INVESTIGACIÓN CLÍNICA
E
n últimos años, los ortodoncistas y demás clínicos de odontología han utilizado radiografías bidimensionales para estudiar el desarrollo de estructuras craneofaciales; sin embargo, el mayor inconveniente de estas radiografías es que sólo dan una vista bidimensional, cuando el complejo craneofacial es tridimensional. Una alternativa ideal es la tomografía computarizada Cone Beam, ya que esta herramienta diagnóstica permite estudiar a plenitud todos los elementos anatómicos. Para Fiaho, una de las estructuras anatómicas
que se puede analizar a detalle es la articulación temporomandibular (ATM), la cual se puede observar y medir.1 Ésta es una de las articulaciones más importantes y complejas del cuerpo,2 siendo la única que se caracteriza por trabajar sinérgicamente con la del lado opuesto de forma sincrónica.3,4 Es bicondílea y está formada por dos superficies convexas (cóndilo mandibular y proceso articular del temporal) recubiertas por fibrocartílago; es una articulación sinovial bicondilar. Se constituye por un cóndilo mandibular que se ajusta en la fosa del
hueso temporal, y estos huesos a su vez se encuentran separados por un disco articular.4 Comprende un conjunto de estructuras anatómicas que establece una relación entre hueso temporal, proceso articular y fosa mandibular del temporal. La salud y el equilibrio de la articulación temporomandibular debe considerarse como parte fundamental del crecimiento de cada sujeto y, por ello, en el diagnóstico y tratamiento, ya que ésta es una parte primordial del sistema estomatognático.
Antecedentes El primero en incursionar en esta nueva tecnología fue el italiano Mozzo et al., de la Universidad de Verona, que en 1998 presentaron los resultados preliminares de un nuevo equipo de tomografía computarizada para imágenes odontológicas.5
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Los sistemas que existen actualmente son más fáciles de utilizar y accesibles para el paciente. Esta combinación de factores hace que las radiografías en 3D sean cada vez más utilizadas en odontología; por ello están ocupando un puesto importante en la modalidad de imágenes para el ortodoncista. Sin duda, la historia de la TCCB apunta para ser la imagen tridimensional que será utilizada de forma más amplia y rutinaria en odontología.6,7 El equipo de TCCB presenta dos componentes principales, posicionados en extremos opuestos de la cabeza del paciente: el tubo de rayos X, que emite una haz en forma de cono, y un detector de rayos X. El sistema tubo-detector realiza sólo un giro de 360 grados en torno a la cabeza del paciente y el equipo adquiere una imagen base de dicha cabeza.7
Figura 1. Tomógrafo Picasso Master de Vatech.
DENTISTA&PACIENTE
Debido a su haz de rayos X en forma de abanico, la tomografía computarizada de haz volumétrico sólo necesita un giro alrededor del área de interés para obtener la información necesaria para la reconstrucción de la imagen.9 El tiempo de examen puede variar de 10 a 70 segundos