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Plan Integral para la Sustitución de Importaciones (segunda parte
Por: Antonio Garza de Yta, Ph.D.* Presidente-Electo, Sociedad Mundial de Acuicultura (WAS)
La solución ante la importación de pescados y mariscos, no es cerrar las fronteras al ingreso de estos productos, sino desarrollar un plan integral que contemple elementos básicos que respondan a cuestionamientos sobre las posibilidades de la producción nacional como: qué producir, quién puede producirlo, cómo y con qué recursos producir los productos nacionales.
En esta segunda parte sobre el desarrollo de un Plan Integral para la Sustitución de Importaciones de pescados y mariscos para México, se presentan y analizan los primeros 4 elementos básicos que habría de tener esta iniciativa, así como los frentes en los que se relacionan para poder ejecutar con éxito este plan en el mercado nacional.
1. Análisis de mercados Antes de empezar a producir algo, tenemos que asegurarnos de que este producto tiene mercado, y sobre todo a un precio mayor a nuestro costo de producción. Históricamente en la acuicultura hemos cometido errores muy graves de querer producir algo con la esperanza de que vamos a encontrar mercado para nuestros productos, sin antes analizar la situación; hemos antepuesto nuestras ganas de producir a la realidad y gustos de los consumidores. La tilapia, que prácticamente no se conocía hace un par de décadas, es hoy un producto que se ha posicionado en el corazón y paladar de los consumidores. En México se procesa muy poco la tilapia, por lo general se vende entera, y se le da muy poco valor agregado; salvo algunas excepciones. Aún no hemos podido convencer a los productores que el mercado está en busca de producto
estandarizado, procesado, fácil de preparar. Sí, hay importaciones de tilapia entera, pero el grueso de estas, son de filete. Así mismo, la otra gran especie que se importa, que es el basa, sólo se importa en filete. Los hogares mexicanos y la industria restaurantera quieren filete, y si no les damos lo que quieren, entonces seguirán consumiendo las opciones de importación. Se tiene que seguir la regla de oro: al cliente lo que pida. Así mismo se deberá de dimensionar el mercado tanto a corto, mediano y largo plazo. Los resultados de este estudio previo, serán la base para los siguientes pasos.
2.Programa de desarrollo de la acuicultura Una vez que definimos qué vamos a producir, necesitamos definir cómo hacerlo. Es indispensable tener un catálogo amplio de paquetes tecnológicos que puedan utilizarse dependiendo de las diferentes regiones, climas, disponibilidad de agua y capacidad de inversión. Mucha gente piensa que dentro de un futuro cercano sólo habrá grandes corporati-
vos acuícolas en el mundo; yo aún creo que existe un espacio para los pequeños productores y la acuicultura familiar siempre y cuando éstas se organicen como es debido.
Pero los paquetes tecnológicos deben de ser complementados con un verdadero plan de desarrollo que incluya el ordenamiento acuícola y el potencial de crecimiento. No se trata de saber cuántos cuerpos de agua existen en México, sino cual es la capacidad de carga de cada uno de ellos. Paulatinamente tenemos que coordinar estos estudios para ya no hablar del probable, sino verdadero potencial de la acuicultura en aguas continentales. Esto, en adición a todo el potencial de producción que se pueda llegar a tener en sistemas sobre tierra, que deberán de ser cada vez más bioseguros e intensivos.
3.Profesionalización y desarrollo de capacidades El tercer paso es definir quién. Debemos de empezar a hacer un plan nacional de profesionalización y desarrollo de capacidades para la acuicultura. No se trata sólo de formar a los técnicos de las granjas, sino también de profesionalizar a los administradores, proveedores de alimento, prestadores de servicio, extensionistas, proceso y punto de venta; toda la cadena de valor. Impulsar a las universidades tecnológicas y a los centros de investigación; así como la capacitación en

todos los niveles. Existen estupendos científicos y técnicos en México, pero necesitamos más. Debemos de pensar en grande, mandar un fuerte número de jóvenes al extranjero, a las mejores universidades del mundo y que regresen a innovar. Debemos de planear con antelación el relevo generacional que transformará nuestra actividad; debemos de imaginarnos el futuro hoy.
4.Programa de inversión e infraestructura El cuarto paso sería establecer con qué recursos financiar las iniciativas. Todo lo anterior es una mera ilusión, o alucinación, si no contamos con un plan de inversión para la acuicultura en México. No podría yo imaginar que Vietnam fuera hoy esa gran potencia acuícola si no se hubieran invertido miles de millones de dólares en el sector. Es obvio, o debería de serlo, que no habrá crecimiento sin inversión. En lo particular creo que debemos de fomentar un fondo, a tasa menor a dos dígitos, que fuera revolvente de por lo menos 500 millones de dólares, ya sea público, privado o mixto.
Este fondo podría financiar proyectos productivos estratégicos que incluyan a la cadena de valor. Se debe de pensar en la implementación de proyectos con sistemas de producción innovadores, bioseguros y con la menor huella ambiental posible. Se debe de entender e implementar el concepto de economía circular e incluir dentro de los proyectos estratégicos a plantas de alimento formulado, procesadoras y aquellas industrias que utilicen los subproductos. Uno de los puntos claves de infraestructura es contar con una cadena de frío confiable desde la cosecha hasta el punto de venta.
Lo anterior puede sonar demasiado ambicioso, pero un plan de sustitución de importaciones no puede plantearse de otra manera. México no merece menos, se debe de pensar con visión, estrategia y ambición. No hay lugar para mentes pequeñas en las grandes ligas.
Continuará…
Antonio Garza cuenta con Maestría y Doctorado en Acuicultura por la Universidad de Auburn, EE.UU. Rector, Universidad Tecnológica del Mar de Tamaulipas Bicentenario (UTMarT) Presidente-Electo, Sociedad Mundial de Acuacultura (WAS) Experto acuícola, consultor de la FAO, así como especialista en planeación estratégica. Ex-director de Extensión y Entrenamiento Internacional de la Universidad de Auburn y creador de la Certificación para Profesionales en Acuicultura. Fundador de la Iniciativa Global para la Vida y el Liderazgo a través de los Productos Pesqueros. Recientemente fungió como Director General de Planeación, Programación y Evaluación de la CONAPESCA, en México. Su trabajo lo ha llevado a participar en el desarrollo de proyectos alrededor del mundo.