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Esquemas autógenos para el financiamiento de la acuicultura

Por: Roberto Arosemena Villarreal*

Los esquemas de financiamiento generados por los propios acuicultores pueden ayudar a substituir, total o parcialmente, los apoyos gubernamentales y externos para el sector.

El dinero es sin duda el insumo más importante en cualquier actividad económica, incluida la acuicultura. Ya sea para inversiones que permitan actualizar, ampliar o dar mantenimiento a las instalaciones, o como capital de trabajo para el pago de sueldos, alimentos, energéticos, etcétera.

En general, los pequeños y medianos productores acuícolas en Latinoamérica cuentan con un nivel muy bajo de inclusión financiera, ya que por diversas razones no pueden cumplir con los estrictos requisitos de las instituciones de crédito tradicionales como son: no

contar con una figura jurídica legalmente constituida, no tener activos suficientes para garantizar los créditos y/ o que su nivel de producción es muy limitado e insuficiente para pagar los créditos a las tasas de interés requeridas. Para mitigar esta situación, algunos países cuentan con programas gubernamentales de apoyo que permiten a los productores tener acceso a recursos y satisfacer, cuando menos en forma parcial, sus necesidades.

Sin embargo, cuando estos programas desaparecen debido a políticas de austeridad presupuestal de los gobiernos, los productores pierden, prácticamente, toda posibilidad de obtener recursos. La situación se vuelve más grave cuando consideramos que, debido a la falta de conocimientos y cultura administrativa, es poco frecuente que los productores reserven una porción de los ingresos de cada cosecha para constituir un fondo de capital que pueda ser aplicado a cubrir necesidades en los siguientes ciclos productivos, o para situaciones imprevistas como mortalidades o fenómenos climatológicos que causen daños en las unidades de producción.

Esta situación impone la necesidad de desarrollar otras fuentes de crédito como pueden ser los esque-

En algunos países de Latinoamérica se puede observar una clara tendencia a disminuir y eliminar los apoyos y subsidios a la actividad acuícola. Es aquí precisamente, donde reside la importancia estratégica de los esquemas de financiamiento autógeno ya que otorgan independencia financiera a los productores.

mas de financiamiento autógeno. Esto es, fondos creados a partir de una aportación inicial de capital semilla de parte de los productores y algún agente externo, que puede ser el mismo gobierno u organizaciones no gubernamentales, y que se fortalece con el tiempo a través de la revolvencia al recuperar el capital prestado más intereses. De esta manera, los productores pueden eliminar la dependencia a los programas de gobierno y garantizar la continuidad aún si éstos desaparecen.

Estos esquemas normalmente van dirigidos a cubrir necesidades del proceso productivo, sin embargo, en ocasiones también apoyan económicamente a sus integrantes con situaciones de carácter personal como son defunciones, atención de enfermedades, entre otras.

En un análisis realizado por la FAO (2020), se definió que algunos de los criterios indispensables para garantizar el éxito de los esquemas de autogestión son:

1. Involucramiento del grupo. Es muy importante que todos los miembros del grupo de productores se involucren en el proyecto y estén bien informados y de acuerdo con sus características y alcances, así como que participen en todas las etapas de constitución del fondo. 2. Capacitación. Todos los participantes deben recibir capacitación amplia y suficiente en materia administrativa que les permita el adecuado manejo del fondo.

3. Transparencia. Se debe de contar con reglas de operación que sean claras, transparentes y consensuadas, así como mecanismos de rendición de cuentas que le den transparencia a todo el proceso y permitan construir la confianza de los participantes.

4.Adecuación de Préstamos. Los préstamos que se otorguen a los productores deberán estar basados en la capacidad de pago de los mismos, de acuerdo a sus condiciones particulares. Se debe hacer énfasis en la obligatoriedad de pago de los préstamos, sobre todo en los casos de productores o comunidades que están acostumbradas a recibir apoyos a fondo perdido donde no existía dicho requerimiento.

5.Rotación Administrativa. Los administradores del fondo deben de ser cambiados periódicamente, aplicando criterios de equidad de género, para desarrollar la confianza del grupo y evitar vicios en su manejo.

6. Acompañamiento Técnico. Se debe proveer de un acompañamiento técnico durante un periodo lo suficientemente largo que garantice la capacitación apropiada de los administradores del fondo y de la operación en general del grupo.

Debemos mencionar que estos esquemas de autogestión no aplican sólo a pequeños y medianos productores acuícolas, ya que también son de gran utilidad para operaciones en escala comercial con más altos volúmenes de producción. Estas empresas también se encuentran limitadas al acceso a financiamiento, ya que los apoyos gubernamentales muchas veces se enfocan únicamente en pequeños y medianos productores. Por otro lado, el acceso a instituciones financieras tradicionales es también limitado debido a que éstas tienen poca información sobre la acuicultura por lo que la consideran una actividad de riesgo.

Las empresas comerciales pueden optar por la constitución de empresas financieras enfocadas a la dispersión de crédito. En estas dispersoras el principio es el mismo que en los fondos más pequeños, pero en cantidades mayores, esto es; que se constituye con un capital semilla aportado tanto por los mismos productores y por un Banco de Fomento, y se fortalece con la recuperación del capital e intereses de los créditos otorgados.

En algunos países de Latinoamérica se puede observar una clara tendencia a disminuir y eliminar los apoyos y subsidios a la actividad acuícola, ya sea esto debido a cambio de políticas e ideologías, o a que, ante una situación de insuficiencia presupuestal, los recursos se dirigen a áreas consideradas como más prioritarias. Es aquí precisamente, donde reside la importancia estratégica de los esquemas de financiamiento autógeno ya que otorgan independencia financiera a los productores.

Hay mucho que se puede hacer en unidad organizada, con orden y disciplina.

*Roberto Arosemena es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Guaymas, y Maestro en Acuicultura por la Universidad de Auburn, Alabama, EE.UU. Cuenta con más de 30 años de experiencia en el sector acuícola de México e internacional. Ha ocupado diversos cargos tanto en el sector privado como en el público. Entre ellos: Presidente fundador de Productores Acuícolas Integrados de Sinaloa A.C., Director General del Instituto Sinaloense de Acuacultura, Secretario Técnico de la Comisión de Pesca en la Legislatura LXII en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Actualmente es asesor de diversos legisladores en materia de pesca y acuicultura en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, así como de diversas empresas privadas; además es embajador en México del Capítulo Latinoamérica y el Caribe de la Sociedad Mundial de Acuicultura (WAS), Director General del Consejo Empresarial de Tilapia Mexicana A.C. y Director General de NDC Consulting Group. Director de la Asociación Nacional de Piscicultores Marinos A.C.

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