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Rosario Vega y su pasión por la pintura, orfebrería y danza

Entre sus objetivos está realizar talleres y terminar el “Zigzag del Barrio Norte”.

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El arte fluye por sus venas. Eso es innegable, considerando que Rosario Vega Rivera es nieta del artista andacollino Héctor “Tito” Vega, un compositor, cantautor, artista y escritor, además de primo del profesor y músico Pancho Vega. Es decir, en su ADN brota la pasión por la pintura, la orfebrería, además de la danza y la enseñanza.

Claro que Rosario Vega debió conocer el mundo para saber cuál era el camino que debía seguir. Estudió dos años de enfermería y se dio cuenta que no era el rumbo que deseaba. Así, se dedicó dos años a realizar otras actividades. “Y en ese periodo conocí gente con veta artística y trabajé con artesanos en La Serena, donde los alfareros me enseñaron la técnica precolombina del trabajo en arcilla. Luego de eso, el 2017 me fui a estudiar Licenciatura en Artes Plástica en la Universidad de Chile, en Santiago. Era lo que yo quería, pero lo veía difícil, muy lejano. En el camino me di cuenta que sí podía hacerlo. Pasaron los años y ahora debo presentar la tesis”, relata la joven artista andacollina, nacida y criada en el Barrio Norte.

Rosario de 28 años, que cursó la educación básica en la escuela Corazón de María, de Andacollo y la enseñanza media en el Andrés Bello Pampa en La Serena; sonríe y afirma que “el arte viene en mi ADN, ya que en mi familia hay artistas, músicos y profesores”.

Agrega que si le preguntan a su padre cuál es su vocación, “él dirá que son las letras, mientras que mi madre afirmará que es el baile. Ahora, si me preguntan, yo digo que me gustan muchas cosas. Soy inquieta, dejo que la vida me vaya enseñando y voy aprendiendo de todo, que es lo que me gusta. Así he ido por la vida, siempre recogiendo enseñanzas”.

Su hogar

Del por qué se radicó en Andacollo, cuando una artista tiene más oportunidades en ciudades, Rosario dice que “por más que uno se esté moviendo, siempre tiene que estar en un lugar. Y eso es más que volver al lugar donde nació y creció, el amor al pueblo o a la familia; no es algo que sentencie. Llevo un año aquí y tengo algunas semillas que nos mantendrán entretenido un tiempo en la casa que era de mis viejos”.

Rosario, quien vive con su pareja Bastián y su hijo, busca su destino y mientras lo encuentra, señala . “Pinto, dibujo, hago clases de artes en un after school en La Serena y también doy talleres. El año pasado hice un taller de muralismo aquí en la ciudad, ya que la pintura es lo que más me agrada, y también me gusta mucho la enseñanza y tomo clases de danzas”.

“A mí pásenme pinturas, ese es el combustible y yo pintaré siempre”, dice Rosario, quien tiene un proyecto para pintar el Zigzag del Barrio Norte. “Es la escalera y la idea es hermosearla. Ya se hizo un proyecto ahí, pero la idea es completarlo y que la gente tenga otra visión del Barrio Norte. Así que le dije a Bastián, que sabe de pintura y orfebrería, que diseñara algo, y que pueda incluir a la comunidad”.

Al igual que Mafalda, quiere que paren el mundo para bajarse, porque “el mundo está loco y no sabemos para dónde va. Y mientras eso se aclare, sigo en lo mío, que es aportar a la cultura de la comuna, para eso lo hago a mi manera, con la pintura y murales. También deseo enseñar, hacer talleres, clases personalizadas y restauraciones. Por último, quiero enseñar danza y en Andacollo no hay una sala con espejo. Me gustaría realizar algo al respecto y generar una instancia de danza”.

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