DESDE BOEDO 225 ABR 2021

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BOEDO Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Año XX Nº 225 ABRIL de 2021

Distribución gratuita - (ISSN 1851-7846) - Declarado “de interés cultural” por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2003)

¡Malvinas!

A 39 años de la infame guerra del Atlántico Sur

Piazzolla La quinta de los nonnos Un relato costumbrista de la infancia y la juventud (1946 / 2021)

121 años Fantasmagorías de Buenos Aires

Sakura pandemia Un pandémico domingo de otoño capitalismo En ello andamos EDITORIAL

Bellocchio Brito Cáceres Cafferata Corredera Druille Filipini Grosso Martínez Lois Muchnik Vaccaro

Filipiscopio

El sobre azul

Línea telefónica 147 Privatizada y precarizada

La Puerto Rico

Escuelas porteñas hoy

La cultura barrial

en los tiempos del Covid SUMARIO: De libros y lectores (P. 2). EDITORIAL, ”Línea telefónica 147” (P. 2). POEMA, “Arrabalero” por Lorena Brito(P. 2). “La quinta de los nonnos” por Mario Bellocchio (P. 3). “Sakura pandemia capitalismo” por José Muchnik (P. 5). “La cultura barrial en los tiempos del Covid” por Mario Bellocchio(P.6).”En ello andamos” por Tomás Martínez(P.6). “El sobre azul” por Tito Vaccaro (P. 7). “Un pandémico Domingo de otoño” por Mario Bellocchio(P.7). “Escuelas porteñas hoy” por Casiana Grosso (P.8). “La Puerto Rico“por Horacio Cafferata (Pág. 8) “121 años de Arlt” por Mario Bellocchio (P. 9). “Filipiscopio”, por Mario Filipini (P. 11). “Fantasmagorías de Buenos Aires” por Edgardo Lois (P. 12).


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Nº 225 – Abril de 2021

De libros y lectores...

Periódico mensual independiente de distribución gratuita Director propietario:

Mario Horacio Bellocchio Secretaría de redacción: Rubén Derlis Edgardo Lois Directora sociocultural: Lic. María Virginia Ameztoy Colaboran en este número:

Lorena Brito Germán Cáceres Horacio Cafferata Liliana Corredera María Julia Druille Mario Filipini Casiana Grosso Tomás Martínez José Muchnik Tito Vaccaro Colaboradores permanentes: Edgardo Lois Diego Ruiz (I. M.) Diagramación y restauración fotográfica: Mario Bellocchio Gracias por su aporte a: José D. Ciliberto D.ND.A. Expdte: EX-2020-75179741-APNDNDA#MJ Fecha Caratulación: 04/11/2020 Publicación inscripta en el RUP Registro Unico de Proveedores del GCABA bajo el Nº 20043063074-Int. 7225. Publicación inscripta en el Reg. de Medios Vecinales de Comunicación Social de la Ciudad Autónoma de Bs. As.(Ley N° 2587) ISSN 1851-7846

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MAÑANA TENDREMOS OTROS NOMBRES Patricio Pron (Alfaguara, Bs. As., 2019) La novela está escrita con párrafos largos que contienen numerosos vericuetos en su desarrollo. La prosa es bellísima, muy trabajada y trae al lector evocaciones de la obra de William Faulkner. Se nota en Pron su amor por el lenguaje. El pensamiento que fluye de la narración está muy conectado con los movimientos femeninos que combaten la ideología del llamado patriarcado. Una pareja que lleva cinco años viviendo en Madrid decide separarse por iniciativa de ella, pero es incapaz de explicar el motivo de su determinación. A partir de esta separación incomprensible Pron bucea en cómo se dan

contemporáneamente las relaciones afectivas. Y adquiere particular importancia los vínculos efímeros que surgen a través de las aplicaciones para citas de internet. Patricio Pron es un escritor argentino (Rosario, 1975) que reside en Madrid. Por la novela que se comenta recibió el Premio Alfaguara 2019. Escribió seis libros de relatos y ocho novelas –entre ellas El comienzo de la primavera, 2008 (Premio Jaén) –. También es autor de una novela para niños y de un ensayo. Recibió el Premio Juan Rulfo de Relato 2004, fue traducido a doce idiomas, y en 2010 la revista inglesa Granta lo eligió como uno de los veintidós mejores escritores jóvenes en español. Recibió el título de doctor en Filología Románica en una universidad alemana. (G.C.)

El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo. Jorge Luis Borges

CINCUENTA DÍAS Mariano Bello Halley ediciones, Bs. As., 2020 Este poemario de Mariano Bello fue editado en medio de la pandemia, en 2020, por Halley ediciones, que dirige la poeta Mariana Kruk. Pese al desfavorable contexto editorial, el libro ya va por su segunda edición. Fiel al estilo de este sello editor, todos los poemas que contiene el libro son breves, lo que no quiere decir que por ello sean versos vacíos de sentido. “Cincuenta días” cuenta la historia de un duelo duro y amargo, que le hace decir al poeta: pienso un instante/ en mamá/ que mandaba audios/ pasadas las doce/ del veinticuatro/ pero enseguida/ decido/ distraerme/ y miro los regalos. El poemario no aborda sólo la muerte y la ausencia en sí misma, sino todo lo periférico a ello, lo que rodea a una tragedia familiar, lo que sigue sucediendo “a pesar de”. […] me saco/ toda la ropa/ así no me distrae/ de tu cuerpo dice el poeta con una mirada poética y personalísima que lo bordea todo. “Cincuenta días” es un

diario, un diario poético donde Bello elige cuidadosamente qué contar y qué no. Porque lo que no se dice, a veces, también es poesía. El libro se puede adquirir en La nieta de la bruja libros: lanietadelabruja.libros@gm

MEMORIA DEL AGUA Cecilia Ortiz Editorial El mono armado, Bs. As., 2020 Dividido en tres partes, este poemario da cuenta con exquisita minuciosidad de la titánica tarea de la poeta que da a luz las palabras. Dice en un comienzo: “Es infinita la marea callada/ sobre mis rocas indefensas”. Nada le es indiferente a la poeta. Le duele el mundo, la injusticia, la niñez que sufre, por eso nos dice: “Descifro instantes para comprender/ esta espina que duele / (desde

la tristeza)/ porque aquel niño perdió la sonrisa/ sin manantial para calmar su sed”. Cómo enfrentar entonces la desesperanza, se pregunta la voz poética, y la respuesta que encuentra es esa dulce y misteriosa coraza que protege a los hombres: el amor. “El amor doblega odios/Un desierto se sueña verde/Los miedos en jauría abandonan el mundo”, Consciente de la fugacidad del goce y la oscilación entre la pena y el disfrute, la voz poética se lamenta como en una elegía por “el límite irrazonable/ del duelo/ anidado/—como una queja—/ entre estas palabras”.Hasta que por fin “la marea se aleja” y respira. Y también los lectores, que hemos entrado en la “memoria del agua” abandonados con placer al recorrido que Cecilia Ortiz nos propone y “rememoramos/ —aunque duela—/ el recuerdo que trae cada día/ beber del agua/ su memoria”. Nos deja con la emoción en la punta del tacto porque este poemario, con imágenes de la más alta poesía, nos conmueve y nos devela desde lo visceral, las profundidades de “un oleaje de mar sin redes”.(MJD)

EDITORIAL

Línea telefónica 147 Privatizada y precarizada

Arrabalero La tinta, seca en las palabras del último tango escrito. Chorrean aún las gotas borgoña de la daga abandonada en la mesa. Espeso licor de soberbia y traición saboreado en goce moroso. Quedó su taco aguja posado en el escalón. Insolente. Quedaron sus negros bucles suspendidos ante el abismo de la ira. Y sus labios. Esos labios infames y perfectos.

El GCABA publicó la Resolución N.° 48/SECACGC/21, por la cual el secretario de Atención Ciudadana y Gestión Comunal Facundo Carrillo resuelve: "Artículo 1°.- Amplíase la Licitación Pública de Etapa Única N° 2051-1766LPU18, bajo la modalidad de Orden de Compra Abierta, para el servicio de gestión y operación de un “Centro de Contacto Omnicanal Personalizado a los ciudadanos a través de BA 147”, adjudicada a favor de la firma GIV S.R.L. (CUIT N° 30-70829126-5), en su Renglón N° 1 en doscientos sesenta y cuatro (264) operadores básicos

mensuales, lo que asciende a seis mil trescientos treinta y seis (6.336) operadores básicos adicionales, por un monto total de pesos trescientos veinticinco millones doscientos un mil quinientos treinta y seis con 00/100 ($ 325.201.536,00) a valores básicos, a partir del 18 de marzo del corriente año y hasta la finalización del contrato, al amparo de lo dispuesto por el Artículo 14° de la Ley N° 6.384". La ampliación implica pasar de 3.000 horas mensuales de contingencia a 72.000 horas, por $ 36.000.000. (Finaliza en pág. 12)

Buscará un nuevo poema para enlazar compases. Quizás… la próxima vez sea una garaba macanuda. Lorena Brito


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Nº 225 – Abril de 2021 Por

Mario Bellocchio

desdeboedo@gmail.com

U

n domingo de junio de 1945, con un fresquete de aquellos, amanecimos con la novedad de que no había que cruzar Emilio Mitre para tomar el tranvía 44 que nos llevaría a la estación del tren. Hasta el último fin de semana la parada estaba en la vereda del parque, y desde ese día, domingo 6 de junio de 1945, el cambio de mano la trasladó a la vereda de mi casa. La "parada" era en realidad todas las esquinas y ahí subían los Bellocchio, "familia tipo" compuesta por el padre: Chiquín (Pablo, 32), la madre: Marga (Margarita, 30) y los chicos; el nene: Horacio (5) y la nena: Susana (2). Al año siguiente llegaría Jorgito. Mientras tanto la familia iniciaba el periplo dominguero de visita a los nonnos tomando el tranguay hasta Emilio Mitre y Rivadavia y a dos cuadras de ahí, en la estación Caballito, abordando el tren eléctrico de vagones de madera del Ferrocarril Oeste, en 1ª clase, con asientos tapizados en cuero y reversibles, para que siempre existiera la posibilidad de cambiar su posición y pudiéramos hacer el conjunto de dos y dos enfrentados. "Parando en todas hasta Moreno" era la sentencia a viaje lento de "tren lechero" –más de tres cuartos de hora–. Solía haber a media mañana un "Liniers rápido a Castelar" –que garantizaba algo más de celeridad– que el guarda, de estricto uniforme gris oscuro y gorra, pregonaba agitando un pañuelo señalero del lado rojo al bajar en las estaciones previas. Pitada e inversión del pañuelo al lado verde era la señal de partida. En los intervalos entre estaciones el guarda se recorría el tren con el objeto de "picar boletos" y anunciar la próxima estación donde "Padua" era San Antonio de Padua e "ItuzÁingo", IntuzaingÓ, invariablemente. La llegada a Moreno era de descenso y rigurosa caminata de siete cuadras hasta la quinta de los nonnos. A la nena por entonces había que hacerle upa, yo ya había perdido esos privilegios.

Vagón del FCOeste; los nonnos a los 35 años; los hermanos, Horacio, Susana y Jorge, en el camino de entrada; los nonnos a los 65; la familia en este viaje; el chalé de papá; 2005, la última reunión familiera que se recuerde en Moreno; Horacio, 1940, en el camino de alhucemas de entrada; los primos en el Oldsmobilile de tío Albino.

La quinta de los nonnos Un relato costumbrista de la infancia y la juventud (1946 / 2021) olfateaba desde kilómetros de distancia y exageraba con que ya desde la estación venía sintiendo el aroma. Aquella puerta de calle era un modelo estándar que se fabricó por miles para ese uso en los suburbios porteños y bonaerenses: un marco de hierro ángulo con cruces diagonales, uno horizontal para el pasador y alambre trenzado de cerco cubriendo el rectángulo: práctica, liviana, segura para las seguridades de aquel tiempo, todo el mundo que viviera en una casa con jardín al frente tenía una puerta de ésas y Moreno tenía el jardín más grande del mundo o así lo veía yo en 1945. Era correr el pasador y entrar. Ahí nos recibía el lobo, un perro negro con algún vestigio de pastor belga y su bravura capaz, sin embargo, de desplegar toda su mansedumbre con los chicos. Se accedía a un largo camino hasta la casa. Una doble fila de baldosones que hacía el nonno con el nombre de bovedillas cuando tenía la fábrica donde ahora vivía yo, en la Emilio Mitre porteña. Sospecho que la continuidad de papá como técnico químico y la del tío Albino –su hermano– por otros rumbos también, decidieron al abuelo al retiro hortícola. Y se vino para acá, Moreno, en 1934. Gracias a eso estoy ahora entrando por este camino flanqueado por dos hileras de arbustos de alhucema(1), prolijamente podadas como un fragante pasamanos enano.

nadas, caquis, nísperos napolitanos, cerezas, frutillas, higos de tuna, castañas, nueces, avellanas, sandía, melones, moras, guayabas, zapallos de angola –unos zepelines de 60 centímetros de largo–, y siguen las firmas. No había con qué darle a ese vergel. Todo a partir de los conocimientos, la paciencia y la energía del nonno Agustín. Para mí el Mago de Oz era un poroto a su lado.

sobre la mesa de madera enharinada formando filas de "soldaditos". Otras, fusilli preparados con la aguja traída de Italia de perfil cuadrado –para que no se resbalase la masa– que por ahí anda en la familia todavía. Cuando había polenta(3) churrasco a la plancha de la cocina económica con "sombrero" de la salsa de la polenta. ¡Mmmm! Se me hace agua a la boca.

