Vida de sacerdote
Cuando se piensa en la vida de un sacerdote, en lo que concretamente hace día a día, se debe llegar a la conclusión inobjetable, si se vive a plenitud el ministerio, que es una existencia realmente muy interesante y variada. Es un estar en el mundo de un modo muy particular, quizás de una manera que muchas otras personas quisieran poder imitar, pero que sus circunstancias concretas no se los permiten.
Orar, celebrar, estudiar, visitar, escuchar, aportar, orientar son apenas algunos de los verbos que a diario conjuga el ministro sagrado, de acuerdo con el don recibido del sacerdocio y según el servicio que el pueblo de Dios espera de él. Es como una actividad siempre de doble vía y en dos relaciones capitales. La primera con Dios, a quien invoca a diario y de quien recibe cada día gracia tras gracia para ser su fiel heraldo. La segunda, con sus hermanos, con el pueblo santo, que acude siempre a él en busca de lo sagrado, de la misericordia, de la palabra inspirada y del cual suele recibir todo el cariño y aprecio que cualquier persona desea tener en su propia vida.
Los obispos y sacerdotes de la arquidiócesis de Bogotá reflejan en muy buena medida cómo es la verdadera vida sacerdotal. Hoy es bastante común encontrar parroquias donde la primera actividad es el rezo de las Laudes, encabezado por su pastor. Ni se diga la infinidad de grupos de oración que son la savia vital de toda comunidad cristiana. La liturgia, es decir, la celebración de los sacramen tos y de la Palabra, ocupa al clero todo, obispos, sacerdotes y diáconos en una actividad frenética día tras días. ¿Cuántas eucaristías se celebran diariamente en Bogotá? Quizás miles. Horas y más horas del clero están al servicio del sacra mento de la reconciliación y también al servicio de la escucha de las personas que acuden a sus despachos. Con una potente discreción, desde los lugares de misión de los levitas en Bogotá, se envía a diario alimento a miles de personas que carecen de él. Los enfermos situados en sus hogares o en los hospitales y clínicas de la ciudad, reciben con júbilo y esperanza a diario la visita de los sa cerdotes, quienes les llevan los sacramentos, la palabra y la bendición.
Y eso no es todo. El sacerdote de la arquidiócesis de Bogotá está inmerso hoy en una actividad que proviene de su arzobispo y sus cercanos colaboradores y que los congrega constantemente en asambleas, reuniones generales del cle ro, lanzamiento de nuevas actividades pastorales. En el ambiente se respira la urgencia de muchas tareas interesantes por hacer. Y en los últimos años gran parte de la ciudad de Bogotá ha sido inflamada por la llama del Espíritu Santo a través de una intensísima actividad de retiros espirituales, que se han conver tido en ocasión inmejorable para que los sacerdotes ejerciten el ministerio de la reconciliación, el de la predicación y vean también renovadas sus comunidades parroquiales. Y no ha cesado tampoco la participación muy activa y extendida del clero en el ámbito educativo que se da en la capital del país y que desde la llegada de los primeros evangelizadores al altiplano constituyó preocupación de primer orden.
Podríamos alargar esta hermosísima lista del quehacer del clero de la arqui diócesis de Bogotá. Pero no es necesario. Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá, quiere ir reflejando poco a poco este inmenso mar de actividades que realizan en forma clara y visible el único sacerdocio de Cristo, a través de los ministros de la Iglesia en Bogotá. Quizás si algún joven con una incipiente inquietud vocacional nos preguntara qué hace un sacerdo te le podríamos responder, resumiendo: ora, predica, celebra, administra los sacramentos, dicta clases, visita enfermos, practica la caridad, orienta perso nas, escucha a todo el que lo busca, consuela a los afligidos. Y, al final del día, luego de dar gracias, duerme “como un niño en brazos de su madre”. Difícil será encontrar un modo de vida que pueda llenar tanto a una persona como la de ser un sacerdote y ejercer el ministerio en una comunidad católica como la que se congrega en la arquidiócesis de Bogotá.
Padre Rafael de Brigard Merchán DirectorOficina Arquidiocesana de Comunicaciones
Concelebración del clero de la arquidiócesis de Bogotá en la capilla del Seminario Mayor.Breves de la Curia
Decretos y ordenaciones Siempre alertas
El pasado 20 de octubre fue publica do el decreto por el cual se dio a co nocer los nombres de quienes fueron admitidos como candidatos al diaco nado permanente, lo mismo de quie nes serán instituidos ministro lectores y acólitos y también quienes recibieron la orden del diaconado permanente:
José Antonio Arcos Guevara, José Álvaro Cardozo Salas, Wilson Chavarro Garzón, Víctor Uriel González Ríos, Alejandro Nieto Martínez, Orlando Antonio Rincón Martínez, Marco Antonio Rodríguez Cortés, Marco Alfredo Martínez Rodríguez y Luis Enrique Chaparro Fonseca.
Institución de Ministros Lectores: Hugo Hernando Acuña Puentes, Libardo Álvarez Sandoval, Javier Mauricio Arango Palacio, Franklin Lisandro Heredia Loaiza, Jorge Isaac Millán Ruiz, Luis Fernando Pérez Restrepo,
Claudio Rodríguez Montañez y Luis Eduardo Ruiz Vega.
Ministros Acólitos: Héctor Alfonso Arévalo Barrera, Santiago Manuel Martínez Petro, Luis Leonardo Peña García, Francisco Segura Alvarado y Carlos Hernán Suárez Dávila.
Sagrado Orden del Diaconado Permanente: Pedro Alcántara Baracaldo Aldana, Gabriel Roberto Cáceres Guerra, Pedro Pablo Enríquez Bolaños, Germán Giraldo Pizarro, Rafael Guzmán Navarro, Hugo Santiago Iguarán García, Gilberto Enrique Rodríguez Tobón, Benjamín Suárez Quiroga y Bernardo Vanegas Luque. La ceremonia fue presidida por el señor cardenal Rubén Salazar Gómez el día 11 de noviembre, en la Catedral Primada a las 10:00 am.
El pasado 25 de octubre la curia ar quidiocesana participó del VI Simu lacro Nacional de Respuesta a Emer gencias, jornada que busca mejorar la planeación, coordinación y comuni cación entre las entidades públicas, privadas y la comunidad, para salva guardar la vida de todos los ciuda danos ante una eventual emergencia.
El equipo, conformado por traba jadores de diferentes áreas, ha venido recibiendo capacitaciones periódicas y ha realizado simulacros locales para conseguir una alta cualificación y efi ciencia.
El departamento de Planeación, en cabezado por la arquitecta Catherine López y el ingeniero David Moreno, dirigió la preparación y ejecución del simulacro, para la denominada la me dia hora más importante del año.
Arriba de izquierda a derecha: Benjamín Suárez, Gabriel Cáceres, monseñor Darío Molina, cardenal Rubén Salazar, monseñor Luis Manuel Alí, Rafael Guzmán, Pedro Baracaldo. Abajo: Hugo Iguarán, Gilberto Rodríguez, Germán Giraldo, Bernardo Vanegas, Pedro Enríquez.
Nombramientos en la Vicaría de Evangelización
Como miembros del Equipo Arquidiocesano de Animación Vocacional: los señores presbíteros Jorge Orlando Romero Acosta, El kin Iván Guevara Romero y Hernán Javier Hernández Ruiz.
Miembros del Equipo Arquidiocesano de Vida Litúrgica: los señores presbíteros Wilson Cobaleda Cárdenas, Néstor Fernando Peña Rodríguez, José Antonio Zapata Nole y Nicolás Francisco Garzón Reyes.
Miembros del Equipo Arquidiocesano de Evangelización de la Movilidad Humana: los señores presbíteros Jorge Eliécer Arias Toro, Pedro Nel Bedoya Cardona y Luis Alfonso Canedo Restrepo, C.Ss.R.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 3
El cardenal Rubén
comparte la experiencia de su última visita al Vaticano
El Cardenal ha mostrado, una vez más, el lado humano del Papa. De ese pastor que se muestra cada vez más cercano, descomplicado afable, sin perder jamás profundidad lo
Fraternidad (F): Eminencia, quisié ramos escuchar alguna noticia suya, digamos de la etapa posterior a la visi ta del Santo Padre. Supimos que ahora estuvo Su Eminencia con otros obispos en Roma y se encontraron con él en primer lugar. ¿Cuál fue el objetivo de esa visita?
Cardenal Rubén (CR): Sí, se pidió al Santo Padre una audiencia para poder agradecerle su visita a Colombia; no sotros habíamos ido, en enero del año pasado, a invitarlo personalmente a ve nir a Colombia y nos pareció que era lo más normal ir a agradecerle, también personalmente la visita; entonces fue una ocasión maravillosa de compartir con el Papa sus impresiones, sus reco mendaciones de lo que tiene que ser el seguimiento a la visita.
Yo empiezo con una anécdota que nos impresionó, a los tres obispos, ya que fuimos el señor presidente de la conferencia, monseñor Óscar Urbina, arzobispo de Villavicencio; el señor coordinador de la visita, monseñor Fabio Suescún, obispo castrense; fui mos los tres y antes de cualquier cosa, el Santo Padre sacó un sobre, un sobre grande, y en este tenía unas fotos y una carta y dijo: “Es que a mí me impresio nó mucho un soldado a quién saludé el primer día, porque al soldado le fal taba una pierna, le faltaba un brazo y era casi ciego, por un accidente terrible de una mina antipersonal, me pasó la gorra y yo bendije la gorra y se la de volví. El soldado me dijo: -‘No, es para usted; manténgala Santo Padre’. Y yo la traje y la coloqué en mi altar personal, en mi pieza, y esta es la foto del altar personal”. Hermosísimo porque era una foto en que estaba la gorra del soldado, una imagen y la oración del Cristo de Bojayá.
El Santo Padre, nosotros sabemos bien, es muy amigo de la piedad po pular, en Aparecida influyó muchísi mo para que todos estos textos, tan valiosos, que tiene Aparecida sobre la piedad popular fueran tan fuertemen te favorables, porque él es un conven cido de la piedad popular. Entonces él tiene su altar y en él había colocado la
gorra del soldado y la foto en el mo mento en que lo saludaba y una carta personal; eso se lo entregó a monseñor Fabio como obispo castrense, para que se lo trajera a este marino. A nosotros nos impactó eso muchísimo, porque eso significa que el Santo Padre es de una sensibilidad especialísima acerca de esos gestos, especialmente en este caso de un soldado mutilado, un joven totalmente discapacitado a causa de la guerra que vivimos en Colombia y lo vimos como un signo muy concreto de como él había asumido, muy a fondo, toda la realidad del país y por eso la vi vió tan intensamente.
(F): Él dijo, después de que había partido de Colombia, que había visto la Colombia profunda, que había entrado a la Colombia profunda. La impresión que le queda, Eminencia, es que esto le quedó en el alma.
