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Las energías renovables en la era del libre mercado

Lic. Martín DAPELO

Consultor en Eficiencia Energética y Energías Renovables, socio fundador de ON-Networking. info@on-networking.com

La reciente Resolución 379/2025 de la Secretaría de Energía, que crea el Programa de Gestión de Demanda de Energía, marca un avance en la política energética al buscar la participación activa de grandes usuarios y distribuidoras para reducir el consumo en picos. Sin embargo, para que este mecanismo alcance su máximo potencial y se democratice, es crucial integrarlo con el concepto de Generación Distribuida (GD).

La GD no solo es una tendencia global, sino el cambio de paradigma necesario para la verdadera transición energética en Argentina.

Un Cambio de Paradigma en el punto de Consumo

El modelo energético está “cambiando por completo” al pasar de una generación concentrada y centralizada (grandes centrales hidroeléctricas o termoeléctricas) a un esquema donde se genera energía en el punto de consumo. Esta es la esencia de la Generación Distribuida, especialmente la solar fotovoltaica instalada en techos de hogares, comercios e industrias. Este nuevo modelo convierte al usuario de un rol “pasivo” (solo consumir y pagar) a uno “activo” (gestionar, medir, generar y consumir su propia energía). Este cambio de mentalidad y capacidad tecnológica es fundamental para el éxito a largo plazo del Programa de Gestión de Demanda (PGD) de la Resolución 379/2025.

La GD como Herramienta Estratégica para el Pgd

El PGD actual se enfoca en que los Grandes Usuarios (GUMA, GUME, GUDIS) oferten una reducción de su carga a cambio de una remuneración, una herramienta de respuesta a la demanda (Demand Response). No obstante, la Generación Distribuida eleva la capacidad de respuesta a la demanda a un nuevo nivel:

1. Reducción Activa y Descentralizada de la Carga: Un usuario-generador con GD no solo reduce su demanda de la red en un momento crítico, sino que aporta su propia generación al consumo interno, disminuyendo su requerimiento neto. En ciertos casos, incluso puede inyectar excedentes, aliviando la carga de la red de manera instantánea y localizada.

2. Mitigación de la Crisis de Infraestructura: El sistema eléctrico argentino sufre de una crisis de transporte y distribución, con vastas redes de alta tensión y una infraestructura que a menudo es insuficiente para afrontar los picos. La GD combate este problema al aliviar la presión en las redes locales (distribución) y evitar la necesidad de transportar grandes bloques de energía desde centrales lejanas, lo que se vuelve crítico en épocas de calor extremo cuando la demanda se dispara.

3. Incentivo Financiero y Mayor Adhesión: Si bien el PGD ofrece una compensación por la no-demanda, la GD ofrece un doble incentivo: ahorro en la factura por autoconsumo y un potencial ingreso por inyección (Net Billing). Esta ventaja económica robustece el business case para las empresas y pymes, haciendo más atractiva la adhesión a cualquier esquema de gestión de demanda basado en la autogeneración.

Desafíos Pendientes para la Expansión de la Gd

A pesar del potencial sinérgico entre la GD y la gestión de demanda, desde el sector de renovables señalan que el crecimiento de la Generación Distribuida en Argentina está frenado por desafíos estructurales, lo que limita su capacidad para potenciar el PGD:

  • Financiamiento e Inversión Inicial: El principal escollo sigue siendo el alto costo de inversión inicial para pymes y hogares, agravado por la incertidumbre macroeconómica y las altas tasas de interés.

  • Barreras Burocráticas y Regulatorias: La falta de alineación de las provincias (como Buenos Aires) con la Ley Nacional de GD y las trabas burocráticas para obtener un medidor bidireccional, demoran la expansión del parque instalado.

Conclusión: La Sinergia Necesaria

La Resolución 379/2025 es un paso en la dirección correcta para aumentar la resiliencia del sistema eléctrico en Argentina. No obstante, mientras el PGD opera como una medida de respuesta en la demanda, la Generación Distribuida es la solución estructural que transforma el mercado.

Para que el programa de gestión de demanda sea sostenible, masivo y verdaderamente eficaz contra la crisis eléctrica, es imperativo que la Secretaría de Energía y el gobierno nacional prioricen el despegue de la Generación Distribuida. Esto implica facilitar el financiamiento, reducir la burocracia y actualizar las normativas técnicas. Solo integrando a los millones de usuarios que pueden convertirse en generadores activos (Generación Distribuida) se logrará el objetivo de asegurar el suministro a largo plazo y la plena libertad de elección de los consumidores que garantiza la Constitución Nacional.

La clave no es solo reducir el consumo, sino gestionar la energía de manera inteligente y fluida, y la GD es el motor de este nuevo paradigma.

Lic. Martín Dapelo
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