En los comienzos, con la producción en pleno esplendor, había que mantener semejante y variado cultivo. El riego era algo esencial. Y el nonno había creado un sistema de acequias que se alimentaban del estanque llenado por una manguera aérea que venía del molino, un típico molino de campo con torre de cinc y rueda de aspas con veleta. El día en que se abrían las compuertas para que el agua corriera por las canaletas de los tomates, las arvejas, las chauchas y otros sembrados era un festival que yo no me quería perder y que el nonno podía atrasar o adelantar un par de días para que "estuviera el Horacio, que tanto le gusta". Privilegios del nieto mayor y ¡varón! (salute e figli maschi, salud e hijos varones, un tradicional saludo italiano vigente en esa época, y aun hoy).

Me contaron que el nonno en la semana se había subido a las aspas del molino para un ajuste y yo le pregunté si no le daba miedo (vértigo). Me mostró un arnés que usó para seguridad y me explicó de los cuidados para esos riesgos. Aunque aun no tenía sesenta años me parecía que no eran cosas para su edad y quizás tenía razón yo.

Cuando llegábamos estaba al caer el almuerzo de domingo, generalmente una pasta amasada Recuerdo algunas complicaciopor la nonna acompañada por nes los días lluviosos o de lluvia sus incomparables estofados de previa porque eran 4 cuadras de gallina que estaba en cocción lenEra el momento del encuentro asfalto y tres de tierra y ahí había ta toda la mañana. Había un incon "la quinta más provista del que andar a los saltitos entre los planeta". Hasta que la quinta exis- grediente de esas salsas que le "islotes" secos de la vereda. Una daba el toque que hoy llamaríavez papá nos tuvo que cruzar Emi- tió y esa proyección me lleva a mos gourmet: la conserva. treinta años después, por lo melio Mitre –la calle de la quinta– a La conserva era una bocha de tonos. Recuerdo desafiar a quien upa, del barro que había (no se mate sólida sumergida en aceite conversara sobre el tema a ver salvó ni mamá, ella también crude oliva, que la nonna preparaba qué fruta u hortaliza no había en zó en brazos de papá). con los tomates de la quinta secaMoreno. Las comunes como los dos al sol y cernidos en un colacítricos, todas. Con distinciones Para mí Emilio Mitre era uno de dor con el mango del mortero. especiales para limas, toronjas y los próceres más importantes. Con la pasta se hacía esa bocha unos pomelos gigantes de unos Cómo se explicaba si no que mi de la que se usaba una cucharada 25 centímetros de diámetro. El casa porteña y la de los nonnos en Moreno estuvieran en una ca- fruto propiamente dicho era nor- en cada salsa: "Il sapore de la vecmal, pero el albedo, la parte blan- chia nonna", caro bambino. lle con su nombre. Años después incorporaría los ca de la cáscara, tenía dimensiones colosales y la nonna solía ha- "buscaiolli"(2). Ya a metros del 450, la puerta de cer un dulce delicioso con esa la quinta, olía el tuco de la pasta A veces eran cappellettis que yo dominguera de la nonna. Yo decía "pulpa". Para nombrar las más que era como el olor de las empa- exóticas, en algún momento de la ayudaba a cerrar como alumno quinta hubo hasta bananas. Gra- avanzado y a colocar alineados nadas de la Chacha que Patoruzú

Esa tarde caerían de visita su viejo amigo y consuegro –el papá de la tía Nélida– Giovanni Del Boca (Gioanín) y otros inmigrantes contemporáneos. La charla se animaría con recuerdos, canzonetas y unas copas de bon vin de su cosecha predilecta que Agostino Annibale convidaría generosamente. Sólo él sabía desentrañar los misterios de las catacumbas de su sótano bonaerense. Puro disfrute los diáfanos ojitos celestes de Gioanín y los rubicundos cachetes de Agostino Annibale. Pero la verdadera fiesta del vino era la elaboración, ya que la vendimia se reducía a una camioneta que traía a Moreno lo comprado por encargue a Mendoza. Para la ocasión había reunión familiar que incluía al jolgorio infantil cuando se hicieron los primeros "pateros". Patitas limpitas de la prole Bellocchio: el Horacio, la Susana y el Corque (Jorge), de parte del Chiquino, y la Bochi y el Titi, del Albino, decía la nonna. Lo de limpitas era por protección de los chicos más que vínica, la fermentación se encargaba de la higiene más que el agua y jabón. Y cuando el juego cándido daba paso al laburo adulto, ocupaban el escenario con sus botas de goma, Tío Albino, papá y el nonno; ellos se encargaban del verdadero pisado. Luego apareció la compra de una máquina manual de

rodillos de madera con un enorme embudo cuadrado (de la forma de la boca del aparato) donde se volcaban los cajones de uva. El prensado iba a parar a las tinas –un barril cortado al medio– que se encerraban en el galpón con el mosto para su fermentación y la consiguiente prohibición para nosotros y mis primos de entrar al "salón tabú". Del resto del proceso me llamaba la atención el envasado y encorchado. El vino resultaba ser un espumante tinto, oscuro y dulzón. Había que ponerle botellas gruesas y corchos a presión y con alambre como al champagne. Un detalle posterior: la botella que no tenía vestido alguno –etiquetas u otros estampados–, recibía un "bañado de cuello" con cera de los panales de la quinta (Sí, también la apicultura, parecía un marciano el nonno con la ropa para atender los panales). Años después me enteraría de que el proceso de la cera era para evitar que se escaparan los efluvios etílicos que generaban el burbujeo natural, sin gas agregado. Había una "selección" y una "vineta" para el consumo diario. Yo, ya en la adolescencia recuerdo haber probado el vinito en alguna Navidad –probado, dije– y de chico, haber recibido un "cielito", dosis mínima producida sobre un vaso del agua de pozo de la bomba del molino a la que se le vertía, con sumo cuidado, una cucharadita de vino que quedaba flotando arriba como un cielo... El requisito era beberse el vaso entero: sobre tanta agua el "cielito" resultaba más que homeopático. Los frutales tipo manzanas y peras requerían un rociado como el sulfato de cobre para evitar el gusanaje. Y allá iba el nonno con su mochila de bronce, la palanca lateral de bombeo manual y la manguera con la vara rociadora en el otro brazo, amparado por un casco con mirilla de vidrio unido a un particular traje de goma. Siempre pensé que Oesterheld lo había visto cuando se le ocurrió lo del Eternauta. Pero el verdadero antibichos de la quinta era un pequeño sujeto con alitas apodado "ratucha" que los ornitólogos insisten en llamar chochín criollo, un minúsculo pajarito que se alimenta de insectos y de arácnidos que encuentra en las plantas o en el suelo. Resulta que el nonno apreciando las virtudes de los pajaritos les comenzó a fomentar la estadía procurándoles vivienda –una lata de duraznos vacía con un agujero de puerta en la tapa les resultaba un buen alojamiento– y con la estadía el intercambio: te doy casa, haceme de insecticida. La sanitaria costumbre tuvo traslado generacional: el tío Albino, su hijo menor, conservó aquello de la latita-alojamiento de las "ratuchas" en su huerta familiar con óptimos resultados ecológicos. La quinta tenía forma de "ele" y reunía los terrenos de los nonnos, papá y tío Albino. Por Emilio (Continúa al dorso)


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qué recuerdo tengo de ese día! La primera impresión fue olfatiMitre una franja de 35 metros de va: humedad y aromas vineros ancho cruzaba la manzana hasta mezclados. La única luz, una anéLarrea (110 metros, desde la mimica lamparita de 60 watts dejatad –55– hasta Larrea era del tío ba ver tres barriles acostados con Albino). Sobre Emilio Mitre has- sus grifos prontos a servir una ta la esquina –Ituzaingó–, y desjarra de vino (del cualunque). Y de esa esquina, 33 metros hacia sobre las paredes decenas de boel fondo, ahí era la parte de papá tellas descansando en riguroso que tuvo su chalecito(5) edificaorden cronológico. Para mí un do en principio con intenciones insondable misterio. –¿Dónde de vivienda propia, y donde por está el bueno?, pregunté. –lontaalrededor de diez años vivió mi no, me contestó lacónico. Nunca tío Juan Carlos Cafferata y su pro- supe si me hablaba de las botellas le, uno de los hermanos de mi más escondidas de esa cava o de mamá. La tía Olga y mis primos las lejanas bodegas de su terruño María Cristina, el "cuervo" allá en Bobbio. Eduardo –que me acompañó a ver la final del los Matadores cam- Por las tardes, a la hora melanco, peones del 68– y Santiaguito, el nonno se ponía a escuchar en que formaron parte de más de una vieja radio cuyo mueble aún una de las trapisondas infantoconservo, un programa hecho a juveniles de la quinta cuya super- medida para los inmigrantes itaficie en los años de esplendor era lianos, bien nostálgico. A veces de, exactamente, 4846,74 meintentaba acompañar con la sua tros cuadrados. Casi 5000 mevoce; otras, orejas y cuore se contros, ¡bah! movían con Carlo Butti o Tito Schipa: Torna Había un par de piletones cuapicina mia, torna dal tuo papá... drados de un metro de lado, un y rodaba un lagrimón oculto en la exacto metro cúbico, que cumpenumbra del atardecer. plían función de remojo de cal con unos veinte centímetros de La primera vez que me quedé haagua. Me cuentan, yo era demabía sido un fracaso. Era muy chisiado pequeñito para acordarme quito y me puse a llorar porque –y el relato es lo que me dicen– extrañaba. El miércoles siguiente que un día el nonno salió de la de ese fin de semana el nonno casa y vio mis patitas bambocon su santa paciencia tuvo que leándose al aire, caído de cabeza tomar el tren y devolverme al en uno de esos cubos. Parece –y otro Emilio Mitre, al de Parque ese detalle sí lo tengo vivo– que Chacabuco. Al verano siguiente mi pasión infantil era resquebra- reincidí y fue a puro disfrute. jar la capa flotante, como si fuera una capa de fino hielo, que la cal Con las cuatro ruedas de un deformaba sobre la superficie del sarmado cochecito de bebé que agua. rescaté de la calle y un cajón de No fue más que verme, agarrarmanzanas, me armé, en el galme de los pies y llevarme a la me- pón, un carrito. Con él jugábasa para sacarme el agua y rescamos con mis amigos morenentarme del ahogo. Destinos. Si el ses: los hermanos Sur –Carlitos y nonno no hubiera salido en ese Hugo– y Jorge Viale. También al momento, este relato habría figu- hoyo pelota, a las bolitas y a cienrado en un ignoto policial del dia- tos de cosas más difíciles de rerio de Moreno a comienzo de los cordar. años 40. Y yo no tendría el motivo principal de admiración a mi Con el tiempo llegó un progreso nonno. Es más, no tendría nada, económico inusitado. Las inconi vida. modidades del viaje en tren cayeron a los pies de un Chevrolet 37, La quinta tenía un lugar de reuazul oscuro, que hizo su aparinión familiar veraniega muy codi- ción en escena allá por los cinciado. En el rincón en que el tecuenta y pico. Una "bestia" amerreno de papá se juntaba con el ricana de preguerra, con asiento de los nonnos había tres aromos entero adelante y palanca al piso gigantes y completaba el cuadro ¡laaaarga! Papá asumió los carun castaño que sería con el tiemgos de propietario, conductor y po el supérstite encargado de la mecánico principiante. El auto sombra. Pero cuando él era toda- ingresaba a la quinta por el porvía sólo un fuerte retoño, los aro- tón de Ituzaingó y se estacionaba mos prestaban su robustez para a la sombra de algún arbol desde el colgado de las hamacas paradonde yo "llevaba a pasear" a mis guayas –las "coy", les decíamos– primos y hermanos. Los diálogos y en las siestas para bajar la cape- entre el "chofer" y los pasajeros letiada resultaban área en dispu- eran muy fantasiosos: –¡Chofer, ta. Las chicharras acompañaban me para ahí adelante! –¿detrás al canto de los pájaros en verano del árbol grande, señora? –¡Sí, sí, y sólo se callaban cuando el grite- ahí, gracias! ¡Las veces que me río infantil colmaba la capacidad habrá puteado mi viejo por hade una hamaca y generaban una bérselo ahogado pisando el acedivertida caída estrepitosa. lerador con el motor detenido! Otra que recuerdo del "chivo en En el verano, cuando las vacacio- Moreno" fue la vez que nos quenes escolares, solía quedarme de damos en la profunda huella del domingo a domingo. El galpón barro de Emilio Mitre y tuvo que era la sala de los milagros con sus venir una camioneta con sogas herramientas objeto de toda mi para rescatarlo. Cuando llegó el curiosidad y el insondable y mis- asfalto, el Chevrolet había sido terioso sótano. Como el nonno reemplazado por un fitito dentro me lo tenía prohibido, tanto lo del que se plegaba papá. hinché que me acompañó en una incursión de visita.¡Qué bárbaro, No recuerdo con qué frecuencia (Viene de pág. 3)