(CR): Si, él dijo realmente que había sido una visita muy intensa, porque la gente es realmente extraordinaria, yo no me acuerdo el adjetivo que usó el Santo Padre, pero nos quiso decir que era una gente que respondía de una ma nera maravillosa. Por ejemplo, él subra yó el gesto de los papás que mostraban a los niños al Papa, para que los bendi jera; eso es un gesto tan hermoso, que es como de orgullo: “Este es mi orgullo. Este es mi hijo”, además: “aquí está el futuro del país, bendiga, Santo Padre, al futuro del país” y nos decía que esto no lo había visto sino en Colombia y en Filipinas, de resto en ninguna otra visita y él ya ha hecho como 30 viajes; en ninguna otra parte había visto algo por el estilo; además, la expresión de la cara de la gente, el anhelo de la gente, la alegría de la gente lo impactó pro fundamente; indudablemente, él captó perfectamente cómo la gente se había movilizado en masa a saludarlo, a asis tir a las diferentes celebraciones euca rísticas, a los diferentes encuentros.
Ahora, para él, indudablemente el momento culminante fue el del en cuentro con las víctimas en Villavicen cio, esa fue una ceremonia muy sobria muy bonita. La oración al Cristo de
Bojayá, que él mismo compuso y que tiene en su altar personal y, por lo tan to, él todos los días nos encomienda al Señor para que se consolide la paz en Colombia.
(F): Tareas. En qué ha insistido el Santo Padre para la Iglesia en Colom bia.
(CR): Bueno, él dijo esa frase famo sa: “No se queden parados”. No nos podemos quedar parados. Ya dimos el primer paso con la visita. Hay que seguir adelante y seguir adelante sig nifica consolidar la paz pasando por el perdón, por la reconciliación. Él cap tó muy bien la situación del país, de que indudablemente estamos viviendo un momento difícil en que estamos como dando a luz el acuerdo con las Farc, para consolidar la paz y al mis mo tiempo, todos esos otros aspectos de la vida de la nación, que son tan sumamente complejos como el narco tráfico, como la delincuencia común, como la destrucción de la naturaleza. Él captó muy bien todas esas situacio nes del país; entonces quiere que no sotros, como católicos, sigamos ade lante luchando por la reconciliación, luchando por la consolidación de la justicia, luchando por el cuidado de la creación, luchando por el cuidado de los pobres, de los marginados, de los enfermos.
Le impactó también mucho la misa en Bogotá, porque en esa misa había más de 20.000 enfermos y los vio y los pudo saludar. En la Nunciatura, por las noches, también había enfermos. Especialmente niños enfermos y todo eso él lo captó bien en el sentido de decir: “es un país, es una Iglesia que quiere cuidar al más débil, al más desprotegido entonces sigan adelan te, fortalezcan todo lo que tiene que hacer la Iglesia en este campo, que es fundamente valioso para la preserva ción de la vida y el cuidado de la vida”.
(F): Finalmente, dos preguntas Emi nencia, su impresión de la respuesta en Bogotá, del clero, de la gente, de las parroquias a la visita del Santo Padre
(CR): Ah, extraordinaria. Yo les digo que yo estuve al borde de las lágrimas todo el tiempo y cada vez que recuer do todo lo que significó la visita del Papa en Bogotá, indudablemente que me emociono, porque yo tuve la ven taja desde el papamóvil- de ver a la gente exactamente como él la veía y realmente fue algo maravilloso; ver la cara de los niños, de los jóvenes; mu cho joven, muchísimo joven, eso me impactó muchísimo, la cantidad de jó venes que salieron; además de la can tidad de jóvenes que estuvieron en la plaza de Bolívar; el entusiasmo de los jóvenes en la plaza de Bolívar fue real mente extraordinario. El Papa quedó emocionado y muy motivado y luego, a lo largo del recorrido, siempre había una enorme cantidad de jóvenes; aho ra, yo estoy convencido, cómo lo decía en la pasada reunión de presbiterio, que eso es el fruto de un trabajo que ha hecho la Iglesia en Bogotá. Eso no es algo sencillamente de curiosidad de la gente, de salir a ver un personaje; hay, indudablemente, una respuesta de fe y eso es el cultivo que se ha hecho a lo largo de los años en la arquidiócesis de Bogotá, para que la gente se abra a la acción de Dios y reconozca a la Igle sia, la madre que le entrega al Señor de una manera clara y sincera.
(F): Y, finalmente, Eminencia, ¿us ted tiene alguna noticia de la salud del Santo Padre Benedicto XVI?
(CR): Estuve hablando con Georg Gänswein, monseñor Gänswein, que es el secretario personal del papa Bene dicto y es al mismo tiempo el prefecto de la casa pontificia del papa Francis co. Él dijo que el Papa está, en térmi nos generales, bien. El papa Benedicto está en términos generales bien, pero que estaba sumamente débil. Como ya lo sabemos, la gran dificultad del papa Benedicto es una insuficiencia cardía ca y al mismo tiempo una gran difi cultad para caminar, por la debilidad de las piernas, pero que en términos generales el papa Benedicto está bien.
(F): Eminencia, muchas gracias.
(CR): Muchas gracias a ustedes. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá -
Casa de retiros Emaús, con valores arquidiocesanos
“Espiritualidad para transeúntes con afán de vida” es el lema de esta casa de retiros de la arquidiócesis de Bogotá. Su servicio se centra en el amor, la calidad de la atención integral, para sentirse como en casa.
En sus inicios, la Fundación Casa de Ejer cicios Espirituales Emaús, estuvo ubicada en Engativá. Sin embargo, desde el año 2000 se construyó una nueva sede en la localidad de Bosa, al sur de la ciudad. La casa permite al bergar hasta 100 personas en habitaciones sencillas, dobles o múltiples. Tiene 4 salones amplios con capacidad para 150 personas.
Cuenta con servicio de restaurante, una capilla y dos oratorios. Esta casa se constru yó siendo director, y ecónomo de la Arqui diócesis, el padre Francisco Emilio Tamayo, quien falleció en el año 2013.
Emaús presta servicios a niños y jóvenes de colegios distritales de manera gratuita. Abre sus puertas a estos colegios para desa rrollar convivencias, espacios de reflexión y conferencias sobre temas especialmente so licitados.
También acuden a esta casa grupos de las parroquias, de comunidades o quienes nece sitan espacios de reflexión en temas específi cos o crecimiento espiritual.
En cinco minutos
Hermana agua: ¡qué bien nos haces!
En el Seminario San Lorenzo, de la diócesis de Engativá, tuvo lugar el Primer Encuentro Eclesial por el Cuidado del Agua, en búsqueda de políticas comunes para la preservación del medio ambiente y, en especial del agua, con la participación de delegados de las ocho diócesis que conforman la Provincia eclesiástica: Bo gotá, Engativá, Soacha, Fontibón, Zipaquirá, Girardot, Facatativá y el obispado Castrense.
Participó, como conferencista, Gustavo Wilches Chaux, gestor de medio ambiente, en su decir 'exalumno del terremoto de Po payán y exalumno del terremoto de Tierradentro, con un post grado en el terremoto del Eje Cafetero', quien hizo énfasis en la descripción de los llamados desastres y explicó que no son ni naturales ni castigos de Dios.
También habló el diácono permanente Alirio Cáceres Aguirre, introductor en el medio de la ecoteología, conferencista y formador.
Dentro de las propuestas que dejó el encuentro, animado desde la Vicaría de Evangelización, y par ticularmente por monseñor Jaime Mancera, se pre tende crear, a la manera de la REPAM, una red que congregue la Provincia Eclesiástica al rededor del río Bogotá y su recuperación, actividad nacida en la entraña de la encíclica Laudato Si’.
El Nuncio visitó el Centro de Reclusión de Mujeres de Bogotá
Conocido anteriormente como el Buen Pastor, el Centro de Reclusión de Mujeres de Bogotá recibió la visita pastoral del señor nuncio apostólico, su excelen cia Ettore Balestrero, el pasado 20 de septiembre, por la celebración de la Fiesta de la Virgen de las Mercedes, patrona de los privados de libertad.
Para los miembros de la Pastoral Penitenciaria, la presencia de monseñor Balestrero fue un momento de gran regocijo. Balestrero aceptó la invitación del direc tor de la Pastoral Penitenciaria, padre Wilson Castaño, y de las directivas de la reclusión de mujeres para la celebración del tradicional día de la patrona.
El Nuncio presidió la eucaristía campal, acompaña do por los miembros del grupo pastoral, el coro, con formado por internas de todos los patios, directivos y custodios.
Esta experiencia se convirtió en el regalo de Dios a las hermanas tras las rejas, el mensaje de esperanza del santo padre Francisco se pudo sentir en la homilía, el carisma, la fraternidad, su humildad con cada interna que abrazaba, bendecía y esa palabra de consuelo llegó a todos los corazones. F
Fraternidad, una revista para Clero de la arquidiócesis de Bogotá 7En el bautismo Dios perdona realmente al pecador y lo asume como un hijo suyo; pero además, Dios viene a morar en el bautizado y de este modo comienza una nueva existencia en la que la gracia de Dios hace posible que el ser humano pueda vivir desde ya la realidad de la justicia.
Dos maneras de entender la justificación
Ya hace 500 años que Martín Lutero precipitó el paso de la Edad Media hacia la modernidad; el pe simismo antropológico fue compañero de viaje del reformador protestante del siglo XVII. A las angustias y escrúpulos de conciencia de sentirse más cerca de la condenación que de la vida con Dios el nominalismo vino a sembrar en el fraile agustino Martín Lutero la sospecha de la divergencia que puede darse entre el concepto intelectual (signo natural) y la expresión del mismo a través del lenguaje (signo convencional) de modo que en el plano del lenguaje se puede llegar a formular un discurso lógico, pero este no necesaria mente tiene que ser expresión de lo real. Los maestros de la Escolástica habían elaborado las sumas de teolo gía siguiendo el rigor de los silogismos, pero cabía la duda de que esas especulaciones no coincidiesen con la realidad de Dios.
La incertidumbre apremia a Lutero a buscar un lugar seguro para su relación con Dios y lo encuentra en el postulado ‘sola fe, sola gracia y sola Escritura’. Desde este refugio emerge Lutero para proponer su interpre tación ‘jurídica’ de la justificación: como si se tratase de un juez misericordioso, Dios no imputa el pecado al hombre que, arrepentido, mediante la fe confía en la promesa de salvación. Hablamos de una interpretación que implica un perdón jurídico en el cual el juez decide no aplicar la pena sobre el reo que se ha arrepentido y muestra buena voluntad.
Desde la visión pesimista, al pecador solo le cabe confiar mediante la fe en la palabra divina que pro mete una justificación que se cumplirá en la segunda venida de Cristo; la experiencia de tantos cristianos que habiendo participado de los sacramentos recaen en el pecado le corrobora a Lutero que la justificación es una realidad para el mundo futuro; mientras exista en este mundo el hombre se sigue sintiendo más atraí do por el pecado que por la gracia.
Por ser esta la condición del ser humano no se puede esperar de él que realice obras buenas, pues si bien Dios no le imputa su pecado, intrínsecamente sigue siendo malvado hasta que no llegue la renovación del mun do futuro. Según Lutero, esta incapacidad para obrar el bien halla soporte en la afirmación de san Pablo "el hombre es justificado por la fe, independientemente de las obras" (Rom 3, 28).
