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Luchando para la juventud
Luchando para la Juventud Por Yeovanna Sandoval
Como la diversidad más común en estas escuelas es latina, muchos de estos estudiantes en la comunidad sueñan con superarse y tal vez sueñan con ser los primeros en su familia en asistir a la universidad. Para ayudarlos a lograr su objetivo, los simpatizantes de la comunidad han proporcionado una lista de cambios que planean que algún día se hagan realidad.
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Marcela Gómez, ya a los 29 años, mira hacia atrás y piensa que cuando era una estudiante de Wilson High School ubicada en el distrito uno en la ciudad de Long Beach, no tenía la misma ventaja que muchos estudiantes de otras escuelas tienen hoy. Gómez había enfrentado dificultades cuando se trataba de hacer la transición de la escuela secundaria a la universidad, o incluso simplemente al completar las tareas.
“De mi experiencia lo que me tocó vivir, a veces mis maestras nos pedían materiales y desafortunadamente era demasiado el costo. Y también cuando nos asignaron un estudio en la computadora, pues nosotros no teníamos internet, y a veces las computadoras en la librería estaban limitadas”, Gomez explicó. “En ese caso, yo creo que hay que crear un fondo aparte para esos estudiantes que están pasando por lo mismo”.
Para dar mejores oportunidades para estudiantes, partidarios de la comunidad de Long Beach están organizando ideas para establecer una mejor región para sus jóvenes.
Gómez, quien es una líder comunitaria con la asociación de vecindad de Washington, comparte que aquí en los barrios no hay suficiente asistencia. “Falta mucho apoyo por las escuelas, apoyo en lo que pueden atraer ferias de ciencias a las escuelas de aquí”, dijo Gómez.
Hay algunos locales en Long Beach como en el barrio de Washington donde no tienen suficientes fondos y no pueden permitirse el lujo de proporcionar actividades o materias extracurriculares para los estudiantes.
La falta de material que no tienen las escuelas sí pone un obstáculo en la experiencia educativa del alumno. Sin mencionar la falta de escuelas de preparación y otros recursos de aprendizaje que la comunidad no brinda, tales como bibliotecas y centros comunitarios.
Los estudios muestran que bajo el Distrito Unificado de Long Beach, Woodrow Wilson, que está más en el lado este de la comuna, y la Escuela Secundaria Politécnica, que es más cercana dentro del distrito, califican bajo en la escala de preparación para la universidad. Willson está al 45% y las tasas del Politécnico al 34%, según U.S News & World Report, la escuela secundaria Politécnica ocupa el puesto 384 dentro de California y el 68% de los estudiantes están en desventaja económica.
Al ser una escuela que está más cerca del vecindario de Washington que se encuentra dentro del distrito, la escuela secundaria Politécnica lamentablemente no es elegible para ningún programa de financiación del Título I, como TAS o SWP. Estos programas brindan ayuda financiera para escuelas y estudiantes, pero con el estado de inelegibilidad en el que se encuentra el instituto, no pueden recibir fondos de dichos programas.
Para solucionar estos problemas, primero se les ocurrió la idea de crear un centro comunitario para ofrecer programas para los jóvenes. Este paso podrá ayudar y proporcionar a los estudiantes los recursos adecuados que necesitan. Por ejemplo, prepararlos para la universidad tales como orientación sobre cómo completar sus formularios de ayuda financiera, una clase comunitaria basada en averiguar qué les gustaría hacer en cuanto a su carrera. Desarrollará un proceso paso a paso donde los estudiantes pueden motivarse e inspirarse gradualmente para ir, o al menos para considerar la idea de la universidad beneficia a todos los jóvenes del area.
Azul Martinez, estudiante de doceavo año asiste a Artesia High School en Lakewood, inició su planeación para su año de graduación. Desafortunadamente, durante el año de la pandemia, algunos de sus amigos y ella misma enfrentaron algunos desafíos.
“Sí, hay un sindicato de estudiantes, pero creo que otro desafío sería que hay demasiados estudiantes y no hay suficiente asistencia. Los estudiantes realmente no van allí porque solo esperan y no hacen mucho”, dijo Martínez.
Esto no solo está sucediendo en Long Beach, sino que otras comunidades pueden relacionarse. “El principal desafío fue el proceso de solicitud, era un poco confuso sobre cómo presentar la solicitud y por dónde empezar y dado que con la pandemia no había tanta información actualizada. Entonces, como algunos de mis amigos se habían aflojado por esa razón, bueno, ahora teníamos que conformarnos con la universidad comunitaria”, dijo Martínez. Brindar asistencia a través del proceso de solicitud se ha convertido en un problema en la comunidad.
Otro desafío que enfrentan los estudiantes es la falta de ayuda que los padres no parecen brindar. Puede ser difícil para algunos padres, es comprensible. Sin embargo, Gómez también desea que los padres se involucren más en la educación de sus hijos y para que eso suceda, ella estaba pensando en ofrecer una clase de computación para los padres dentro del centro comunitario. “Algunos padres no saben cómo usar la tecnología, este paso puede involucrar más a los padres para apoyar a los estudiantes en su educación”, dijo Gómez.
Sin fondos como estos, la escuela no puede cumplir asistencia basada en programas de preparación para la universidad para los estudiantes, si así lo desean algún día.
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