Nº 225 – Abril de 2021 pero en el gallinero de Moreno era necesario renovar el gallo. Parece que las gallinas se ponían exigentes y el cocorito era reemplazado y pasaba a degüello. Y el que más cresta había desarrollado lo reemplazaba. Parece un melodrama para la tapa de la revista "La Chacra", pero era así. ¿Y cómo desperdiciar la ocasión? Porque un gallo puede ser un manjar si lo sabés cocinar... Y dentro del gallinero, aparte de pollos y gallinas ponedoras había caquis, granadas, una higuera y ¡un horno de barro! Y fuera del gallinero y dispuesto a entrar un especialista, el tío Albino, maestro asador que con tiempo y paciencia ablandaba y daba sabor a un rinoceronte si se lo proponía. Así que encendía el horno al alba y agregaba leña dura para que esa caverna fuera un infierno. Solo lo interrumpía la nona pregonando ¡Pi, pi, pi-pí! con el alboroto consecuente de las gallinas que no reparaban en que le estaban cocinando al que las había atendido con eficiencia hasta hace unos días y se dedican a disputarse el apetitoso rabacillo que les arrojaba la dueña de casa. La cuestión es que a eso de la una... ¡marche un gallo con papas para el Bellocchiaje! Los cambios que trajo el paso del tiempo fueron mutando aquel vergel. Después de la "fusiladora" del 55 el tío Albino pidió el retiro de Gendarmería y con papá levantaron un pequeño galpón vecino a los aromos donde comenzaron a producir barnices. Un pequeño sector de la quinta se industrializó y el nonno ya no era el tano de roble de sus 40's. Quedaban sin embargo algunas viejas glorias como las ciruelas amarillas que atiborraban con sus racimos de delicias los veranos, sin demasiado esfuerzo. Y los pequeños almácigos para consumo interno suplantando a los sembrados de mayor tamaño. El adiós a la diversidad se había impuesto. Hubo un tiempo en que –los primos ya éramos adolescentes– pasó a formar parte del folclore familiar el asado de Navidad. Del asado se encargaban los dos tíos residentes: Albino y Juan Carlos –Bellocchio y Cafferata–. La mesa, laaarga, se armaba a la sombra del castaño y los aromos. Creo que fue parte de los estertores de aquellas viejas reuniones familiares multitudinarias. La reunión había nacido como necesidad de abrir la sucursal Moreno para las familieras fiestas de fin de año pero luchaba con el contrapelo de la resaca de Nochebuena y su trasnochada clásica; ya llegábamos a la quinta cansados y sin el voraz apetito juvenil que, de todos modos, se encargaba de abrir el primer chinchulincito de aperitivo. Recuerdo particularmente –a mi pesar– una sobremesa donde se armó una discusión política sobre la proscripción del peronismo y la relatividad de una democracia con ese tipo de voto calificado. Aunque estoy convencido de que ese tipo de discrepancia no hubiera desembocado en enojo antes del vino, lo cierto es que la apa-

rición de esa grieta, que siempre existió con características que el tiempo fue mutando, conspiró contra la continuidad del asado de Navidad. En la primavera de 1967 el nonno nos dejó. Un anciano agobiado y sedentario, irreconocible para quien hubiera visto en acción a aquel inmigrante fecundo y creativo, bebió el último sorbo de su bon vin y partió. Tenía setenta y nueve años. La nonna lo sobrevivió 17 años, vivió hasta el 84 y participó de las últimas reuniones familieras. Lo sobrevivió a su hijo mayor, mi viejo, el Chiquín, que falleció en 1979. Ya los "chicos" habíamos hecho nuestro camino y las visitas a Moreno a ver a los nonnos primero y a la nonna después se espaciaron. Mis hijas, sus bisnietas, Andrea y Mariana, llegaron a conocerla. Tengo grabada una imagen: ya cercana a su partida, superados los 96 años, llegué un domingo en que me esperaba con "la pasta", estaba cosechando borraja para el relleno –ella le decía "borraca", no había caso con las jotas–, con una cuchillita cortaba las hojas velludas del cantero, agachada, doblada por la cintura, sin ningún esfuerzo, una pose que no pude lograr ni cuando era adolescente. Aparecieron las esposas y esposos, los bisnietos y bisnietas, pero ya no había esa relación de conjunto, las ocupaciones y los lugares de residencia habían hecho su tarea, la famiglia andaba desparramada por los nuevos senderos. La quinta original se fue parcelando. La muerte de papá había terminado de mosaiquear su porción. El chalecito de la esquina, el de papá, había quedado desocupado. Ya los Cafferata tenían su casa propia, a la vuelta, sobre Ituzaingó cruzando Emilio Mitre. La partida de la nonna marcó la liquidación del casco –casa galpón, molino y jardín del frente–, se vendió a un colegio que sobrevive (2021). Quedaron, en el fondo, resistiendo la memoria familiar, el tío Albino y la tía Nélida, la entrañable tía de los ojos de cielo. Estaban ahí en el chalet que construyeron el tío y el nonno, desde 1956. Agustín, nieto, "el Titi", con su esposa e hijos agregaron un chalet sobre Larrea. "La Bochi", su hermana mayor –sólo le digo Ana delante de extraños– recorrió el camino de un primer matrimonio del que nacieron Mauro, Martín y Juliana Di Tullio. Juliana fue diputada de la Nación por la provincia de Buenos Aires durante doce años, representando al Frente para la Victoria, del 2005 al 17. Bochi vive actualmente en Madrid, España, junto a su actual esposo Tomás Martínez. Con mi compañera Virginia –María Virginia Ameztoy– llevamos treinta y pico de años juntos de los cuales vamos a celebrar este año treinta con libreta. Siempre sostuvimos la costumbre de ir a visitar a los tíos. Una nostálgica manera de refrescar recuerdos

entrañables. Y ellos, era evidente, sentían gran cariño por nosotros, de manera que se estableció la costumbre. El tío nos homenajeaba con manojos de ciboulette y cítricos de su quinta y la tía ojos de cielo con su estofado de pollo que despertaba memorias olfativas. La Bochi y Tomás no perdían oportunidad de participar de esos encuentros cuando sus frecuentes visitas a la Argentina se lo permitían y se estableció un vínculo de primos entrañable que no están dispuestos a dejar que se diluya en los remolinos del tiempo vivencias afectivas tan valiosas. Sin embargo, la partida del tío, primero. Y de la tía ojos de cielo después, sumadas las distancias que impone la peste, pone en serias dificultades a la conservación del último vestigio de la prodigiosa quinta de los nonnos. Hablar del primer viaje a la quinta que conservo intacto en la memoria –quizá por el cambio de mano que alteró la rutina– despertó cientos de recuerdos vividos en aquel paraíso. El regreso en tren también tendría lo suyo, aunque por ser Moreno la terminal no corríamos riesgo de asientos disponibles, el viaje en sí era compartir el regreso del paseo dominguero con otras familias como nosotros hacia la rutina de la ciudad. El invierno indicaba que mamá no se podía venir con los enormes ramos de aromo de la primavera y el fresquete invitaba a las ventanillas cerradas. De la estación Caballito a casa –unas doce cuadras– solíamos hacerlo en el tranvía 26 que nos dejaba casi en la puerta. Esta vez fue en taxi, todo un lujo. En poco más de cinco minutos papá le sañalaba al "tachero": "en el farol de mitacuadra" y el pasto y los árboles del Parque Chacabuco recobraban su majestad cotidiana. 1. Alhucema: lavanda. Lavanda inglesa Atkinsons era el perfume que vendía la farmacia La Franco Inglesa en la calle Florida, un perfume popular de consumo masivo. 2. Los "buscaiolli" –según les decía la nonna– eran una especie de champignones que ella cosechaba de la sombre de dos enormes eucaliptus del terreno de enfrente de Emilio Mitre. No corríamos peligro. En su tierra natal, Italia, en el pueblo de Bobbio en la Emilia Romagna, se había convertido en una experta "dei funghi" ayudando a su padre en la cosecha de las preciadas trufas. 3. Un día me desafió con que yo iba a comer polenta hecha por ella y que me iba a gustar. ¡Y lo logró! –Viste que comiste –Nonna, con esa salsa me gustaría el rabacillo que le das a las gallinas... 4. En la esquina de Emilio Mitre e Ituzaingó subsiste el chalé (2021), un techo de chapa ha reemplazado al de tejas españolas.

Aggostino Annibale Bellocchio: Bobbio 08-09-1888 / Moreno 24.09-1967 (79). Antonia Catalina Albina Lentoni: Bobbio 13-09-1888 / Moreno 03-02-1984 (96).


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Nº 225 – Abril de 2021

CRÓNICAS POÉTICAS DEL TERCER MILENIO

Muestrario de hechos verídicos, otra mirada sobre los tiempos presentes para los habitantes del futuro.

Sakura pandemia capitalismo

Marzo de 2021 DESDE PARIS

José Muchnik

josemuchnik@gmail.com

C

omencemos por la vida, el cerezo en su apogeo, belleza indecible, el poema quiere tratar de transmitirla, imposible ¿Qué palabras para decir manantial de flores blancas? ¿Cómo describir danza de abejas anunciando frutos? ¿Cómo retener luces de amanecer revelando el milagro? Sakura, flor del cerezo, en japonés el lenguaje se ramificó en torno al árbol: la fiesta del Hanami para celebrar esos días espléndidos, la lluvia de pétalos, blancos o rosáceos (hanafubuki) que pronto marcará la caída del esplendor. Las Sakura simbolizan vida. También nos dicen que hay que disfrutar de ella, “Carpe diem” cosechemos cada día, hagamos magníficos collares de vida enhebrando frágiles instantes. Josecito, no conocía tus inclinaciones niponas, siempre descubriendo cartas bajo la manga, del kimono podríamos agregar, hacen falta mangas anchas para esconder tantas barajas. Me pregunto cuál es el sentido de este tour oriental. No hay que ir lejos Mario, es muy sencillo, el cerezo de mi jardín está de pie, majestuoso frente a la ventana de mi cuarto, él no se mueve, no necesita barbijo, sólo florecer como acto de resistencia, desplegar vida frente a tanta muerte. Aquí, en tierras galas, estamos por entrar en el tercer confinamiento, ayer lo anunció el presidente Micrón, ahora lo escribo con i, me parece cada vez más chiquitito, la modestia engrandece a los hombres, a él le falta terriblemente, más allá de evaluaciones políticas, él no se equivoca nunca, siempre tiene la precisa, no aprende de la Sakura, no asume nuestra fragilidad como humanos ni la suya como miembro de la especie. Otro motivo de mi inesperado brote nipón es el lenguaje, la argamasa de siempre, no sólo de barro fuimos hechos, también de palabras. ¿Te das cuenta? No tenemos una palabra para designar la flor del cerezo, en francés tampoco existe, cuando descubrí esa palabra en japonés me pareció admirable,