El concilio de Trento, queriendo llevar a la Iglesia al nuevo escenario explica de una manera diferente la jus tificación realizada por Jesucristo. En los debates preli minares, el jesuita Antonio Salmerón habló de la justi ficación como un proceso que tiene su principio en la misericordia de Dios. Para justificar al hombre, Dios infunde primeramente el don de la fe sin la cual no se puede recibir la revelación, por la fe el hombre es capaz de reconocer en la revelación un llamado a orientar la vida según el Evangelio, así que la aceptación del men saje cristiano conlleva el inicio de un camino de con versión que se sella con la recepción del bautismo. En este contexto el bautismo se entiende como un sacra mento de conversión, ni más ni menos que la conver sión radical, que habilita al creyente a llevar una vida según el Evangelio.
El bautismo produce varias gracias en el cristiano, pues, además de otorgar el perdón de los pecados, conlleva el don de la filiación, la inhabitación y la re habilitación del pecador. En el bautismo Dios perdona realmente al pecador y lo asume como un hijo suyo; pero además Dios viene a morar en el bautizado y de este modo comienza una nueva existencia en la que la gracia de Dios hace posible que el ser humano pueda vivir desde ya la realidad de la justicia.
La acción pastoral que sobrevino al tridentino pro curó que los fieles católicos no se contaminaran de la naciente herejía y la predicación y la práctica insistían en reafirmar la eficacia sacramental que negó Lutero. La historia nos haría esperar hasta tiempos del Vatica no II en los que redescubrimos un optimismo antro pológico. F
Tadeo Albarracín, Pbro.- Párroco en Santa Francisca RomanaSemana de la misión EsperanzaViva
Del 1 al 8 de octubre de 2017 las parroquias San Benito y Jesucristo de Betania vivieron la semana de la Misión Esperanza Viva, con la participación de 8 per sonas que actualmente hacen parte de la comunidad terapéutica de la Fazenda de la Esperanza ubicada en el Quindío.
Una iniciativa de la Provincia Eclesiástica es el acompañamiento a las perso nas en situación de adicción y por esta razón se ha propuesto como objetivo que cada Vicaría Territorial de la arquidiócesis de Bogotá conforme, en dos de sus parroquias, un GEV (Grupo de Esperanza Viva) en los que se generen y fortalez can espacios de diálogo y escucha para todos los miembros de la comunidad; se busca, de manera especial, la participación de familias en las que uno o varios de sus integrantes experimenten cualquier tipo de adicción, además los GEV son un puente para vincular a las diferentes Fazendas del mundo con las personas adictas que expresen de manera libre y voluntaria su deseo de rehabilitarse.
Con la selección de las parroquias se buscó hacer presencia en aquellas co munidades cuya problemática de consumo de sustancias ilícitas es alto, además se quiso asegurar una ubicación geográfica estratégica para apoyar a las demás parroquias de la Vicaría que tengan identificadas familias en esta situación.
Por las vicarías episcopales
Encuentro del Vicario Episcopal con su presbiterio
La oración, el saludo y la presentación de los criterios de acompañamiento a las parroquias y, un almuerzo fraterno, fueron los momentos relevantes de este primer encuentro entre el recién llegado Vicario Episcopal y los sacerdotes de la Vicaría.
La mayoría de los párrocos, vicarios parroquiales y los sacerdotes adscritos se hicieron presentes y dieron su saludo de bienvenida al nuevo vicario episcopal, monseñor Germán Medina Acosta, quien quiso tener un encuentro fraterno para conocer a su presbiterio y comenzar a delinear el camino a seguir en esta nueva etapa para la vicaría San Pedro.
San Pedro seguirá en salida para acompañar y apoyar el trabajo evangelizador en las parroquias con acciones enmarcadas en las seis líneas de acción que propone el Nuevo Rumbo.
La palabra de Dios convoca
(Izquierda) El nuevo vicario en la reunión con el clero. (Derecha) Aspecto del encuentro bíblico.
La animación bíblica de la evangelización en la Vicaría Episcopal Territorial de San Pedro celebró el mes de la Biblia. Se reunió a gran número de fieles dis puestos a escuchar la Palabra de Dios, ponerla en práctica en sus vidas y dar el primer paso hacia la reconciliación y el perdón.
La Palabra de Dios convoca, alimenta, confronta y lanza al creyente a la gran tarea de anunciar la Buena Nueva en sus distintos ambientes de vida y, especial mente, con su testimonio. Con este criterio, la animación bíblica de la evange lización de la Vicaría San Pedro y su Centro de anuncio, formación en la fe y diálogo con la cultura realizó el encuentro de reflexión bíblica vicarial.
Este espacio bíblico, realizado en la parroquia Santa María del Camino, con una agenda que incluye oración, entronización de la Palabra, reflexión centrada en la “Mirada bíblica sobre la reconciliación y el perdón”, en sintonía con el mes de la Biblia y, con la cartilla editada por la Conferencia Episcopal de Colombia, contó con un crecido número de participantes. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 9
VET San Pedro VET San Pablo Monseñor Jaime Mancera (izq.) con los miembros del equipo Esperanza Viva.Obispos auxiliares
Esa dulce embriaguez que nos dejó la visita de Francisco
Entrevista con monseñor Pedro Salamanca, obispo auxiliar
Fraternidad (F): Monseñor, hable mos de dos temas, primero la visita del Papa, que nos dejó una felicidad inmensa, pero, segundo, también unas tareas muy grandes ¿usted nos pue de hacer una suerte de resumen de la experiencia de esta presencia papal, la felicidad y las tareas?
Monseñor Pedro Salamanca (MPS): Empezaría por decirte que en la vida hay momentos ordinarios cotidianos, momentos de cada día y momentos extraordinarios, de una singular in tensidad. La visita del Santo Padre fue uno de esos momentos extraordina rios y nos dejó una huella que nos marcó profundamente, pero como el mismo Santo Padre lo advirtió antes de partir hacia Roma, pues es nece sario hacer ahora el cambio. Dimos el primer paso, pero él mismo dijo que si volviera, el lema sería demos El segundo paso y eso ya nos hace pensar en lo ordinario de la vida de cada día. Dimos un paso especialísi mo acompañados por el Santo Padre, pero ahora es necesario cada día en lo modesto, en lo simple, en lo sencillo seguir la labor en dos frentes funda mentales que están íntimamente li
gados: la tarea evangelizadora ya que él con su ejemplo y con su enseñanza nos ha mostrado que es necesario, si queremos evangelizar, ponernos en una actitud de salida no quedarnos encerrados, a veces prisioneros de nuestros miedos, de nuestra como didad, de cierto desaliento sino mo vidos por el fuego del Espíritu Santo salir al encuentro de los hombres, de las realidades sociales para anunciar a Jesucristo como el Camino, la Verdad y la Vida.
La visita del Santo Padre, con res pecto a ese primer capítulo de evan gelización, nos dejó muchas ense ñanzas; pero yo quisiera subrayar una y es la importancia del estilo de aquél que evangeliza; del estilo de vida, de la manera de hacernos pre sentes en medio mundo y el Papa nos recordó, de manera muy clara, que si queremos evangelizar debemos co menzar por tener una presencia llena de bondad y amabilidad, porque esa figura se le quedó a todo el mundo en la mente y en el corazón: ver al Papa bondadoso, sonriente, que se entregó de lleno a la gente, cariñoso e incluso cuando ya era tarde, cuando volvía
"Fue muy hermoso darse cuenta de que Francisco es un padre con actitud de escucha permanente", monseñor Pedro Salamanca.de los viajes. Dejó claro que no basta con tener planes, no basta con dise ñar grandes acciones todo comien za por una presencia que sea signo vivo del amor y de la misericordia de Dios. Pero hay otro frente de trabajo que indudablemente continúa y no estamos implicados solamente los creyentes, los miembros de la iglesia, sino todos los colombianos, que es la construcción conjunta de la paz; en ese sentido el primer paso significó darnos cuenta de que para construir a Colombia como nosotros anhela mos que supere todas esas décadas de violencia y de odios es necesario estar dispuestos a perdonar, a acoger con misericordia a quienes se alzaron en armas y es necesario perdonar.
El Papa insistió mucho en eso y des tacó por eso mismo el ejemplo de las víctimas, que a pesar de haber sufrido en carne propia los mayores horrores de la guerra, están dispuestos a per donar. Sin embargo, es necesario que procuremos construir una sociedad más justa, más fraterna, menos in equitativa; ya lo hemos dicho en otras ocasiones Colombia sigue siendo uno de los países más inequitativo de América Latina, creo que el segundo después de Haití, si no logramos reha cer el tejido social con un espíritu ma yor de justicia va a ser muy difícil que la paz se instale de manera duradera y profunda en el corazón humano.
F: Que no debiera pensarse como algo utópico, pero sembrar esa paz en el corazón de cada persona es una
tarea bien difícil porque los corazo nes están muy cerrados y muy heri dos también.
MPS: Justamente el mensaje del Papa fue también un mensaje de es peranza, a mí siempre me ha impre sionado una afirmación de él sobre Evangelii Gaudium que dice que na die se considere ya muerto y que para todos hay esperanza, no hay nada que la gracia de Dios, el poder de su Espí ritu no pueda transformar y nosotros los católicos estamos convencidos de que la única fuerza que realmen te puede transformar el mundo y los corazones es el amor que se ofrece incondicionalmente, Francisco tam bién subrayó eso en su primera inter vención, allá en el Palacio de Nariño, con esa biodiversidad maravillosa, con una cultura variadísima hasta el punto de llegar a decir que Colom bia es como un misterio, una serie de riquezas, de potencialidades, pero todavía no la hemos descubierto, de pronto ustedes mismos los colombia nos no se han dado cuenta del tesoro maravilloso que tienen en las manos.
F: Además, fue un discurso muy lindo, que hizo alusión a muchas de nuestras realidades, también a frases de nuestros artistas, escritores, pinto res y hasta de Juanes.
MPS: Eso fue muy hermoso, darse cuenta de cómo Francisco es un pa dre muy atento con una actitud de escucha permanente. Cómo se inte resa por conocer la cultura de nues tro país, por hablarnos en un lenguaje que nosotros pudiéramos compren
der, recordamos, por ejemplo, ha blando de cosas tan coloquiales como de los principales equipos de fútbol del país, pero todo eso lo que muestra es una gran sensibilidad.
