
María es modelo de unión con Cristo. La vida de la Virgen Santa fue la vida de una mujer de su pueblo: María oraba, trabajaba, iba a la sinagoga... Pero cada acción se cumplía siempre en unión perfecta con Jesús. Esta unión alcanza su culmen en el Calvario: aquí María se une al
Hijo en el martirio del corazón y en el ofrecimiento de la vida al Padre para la salvación de la humanidad. ...Es muy bella esta realidad que María nos enseña: estar siempre unidos a Jesús. Podemos preguntarnos: ¿nos acordamos de Jesús sólo cuando algo no marcha y tenemos necesidad, o la nuestra es una relación constante, una amistad profunda, también cuando se trata de seguirle por el camino de la cruz? (Papa Francisco, 23 de octubre 2013).
d. Preguntas
¿Cómo puedo imitar a María en mi oración y trabajo diario para mantener esa unión con Jesús?
¿Cómo puedo vivir la esperanza incluso en las tribulaciones?
Virgen María, te pedimos que nos ayudes a perseverar en la oración y mantenernos unidos a Jesús, especialmente en los momentos difíciles, para que nuestra esperanza nunca se apague.
f. Oración final del mes (pág. 7)

María, Madre de la Iglesia, nos enseña a unir nuestra oración a la comunidad y a mantener viva la esperanza. Que su materna intercesión nos ayude a ser luz y testimonio del Evangelio en el mundo.


a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 12-14
Los Apóstoles regresaron entonces del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está permitida recorrer en día sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron a la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor
c. Reflexión
También el último trazo biográfico de María nos la describe en oración: los Apóstoles «perseveraban unánimes en la oración, juntamente con las
mujeres y con María, Madre de Jesús, y con sus hermanos» (Hch 1, 14): presencia orante de María en la Iglesia naciente y en la Iglesia de todo tiempo, porque Ella, asunta al cielo, no ha abandonado su misión de intercesión y salvación (50). «Virgen orante» es también la Iglesia, que cada día presenta al Padre las necesidades de sus hijos, «alaba incesantemente al Señor e intercede por la salvación del mundo» (Papa Pablo VI – 1974)
d. Preguntas
¿Cómo puedo unir mi oración a la de María y la comunidad?
¿Cómo puedo ser presencia de esperanza en mi comunidad, siguiendo el ejemplo de María?
María Madre nuestra, te pedimos que nos ayudes a mantener viva nuestra fe y alegría en Jesús, incluso en los momentos de oscuridad y dificultad.
f. Oración final del mes (pág. 7)
a. Oración inicial del Mes de María (pág. 6)
b. Acogemos la Palabra del Señor:
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 14
Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor
c. Reflexión
Pentecostés renueva la conciencia de que la presencia vivific Espíritu Santo habita en nosotros. También nos da el coraje de las cuatro paredes protectoras de nuestros “cenáculos”, de los pequeños, sin acomodarnos en una vida tranquila o encerra hábitos estériles. (…) ¡Necesitamos tanto la luz y el poder del Santo! La Iglesia nos necesita para caminar de acuerdo y con dando testimonio del Evangelio”. (Papa Francisco, 31 de m 2020).
¿Cómo puedo ser protagonista de la vida de la Iglesia?
¿Siento alegría y esperanza en mi vida cristiana?
María Madre de Esperanza, te pedimos que nos ayudes a abrir nuestro corazón al Espíritu Santo, para que salgamos con valentía a dar testimonio del Evangelio y seamos luz y esperanza en nuestra Iglesia y en el mundo.
f. Oración final del mes (pág. 7)
Playlist: “Mes de María”