se merecía encabezar el título de esta crónica. Cumplido su primer año de existencia, Terminator Revelator, Corona, Covid… o cómo lo llamen, con casi tres millones de muertos cosechados, con todos los signos de interrogación abiertos, con la vida social radicalmente alterada, comienza a diseminar angustias. Así es, no sólo de barro y palabras, también estamos hechos de sueños y cantos, a puro confinamiento nos volveremos todos locos, no es fácil encontrar la salida, habrá que dar pruebas de creatividad, buscar una vacuna de espectro bien amplio, que nos permita volver a la vida, no a la de antes, no a la “normalidad”, sino a una nueva vida, a una nueva “normalidad”. El capitalismo, aparece en medio de la crisis sanitaria como culo de mandril, al rojo vivo y apestando. Las desigualdades sociales se agudizaron, las GAFA (Google / Amazon / Face Book / Apple) y similares (Uber, Deliveroo, Alibaba…) aumentaron sus beneficios de manera extraordinaria, y siguen pagando impuestos ridículamente bajos. En el otro extremo una mano de obra cada vez menos calificada, cada vez más descartable, entregando pizzas, libros o juguetes a domicilio, pagados a destajo, obligados a declararse como “auto empresarios”, “monotributistas”… u otros prestigiosos títulos, para camuflar que esa gente no goza de servicios sociales ni de asistencia médica, ni de vacaciones, ni de jubilación… Armados de su teléfono celular se transforman en esclavos del algoritmo del server que los comanda… Un horror, un horror tan banal que comienza a parecer normal. Desde hace siglos una cantidad enorme de gente sobrevive en

la pobreza, con trabajos insalubres, en condiciones precarias. La utopía de la computadora liberadora, el ideal de una sociedad digitalizada que permitiría al ser humano desprenderse de sus esclavitudes, muestra sus resultados a la vista del público. Nos muestra además que las herramientas son sólo eso, herramientas, como la computadora, el tema de fondo es qué hace el hombre con ellas, si las grandes innovaciones hechas en el terreno de la tecnología y de la ciencia, son utilizadas por un pequeño grupo de capitalistas en su exclusivo provecho, llegamos a lo que llegamos. ¿Está claro? ¿Echamos agua? Lo que se plantea es recuperar VIDA, con mayúscula, es la apropiación social del cambio tecnológico; esta pandemia puso al desnudo que se trata de una cuestión prioritaria. Otra cuestión clave explicitada por la pandemia: las mujeres. Ellas fueron las más castigadas por las pérdidas de empleo, continúan siendo las que más se ocupan de las tareas familiares, criar a los hijos, preparar la comida, limpiar la casa… Por si era poco las situaciones de encierro han provocado una recrudescencia de la violencia de la que son objeto históricamente. El patriarcado que redujo a la mujer a la condición de procreadora de mano de obra para la gran máquina capitalista, parece no haber terminado, menos aún en las regiones en las que tradiciones culturales o religiosas justifican su opresión y las violencias de las que son objeto. Estimados habitantes del futuro, ustedes se deben estar preguntando, al igual que mi amigo Mario, sobre el interés de este testimonio, ya que los mismos deberían servir para que

en un futuro ustedes puedan interpretar las causas de la debacle. Creo que ya lo dije en repetidas ocasiones, la cuestión que está a la base de todo, del sistema económico, de los tejidos sociales, de la crisis medioambiental…, son los principios éticos, los valores que guían los comportamientos humanos. ¿Qué valores nos llevaron a construir las sociedades actuales? ¿Qué nos llevó a elevar los bancos a categoría de templos y sacrificar la vida en el culto al dinero? Porque pensándolo bien, el progreso tecnológico que produjimos, que produjo toda la humanidad, podríamos disfrutarlo de otra manera. Ahora, contemplando el cerezo, las Sakura aún en esplendor, me interrogo sobre la importancia del lenguaje, si tantas palabras / expresiones que faltan o fueron manipuladas, si tanto equivocar la pronunciación del mundo, no nos llevó a perder las referencias, a errar el camino y a

no saber dónde estamos. Mirá si será grande mi duda, que hasta me pregunto si no les regalamos, de tontos que somos, la palabra capitalista (de latín caput / cabeza). Pues en realidad Ellos no son capitalistas, Ellos descapitalizan todo, descapitalizan el capital humano, el capital social, el capital ambiental… No están dejando nada en pie, ni mares ni tierra ni aire…, todo lo juegan en la ruleta financiera. Insisto, no son capitalistas, no capitalizan nada, salvo sus cuentas bancarias. Son destructivistas. ¿Está claro? ¿Echamos agua? ¿Y nosotros qué somos? ¿Cómo denominarnos? No sé Mario, no sé. Tal vez sakuristas, los creyentes en la vida, en la fragilidad de la belleza, en la eternidad del instante. En todo caso, la pandemia lo demostró, corríamos en una dirección equivocada; habrá que reconstruir las fundaciones, volver a la vida, ella nos sigue esperando.

La propuesta se expresan con un lenguaje, es indiscutible que las maneras de pronunciar el mundo no son neutras, y que laborar la palabra es una de las misiones de la poesía y del poeta. La batalla del lenguaje existe y es fundamental, sin dar esa batalla, sin combatir la manipulación que hacen del mismo los poderes dominantes, perderemos las batallas en otros terrenos, económico, social o político. Un pequeño ejemplo sobre Acaba de aparecer en la escena librera la manipulación del lenguaje para de la Argentina Proposición poética visualizarla mejor. Los tres pilares para anular la deuda externa que dice defender el ¿Quién le debe a quién? de nuestro “neoliberalismo” son: el libre amigo, compañero y colaborador, mercado, los derechos humanos y desde Francia, José Muchnik. La la democracia. Se apropiaron de publicación estuvo a cargo de “palabras con carga positiva”, Ediciones CICCUS. simbólicamente densas, para manipularlas a su gusto, pues libre A propósito de la edición del libro mercado no tiene nada de libre, decía el poeta en una entrevista derechos humanos son vapuleados reciente: (…) No creo que podamos para afianzar mercados, y ganar la “batalla de la deuda” si Democracia está aspirando combatimos con las mismas armas Ventolín en la ventana. (…). de los acreedores, es decir, si nos limitamos a contestarla dentro de Muchnik había publicado el título en una lógica y un lenguaje París (1993). Volvió sobre el texto y exclusivamente económicos, eso nos fue muy poco lo tocado.El poeta sabe llevaría a un callejón sin salida pues que “las cosas” no han cambiado se trata de relaciones de poder y son mucho. ellos los que manejan las claves del En tiempos de destructivismo sistema económico. Es cierto por otro mundial, así una de las palabras sello del poeta, anota en su libro: La lado que cuestionar la deuda externa, los principios que rigen las hipocresía se declina / como verbo regular / en todas las personas del relaciones mundiales y el olvidativo / El hombre se vuelve funcionamiento de nuestras cifra / las cifras pierden su sangre / sociedades, a partir de la confeccionan matemáticos experiencia poética del mundo, modelos / con sintéticas telas / que parece más bien una provocación no saben apreciar / el desamparo divertida que un intento de del desnudo. cuestionar la deuda desde otra perspectiva. Pero dicho En la última línea de la presentación cuestionamiento es complejo, los principios éticos constituyen parte a la segunda edición, Muchnik invita: Otra sociedad es posible, para del mismo, es decir los valores ello tenemos que aprender a humanos que justifican o no la pronunciar el mundo de otra legitimidad de la deuda. Dichos principios, sean del color que sean, manera. (E.L.)


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Mario Bellocchio

desdeboedo@gmail.com

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o más parecido a los acostumbrados aplausos, grato telón de fondo de los espacios culturales, son, hoy por hoy, los sopapos que recibe la castigada y ausente actividad durante la pandemia. No hay manera de retornar a la dinámica presencial tal como se la conocía, sin caminar por la cornisa de la salubridad y los protocolos. Y así nuestros centros culturales, nuestras escuelas musicales, nuestras salas barriales, padecen su decadencia con la única idea de "más adelante veremos, por ahora imposible". Como si fuera poco el problema que acarrea el contacto físico, se agregan los alquileres que pierden su autosustentabilidad de un plumazo y se tornan impagables por reducido en cifras que sea el número que se logre acordar. El cierre de una Casa de Cultura A fines de noviembre pasado decíamos de la enorme tristeza que causa escuchar la impotencia de poder darle continuidad a lo que erigieron y mantenían con tanto esfuerzo: “Fue imposible sostener la casa en pandemia, hemos presentado carpetas a todos los subsidios y no salió ninguno”. Quien habla es Florencia, que forma parte de la Casa Cultural Gran Sur. La casa la mantenía en vigencia la muchachada con gran apor-

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Tomás Martínez tmpartes@yahoo.es

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staba bien preparado para disfrutar mi diario paseo por el barrio. Era una mañana de fin de invierno, tibia y soleada, pintiparada para prescindir de bufanda, gorra de visera, guantes… y de ese puñetero bastón que me tenía frito.

Nº 225 – Abril de 2021

La cultura barrial

en los tiempos del Covid

te solidario, en el local de Boedo y Rondeau –a metros de Chiclana– lugar donde tuvo originariamente su sede el café “La Puñalada”. Un café legendario de Boedo que fue refugio del célebre Julián Centeya, poetas y payadores. Hace unos años, cuando el bufido de la express no dio para más, los pibes del barrio se hicieron cargo de la historia, su pasado y su presente y gestionaron la supervivencia que la pandemia se encargó de acorralar. Hoy no solo no pueden darle continuidad sino que las deudas los obligan a parar y enfrentarlas. “Desde El Gran Sur, no pensamos en buscar otro espacio, la verdad que es imposible pensarlo ahora. Sí continuaremos

sosteniendo el espacio de la olla popular que nació con otros colectivos y sostuvimos todo el año en nuestra casa, que ahora se hará en Casa Cultural Víctor Jara (24 de noviembre 2273). Agradezco la lectura, perdón lo escueto”. A comienzos de abril escribía Emilio Zakim de "La Madriguera Espacio Cultural": "Estimadxs amigxs, este viernes 2 y sábado 3 de abril entre las 11 hs y las 19 hs nos estamos despidiendo de nuestra sede actual de Av. Boedo 965. Lamentablemente el dueño y su martillero de Boedo y Carlos Calvo decidieron no renovarnos el contrato luego de pedirnos un aumento del 76 por ciento, el cual luego de negociar un par de me-

En ello andamos Despedir al invierno caminando por Madrid con los años y el buen humor a cuestas...

De buena gana hubiera dejado en casa los veinte años que me parecían sobrantes y las recomendaciones de mi mujer, que me aconsejaba prudencia y templanza siempre que tenía ocasión. ¡Ni que fuera un viejo! Pián, pianito, avancé por la calle con aire pretendidamente marcial, eso sí, vigilando el estado de las baldosas para evitar los acostumbrados tropezones y caídas. El sol, el paso marchoso y el buen ánimo, siempre me piden acompañamiento musical y, como único recurso, tiré de pasodoble y me marqué, canturreando, “Chiclanera”, que de tanto en tanto se instala en mi memoria. Al rato, buscando el sol, cambié de acera

y de música y, como pude, ataqué osadamente el “Himno a la Alegría”. El caso es ponerle música a la vida. La primera parada fue, como siempre, ante el escaparate de mi ferretería favorita, hipnotizante con su contenido mágico de mil achiperres, de los que alguno, incluso, tiene funciones que sirven para algo. Normalmente quedaba pasmado ante tanto ingenio de

andar por casa, pero en esta ocasión me llamó la atención el reflejo de la cristalera con la imagen pensativa de un señor mayor, con cara de pocos amigos. Me pareció, no sé porqué, que me alertaba de la conveniencia de ejercer la sabiduría práctica suficiente para mantener la serenidad en situaciones adversas, compensando la disminución de fortaleza física con el necesario coraje mental. Nada

hay de cierto sobre la triste noticia de la partida . (Para mí un hasta pronto, dejame ilusionarme) Te mando un abrazo solidario. Mario."