Creo que otra de las cosas estupen das que nos dejó ese momento ex traordinario de la visita del Papa fue darnos cuenta de que la Iglesia Cató lica en Colombia está muy viva, que a veces podemos decir: no… cada vez somos menos, la gente está migrando hacia otros grupos religiosos, hemos perdido como la fuerza el entusiasmo y lo que vivimos. Durante los días de la visita fue una iglesia viva, llena de fervor no como algunos comenta ristas quisieron hacerlo ver diciendo que cualquier figura del espectáculo hubiera causado el mismo efecto. No, era gente que salía realmente movida por su fe; pensemos por ejemplo en las multitudes inmensas que se con gregaron en el parque Metropolitano Simón Bolívar no eran curiosos; hu bieran sido curiosos con el primer aguacero salen corriendo, se hubie ran ido, pero no… llegaron hasta el final y el ambiente de la celebración eucarística en el parque Simón Bolí var fue maravilloso, de gran recogi miento, había momentos en que casi que se podía tocar el silencio ¡eso es formidable! una multitud de más de un millón trescientas mil personas congregada ahí, en un clima de tan to recogimiento, de tanto silencio, de tanta devoción; creo que descubri mos también durante la visita la ale gría de ser un gran pueblo. F
El Papa nos recordó, de manera muy clara, que si queremos evangelizar debemos comenzar por tener una presencia llena de bondad y amabilidad, porque esa figura se le quedó a todo el mundo en la mente y en el corazón: ver al Papa bondadoso, sonriente, que se entregó de lleno a la gente, cariñoso e incluso cuando ya era tarde, cuando volvía de los viajes.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis BogotáOrdenado en 1956 y con 89 años cumplidos en el pasado abril, monseñor Guerrero ha dedicado su vida a la educación de los jóvenes, seguro de que para hacerlo sólo se necesita crear oportunidades, no plata. El ISPA no cobra un peso a sus estudiantes y sí les brinda todo.
Monseñor Guerrero (Capellán de Su Santidad Benedicto XVI, diciem bre 17 de 2008) ha entregado su vida a la educación de jóvenes de familias pobres de Bogotá. Les ha entregado conocimiento, arte, industria, trabajo, oportunidades, amor, respeto, digni dad y esperanza.
Guerrero nació en Toca, Boyacá, es tudió con los salesianos y allí nació su vocación sacerdotal. Tiempo después viaja a estudiar a diferentes partes del mundo. En Inglaterra estudia teolo gía, en Italia se ordena presbítero.
En todas partes se hace conocer por jugar fútbol. Su mejor gol es el ISPA, Instituto San Pablo Apóstol, el cual nace en el año 1968, como uno de los encargos papales, pues Pablo VI quería un centro educativo que fa voreciera la promoción social de las familias de los sectores menos favo recidos de Bogotá.
En 1970 inicia labores en las ins talaciones construidas en el barrio Libertador, bajo la modalidad de un colegio de educación secundaria. En el año de 1977 asume como director de la obra el padre Guerrero Fonseca, quien le da el énfasis hacia la capaci tación técnico industrial y se asume como uno de sus principios la autofi nanciación a través de la producción
de los talleres, eliminando de esta for ma el cobro de matrículas, pensiones y cualquier otro concepto. Ahora el colegio cuenta con tres sedes, Liber tador, Jerusalén y Potosí.
El padre Isaías es un hombre lleno de Dios y de su Espíritu, de allí tal vez viene su inacabable vitalidad. Todos los días tiene una reunión con los jóvenes alumnos en el coliseo del co legio, dura 15 minutos y es el primer reto del día: “Son 15 minutos en los que ellos hablan en inglés de lo que les gusta, leen lo que quieren y resol vemos jeroglíficos. Cuando salen solo les digo: prendan ese computador que Dios les dio y crezcan”.
Estando al frente de esta realidad arquidiocesana ha creado seis talleres industriales, entre los que se desta can el de impresos y el de inyección de plásticos, cuya producción finan cia los 200 millones mensuales que necesitan para cubrir el costo de los empleados y los profesores del cole gio, de tal manera que los niños no paguen un solo peso.
Sin disimular su orgullo cuenta que ya son cerca del millar de exalumnos becados por universidades públicas y privadas y más ahora con el progra ma Ser Pilo Paga.
El ISPA está catalogado según las pruebas SABER 11 en nivel A+, el primero por la calidad de sus resul tados.
La música la lleva por dentro, al punto que es uno de los pilares ins titucionales, el ISPA tiene una mara villosa Orquesta Sinfónica y monse ñor Isaías fue el primer director en Colombia del grupo Viva la Gente, el mismo que acompañó por años al elenco de Sábados felices, en el pro grama Lleva una escuelita en tu cora zón, que buscaba fondos para mejorar la educación en pueblos necesitados.
Ha llevado de la mano a sus maes tros para construir, con el ejemplo, una nueva forma de educar, a par
tir del respeto y el amor y aceptar el reto de vencer los autoritarismos.
“El hecho de llegar a las clases bajas de la ciudad, con escasos recursos y buscarles soluciones a tantos proble mas sociales nos permite decir que el barrio Jerusalén se ha transformado para bien, gracias a la misión del Ins tituto San Pablo Apóstol”, señala.
Monseñor Guerrero no se olvida del núcleo familiar y también traba ja en la capacitación laboral de los adultos, por eso el SENA y el Instituto San Pablo Apóstol realizan convenios para capacitación técnica, laboral y de emprendimiento, de las comunidades de los Barrios Libertador y Jerusalén. Cerca de 26 modalidades de forma ción técnica en tres jornadas, brindan gratuitamente formación avalada por el mismo SENA.
Para redondear la labor, el Institu to San Pablo Apóstol tiene una bolsa de empleos, para saber dónde puede ubicar laboralmente a sus egresados, de acuerdo con cada formación técni ca, así los jóvenes no deben enfrentar las tres situaciones más conflictivas en el momento de terminar sus estu dios: escoger una profesión y poder estudiar una carrera; buscar trabajo o quedarse desempleado.
A lo largo de su fructífera vida ha recibido muchos reconocimientos, el más reciente fue Titanes Caracol, el año pasado. F
La música la lleva por dentro, al punto que es uno de los pilares institucionales, el ISPA tiene una maravillosa Orquesta Sinfónica.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá
En memoria agradecida de Germán Camilo Urrego Beltrán
La alegría de ser cura
Un lugar en la Casa del Padre, esta es nuestra esperanza en la certeza de la fe. La incógnita está en el cuándo y en el cómo. Alguna vez nos pregun tamos en conversación de contempo ráneos quién se iría primero, quién comenzaría la lista de esa ineludible cita con la muerte. Y todo nos hubié ramos imaginado menos que el pri mero en irse fuera el menor, el más joven de todos, Germán Camilo. Mu rió con 53 años de edad y 29 de mi nisterio sacerdotal, luego de 21 me ses de lucha contra un glioblastoma, el tumor cerebral más común y más mortal, que hizo infructuosos los tra tamientos médicos y las cirugías. Su enfermedad y su muerte conmovie ron a su familia y a sus amigos, a sus feligreses y al clero de la arquidióce sis que le conoció y le quiso bien. Sus hermanos en el presbiterio, su comu nidad sacerdotal y, especialmente, sus condiscípulos del seminario, le acom pañamos con sincero afecto en su úl tima etapa, a pesar de los encuentros
y desencuentros inevitables en estos caminos por la vida. Quiso Dios que con Germán Camilo estuviéramos muy unidos tanto en los inicios de su ministerio, compartiendo casa y primicias sacerdotales en san Ber nardino de Soacha junto al inolvida ble padre Alfredo Pérez, con quien le impusimos a Camilo sus ornamentos en su ordenación, así como en los úl timos meses en el rápido deterioro de su salud y en el doloroso desenlace, momentos compartidos con su fami lia y con su comunidad sacerdotal.
La partida de Camilo nos ha per mitido evidenciar una vez más cómo, de alguna manera, todos morimos un poco en la pérdida del ser querido, el familiar o el amigo, y que allí antici pamos también lo que será la perso nal y presentida partida. Y sabiendo que los que se van también se quedan en una forma distinta, nada mejor que recordar y agradecer su vida. Re cordar todo lo vivido juntos, recordar la alegría, las anécdotas innumerables
de la inolvidable época de seminario y un poco el desparpajo del que po demos llamar un cura alegre, pues así conocimos a Camilo. Y agradecer por todo lo que él fue y por lo que pudo hacer en su paso por San Ber nardino de Soacha y por San Ignacio de Loyola como vicario parroquial y por el Santo Cura de Ars, fugaz mente, y por San José de Fontibón, María Auxiliadora, San Judas Tadeo y Nuestra Señora de la Paz como pá rroco. Hizo gala de su vena de for mador y pedagogo como excelente rector, educador y capellán en varios colegios, entre ellos, especialmente, el Bolívar de Soacha, los parroquia les de san José en Fontibón y en el Marco Fidel Suárez, el Adveniat en La Victoria… y algunos otros. Gusto por la docencia y la administración educativa heredada, por supuesto, de su padre el ilustre profesor Antero Urrego, gran maestro que también ha dejado huella en varias generaciones del clero bogotano. Al profesor Ante
Por Néstor Fernando Peña R. Pbro. vidaro debemos muchos el poder saber diferenciar un adjetivo de un sus tantivo y ser capaces de hacer algún análisis gramatical. Sabiendo que lo que se hereda no se hurta, Camilo hizo siempre muy buen uso del len guaje, cualidad notoria en sus homi lías e intervenciones académicas. El gusto por la lectura y la capacidad para el bien hablar y el bien escribir reflejaban claramente de quién era hijo. Sea el momento para rendir respetuoso y cariñoso homenaje de admiración a don Antero y doña Fa biolita, sus padres, y toda su familia, quienes nos dieron testimonio de fe y fortaleza espiritual.
La faceta personal, tan íntima y a veces tan desconocida para los demás sacerdotes, inclusive para sus fami lias, surge como epifanía sorpren dente en el momento de la muerte. Basta que alguien ya no esté para que se hagan evidentes sus virtudes y se puedan valorar adecuadamente. Así fue con Camilo. La multitudinaria presencia de fieles en sus exequias ha dado fe del cariño y gratitud de las co munidades parroquiales y colegios en los que sirvió y en los que dejó huellas profundas por su testimonio de fe y entrega incondicional, en la cercanía
y en el compromiso de quien hizo opción sacerdotal plena y generosa. Camilo, como muchos, no contaba ni hacía alarde de lo que silenciosamen te realizaba, era más bien tímido y re servado en lo que se refiere a glorias personales. Por esto, muy edificantes fueron los innumerables testimonios de los amigos que compartieron con él durante mucho tiempo el día a día de sus fatigas sacerdotales y dan fe de su energía y dedicación, del amor a los pobres, de la ternura en el trato con los ancianos, los enfermos y los débiles. Para su familia también fue ron impactantes y motivo de gran consuelo las demostraciones de ca riño y gratitud de tantísimos que se beneficiaron de la vida de Camilo, el hombre, el creyente y el sacerdote.
Su inesperado y prematuro final fue para los más cercanos un momento de prueba, sin embargo, la manera como él afrontó y asumió esa realidad fue un hermoso ejemplo de cómo se debe culminar el camino recorrido. Qué tan consciente fue Camilo de su inminente muerte, no lo sabremos, sólo podemos dar fe de la actitud se rena y valiente con la que enfrentó su enfermedad, sin una queja ni re clamo, sin perder su alegre y buen es
píritu. Quería gastarse y desgastarse hasta que tuviera fuerzas. Muy difícil fue el momento en que se le pidió que dejara la parroquia para dedicarse por completo al cuidado de su salud y a la anhelada recuperación. Hasta el final quiso mostrarse optimista. A la consabida pregunta sobre su estado, la respuesta no variaba: “Bien, bien, a Dios gracias”.
