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Iglesia católica condena clientelismo, la corrupción y el enriquecimiento ilícito

En el Sermón de las Siete Palabras, que por primera vez también estuvo a cargo de tres monjas, la Iglesia pidió perdón a Dios por los políticos y criticó las desigualdades sociales

SD. La corrupción, el clientelismo político, el enriquecimiento ilícito, la destrucción del medio ambiente, los embarazos en adolescentes, así como las desigualdades sociales y la inequidad de género, el abandono a los envejecientes y un futuro incierto para los jóvenes, centraron la atención de la Iglesia católica durante el Sermón de las Siete Palabras, el Viernes Santo.

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El acto religioso, celebrado en la Catedral de Santo Domingo, fue bendecido por monseñor Amable Durán, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo.

Primera palabra

Al pronunciar la primera

Palabra: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, sor Lourdes Martínez, Hija de la Altagracia, pidió perdón por las injusticias que agrandan las bre- chas de oportunidades entre ricos y pobres.

“Te pedimos que perdones, Dios de misericordia, la estructura de injusticia que impera en nuestra sociedad dominicana. Esa estructura de injusticia que cada día agranda la brecha entre pobres y ricos, quedando marginados, la mayoría”, dijo.

También pidió perdón por los que se enriquecen ilícitamente, despojando a la mayoría hasta del pan de cada día, y por la falta de honestidad de tantos políticos que engañan con falsas promesas de progreso.

Segunda palabra

Ángela Cabrera, fundadora de la Comunidad Misionera por la Santidad, abogó en su reflexión por el reconocimiento de la mujer como ciudadana e hija de Dios y aprovechó para recordar las muertes maternas por partos con cesáreas que, ase- gura, pueden ser evitables.

“Como país somos tristemente líderes mundiales en esta práctica solicitadas en casos por las madres sin ser plenamente conscientes y muy favorecidas por los profesionales, supone el 54 por ciento de muertes en las mujeres que dan a luz”, afirmó la hermana Cabrera. Cuestionó, también, que hombres adultos convivan con niñas.

Tercera palabra

“Mujer, he ahí tu hijo. Hijo, he ahí tu madre”, es la tercera frase pronunciada por Jesucristo y que fue analizada por Ofelia Pérez, directora general de las Altagracianas, quien aseguró que “la madre Patria se siente dolida y humillada ante el mundo frente al pecado de la corrupción administrativa”.

Lamentó que las mujeres representen el mayor número en las organizaciones

Séptima: crítica a los políticos

A Robert Valentín Alcántara Belén, arcipreste de la zona pastoral de Villa Mella, le tocó pronunciar la séptima palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Al reflexionar sobre la última frase pronunciada por Jesús previo a su muerte en la cruz, el sacerdote cuestionó a la sociedad y las autoridades dominicanas sobre la función que están llamados a realizar.

Se cuestionó sobre si en la sociedad están siendo fieles a la misión que, afirma, encomendó Dios a los creyen-

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