"Querido Mario... Qué lindo leerte y agradezco tus solidarias palabras. Lo cierto es que ses terminamos aceptando. La vengo peleándola desde la era verdad les deseamos lo mejor y Macri. Pero esta segunda panesperamos no tener que padedemia hizo lo suyo. Hasta ahocer más sus amenazas y modos ra sigo en la sede pero sin actihostiles. vidad presencial, imposible por Si queremos agradecer el apolos protocolos, pero sigo con yo de todxs los que se acercaron algunas actividades virtuales. el fin de semana y en especial a Voy a cerrar y mando todo a Tere, de Escuela Tema, que tam- Avellaneda a un depósito con bién está transitando una sila esperanza de, en algún motuación particular. mento de esta vida, hacer renaLos esperamos con música en cer TEMA, en otro espacio, tal vivo ambos días a las 17 hs. Dis- vez. No he difundido y he estado culpen lo tardío del mail, frente en silencio, esperando... a la urgencia de tener que dejar ¿¿¿qué??? Pero he luchado toda la casa no queríamos dejar de mi vida y soy una guerrera, el organizar una despedida en la tiempo me compensará este imcalle aunque sea de esta manepasse... ra relámpago". Los dueños han sido benévolos, por suerte, pero ya es tiempo... En esos mismos días me llega la Gracias Mario querido por esnovedad de que Teresa Fleck cribirme. está haciendo las valijas de su Abrazos para ti y tu compañelegendaria Escuela Tema. La ra... Tere". escuela donde se ha educado musicalmente medio Boedo y Conscientes de que desde aquí adyacencias desde hace más de la labor se reduce a la expectantreinta años, solfeando el adiós. te "botella al mar", la lanzamos Quiero saber qué hay de cierto y con la esperanza de que los náule escribo: fragos de la pandemia tengan una voz (¡alta!) que les permita "Hola Tere: Lamento la cirhacer saber a las patrullas de cunstancia pero alguien que rescate del alud que ahí están está desde 1989 en estas lides con vida, latentes y ansiosos, hace ruido aunque quiera irse aguardando que pase esta malen silencio. La peste me inhibe dita tormenta. de andar por ahí. Contame que

menos. Una luna de escaparate devolvía mi imagen real junto con algunas reflexiones que traía puestas. Todo un portento de la ferretería. Mirar sin pensar demasiado es importante para vagar callejeando, dejando errar las ideas, recibiendo imágenes, sonidos y olores del entorno, influido por todo lo que nos envuelve. La obligada segunda estación del paseo no podía ser otro lugar que la vidriera de una apetitosa pastelería, lugar con fuerza magnética para tentar a los golosos. Todo lo que allí se ve y se huele es un monumento a la gula, aunque mis pruebas analíticas, con su contumaz tendencia al exceso, aconsejan alejarme de cualquier tentación azucarada. Claro que mirar no contamina. O poco. ¡Qué pena! ¡Cuánta frustración! Pues no. Con el paso del tiempo he conseguido instalarme un lacónico dogma: Lo que no se puede, no se puede. Y punto. Durante la tranquila caminata, mientras repaso con desorden algunas reflexiones y fisgo aquí

y allá, canturreando entre dientes, no pierdo de vista las pizarras de los restaurantes y bares, que en las aceras exponen sus menús. Mirando sin mirar pero no dejando pasar ni una. Proclaman la República Independiente de la Cuchara, la libre elección entre Patatas riojanas, Lentejas estofadas, Macarrones con chorizo, Fabada asturiana, Paella valenciana, Cocido madrileño, Caldo gallego y demás del mismo talante. Gastronomía patriótica. Democracia de plato hondo. Impregnado de filosofía epicúrea y estoica, con el apetito estimulado por la suculenta lectura callejera, es imperativo el regreso a casa, previa visita a la panadería de cada día. Vuelvo como un recién nacido, con un pan debajo del brazo. Como está mandado. Aquí también estamos bien provistos de cucharas y el fin de la mañana nos pilla con ellas en la mano. Es justo y necesario. Con atmósfera ideal, un toque relajado y la compañía elegida, lo bueno sabe mejor y lo mejor, excelente. En ello andamos.


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Nº 225 – Abril de 2021 Por

Tito Vaccaro

ra.vaccaro@yahoo.com.ar

Hace un par de años, una joven japonesa alcanzó un pico de repercusión mundial. Luego de publicar varios libros sobre “el arte de organizar”, Marie Kondo, mediante sus precisas instrucciones para ordenar la casa, se convirtió en estrella de la todopoderosa Netflix. Así, en hogares de numerosos países se cumplieron las recomendaciones de la “consultora internacional”, especialista en aprovechar espacios, doblar la ropa, acomodar cacharros y desechar objetos inútiles. La propuesta se vio potenciada por la llegada de la pandemia y la consecuente propagación de consejos para combatir el tedio propio del confinamiento. El quedate en casa derivó en la necesidad compulsiva de vaciar placares, desprenderse de objetos en desuso, bucear en la oscuridad de bajomesadas, husmear rincones de algún galponcito y meter mano en los cajones hasta sacarles viruta. Las tareas, naturalmente, fueron útiles y, más allá del aporte a la higiene y el entretenimiento, permitieron

una viola te saludan en nombre de la patria”. (*) Algo pasa con Japón, donde, se sabe, el tango encontró un territorio propicio para su difusión. Y algo pasa también cuando por una hoja de revista con la imagen de otra muchacha japonesa. alguna razón los duendes saltan desde el arcón. Inmediatamente la reconoció: Cante, Serrat, cante: Uno se Ranko Fujisawa, aquella mujer que llegó a la Argentina para can- cree que las mató el tiempo y la ausencia. Pero su tren vendió tar tangos en la década del 50. boleto de ida y vuelta. Son aqueLa misma que, acompañada llas pequeñas cosas, que nos por Troilo y Grela, cantó Sur en dejó un tiempo de rosas en un una función histórica realizada en el Teatro Enrique Santos Dis- rincón, en un papel o en un cacépolo (hoy Alvear). Esa noche, jón. Como un ladrón te acechan detrás de la puerta…” en plena calle Corrientes, con Algo pasa. Perón en la platea, la visitante cantó el himno dedicado a nues- Son seres que recobran vida patra esquina mayor, la del bar sin ra buscar las manos que los abandonaron. Un par de gemetiempo que supo llamarse Nippon (“Japonés”). Y fue el mismo los con iniciales, una hebilla de Pichuco –a quien Zita en la inti- bronce con la cabeza de un caballo, el reloj cuadrado que usaba midad también le decía “japoel padre, una servilleta firmada en muchos casos recuperar sen- nés”– el encargado de presenpor compañeros del secundario tarla. Con su voz remolona de saciones en un marco ensomen la Cantina Spadavecchia, la maestro de barrio, el bandobrecido por barbijos e incertitapa de El Gráfico con la imagen neón supremo le dio la bienvedumbre. del Lobo Fischer, una medalla Durante esa lucha contra el abu- nida: “Buenos Aires, mi patria, rrimiento, en una caja de cartón el tango, te declaramos nuestra del campeonato de menores de y te hacemos un lugar en el rin- San Antonio, fotitos en blanco y grueso ubicada en el estante negro con bordes dentados cocón más puro de la orilla. Esta más alto, el flaco encontró un mo si fueran ravioles, la llave de noche, tus ojos oblicuos y brigran sobre del papel azul. Se aquel Renault Gordini. Caricias llantes entran en la emoción, dedicó, entonces, a revisar su contenido: un manojo de textos con la ganzúa de tu voz japone- y sonrisas que se quitan el velo y pueden ser vistas con claridad sa, hasta el mismo cogollo de mecanografiados, recortes de nuestro porteñismo. Un fuelle y porque están grabadas para diarios, fotos, alguna postal y

El sobre azul

siempre. Tatuajes que no se borran aunque la nube del tiempo los haya enmascarado. Con Floreal Ruiz, alguien encontrará una “Muñequita de trapo vestida de Pierrot, Muñequita de trapo, corazón de papel”. No faltará quien se arrepienta de no haberle hecho caso a Jorge Valdez cuando le dijo “quemá esas cartas…, que nadie sepa que te quise tanto, que nadie sepa, solamente Dios”. Y el Polaco Goyeneche podrá explicar que “son cosas olvidadas, esos viejos amores y al evocar tiempos mejores se van nublando nuestras miradas. El flaco, entonces, vuelve a juntar todo. Y por más que la cuñada siga afirmando con Marie Kondo que es bueno “soltar” y “deprenderse”, decide que esa tarde no va a tirar nada. Es cierto que cada cosa tiene que estar en su lugar. Pero el lugar de los recortes es el sobre azul, y el del sobre azul está dentro de la caja de cartón, y la caja de cartón debe seguir en el estante. En el lugar más alto. ----------(*) La voz de Troilo y la interpretación de la cantante durante esa función pueden escucharse en Youtube: SUR. Tango. Ranko Fujisawa con Aníbal Troilo y Roberto Grela. https://youtu.be/QnpXr7EDNj4

Un pandémico domingo de otoño O cómo salir de la rutina sin arriesgar el cuero Por

Mario Bellocchio

desdeboedo@gmail.com

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a casa es confortable. Un patio con algunos canteros y banco de plaza al frente y un pequeño jardín con patio y parral al fondo. No hay motivo de quejas mayores a la hora de soportar el encierro pandémico. Pero la rutina agobia y entristece de manera que convoca al paseo dominguero en los melancólicos tiempos del suicidio de las hojas y de algunos que deciden menospreciar los riesgos del virus. Todo ha cambiado para siempre –reflexionamos con Virginia, mi esposa, ya próximos a nuestros treinta años de libreta–. ¿Quién puede creer que volveremos al cariñoso beso en la mejilla como saludo entre amigos y conocidos? ¿Al apretón de manos como oferta de confianza? ¿Que volverán las proximiscuidades de hace poco más de un año? ¿Qué nos vamos a sacar fácilmente de encima la lavandina y el alcohol fino? A buen resguardo consciente, los adultos mayores, como se nos llama ahora evitando el despectivo "viejos", solemos optar por las caminatas mientras las tabas respondan y el contacto o la vecindad desordenada no ponga

en riesgo el cuidado salubre. De manera que para romper la monotonía también sirve el auto, un modo de aislación rodante, romperutinas y segura. El domingo en que comenzó el otoño incursionamos por los bosques de Ezeiza –más concurridos que Florida en los tiempos de bonanza–, cuyos cuatrocientos pesos de peajes –doble tasa por 15 km– invitan a responder al saludo del empleado de la cabina: "baje el arma que vengo dispuesto a entregarle el dinero". Este domingo la predisposición era más modesta: un "yiro" de parques cercanos, el "matelisto" a pleno y alfajores de chocolate negro de algún maxikiosko cercano. La gracia era ubicar un rinconcito acogedor donde bajarse y hacer el consumo disfrutando de un aire libre "distinto" del casero sin multitudes de entorno y, fundamental, encontrando estacionamiento, cosa que, a la vera de los parques, se transforma en misión imposible, por lo que el viaje derivó en recorrida evocativa de mi viejo barrio de "las casitas" de Parque Chacabuco, el de los pasajes poéticos..., De las Ciencias, Del buen Orden, De las Artes... Debajo de la autopista se ofrecía, vacante, un lugar para dejar el coche –¿Caminamos por acá? A

poco de andar la pendiente de Tejedor hacia el parque nos invitó al descanso. Sorbo de mate y mirada: De las Artes; estaba detenido en la esquina de Fernando, una familia amiga de la infancia. –Allí vivía Daniel Verdaguer –¿Cuál es la casa? –No existe, se la llevó la autopista..., quedaba ahí... –¡Ah! –Aquella casa blanca era la de Luis Moreno, –todos amigos míos conocidos de Virginia. –Aquella otra, la de la Santa Rita, era la de un "adulto mayor" al que le decíamos Cañita. Hace 70 años acá jugábamos a la pelota y cuando caía la Pulpo en su casa... –¿No la devolvía..? –¡No, peor, salía con una cuchilla y la cortaba en dos! La venganza llegaba para las fiestas ¡le llenábamos el frente de rompeportones al viejo amargo!

Un cochambroso carro tirado por caballos recogía la basura domiciliaria en la puerta de casa donde la familia la juntaba en un tacho de cinc con tapa –que no siempre "tapaba", dadas sus abolladuras– que había que ir a rescatar donde los "basureros" lo dejaran luego de descargarlo en el carro –mitad adentro y mitad afuera–.

Aquellos eran tiempos en que era otra la higiene, otro el contacto, otra la vida... Solemos decir que todo tiempo pasado fue mejor aunque solo podemos asegurar que fue distinto. Hacía más de treinta años de la gripe española de la que muy pocos tenían memoria y don Jesús el almacenero tomaba y envolvía en papel de estraza fideos, azúcar, fiambres, quesos con sus manos que acababan de despachar querosén o

Las primeras alarmas que conocimos por epidemias, allá por 1956, yo tenía 17 años, también como ahora, cambiarían muchas costumbres. Recuerdo como todo el mundo salió con su balde con cal a darle brocha a los árboles y la acaroína en los transportes públicos y la lavandina en los patios y pasillos, se anotaron como el reglamento no escrito del vecindario. Ahora el Covid nos eligió a noso-

El almacén de Jesús Gabela en Emilio Mitre y Estrada, Parque Chacabuco

anotar, mojándose en la lengua el lápiz tinta, la cuenta pendiente de pago en la libreta de tapas de hule negro... y su propio libraco. El "Gargantini", tinto, venía envasado. Pero el "Bataglia" te lo despachaba de la barrica, embudo mediante.

tros, los veteranos, como víctimas, en ese entonces fue a los pibes. Años duró la pertinacia de lisiados adultos y el recuerdo de la trágica lista de afectados en las vías respiratorias. Hasta que apareció Salk y luego Sabín con su maravillosa vacuna oral: un par de gotas en un terrón de azúcar resultaban ser la más deliciosa golosina infantil. Y ahora, los jovatos más veteranos, tenemos la primera dosis de Sputnik V –es mi caso– aplicada aquí cerca, como mirando la tribuna de avenida La Plata desde la Jacobo Urso (sólo para "cuervólogos" diplomados). Y Virginia, inscripta, aguarda el llamado mientras llegan tremebundas noticias de países limítrofes y de increíbles incrédulos que siguen provocando a su propio contagio parecería que ansiosos por desparramar al implacable virus. A cuidarse. Acá, en este barrio, cuando llegó la polio, todo el mundo entró a usar lavandina y hasta un osado llegó a exigirle al gallego Jesús Gabela, que se lavara las manos antes de despacharle medio kilo de fideos ¡Y lo logró sin remilgos!