El recuerdo del padre Camilo no se borrará tan rápida ni tan fácilmente, su risa contagiosa y estridente, su desparpajado y a veces irreverente estilo, nos seguirán haciendo esbo zar siempre una inevitable sonrisa complaciente. El apodo de “el pul goso”, sus hilarantes intervenciones a destiempo, su pasión por el fút bol en su ubicación permanente de defensa, su actitud desenfadada y tantísimos otros recuerdos se con viertan en motivo para dar gracias al Señor de la Vida por este preferido suyo quien, con poético verso del jesuita Rodolfo De Roux, podemos decir que pudo vivir la súplica… “Ser Jesús, como tú fuiste; don total sin egoísmos, una huella de tus pa sos por los humanos caminos. Bello, pasar así sobre la tierra, como un re flejo del ardor divino”. F
En la casa de mi padre hay muchas habitaciones y me voy a prepararles un lugar, y cuando esté listo vendré por ustedes para que donde yo esté estén también ustedes
Jn 14,2-3Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá -
con monseñor Octavio Ruiz Arenas CONVERSACIONES
Octavio Ruiz nació en Bogotá el 21 de febrero de 1944 y fue ordenado presbítero el 29 de noviembre de 1969, por el arzobispo Aníbal Muñoz Duque, para el servicio de la arquidiócesis de Bogotá. En 1996 es ordenado como obispo para ser auxiliar de Bogotá, como titular de Troyna. Después de unos años de servicio en El Vaticano, regresa para ser obispo de Villavicencio, en el 2000; luego, será arzobispo, al ser elevada esa sede a arquidiócesis. En 2007 parte de nuevo a Roma al ser nombrado como vicepresidente de la CAL y, actualmente es secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización en Roma.
Fotografía: jormadas Castellaudaura
Fraternidad (F): Bienvenido, monseñor Octavio, a este nuevo medio de comunicación entre los presbíteros arquidiocesanos. Hace ya seis años es secretario del Pontifi cio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, cuéntenos qué es y cuándo se creó.
Monseñor Octavio Ruiz Arenas (MR): El papa Benedicto XVI lo creó para darle mayor impulso y fuerza a aquello que el papa Juan Pablo II pro puso al decir que la Iglesia tenía que realizar una evangelización con un nuevo espíritu.
Es decir, cambiar no solamente las metodologías para evangelizar, sino que tomáramos conciencia de que era absolutamente necesario buscar al Señor. Predicar el evangelio con una convicción profunda, con una acti tud de testimonio para poder traer a aquellos cristianos que se han en friado, que incluso han abandonado la Iglesia pero que de alguna manera siguen buscando al Señor. Entonces, nosotros todos tenemos que estar en ese esfuerzo de buscar al Señor.
Luego, en Aparecida, esa reunión en Brasil con los obispos de Améri ca Latina, se habló de las necesidades de un encuentro personal con Cristo para formar discípulos que sean ver daderamente misioneros.
A nosotros nos preguntan: - Bueno, pero en concreto ¿cómo se hace la nueva evangelización? No podemos dar una fórmula concreta porque se supone que uno debe conocer la rea lidad, la cultura, los problemas que agobian a una nación determinada, la situación de los católicos, etcétera, de tal manera que es el obispo el que renovándose con lo que el papa llama esa conversión pastoral con sus pres bíteros, involucrando totalmente a los laicos busquen cómo poder tener ese cambiar por completo. Digamos de jando al lado lo que vemos que ya no sirve; no pensar que como siempre se
hizo así hay que continuar así. Hay que tener la humildad y el coraje de cambiar y decir ¡tenemos que cam biar, tenemos que mirar la realidad! No quedamos encerrados sino salir a buscar la oveja perdida.
F: Eso es precisamente lo que la arquidiócesis de Bogotá, a través del plan de evangelización, está hacien do.
MR: ¡Exactamente! Desafortuna damente, durante mucho tiempo nos concentramos únicamente en la sa cramentalización y se nos olvidó, que para recibir los sacramentos era nece sario haber sentido y haber tenido un encuentro personal con Cristo, que es lo que busca la evangelización, es decir, presentarnos la figura de Cris to de una manera tan fascinante que como que se sienta el deseo de cono cer quién es aquél que va a dar senti do a mi vida; quién es aquél que me impulsa para que yo pueda corregir mis defectos.
Aquí en Bogotá ese plan de evan gelización es un modo concreto de responder a un llamado de la nueva evangelización, teniendo en cuenta las circunstancias concretas de la Ar quidiócesis.
F: Monseñor, lleva Usted unos veinte años trabajando en Roma…
MR: Se trata de 20 años en dis tintos periodos, porque estuve en Roma primero en plan de estudios en la Universidad Gregoriana lue go, cuando regresé a Bogotá y estaba trabajando en el Seminario Mayor, tuve la oportunidad de participar en el encuentro que presidía el cardenal Ratzinger aquí, en Colombia, con los presidentes de las conferencias de América Latina y yo era director de estudios del Seminario Mayor, como pedían la colaboración de un sacer dote, pues me pidieron que yo hiciera ese trabajo y allí conocí al cardenal Ratzinger, el cual, durante esos días que estuvimos trabajando me dijo:
-“necesitamos un latinoamericano en esta congregación” y me pregun tó mi disponibilidad; yo le dije: - “yo me ordené para servir a la Iglesia donde me llamen, pero le correspon de es al arzobispo de Bogotá ver si considera que debo ir o no a trabajar en la Santa Sede”. En esa época era el cardenal Aníbal Muñoz Duque, pero estaba ya de salida, entonces esperó dos o tres meses en hacer la solicitud mientras se nombró al nuevo arzo bispo, que fue el cardenal Revollo Bravo, quien me llamó para decirme que había recibido esa solicitud y me dijo: “Pues ciertamente nos abre un hueco muy grande en el seminario, pero al Papa no le puedo decir que no”. Estuve 11 años y medio traba jando con el cardenal Ratzinger y para mí ha sido una experiencia ma ravillosa, porque ha sido un hombre de altura tan grande, de sabiduría, de esa mística que tiene en su tra bajo, un hombre tan respetuoso, un hombre que confía completamente en el trabajo que tú hacías, que eso permitía y nos impulsaba a ser muy responsables en lo que se nos pre sentaba; fuera de eso era un hombre de diálogo y muy comprensivo.
F: Muy significativo en este trabajo pastoral suyo fue cuando estuvo como arzobispo en Villavi cencio.
MR: Cuando me dieron el servicio de ir a Villavicencio, sin duda algu na, era un momento muy complejo; había muchísimos problemas que había que resolver, pero el hecho de haber trabajado de alguna manera con el clero, de haber tenido la idea de cómo organizar un plan de pasto ral, eso me sirvió muchísimo porque fue realmente llegar a abrir puertas, escuchar mucho, comenzar a ha cer una planeación que no partiera, únicamente, de la idea que tiene uno como obispo sino de partir de un es tudio de la realidad y de la necesidad de evangelizar.
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Conversaciones
F: Estando ahí lo nombraron en la Pontificia Comisión para Amé rica Latina.
MR: Sí, así es exactamente; había muerto, poco tiempo antes, el anti guo vicepresidente de la CAL y fue el papa Benedicto quien quiso que yo fuera a trabajar nuevamente allá y fue también una experiencia muy rica porque me permitió conocer todo el continente americano, visitar mu chísimas diócesis, ayudar económi camente, porque había un pequeño fondo para ayudar a diócesis pobres.
F: No puedo dejar de pregun tarle sobre su cercanía con el papa Francisco.
MR: Al papa Francisco lo había conocido siendo yo obispo auxiliar de Bogotá y él, arzobispo de Buenos Ai res, porque aquí en Bogotá se orga nizó un encuentro de obispos de las grandes metrópolis de América La tina y estuvimos trabajando algunos días. Siendo Papa, pues hemos tenido distintos encuentros, ya sea porque
nuestro dicasterio tiene que estar con él, o cuando hay los saludos oficiales para la Navidad, pero sobre todo por dos razones, porque nos tocó orga nizar el Año de la Fe y luego el año pasado teníamos la organización del Jubileo de la Misericordia.
F: ¿Cómo ve usted esta visita del sumo pontífice a nuestro país?
MR: Yo creo que es una visita muy importante por el momento que esta mos viviendo, porque sabemos que el Papa tiende a impulsarnos para que busquemos todos, de una u otra ma nera, que haya paz en nuestra patria, por la situación misma que represen ta Colombia para América Latina. Si nosotros no atacamos las causas nun ca lograremos la paz; si no se corrigen las causas volverá a nacer ese ciclo de violencia y de injusticia y de desequi librio social que tanto hemos sufrido.
F: ¿Cree usted que Colombia cam biará después de la visita del papa Francisco?
MR: Por lo menos yo creo que ha brá un nuevo impulso, un deseo pro fundo de la gente decir: -“hombre si, como dice el lema, demos ese primer paso para una nueva Colombia”. Yo creo que el Papa ha despertado en mucha gente el deseo de cambio pues ha mostrado una cercanía, una senci llez… de una u otra manera ha mos trado que es una Iglesia que trata de salir adelante, que tiene impulso.
Desafortunadamente, durante mucho tiempo nos concentramos únicamente en la sacramentalización y se nos olvidó, que para recibir los sacramentos era necesario haber sentido y haber tenido un encuentro personal con Cristo.
F: ¿Usted se imaginó alguna vez, cuando fue ordenado como sacer dote, todo este recorrido que Dios le tenía?
MR: ¡Nunca! Porque cuando yo me ordené sacerdote mi ilusión era poder ser un buen párroco y es lo que me nos he sido; solamente me tocó como vicario cooperador en Soacha; luego de párroco aquí en Egipto y luego dos pequeñas experiencias en Las Aguas y en San Cristóbal; esas fueron mis experiencias de parroquia, en cambio me tocaron muchos años de semina rio en el menor como en el seminario mayor y el resto en Roma… luego ya como obispo auxiliar. Y le cuento una cosa, todos los cargos que he tenido, absolutamente todos, era lo que yo no hubiera querido: hay un dicho que dice: “al que no quiere caldo se le dan dos tazas” y a mí me han dado como quince, y me ha dolido muchas veces el cambio, por ejemplo, para mí dejar Villavicencio fue dolorosísimo; cuan do dejé la CAL fue durísimo; pasar al dicasterio nuevo, al que el Papa que ría… es que cuando uno como que se está aburguesando el Señor le dice a uno como ¡no, no, no, no otro paso adelante! F
Fotografía: La Razón Fotografía: Arquidiócesis de MiamiFraternidad y misericordia con los migrantes
La arquidiócesis de Bogotá, por medio de la pastoral de movi lidad humana, ayuda en la terminal de transportes y en la FA MIG- Fundación de Atención al Migrante-, a desplazados y mi grantes internos y de otros países, como Venezuela.