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ejos de estar transitando un año “normal” y haber vuelto completamente a la modalidad presencial en las escuelas porteñas, la gran mayoría de las instituciones de nivel inicial, primario y secundario en la Ciudad de Buenos Aires se encuentran organizadas con modalidades combinadas, en las que parte de las clases son presenciales y parte virtuales. Algunos establecimientos que tienen habitualmente jornadas de doble turno, actualmente están asistiendo de manera presencial en uno solo de los turnos mientras que en el otro tienen actividades virtuales. Los establecimientos cuya jornada es de simple turno, si sus grupos son numerosos y tienen que dividirse para asistir alternadamente, están yendo de manera presencial día por medio. El día que no asisten al colegio presencialmente cursan de manera virtual. Más allá de esta organización, más o menos estable y pautada, en estas pocas semanas que transcurrieron de clases desde el comienzo del ciclo lectivo se pudo observar que son muy frecuentes los casos sospechosos de Covid, con lo cual es frecuente que se aíslen las "burbujas" y por lo tanto las actividades pasen a ser exclusivamente virtuales.

Por

Horacio Cafferata

hcafferata@yahoo.com.ar

Nº 225 – Abril de 2021

Escuelas porteñas hoy Modalidades combinadas y (falta de) conectividad en las escuelas de la CABA. La utópica igualdad de oportunidades ante tanto desequilibrio.

Hacia finales del año 2020 eran más de 5000 chicos y chicas en escuelas públicas de la Ciudad que no habían podido mantener vínculo con la escuela, muchos por falta de conectividad. Según estadísticas del propio Gobierno porteño, más del 20% de las personas que habitan en la Ciudad no cuentan con computadora y/o internet.

Es por todo esto que durante este año seguirá siendo imprescindible que docentes, alumnos y alumnas cuenten con dispositivos electrónicos y una buena conexión que les permita darle continuidad a los programas educativos. Lejos de que este sistema de educación virtual haya quedado atrás, será muy necesario probablemente durante gran parte del ciclo lectivo 2021. A pesar de la evidente necesidad de garantizar el acceso de todos los chicos y chicas de las escuelas de la Ciudad a tener dispositivos y conectividad, para que puedan

Muchas familias solo pueden conectarse a través del servicio de sostener sus estudios tanto de datos del celular. Siendo los celumanera presencial como virtual, lares una herramienta útil para el el Gobierno de la Ciudad de Bueacceso a internet, pero carentes nos Aires no hace avances en de todas las posibilidades que cuanto a la entrega de dispositipuede tener una computadora, vos en el marco del programa Sar- no cuentan con editor de textos miento, que parece estar totalentre otras herramientas necesamente paralizado. rias a los fines educativos. Y considerando además que los datos El año pasado, la única medida se adquieren muchas veces metomada con respecto a esta prodiante tarjetas prepagas que se blemática fue la de entregar disconsumen rápidamente, tienen positivos en condición de présta- un uso muy limitado. mo a alumnos y alumnas cuyas familias fueran beneficiarias de En este marco, en junio de 2020, la asignación universal por hijo. plena pandemia, diversas orgaAcción a modo de parche, siendo nizaciones entre las que se enesta una medida totalmente pacuentra el Observatorio del Dere-

La Puerto Rico Cerró el tradicional café notable de Alsina al 400

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na noticia a la que desdichadamente la pandemia ha ido acostumbrándonos es al cierre de locales comerciales, especialmente los dedicados a la gastronomía y en particular los cafés y bares cuya menguada concurrencia padece las consecuencias del aislamiento y las condiciones climáticas. "La Puerto Rico", uno de los Bares Notables más antiguos de la Ciudad, cayó en la volteada y no pudo soportar las imposiciones del encierro en su ubicación de la calle Alsina donde las veredas son prácticamente inexistentes. Lo cierto es que "La Puerto Rico" pudo entregar su último delicioso pan dulce en diciembre pasado y no llegó siquiera a la rosca de reyes: tuvo que cerrar sumiendo en la

liativa que no soluciona el problema de manera global.

tristeza a sus 14 empleados, a Esther Vázquez, su propietaria y a una enorme cantidad de habitués que no han podido, dadas las circunstancias, mantener su fidelidad de concurrencia. Fundado en 1887, estaba ubicado en Alsina 416 en el Casco Histórico del barrio de Montserrat.

ba una propuesta con tono de botella al mar. Cuando en 2003 la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires publicaba su "Cafés de Buenos Aires", el arquitecto Horacio Spinetto dedicaba estas palabras al "La Puerto Rico" de Alsina 420.

En 1887 se realizaba el Primer Censo Municipal, Buenos Aires demostró tener 433.375 habitantes, de los cuales 204.734 eran argentinos y 228.651 extranjeros, de estos últimos 138.166 eran italianos y 39.562 En los últimos meses sus 70 mesas para 180 comensales perma- españoles. El 28 de septiembre por Ley Nacional, fueron innecían vacías de manera que era corporados al territorio de la cuestión de tiempo el sosteniciudad de Buenos Aires los parmiento de su actividad. Su duetidos de San José de Flores y Belña, sin embargo, alberga la vaga grano, quedando determinada expectativa de que alguien quiela superficie de la Capital en ra darle continuidad y echa a rodar la esperanza a la que se le atis- 18.844 hectáreas.

Mario Bellocchio

cho a la Ciudad (ODC) presentaron un recurso de amparo solicitando que se garantice el acceso a internet en la Ciudad de Buenos Aires, pero lamentablemente esta medida no tuvo los efectos esperados. Actualmente, la distribución de computadoras a alumnos, alumnas y docentes está lejos de ser masiva, el acceso a internet del Plan Sarmiento BA no llega a todas las zonas de la Ciudad de Buenos Aires y tiene grandes problemas de estabilidad y velocidad. Esta situación no parece estar camino a modificarse ni figura en la lista de prioridades del gobierno local. Todo este estado de situación evidencia que ya a un año del comienzo de la pandemia no hemos logrado resolver cuestiones básicas que deberían considerarse prioritarias al pensar todos los temas relacionados con la educación y las políticas educativas. Continuamos en un estado de tremendo desequilibrio digital, entre otras enormes desigualdades, en donde lamentablemente no podemos hablar ni remotamente de “igualdad de oportunidades”. Casiana Grosso Docente de la Ciudad de Buenos Aires

En noviembre de ese 1887, el aire de Catedral al Sur, en el barrio de Monserrat, se perfumó con el aroma del café recién molido. Don Gumersindo Cabedo abrió La Puerto Rico, en un local de la calle Perú, entre las de Alsina y Moreno; lo llamó así, debido a que vivió algún tiempo en Puerto Rico, tierra de buen tabaco y apreciado café, sitio que Cabedo siempre recordó con mucho afecto. En Perú funcionó el café hasta 1925, año en que pasó a ocupar el local de Alsina 420, donde hoy continúa ofreciendo su hospitalidad y su buen café. José Ingenieros, Paul Groussac, Arturo Capdevilla, José Mar¡a Monner Sans y Rafael Obligado frecuentaron sus mesas. Durante muchos años fue uno de los lugares de reunión preferido de los alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, el otro, vecino, fue El (Finaliza en página 11)

La buena lectura ilumina

LUMINOSO BOEDO La aventura de Antonio Zamora y su Editorial Claridad

Miguel E. Germino

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Nº 225 – Abril de 2021 Por

Mario Bellocchio

(*) desdeboedo@gmail.com

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a avanzada la noche el pequeño Roberto no logra dormir. Acaban de echarlo de la escuela con, apenas, tercer grado incompleto(1). Sus diabluras, sus desatenciones... “¡incorregible!”, calificaría su maestra con el aire de quien se saca de encima una pesada carga. Pero no es motivo del insomnio la insoportable escuela, a fin de cuentas él se las ingeniaba para reemplazar la tabla del siete por Salgari. La verdadera causa de la vigilia es que su padre le prometió darle una paliza a la mañana siguiente. Y sabe, por experiencias anteriores, que “el viejo” Karl cumple con rigor la sentencia. Esa relación conflictiva, lacerante, sería una pesada carga a transportar durante toda la vida. El velatorio de su padre aporta una fotorecuerdo que dibuja al Arlt marcado por sus orígenes, dormido en un sillón frente al féretro, seguramente queriendo recomponer los insomnios infantiles. Alguien lo desvela y, tratando de gestar una recapacitación sobre el descuido, sólo recibe como respuesta el bofetón de una realidad que ni la muerte redime: "¿Y si era un hijo de puta en vida, por qué no va a serlo después de muerto?" Aquel primer caparazón infantil creado a la defensiva, fija domicilio en la verba mordaz que llevada a las letras entremezcla el lenguaje pulido con el de la calle, el de uso cotidiano. Su amigo Roberto Mariani lo presentaba como alguien que escribe como habla, sin prejuicios ni límites, del castizo al lunfardo sin escalas. De este modo comienza una larga lucha “contra las cuerdas” donde su mejor defensa es el ataque de la irreverencia –dotada con una soberbia de la que descree en la intimidad– que le permite construir arquetipos certeros, con carnadura humana despojada de hipocresías, a la vez que engendra odios y controversias en el ámbito literario y hasta el oprobioso mote de “escritor maldito”. Lejos de amilanarse replica: "Tengo una fe inquebrantable en mi porvenir de escritor. Me he comparado con casi todos los del ambiente y he visto que toda esta buena gente tenía preocupación estética o humana, pero no en sí mismos, sino respecto de los otros. (...) Creo que en esto le llevo ventajas a todos. Soy un perfecto egoísta. La felicidad del hombre y la humanidad no me interesan un pepino. Pero en cambio el problema de mi felicidad me interesa tan enormemente, que siempre que lance una novela, los otros, aunque no quieran, tendrán que interesarse en la forma como resuelven sus problemas mis personajes, que son pedazos de mí mismo. ('Litera-