Una primera ayuda consiste en escuchar la historia y necesidades inmediatas de los que llegan a la capital del país, a la terminal de transportes y se dirigen al módulo 5, para pedir ayuda. Luego de llenar un formulario con requisitos y datos básicos y, por supuesto de corroborar la veracidad de los mismos, son enviados a la FA MIG, con preferencia de las familias con hijos. Llegan con la espe ranza de encontrar una solución a su situación de vida.
La pastoral de movilidad humana de la arquidiócesis de Bogotá cuenta con la ayuda de las hermanas misioneras escalabrinia nas que se encuentran en Colombia hace más de veinte años. Es el caso de la hermana Teresinha Monteiro, procedente de Brasil, quien con un trabajo arduo y lleno de amor, ayuda día a día a quienes arriban a la terminal y luego en la Fundación.
La Congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Bo rromeo, escalabrinianas, fue fundada por el beato Juan Bautista Scalabrini en Piacenza, Italia, el 25 de octubre de 1895
“Vida” en la Parroquia de las Aguas
Hermana Teresinha Monteiro y monseñor Álvaro Vidales
La jornada mundial del migrante se focaliza este año, según mensaje del papa Francisco, en los menores de edad, los niños, adolescentes y jóvenes “Sin voz y migrantes”. En Colombia, se conmemora, a través de diferentes actividades pastorales y de oración, la semana del Migrante.
Notas arquidiocesanas
La parroquia de Nuestra Señora de las Aguas, en el centro de la ciudad, se engalanó con la ce lebración de su fiesta patronal. Todo listo: expo sición fotográfica, peregrinación, celebraciones eucarísticas, música y por supuesto el tradicional bazar que acompañó esta solemnidad.
La parroquia de las Aguas, desde hace varios me ses, se llenó de vida, revivió, las puertas se abrieron con horarios más amplios y se dio acogida tam bién a los jóvenes, especialmente a los universi tarios para que encuentren aquí un lugar, además de sagrado, amigable, de educación y encuentro con Dios.
Exposición fotográfica de la Vida en las Aguas
Con imágenes de la vida cotidiana de la parro quia se creó una exposición fotográfica. Fue or denada por temas, por momentos reales, como las catequesis con niños, reuniones de diferentes temáticas, celebraciones eucarísticas, encuentros con adultos mayores y trabajo con los jóvenes, entre otros.
Toda esta serie de imágenes captadas por profe sionales del arte de la fotografía se complementa ron con frases claves y célebres del papa Francisco cuando visitó nuestro país. La exposición se en cuentra ubicada al costado lateral de la parroquia, con acceso abierto y libre, sin ningún costo F
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(Izquierda) Padre Marco Sampognaro, (derecha) padre Matteo Invernizzi, miembros de la Fraternidad de San Carlos, encargados de la parroquia de las Aguas.Notas Arquidiocesanas
Luca es hijo de Domenico y Patrizia. Nació en Ascoli Piceno, Italia. Pertenece al movimiento Neocatecumenal y fue ordenado presbítero el 11 de diciembre de 2016 por el señor cardenal Rubén Salazar Gómez. Es el vicario parroquial en San Marcos.
20 - Fraternidad - Diciembre de 2017
San Marcos Evangelista
Esta parroquia, enclavada en los cerros de Ciudad Bolívar, tiene un templo hecho de guadua, alambre y algunas tejas que dejan pasar el agua.
Su párroco es un joven italiano que llegó a Bogotá por arte de la Merkabá, ya que es del Camino Neocatecumenal, su nombre es Luca Mani; alegre y emprendedor tiene un rope ro que ayuda con los gastos de la parroquia, en especial en los auxilios permanentes que requieren sus feligreses.
Santa María de Caná La Iglesia en las periferias
El sector de Ciudad Bolívar, vicaría de Santa Isabel de Hun gría, es el de más crecimiento en materia de población, en la Bogotá Metropolitana. La mayoría de las familias habitan en las llamadas casas de inquilinato, en las cuales se aglo meran cinco o seis familias de cuatro a seis miembros.
Los cálculos más optimistas dan más de dos millones de personas, pues están, además, las invasiones, que cada día crecen con los desplazados internos y ahora con los que vie nen de Venezuela.
Santa María de Caná es una de las parroquias de más re ciente creación y su párroco es el padre Luis Alfonso Canedo Restrepo, C.Ss.R.
En Santa María de Caná los niños están primero: hay un co medor que los atiende, unas aulas especiales que los reciben para acompañarlos y ayudarles con las tareas en las horas de la tarde, en una casa anexa al templo, que ha recibido, no gratuitamente, el nombre de casa milagro.
El padre Canedo nació en Cúcuta y fue ordenado para la comunidad de los padres redentoristas el 6 de mayo 2006, por monseñor Óscar Urbina. Ha sido misionero en Cúcuta y Arauca, desde 2011 ha estado vinculado a la arquidiócesis de Bogotá.
Los caqueceños, orgullosos de tener una Basílica menor
Cáqueza, ubicado al oriente del depar tamento de Cundinamarca, es un mu nicipio de cerca de 22.000 habitantes, que en su mayoría profesan la religión católica. Lo conforman 35 veredas y se encuentra a 54 km de Bogotá.
En el año 2009 fue nombrado, por el arzobispo de Bogotá, el padre Pablo José Tovar Arias como párroco de la Basílica menor de la Inmaculada Con cepción de Cáqueza.
Basílica menor de la Inmaculada Concepción de Cáqueza
El templo se construyó hace 80 años y la parroquia se creó hace 396. En el año 1736 el templo fue reconstruido, pero lastimosamente un terremoto ocurrido en 1743 lo afectó considera blemente. El 8 de diciembre de 1936 fi naliza la construcción y se consagra la parroquia después de 13 años de obras. La Virgen María en la advocación de la Inmaculada Concepción es la interce sora en esta congregación del oriente del Cundinamarca.
La parroquia fue exaltada por el papa Francisco como Basílica menor, (de la Inmaculada Concepción de Cáqueza), el 26 de abril de 2016, y fue consagrada oficialmente por el señor cardenal Ru bén Salazar Gómez el 7 de noviembre de 2016.
Los caqueceños, se caracterizan por lle var una vida completamente espiritual, en su mayoría profesan la fe católica. Viven activamente el Plan de Evange lización de la arquidiócesis de Bogotá, por eso, a través de su párroco se busca llevar a las 35 veredas y a la comunidad parroquial el Nuevo Rumbo.
Nacido en Bogotá hace 50 años, el padre Pablo Tovar creció y vivió en el municipio de la Calera (Cundinamarca).
Terminó sus últimos dos años de secundaria en el Seminario Menor y de allí ingresó al Seminario Conciliar de Bogotá, donde realizó sus estudios en Filosofía y Teología, siendo ordenado presbítero el 19 de diciembre de 1996 por el cardenal Pedro Rubiano Sáenz.
Templo de Nuestra Señora de Belén en el municipio de Ubaque
Ubaque, el santuario de Oriente
Visitar el templo de Nuestra Señora de Belén en el municipio de Ubaque, erigi do como santuario el 28 de noviembre de 2015 es una experiencia religiosa: sus habitantes son devotos, humildes, orantes y llenos de esperanza. Peregri nos de paz y trabajadores incansables de su tierra...
Ubaque es una población pequeña, con alrededor de 7.000 habitantes, com puesta por 21 veredas. Los ubaquen ses se sienten orgullosos de tener en la plaza principal un santuario de la pa trona del pueblo: La Virgen de Nuestra Señora de Belén, de quien son devotos y la veneran, a quien le deben también muchos milagros de sanación, especial mente relacionados con la salud.
Los turistas también aumentaron des de que se reconoció como Santuario. Y, el compromiso de los fieles aumentó también, desde la llegada del padre José Ovidio Soto, de 46 años, quien es párro co hace ya casi cuatro.
Festival y caminata en honor a la Virgen
Desde hace 30 años se realiza una ca minata que sale desde Bogotá y llega hasta el Santuario de Nuestra Señora de Belén en donde se concluye con la Eucaristía. Se lleva a cabo el último sá bado del mes de enero, un recorrido que se hace en aproximadamente 9 horas, al que se unen unos 9.000 o más peregri nos. Se lleva a cabo como preámbulo a la fiesta de Nuestra Señora de Belén. F
El padre Ovidio Soto se siente como en Cali su tierra natal, es feliz en Ubaque. Trabaja con personas que aman la Iglesia, que son fieles a su fe, no solo con adultos, los jóvenes también son activos dentro de la Iglesia.
Basílica menor de la Inmaculada Concepción de Cáqueza Nuestra Señora de Belén Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 21Redemptoris Mater
Seminario
El Seminario Misionero Arqui diocesano Redemptoris Mater de Bogotá está ubicado al sur de la ciudad, en el barrio Los Laches y está rodeado por dos santuarios marianos: el de la Virgen de la Peña, patrona de las vocaciones, y el de la Virgen de Guadalupe.
Listos para la misión
En la Solemnidad de la Inma culada Concepción del año 2005 inició labores con doce seminaris tas. Ahora, después de diez y siete años, ya se han ordenado quince presbíteros y los doce iniciales han crecido hasta llegar a los cincuenta y cinco seminaristas en formación.
La columna vertebral de los se minarios Redemptoris Mater, en el mundo, es la misión, donde sea; encaminada claro está, a llevar el evangelio hasta el país, lugar o rin cón del mundo en donde la Iglesia católica lo necesite.
Estos seminarios internacionales misioneros, como también se les conoce, están en todos los conti nentes, ya son 125. En Colombia hay tres, uno en Medellín, otro en Valledupar y el otro en la capital del país. Es fácil encontrar el bo gotano, es la última casa que se en cuentra en el oriente de la ciudad.
Es un lugar amplio, con una ar quitectura que ayuda a atenuar las bajas temperaturas que se presen tan, tanto en la noche como en la madrugada. Tiene grandes venta nales, jardines, colorido y mucha vegetación.
Todo lo que hay dentro del semi nario como los muebles, menaje, cuadros y hasta las hermosas rosas de todos los colores que adornan cada uno de los espacios de este lugar, son obsequios de diferentes benefactores. Alrededor de setenta personas conviven en la casa, en tre seminaristas, trabajadores, ad ministradores y otros servidores, todos bajo la Providencia Divina, ninguno devenga un salario ni paga por su formación.
La casa cuenta con tres salones adecuados donde se pueden reali zar reuniones, estudio, conferencias y hasta retiros. El más grande tiene capacidad para 200 personas, otro para 90 y el más pequeño para 40, con buena luz y comodidad. Tam bién se encuentra una sala especial de recogimiento y escrutinio de la palabra, es la “Sala Santuario de la Palabra”, de especiales característi cas e igual en todos los Seminarios Redemptoris Mater Internacionales del mundo.
Desde el Chocó hasta el África
Los sacerdotes ordenados por el cardenal Rubén Salazar Gómez en noviembre del año pasado, están tra bajando en misión, en diferentes pa rroquias de Ciudad Bolívar. Dentro de ellos hay dos que son de naciona lidad italiana, otros dos españoles y el resto de diferentes partes del país.