baraza del escritor Roberto Arlt, lo saca de la literatura y lo instala en esa especie de cielo o 'más allá alegórico' habitado por los poetas locos, los enfermos iluminados, los niños irresponsables del arte. Roberto Arlt deja de ser un novelista, un dramaturgo, un hombre de ideas, para transformarse en un caso clínico o en un enigma literario". Y agrega Castillo: "Onetti, en su ensayo sobre Arlt, no puede dejar de sentir que Arlt lo está mirando con sarcasmo y desdén. Cortázar, en su prólogo a las Obras completas, lo compara con un Goya canyengue o con un Villon de quilombo, y escriun cartelón con un crosta embu- 1932 lo involucra con el Teatro tura Argentina', entrevista, be: 'Arlt me hubiera partido la tido en un “overall” azul. (...) 1929.) Pedazos de un rompecadel Pueblo de Leónidas Barletta cara de haber leído esto'. Es un Las chusmas del barrio: Son bue- para presentar la adaptación de hecho: ese bárbaro intimida. bezas que Roberto Godofredo Christophersen Arlt trata febril- nas mujeres, chismosas como un capítulo de “Los siete locos” Pero, bien. ¿Qué hacemos con mente de armar casi, podría de- ellas solas, de nariz investigatitulada “El humillado”. El suce- un genio casi analfabeto que dora y ojos tipo Rayos X. (...) O, so, en la sala de Corrientes al cirse, a partir del 2 de abril de escribía mal pero a quien le sa1900(2) cuando el barrio porteño en tiempos de café inalcanzable, 1400, seguramente lo seduce. lían novelas como 'Los siete loPero sólo es el inicio. Pronto co- cos'; cuentos como 'El Jorobade Monserrat lo oye llegar a este el elogio agridulce del capuchino: Minga de café, abstención mienza a explorar las nuevas mundo. dito', 'Luna roja' o 'El traje del completa.¿Y qué le queda a ustendencias de los renovadores fantasma'; obras de teatro coted? Reducirse al capuchino, al europeos. En “300 millones”, De los 15 a los 20 años practimo 'El desierto entra en la ciuinnoble y seductor capuchino. por primera vez un personaje qué todos los oficios. Me echadad', 'Saverio el cruel', 'La isla (...) Relatos donde los lectores central contradictorio, imagen ron por inútil de todas partes. desierta'? O admitimos que es de las luchas del hombre ante la algo así como el Mahoma de A los 22 años escribí “El juguete se sienten en un balcón privilegiado de observación social que imposibilidad de concretar sus rabioso”, novela. Durante cuanuestras letras (ya se sabe que frecuentemente los incluye cofantasías, abandona el realismo Mahoma nunca aprendió a tro años fue rechazada por tomo personajes. imperante en nuestro medio tea- leer, lo que no le impidió dictar das las editoriales. Luego entral para incursionar con audacontré un editor inexperto. el Corán) o nos decidimos de Superficial en la ortodoxia litecia en planos metafísicos que En 1924 la “Editorial Claridad” una vez a examinar más de cerraria, profundo en la observacobran dimensiones inéditas en ca nociones como 'cultura' y 'esde Antonio Zamora comienza a su casi desconocida obra “El fapublicar su colección “Los Nue- ción de los tipos humanos que tilo' cuando se habla de Arlt". fotografía en su obra, accede a la bricante de fantasmas”. vos”, mentora destacada del Grupo Boedo. A ella se presenta tarea periodística como náufra¿Quién era Roberto Arlt? ¿El Si una medida cierta de las virel joven Roberto Arlt con su ma- go que se aferra a la rama que le padre entrañable-insufrible que tudes la da la vigencia, puede nuscrito de “El juguete rabioso”, permite la flotación del sustendescribe su hija Electra Mirta, to. Avido coleccionista de odios observarse que mientras los lipero no puede conseguir un esnombres con que él la bautizó? y amores, cosecha el rechazo bros de sus críticos contempopacio para su obra. Un par de ¿El genio que describe Onetti? purista de sus pares del que reráneos juntan en los estantes el años más tarde, ya como secre¿El octavo loco? ¿Un escritor niega con mordacidad: Se dice polvillo de la inmovilidad, la tario de Ricardo Güiraldes, loque compensó ampliamente de mí que escribo mal. Es posiobra de Arlt sigue luciendo la gra su publicación y comienza a con su vuelo las carencias literable. De cualquier modo no tenpulcritud que le da su activa con- rias? ¿El inventor de delirios participar en la prestigiosa redría dificultad en citar a nume- sulta. Y si de perdurabilidad se vista “Proa” sentando las bases que le permitieran una existentrata, en momentos en que el de un naciente prestigio que co- rosa gente que escribe bien y a cia con menos precariedades? negro designio de los detentamienza a consolidarse con el ter- quienes únicamente leen co¿El frontal y soberbio o el ciclorrectos miembros de su famidores de “la sartén” por el mancer premio municipal de 1929 tímico que oscilaba violentalia”. (Prólogo de “Los Lanzallago –y el mango también– some- mente hacia el desprecio de sí para “Los siete locos”. te al mundo al horror de una El ascendente camino tiene grie- mas”, 1931.) mismo? ¿El desmesurado, que Frecuentemente el suceso de su nueva guerra, las palabras de tas. No es Roberto Arlt un indioponía una coraza a la medioRoberto Arlt reafirman la inma- cridad o un gladiador solitario viduo maleable dispuesto a acep- novelística y más aún el de su nente presencia de las luchas de que luchaba por la trascendentar disciplinas de conjunto o con- trabajo periodístico ocultan al Roberto Arlt dramaturgo. Brilos sometidos por emerger la ductas convenientes. Sus comcia? llos que preceden a la profundicabeza sobre las aguas del somepañías habituales no suelen ser dad de “El desierto entra en la timiento, aunque sólo fuera pa- Ser olvidado cuando muera, lo que la ortodoxia indica para ciudad” y “300 millones”, traba- ra recobrar la respiración: "Jaun escritor. Desde sus 20 años, esto sí que es horrible. (...) Sin jos que la decantación de los más será superado el feroz ser- embargo, algún día me moriré cuando había escrito un ensayo vilismo y la inexorable cruelsobre “Las ciencias ocultas en la años ubican como verdaderas y los trenes seguirán caminandad de los hombres de este siciudad de Buenos Aires”, los per- bisagras de la dramaturgia ardo y la gente irá al teatro como gentina del siglo XX. En los últi- glo. Creo que a nosotros nos ha sonajes marginales, logias y sosiempre y yo estaré muerto, mos diez años de su trayectoria tocado la horrible misión de ciedades secretas, sobrevuelan bien muerto, muerto para toda parece haber encontrado en su asistir al crepúsculo de la piepermanentemente su vida y la vida. dad, y que no nos queda otro obra, incluyendo la periodística. producción teatral el curso por donde fluir finalmente. En vano remedio que escribir deshechos Sin embargo –recuerda su hija Mario Bellocchio/ promete una novela posterior a de pena, para no salir a la calle abril de 2003 Mirta– el “vago, fracasado y lo“El amor brujo” de 1932, el cami- a tirar bombas o a instalar prosco”, como su entorno había co(1) El imaginario relato del insomnio no está marcado. Para el crítico tíbulos"". Idea que transportamenzado a considerarlo, se tordel pequeño Roberto, está basado en ría al ficcionario de sus “siete na un entrañable, activo y famo- Jorge Dubatti: "unos sostienen palabras del propio Arlt: (...) he cursaque Arlt se habría identificado locos” donde Erdosain, Ergueta, do so cronista con el suceso de sus las escuelas primarias hasta tercer con la mística del teatro indeel Rufián Melancólico y los de“Aguafuertes porteñas” para el grado. Luego me echaron por inútil. Investigaciones posteriores que siguiediario “El Mundo”. No hay ofici- pendiente, llevado adelante por más intentarían financiar la reactores no profesionales, simvolución... instalando una cade- ron puntillosamente las huellas de Arlt, nista, empleado, obrero, homubican los últimos pasos del escritor na de burdeles. bre o mujer de la pelea cotidiana patizantes con la izquierda; por la primaria, en quinto grado (Angel otros, que habría descubierto que no se vea reflejado en alguO. Prignano, Buenos Aires: El barrio en el lenguaje teatral la capaci- ¿Quién es Roberto Arlt? ¿El úni- de Flores y sus hechos, Junta de Est. na de las agudas crónicas: Hist. de S. José de Flores, 2002.) dad de llegar, en forma directa co escritor rioplatense capaz de El obrero con la “elegancia” de (2) Nacimiento: 2 de abril de 1900 seposeer el calificativo de genio, sus ropas de trabajo: Me encan- y amena, a un público masivo gún el propio Arlt. Para Prignano la e, incluso, iletrado y analfabecomo afirmaba Onetti? O, al de- fecha precisa es el 26 de abril de 1900, tan estas roperías-cavernas to". Quizás ese haya sido el discir de Abelardo Castillo, "la defi- en Bartolomé Mitre 677 (Piedad). que se titulan “El hermano del parador que el 3 de marzo de nición contundente nos desemobrero” y que lucen en el frente

121 años de Arlt

Líderes


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Nº 225 – Abril de 2021 Sábados, domingos y feriados de 9:30 a 20:30 hs. - Museo de Arte Moderno de Buenos Aires Av. San Juan 350 - Teléfonos: 4342 3001/2970 E-mail: mambapress@buenosaires.gob.ar Horario: Martes a viernes: 11 a 19 hs. Sábados,

Agenda Cultural

domingos y feriados: 11 a 20 hs. Lunes cerrado (excepto. feriados). Biblioteca y centro de documentación: Adolfo Alsina 963, PB Horario: De lunes a viernes de 10 a 17 hs. Tel: 4342-3001 int. 26. Consultas:

Mesa de publicaciones

“Desde Boedo” y “Baires Popular” Sábados de 10:30 a 12:30 en la esquina de Boedo y San Ignacio (vereda del Margot) Periódico Desde Boedo, Ediciones BP, Papeles de Boedo y otras publicaciones y ediciones barriales. Venta de material fotográfico (Boedo antiguo) restaurado por Mario Bellocchio.

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Fabián Mettler conversa con Norberto Galasso Escuchalos los domingos a las 13 hs. en: www.radiocaput.com

bibliotecamamba@gmail.com Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. Suipacha 1422 - Tel.: 4327-0272 / 0228 / 0183. E-mail: mifb_prensa@buenosaires.gob.ar Horario: martes a viernes de 14 a 19 hs. Sábados, domingos y feriados de 11 a 19 hs. Lunes cerrado. Museo Nacional de Arte Decorativo Dirección: Av. Del Libertador 1902 Tel.: 4801.8248/4802.6606 E-mail: museo@mnad.org Horario: martes a domingo de 14 a 19 hs. Servicios: V. guiadas: miércoles y viernes 16.30 hs, escuelas y otras instituciones con cita previa. Biblioteca, tienda y cafetería. Museo Libero Badii 11 de Septiembre 1990 Tel: 4784.8650, 4788.0494 E-mail: fundacion@bancofrances.com.ar Horario: lunes a viernes, de 10 a 18 hs. Servicios: Bibliografía del autor p/consulta Museo de Arte Popular José Hernández Av. del Libertador 2373 / Tel.: 4803.2384. info_hernandez@buenosaires.gob.ar Horario: Mié a vie de 13 a 19 hs. Sáb, dom y feriados de 10 a 20 hs. Servicios: Biblioteca y Archivo Documental: consultar telefónicamente. Visitas Guiadas: reservar telefónicamente. Servicios para escuelas. Museo Nacional de Grabado Agüero 2502. Sede ubicada en el predio de la Biblioteca Nacional. Tel./fax: 4802-3295 .E-mail: prensa@museodelgrabado.gov.ar Horario: consultar. Escuela Museo General Urquiza Yerbal 2370 = Tel./fax: 4612-0566. E-mail: escuelamuseo@hotmail.com Horario: Concertar telefónicamente. Museo de Arte Español Enrique Larreta Juramento 2291 (C1428DNK) Tel.: 4784-4040/ 4783-2640 E-mail: museolarreta@buenosaires.gob.ar Horario: Lunes a Viernes de 13 a 19 hs. / Sábados, Domingos y feriados de 10 a 20 hs. Servicios: Biblioteca y Archivo

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Nº 225 – Abril de 2021 (Viene de pág. 8)

La Puerto Rico Querandí. El pintor Willy Guzmán, el fotógrafo Alberto A. López, el relojero urbano Alberto Selvaggi, el arquitecto José María Peña y sus colaboradores del Museo de la Ciudad, son algunos más, entre sus tantos, y consecuentes clientes. (...) La fachada de La Puerto Rico combina el granito negro revistiendo las muros, con las amplias vidrieras, la carpintería de madera y su puerta de dos hojas, con vidrios esmerilados con la síntesis de una taza de café y su nombre. En la vidriera aparece el muñeco característico del local, un negrito con ropa blanca y sombrero anaranjado. El frente se completa con dos toldos verdes. El salón, de generosas dimensiones, tiene alrededor de 7o mesas, redondas y rectangulares con tapa de mosaico granítico que lleva incrustada, en estaño, el nombre del café, la base es de madera. En las paredes la boiserie alcanza una altura de dos metros, que intercala espejos de medialuna, donde se reflejan las siete columnas existentes. El piso de mosaico granítico decorado, tiene alusiones a su nombre, y estilizadas figuras de negritos y de barcos de vela triangular. Una baranda de madera tor-

neada, divide en dos al salón. En el mostrador próximo al acceso, se vende café recién molido, aproximadamente 180 kilos diarios. Hay además, bombones, masas secas y facturas. Un afiche de Gardel, con sombrero y clavel rojo en el ojal; las plantas; el Diploma del Museo, y el paño con vidrio decorado en el cielorraso, dejan su impronta entre los detalles de la ambientación.

el ochenta y pico.../ viviste el florecer/ del alma nacional..." Un señor, mientras espera que el mozo traiga el pedido, conversa con su nieto, y le cuenta: "en una de esas mesas tuve la primer cita con una chica; desde entonces para esa fecha nos encontramos aquí todos los años, sin haber faltado ninguno, ya pasaron cincuenta, a tu abuela le encanta venir..." ...................

La concurrencia es variada, lo mismo que la consumición, si bien gana el café, ya sea solo o con leche y medialunas, los sandwiches especiales de pavita con tomate, o los de pan negro con jamón crudo y queso, son muy solicitados, lo mismo que los submarinos, la torta de manzanas, los scons, y también ahora, las pizzas, en los modelos clásicos.

Dice Gustavo López, vicepresidente de ENACOM, presidente del partido FORJA, Abogado, periodista y docente.

Los mozos, varios con muchos años en la casa, visten pantalón negro, camisa blanca, chaleco y moño a cuadritos rojos y negros. Una foto de los intérpretes españoles Angela Molina y Manuel Banderas, nos recuerda que algunos pasajes de la película de Jaime Chávarri, Las cosas del querer II se filmaron en este café. Francisco Lacal Montenegro, habitué de toda la vida, es el autor del tango Café de La Puerto Rico: "...estampa del ayer/ porteño y señorial,/ que allá por

Filipiscopio

"La Puerto Rico.., fui todas las mañanas, de lunes a viernes entre 1970 y 1974 mientras estudiaba en el Nacional Buenos Aires. Mi padre y abuelo tuvieron durante 50 años un negocio en la vereda de enfrente, Alsina 445. Seguí yendo con mis hijos y allí falleció mi viejo, mientras desayunaba, en 1992." (...) “Los bares notables y los bares clásicos son parte de la identidad de la ciudad. Si uno pierde su identidad, pierde los rastros de su propia historia. Es obligación de los gobiernos ayudar a no perder esos rastros. La Puerto Rico es un bar del siglo XIX. Da mucha tristeza. 50 años de recuerdos que quedarán en mi memoria y en mi corazón."

“Protección”

Por

Mario Filipini

correo@mariofilipini.com.ar


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Nº 225 – Abril de 2021

Por

Edgardo Lois

elois_ar@yahoo.com.ar

E

scribo sobre fantasmagorías de mi ciudad. Y entonces cada uno con la suya. Escribo sobre el arte de representar aquello que ya no es, y que, sin embargo, con mayor o menor turbación para nuestro puñado de almas, sigue existiendo, continúa de nacimiento, de creación, una criatura que asoma y toma forma desde el sueño memorioso, por lo general feliz, de la infancia y la juventud. Una fantasmagoría de mi Buenos Aires, un refugio que ya no pertenece a la realidad de estos días. Pero regresa, puede hacerlo, desde el más allá de nuestra eternidad limitada. El tiempo avanza inexorable en su andar recreativo de guadaña. Cada hombre se funda en la construcción de su ciudad. Pero los guiños del sol y la luna van opacando ese hogar. Esa manera de estar que tiene la vida: al tiempo que avanza, y ella que cede, descuenta. La ciudad se irá refundando como otra. Una pura otredad a la vista que apenas, y con suerte, deja unos pocos mojones del ayer marcados en un mapa del tesoro que no importa a neopiratas. Ciudades perdidas para muchos ausentes de cuerpo presente. Pero la que ayer fuera centro de universo no completa el tango triste cuando el ciudadano activa el artilugio mágico de la memoria, su mecanismo de refugio, de regreso creativo. Escribí unas líneas que reflejaban un recuerdo de mi infancia. En pandemia vi, sobre Avenida Garay, un hombre que, en lugar de protegerse del virus con barbijo, usaba una recreación perfecta de la máscara de la Momia de Titanes en el Ring de Martín Karadagian. La momia descubierta, tan cercana en cuadras a lo que fuera el Cine Nilo sobre el mil y pico del ayer de Boedo, lavaba autos dentro de una sombra generosa. Envié el textito al amigo poeta Rubén Derlis. Festejó la semblanza, y anotó: Siempre es un rescate. Rescate, palabra muy querida por Santoro. Contesté que sí, que rescatar es salvar, traer desde la picadora universal. Sacarle la letra del buche. Un acto de resistencia poética, diría el amigo poeta José Muchnik, conocido como Josecito de la ferretería, una nave que fuera de su padre, aterrizada en el 1561 de Boedo. Derlis agregó: Y no se equivoca. Estoy seguro de que en ese momento Derlis se abrazó a la palabra resistencia, poética y de las otras que también lo son, porque la poesía anda siempre en el aire que toman todas las cosas y

Fantasmagorías de Buenos Aires

los seres de este mundo. Y Derlis anotó: Yo, en lo más profundo e íntimo siento que ya no tengo “mi” ciudad, sino que estoy viviendo en una ciudad de otros. Pero bueno, a llorar a la iglesia. Te digo que este tema da para un seminario. Rubén Derlis escribió en Guía para vagabarrios (2003): (…) Por las calles de Boedo lo invisible permanente rebasa de emociones el alma, hay que sostener muy fuerte el corazón, amarrarlo a la hombría, para que las palabras vueltas poemas en cada esquina no le desacomoden peligrosamente los latidos, porque este es esencialmente un barrio para sentir. (...) En este barrio, casi no quedan cosas materiales que palpar, talismanes porteños de invocación para acercar la magia: la puerta y el cancel de la casa donde habitó un pintor, el café convocante de los últimos y veros bohemios, la mesa predilecta del poeta junto a una hiniestra inexistente. (...) Quedan escasos lugares visibles de aquellos que cobijaron a los tantos nombrados (...). El hombre lo sabe, y trata de empatar la historia con la emoción que lo habita. Él también es como una ciudad que vuelve cuando se encuentra con su propia mirada en el espejo del baño. Resistencia poética proclama José Muchnik. En su libro Josecito de la ferretería (2015) rescata su ciudad de infancia, su mirada del barrio desde el mostrador de los días. Escribir es resistencia poética, es rescatar la ciudad de ayer para que no desaparezca de la memoria, para que siga siendo base de los gestos elegidos desde cada identidad alumbrada. Orbitando la ferretería escribí hace un tiempo: “Parado frente al 1561 de Boedo pensé en mi amigo poeta José, Josecito de la ferretería.

Pensé, frente a la persiana baja del negocio de hoy: Por acá anduvo, a mediados del siglo pasado, Josecito, el pibe que devino poeta, el poeta que hoy vive en Montmartre, el que se tuvo que rajar cuando fuimos derechos y humanos. Aquel pibe, en aquellos días, inició la escritura del mejor de sus poemas: el de la fundación de su memoria de Buenos Aires, una galaxia ferretería tan generosa para guardar afectos, y para después querer anotarlos en tanto libro. // Caminé hasta el 1561 de Boedo porque la escritura de una nota de José renovó la esperanza, y el credo asumido alrededor de quien trabaja de palabrero. // El buen fantasma de la ferretería como memorial. También hubo sol. (…) De regreso al refugio anoté alegría en esta tarde de aislamiento”. Los lugares de pertenencia, de identidad, que hacen a las ciudades, que nos irá ocultando el transcurrir de nuestro tiempo, crecen, se dan desde la naturaleza humana, las maneras de ser y las historias de las personas que, en tanto mortales, van quedando en la memoria de momentos y ambientes. Desde estas ciudades volvemos con la caricia de la nostalgia, el toque melanco, la saudade. Al poeta Derlis le contaba que me siento extraño visitante en una ciudad que no me gusta. La arquitectura se mueve, apresta su juego de escondidas. No adhiero a ciertas ansiedades que no hacen más que allanar el desesperado interés por lograr la abundancia de moneda. Llegado desde mi ciudad busco la vieja encrucijada de San Juan y Boedo, busco el boliche mistongo donde era una fiesta entrarle al especial de salame y queso junto a una ventana. En sus bal-

dosas vivían remembranzas de mesa de café, dentro de una panvarias Buenos Aires. Y después talla, o mientras se otea el techo me gustaba más la ciudad que del refugio desde la cama. contenía al amigo poeta Rafael Vásquez en su café La Junta de Edgardo Lois / Abril 2021 / 1810, sobre Avenida de Mayo, a Buenos Aires cuadras de su casa. Me gusta cómo sigo viendo al poeta, tan parecido al Quijote, Hugo Saler- (Viene de pág. 2) no, que ya partió para su ciudad, EDITORIAL ahí la mesa donde escribió su La línea 147 Baldío natal. ¿Dónde lo veo?, en la trastienda del café Margot, 266 operadores mensuales a 6.384, por donde sigo saludando a tantos $ 360.724.281. ausentes que, de vez en cuando, ? y 80 aparecen por mis escrituras del puestos de trabajo mensuales a 1.920 regreso. Tantos buenos fantaspor $ 23.040.000. mas en Margot. Hola, Profe Ricardo De Biase, poeta. Hola, Sil- La Licitación fue adjudicada a la empresa GIV S.R.L. via Palferro, poeta. Hola, AlfreSin nueva licitación, el GCABA le incredo De La Fuente, poeta, escrimentó el objeto de su contrato en aproxitor. La ciudad, la mía, la que ya madamente 2.400% por un monto cerno es y sigue siendo, quedó más cano a los 750 millones de pesos. a la vista dentro del silencio del Esta modificación contractual es posible aislamiento primero. Sin la velo- gracias a los superpoderes que otorgó la cidad de la bulla era más fácil Legislatura a Rodríguez Larreta. encontrar sus señales en pandemia. Una ciudad más solidaria, El por qué no tan de emprendedores con Esta privatización, donde la empresa no realiza ninguna inversión y tampoco calculadora. aporta un conocimiento técnico especial, pone en evidencia la intención del Esta ciudad de Buenos Aires no GCABA de tercerizar la prestación del es la mía, y sin embargo sigo servicio para que una empresa gane dinesiendo en ella, la dama que me ro precarizando trabajadores. lleva mientras somos dueños de la maravillosa calesita de la me- Un ejemplo moria. La vida es con cada vuel- Aquí un caso paradigmático de la precata. Siendo extraños en el prerización laboral que sucede en la empresente, ante la percepción de ausa GIV S.R.L., premiada por el GCABA: sencia, comienza a girar el meca- M fue trabajadora de la Línea 147 desde 2017 hasta 2020. Durante la pandemia, nismo del mágico artilugio que reconstruye ciudades dentro de en el pico máximo de atención debido a nuestra presencia poética, siem- la conformación de un equipo especial pre barquitos de papel en el cau- para atender consultas sobre COVID19, se vio forzada a renunciar al ser víctima ce del río que nos lleva. de violencia laboral y hostigamiento. Escribió José Muchnik en su Buenos Aires Guía poética Testimonio (2002), más precisamente en “La empresa me pagaba las horas exComo una nostalgia abierta avi- tra por fuera del contrato, que además sa al caminante: (…) No sé si le estaba mal registrado y con fechas alteradas. Cuando pasamos a modalidad servirá esta ayudita, ya le dije, de teletrabajo se aprovecharon para acá se vive del rebusque, cada obligarnos a estar disponibles a cualuno se fabrica sus nostalgias, con sus pentagramas, sus vacíos quier hora y bajo amenaza de hacernos trabajar los feriados. En abril modiy sus silencios. No hay recetas. ficaron el contrato y comenzaron a (…). descontarnos todo el tiempo que no estuviéramos online. Dentro de esa En Desde estos años (2017), en modificación, agregaron que las horas el poema Badalona, Derlis y la extra se pagarían como productivas, lo receta para habitar su fantasque significó perder las horas extra que magoría de la ciudad: Cuando a habíamos trabajado el mes anterior”. dos manos y entrecerrados ojos La privatización cuestionable / escarbo en mis entrañas, / me Además de estas irregularidades en las toco Buenos Aires / y su magia condiciones laborales, es muy cuestioconvoca la poesía. // Allí están nable que el GCABA otorgue a un privado tus esquinas de veladas nostalla atención al ciudadano sin necesidad gias, / tus calles donde yacen técnica o de capital que avale esta decibajo el absurdo asfalto / adoquisión privatizadora. nes insomnes y fragmentos de vías, / y mi vagar por “los baEl sometimiento a los trabajadores y rrios amados”, / cenizas de a los usuarios del servicio otros sueños. (…). El GCABA se libera de la responsabilidad y otorga vía libre a la precarización y súNo, no hay receta para la fantas- per explotación de trabajadores que además se ven sometidos a violencia y hostimagoría que represente el fangamiento y resultan obligados, dado el tasma que somos en la ciudad otra, y el que seremos cuando el sistema operativo a que se los somete, a dejar a los ciudadanos sin la atención último giro de la calesita. Pero que requieren en las llamadas, en la maen el mientras tanto importa el yoría de las oportunidades. recuerdo, y las herramientas del artesano: un poema, una foto, Informe extraído de la nota del una caricia, un beso, un escena- Observatorio del Derecho a la Ciudad rio, una película, una charla; he- Jonatan E Baldiviezo rramientas a la mano sobre una @jonatanbaldivie


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