Tienen vocación de servicio, les gusta salir y encontrarse con la gen te, crear comunidad, y caminar junto a las realidades que encuentran en estos barrios marginales de Bogotá. Hacen presencia y dan ejemplo de una Iglesia que acoge, que ayuda, que escucha. Una Iglesia que a través de acciones enseña el rostro de Jesús. El pasado 31 de octubre 6 seminaristas recibieron ministerios; tres de ellos el lectorado y los otros tres, acolitado.
De los que se encuentran en for mación, además de la disciplinaria que reciben en este seminario, com plementan la formación académica en el Seminario Conciliar de Bogo tá. Todas las mañañas se desplazan hasta allí a prepararse. Estudian, oran y también hacen misión. De lunes a viernes de norte a sur y de sur a norte por diferentes vicarías y parroquias, salen a evangelizar. Des de las 6 de la tarde hasta las 9 de la noche de manera sagrada.
En época de Navidad se desplazan a las parroquias rurales de la arqui diócesis de Bogotá para encontrarse con los habitantes de las veredas y conviven unos días con ellos, con su entorno, con sus vidas. Los evangeli zan y les llevan la Palabra de Dios.
Casa del peregrino y salón de convenciones
En este momento se encuentra en construcción la “Casa del Pe regrino”, un lugar especial con capacidad para 150 personas que deseen conocer el seminario, sus instalaciones y recorrer los San tuarios; el de la Peña y el de Guadalupe o pasar allí el día. Un res taurante cómodo y de especial gastronomía también se está ade cuando. A la par se adelanta el proyecto de crear un auditorio o salón de convenciones con capacidad para 500 personas.
Todoas estos proyectos son hechos realidad por la cabeza o rector del Seminario, el padre José Vicente Sandino Macías, oriundo de Gigante, Huila, de 66 años de edad y 14 años de ordenado. Es ar quitecto y por esto es quien dirige estas obras, con sumo detalle, exquisito gusto y cuidado. Desde el año 2005 cuando se fundó el Seminario fue nombrado el rector del mismo, cargo que ha asumi do con gran responsabilidad y compromiso F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 23mayores
Nuestros hermanos
A los 92 años de edad, el padre Hernando Barón Plata, quien estuvo toda su vida al servicio de la Iglesia en la arquidiócesis de Bogotá, disfruta de una excelente memoria, sumido en gratos recuerdos de su juventud, de su educación en el seminario y de hermosas vivencias como formador.
Hernando Barón Plata y sus recuerdos de casa
Aunque ha perdido un poco el sentido del oído, no es una limitante para poder sostener una grata conversación con él. Recuerda con exactitud cuando, a la temprana edad de los 11 años, en Bogotá, ciudad donde nació, sintió el llamado del Señor para servirle como sacerdote. Perteneciente a una familia conformada por sus padres y seis hermanos. Cuando iba a cursar segundo de bachillerato, y con la complicidad de su hermano mayor, arreglaron los documentos de admisión para cursar, no en la escuela pública este grado, sino para seguir su formación académica en el seminario. Decisión que más tarde fue aplaudida por sus padres y quienes lo apoyaron desde el primer momento.
Dentro de sus diferentes responsabilidades, el padre Hernando recuerda cuando estuvo como párroco en la Iglesia de Santa Marta, ya
que logró muchos cambios dentro de sus feligreses, especialmente hacia una espiritualidad más centrada en el corazón y no tanto en búsqueda de milagros. Estuvo como profesor y capellán del seminario de Sibaté, fue también capellán del hospital de la Hortúa, al sur de la capital. Su último servicio pastoral lo realizó en la parroquia de la Veracruz, en el centro histórico de Bogotá. En la actualidad se encuentra en el hogar Mi Casa. Setenta años activos
El padre Barón, cumplió 70 años de ordenación sacerdotal, se ordenó a los 22 años de edad. Fue formador en San Benito, entre 1949 y 1954. Ninguno de sus alumnos puede olvidar sus clases de botánica, de química y de física y las caminatas por los cerros aledaños a San Benito, seminario Menor. El seminario era un lugar
de estudio, recogimiento, piedad y educación del clero de la Arquidiócesis. “Mas, con el andar de los días, anduvieron también los métodos de educación, los modos diversos de ver las cosas, aparecieron campos de trabajo antes no conocidos, medios distintos, ambientes difíciles de respirar, adelantos científicos, modernización de la sociedad y muchas más circunstancias que era necesario tener en cuenta al tratarse de formar seminaristas que habían de quedar envueltos en todo esto”, afirma el padre Hernando F
En algunas parroquias bogotanas, donde es activo el servicio funerario, como por ejemplo en Cristo Rey, al norte de Bogotá, la Arquidiócesis va más allá de las exequias. Se brinda un acompañamiento espiritual a las familias en el proceso del dolor, se les escucha, se asiste y se ora con ellos. En la parroquia de Cristo Rey, se llevan a cabo unas 36 ceremonias exequiales por semana, por la cercanía de las funerarias. Aquí, además de las honras fúnebres, se acompaña a la familia, se ora con ellos y se explica más a fondo el sentido de la Resurrección, aliviando su dolor y creando esperanza.
Pastoral funeraria, activa y misericordiosa
La Iglesia, presencia viva en aquellos que sufren
En la parroquia de Cristo Rey, la Iglesia se hace presente con los do lientes, los que están angustiados y están sufriendo por la partida de un ser querido. No se limita entonces solo al sacramental, sino se trabaja a través de la pastoral funeraria, en un acompañamiento integral. Se habla con ellos, se les escucha, son acogi dos y se les transmite amor y mise ricordia.
La cremación es lícita y las cenizas deben conservarse en un lugar sagrado
Cabe recordar que, en el 2016, El Vaticano presentó un documento en el que se prohíben algunas prácticas entre los católicos, como la conserva ción de las cenizas en el hogar, espar cir las cenizas del difunto en el mar o usarlas para confeccionar recuerdos.
La Iglesia católica estableció sobre la cremación lo siguiente: “cuando ra zones de tipo higiénicas, económicas o sociales lleven a optar por la crema ción, ésta no debe ser contraria a la voluntad expresa o razonablemente presunta del fiel difunto, la Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta práctica, ya que la cremación del cadáver no toca el alma” ni tampoco niega “la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma y la resurrec ción del cuerpo”.
El texto precisa que la Iglesia “sigue prefiriendo la sepultura de los cuer pos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos; sin embargo, la cremación no está pro hibida a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana”.
Las cenizas, precisa el texto, “deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especial mente dedicada a tal fin por la autori dad eclesiástica competente”.
Por esta razón, la parroquia Cristo Rey, a través de la pastoral funeraria, realiza una liturgia de la palabra, espe cial para las cenizas. Es una celebración que no dura más de veinte minutos, y que se debe hacer y no omitirse, antes de dejar los restos en un cenizario. F
Cenizarios
La parroquia Cristo Rey dispone de una bella cripta con cenizarios para la venta.
Notas arquidiocesanas
Parroquia Cristo Rey Calle 98 No. 17A- 23 Teléfonos: 2579144 - 8951043.
Diácono Permanente Guillermo Cardozo Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 25Revivir el interés eclesial por toda forma de cultura en una sociedad plural, percibir la sed y el hambre de justicia, la búsqueda de sentido, el desafío de la solidaridad y la creciente atención al ambiente y a la creación en su conjunto, son todos caminos para recorrer con el Evangelio, sin las trampas de la nostalgia o el poder. El peregrino de Roma hizo ya su labor.
Mimosa Pudica
En el discurso a los señores obispos en el Palacio Cardenalicio, el pasado 7 de septiembre, el papa Fran cisco utilizó una figura notable, entre muchas, para hablar de un particular estilo de evangelización, suge rido por él mismo en sus incontables gestos que han dado la vuelta al mundo.
El papa trajo a colación la botánica y habló de la mimosa pudica, una sencilla planta silvestre que se re trae y esconde al contacto. Quien desea adueñársela, la pierde, pero quien se acerca a ella como peregrino recibe generosamente su belleza. Una de las tantas ocasiones en que la contemplación permite un cono cimiento superior o al menos diferente de aquel del puro aprovechamiento.
Esta sencilla comparación me sugiere toda una epistemología en espiral (y revisable) de la evange lización: un asombro inicial, un respetuoso acerca miento y un esfuerzo humilde de la inteligencia ante la realidad traídos al silencio orante, a la compasión y al amor de nuestro Salvador vividos en la Iglesia, para poder ofrecer con serenidad el Mensaje. Se trata, en últimas, del camino propuesto y recorrido al mismo tiempo del apóstol que debe ser también discípulo y del portavoz que se reconoce como eco. Sólo un cris tiano evangeliza.
Solo recorrer las calles de nuestra contradictoria, caótica y en varios lugares bella ciudad, nos abre a una variedad de experiencias humanas que en un primer momento nos pueden parecer ajenas al Evangelio, pero que en una mirada más cuidadosa pueden de jarnos ver interesantes coincidencias, anhelos conver gentes y severos reclamos a una sociedad con profun das grietas estructurales. La sed de lo absoluto sigue buscando la fuente viva (Jer 2,13).
La cultura colombiana en sus expresiones más au ténticas ha sido, como el mismo papa lo ratifica, una resistencia a la muerte. Nuestra alegría ha de ser
valorada como una expresión del Evangelio vivo. Y el dolor merece su reconocimiento: la imagen del papa universal en silencio ante Cristo nuevamente crucifi cado en las víctimas de un pueblo olvidado, quedará imborrable en nuestra historia.
Por eso, la apertura a los anhelos legítimos en el lenguaje, la música, la literatura, el arte gráfico y la investigación de nuestro país son los semina Verbi que anteceden a toda palabra pastoral. Nada está fuera del alcance del Evangelio, si se descubre con humildad el lenguaje para construir el puente (o restaurarlo). Quizá nos hemos acostumbrado a presidir y es hora de aprender simplemente a acercarnos. El papa, así, ha propuesto el encuentro por los motivos más ca suales y cotidianos para entrar en diálogo con la vida contemporánea. Sin juicios ni descripciones apresu radas, sin estadísticas triunfales o frustrantes; con la mirada puesta en el bien del hombre: Gloria Dei homo vivens.
Numerosos han sido entre nosotros los testigos de este trabajo de frontera: José Celestino Mutis, Enri que Pérez Arbeláez, Ignacio Perdomo Escobar, Raúl Méndez, Francisco Tamayo y tantos otros que con su ciencia se adentraron en los asuntos del mundo pre sente, conservando una exquisita sensibilidad espiri tual. Muchos de los que no asisten ya a nuestra misa, escuchan en la mañana del domingo los programas de Alfonso Rincón sobre lo sagrado en la tradición mu sical en la HJUT, y la gracia encontrará sus caminos en ellos, en el momento oportuno.
Revivir el interés eclesial por toda forma de cultura en una sociedad plural, percibir la sed y el hambre de justicia, la búsqueda de sentido, el desafío de la soli daridad y la creciente atención al ambiente y a la crea ción en su conjunto, son todos caminos para recorrer con el Evangelio, sin las trampas de la nostalgia o el poder. El peregrino de Roma hizo ya su labor. F
Martín Gil, Pbro. - Párroco en Santa Gema Galgani(Arriba) Siendo arzobispo de Bogotá, monseñor Mario Revollo Bravo, ordenó a cuatro obispos auxiliares para esta arquidiócesis: Fabio Suescún Mutis, Agustín Otero Largacha, OSA; Enrique Sarmiento Angulo y Guillermo Álvaro Ortiz Carrillo.
(Abajo) Meses después, el arzobispo y los auxiliares, en una celebración mariana, en el atrio de la Catedral.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 27Sistema Educativo de la arquidiócesis de Bogotá
Una semana que muestra un año de trabajo
El SEAB crece desde hace tres años con pasos firmes. La semana SEAB permite conocer los procesos y los resultados de estos, tanto a nivel deportivo, cultural, científico, literario y ahora de la integración de estos jóvenes estudiantes, que ya no se sienten “de visita” sino que juegan de local en cualquiera de los centros de estudios arquidiocesanos.
Cada año se ve más sólido el tra bajo presentado por los jóvenes del SEAB, más deportes, más cultura, más derroche de inquietudes so ciales. Los jóvenes se muestran más seguros de sí mismos, de su prepa ración académica y de su futuro… y del futuro del país.
Foro sobre Derechos Humanos
El Colegio parroquial San Carlos, de la parroquia de la Natividad de Nues tra Señora, llevó a cabo la V versión del Foro sobre Derechos Humanos, el cual suele presentar invitados y po nentes de mucho peso en el ámbito académico y cuenta con la riqueza de las expresiones de los estudiantes de últimos años de bachillerato de los co legios parroquiales arquidiocesanos.
La semana del SEAB encuentra un espacio para la reflexión de sus maestros
En el SEAB todo se tiene en cuenta, todo tiene lugar y todo es importante: los maestros tie nen un espacio importante para la reflexión y para su formación espiritual, la que transmitirán a sus muchachos.
El Sistema Educativo de la Ar quidiócesis de Bogotá congrega más de 15.000 estudiantes, de preescolar a hasta el posgrado. Los maestros suman más de mil. Diez y nueve colegios en los que se atiende desde las clases más vulnerables hasta la media.
Si bien su tesoro son los estu diantes, los guardianes de este deben estar preparados para el reto. Los encuentros de reflexión son un espacio para el encuen tro espiritual y para la reflexión sobre el quehacer docente.
El foro es uno de los ejercicios más afortunados, pues son los mismos estudiantes quienes proponen y es tudian los temas, analizan, debaten y van encontrado lecturas cristianas de la realidad nacional. Ya pronto los veremos “callejeando” la fe y hacien do una presencia significativa en las universidades.
Premiaciones y reconocimieentos
Con la premiación de las diferen tes disciplinas académicas y deporti vas, el SEAB muestra su mejor desa rrollo como entidad arquidiocesana y los niños disfrutan en las premia ciones y actos culturales. En las ins talaciones del Instituto Tecnológico del Sur se reunieron para los actos de premiación. F
Nuevo Rumbo
La visita del papa el “nuevo rumbo” de nuestra Arquidiócesis
Los artistas la visita la política religión
Fraternidad, una revista para el clero de arquidiócesis de BogotáNuevo Rumbo
La visita del papa Francisco fue un maravilloso tiempo de gracia para la Iglesia y para nuestra patria. El entusiasmo de la gente desbordó los cálculos más optimistas. La gente no solo salió a saludarlo con profunda alegría, por las calles de las distintas ciudades que visitó, sino que escuchó con atención su mensaje y siguió con gran interés cada uno de sus gestos.
A nosotros, como Arquidiócesis, esta visita nos tomó en medio del “nuevo rumbo”, la segunda etapa de nuestro Plan de evangelización, que hemos caracterizado como una vigorosa trasformación misionera de nuestra Iglesia: “Hoy sali mos, testigos de la misericordia”.
Sin duda, todo nuestro Plan de evangelización, y de manera particular la segunda etapa, está en consonancia profunda con lo que el santo padre quiere para la Iglesia. En Evangelii Gaudium, que muchos consideran el docu mento programático de su pontificado, Francisco decía justo en el primer párrafo: “En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evan gelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años”.
La visita del santo padre nos dejó un legado que es nece sario mantener vivo en su fuerza trasformadora y cuya cus todia puede sernos de gran valor para la prosecución del nuevo rumbo.
En primer lugar, el testimonio de un estilo evangelizador que cautivó incluso a los alejados, marcado por la coheren cia, la sencillez, la cercanía misericordiosa a los que sufren, la capacidad de escucha y de sintonía profunda con el pueblo y la piedad. Es necesario que este estilo de hacer presencia y de anunciar el Evangelio nos interpele, nos llame a conversión y modele nuestra estilo personal y comunitario.
En segundo lugar, la visita del Papa puso en evidencia la responsabilidad que le compete a la Iglesia en la tarea de la reconciliación y de la construcción conjunta de la paz. No podemos marginarnos de la hora histórica que vive nuestro país ni dejarnos sumir en el pesimismo o el miedo. Sin ser ingenuos, debemos estar atentos a prestar nuestro concurso para que Colombia no pierda la oportunidad de avanzar hacia la justicia y la paz.
En tercer lugar, la visita del santo padre nos permitió re descubrir la alegría de sabernos pueblo de Dios congrega
do de manera multitudinaria para dar testimonio de la fe. De pronto teníamos la idea de un cierto declive del catoli cismo o habíamos asumido una actitud un tanto acomple jada o derrotista frente a la sociedad. Lo vivido durante la visita en las calles y plazas de nuestras ciudades, sin caer en triunfalismos, nos permitió contemplar el sustrato católico persistente de nuestra cultura y nos planteó, una vez más, el desafío de acompañar a tantas personas en el camino de la maduración de su fe.
Asimismo, la experiencia de organización de las diversas concentraciones y el gusto de ser pueblo experimentado du rante esos días, nos hace pensar en la necesidad de lo que algunos llaman “pastoral de multitudes”.
En cuarto lugar, el Papa nos confirmó en la pertinen cia de los proyectos fundamentales que hemos discernido para jalonar el “nuevo rumbo”. Es necesario ahora que, con un espíritu y un estilo renovados, implementemos es tos proyectos que tocan núcleos decisivos para la anhelada transformación misionera de la Arquidiócesis.
Finalmente, la visita del santo padre nos permitió entablar una serie de contactos y relaciones con la prensa, con la sociedad civil, con el gobierno nacional, con el gobierno distrital, etc. Es necesario no dejar perder estos contactos porque son ocasión de presencia evangelizadora y porque nos permitieron también darnos cuenta que hay puertas abiertas para una interacción fecunda entre la Iglesia y la sociedad en orden particularmente a la edificación del bien común y de la construcción conjunta de la paz.
A nosotros, como ministros ordenados, nos correspon de animar la trasformación misionera en la que estamos empeñados como Arquidiócesis, dando ejemplo de ardor evangelizador, de conversión personal, comunitaria y pas toral, y no dejar que el fuego encendido por la visita lan guidezca.
Nos queda ahora la tarea de seguir avanzando. El papa Francisco nos exhortaba al final de su visita “No nos po demos quedar parados”.
Pautas para el diálogo
Compartir fraternalmente la experiencia personal vivida durante la visita.
¿Qué interpelaciones nos quedan a la luz de la visita apos tólica de Francisco en orden a la implementación del “nuevo rumbo”? F
La visita del papa Francisco y el “nuevo rumbo” de nuestra ArquidiócesisPedro Manuel Salamanca
Los artistas y la visita pontificia
Desde la coordinación arquidio cesana de diálogo con la cultura, en la Vicaría de Evangelización, se li deraron las presentaciones artísticas durante la visita pontificia. En tan sublime encuentro, no podían faltar las artes y los artistas, cuyo lenguaje embellece y enriquece los encuentros humanos, permitiendo percibir en estos, signos de la presencia de Aquél que es “La Suma Belleza”.
Vale la pena señalar que siendo la Visita un acontecimiento que involu craba a la Ciudad y al País, y no sola mente un grupo de fieles adscritos a nuestra Iglesia, se recibieron propues tas de artistas sagrados, pero también de artistas seculares deseosos de par ticipar de los encuentros con el Ro mano Pontífice. El hecho causó ex trañeza de un sector de la Iglesia, sin embargo fue la oportunidad de traer
al redil otras tantas ovejas, a las cuales no solo se les ofreció un micrófono y una tarima, sino perspectivas de cre cimiento y conocimiento de Cristo en ellas, ya que en el camino de prepa ración, participaron de encuentros de oración y celebraciones sacramenta les, que por otra parte les motivaron a explorar el repertorio musical litúrgi co y profético de la Iglesia, para elegir e interpretar algunas de sus obras.
Ahora al cabo de la visita, la coor dinación de diálogo con la cultura, sigue invitando a los artistas a cami nar juntos y como lo dijera en otro momento el papa Juan Pablo II, a redescubrir la dimensión espiritual y religiosa que ha caracterizado el arte, para este efecto ya se han tenido algunas reuniones en donde se han abierto nuevas perspectivas de parti cipación en la vida de nuestra Iglesia.
Maía interpretando el salmo en la misa del parque Simón Bolívar.
Iglesia misionera en la política pública de religión
Por primera vez, tanto a nivel distrital como a nivel nacional, se está adelantan do la construcción de la política pública de libertad de religión, culto y conciencia que busca defender los derechos vulnerados de los actores religiosos y apoyar todo lo bue no que hacen por la resolución de las pro blemáticas sociales en sus territorios.
De izquierda a derecha: Juan Manuel Correal, Fanny Lu, padre Carlos Jiménez, Inés María Sabaraín, Jorge Alfredo Vargas y Héctor Tobo, entre otros.
La Vicaría de Evangelización ha venido acompañando este proceso de construc ción siendo puente de comunicación entre la institucionalidad estatal y la Iglesia Ca tólica, en diversos esfuerzos: participación activa en la construcción de la política; in vestigación sobre los derechos vulnerados de los líderes religiosos en Bogotá, adelan tado por la Universidad Nacional; genera ción de redes intereclesiales para afrontar la violencia intrafamiliar, la atención a los habitantes de calle y a los migrantes vene zolanos, etc.
Uno de esos esfuerzos es el ciclo de confe rencias “Libertad de religión y conciencia, Iglesias y construcción de paz”, organizado por la Secretaría de Gobierno de la alcaldía de Bogotá, la arquidiócesis de Bogotá y la Iglesia Menonita entre octubre y noviem bre. Estos conversatorios han permitido visibilizar el importante trabajo que hemos hecho los católicos a favor de la paz, así como seguir tejiendo vínculos entre diver sos carismas de la Iglesia y con otras confe siones religiosas.
Extendemos la invitación a sacerdotes y laicos que quieran apoyar esta importante expresión de una Iglesia en salida.
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