Bajo la luna de un vampiro

Page 260

Sus ojos parecían lejanos con una combinación de ira y pesar, pero Christian no hablaba, tenía miedo de respirar siquiera y poner fin a sus revelaciones. Finalmente estaba hablando de su matrimonio, y aunque sabía que el hombre no la había tratado bien, no conocía todos los detalles, y sospechaba que necesitaba saberlos para poder manejar las cosas. ― En fin, ― dijo Carolyn con un suspiro. ― Lo siguiente que supe era que me había comprado otro café, me acompañó a una mesa y estaba charlando conmigo... ― Ella hizo una mueca y dijo, ― Brent se había ido hacía casi un año, y yo estaba sola, por eso había ido a la cafetería en primer lugar. Allí había gente, ruido y... Ella se encogió de hombros. ― Nos acabamos quedando allí toda la tarde. ― Era encantador y dulce, y deslumbró con todo, con la atención, las miradas de admiración, las bonitas felicitaciones, y todo lo que era ese hombre inteligente y exitoso de negocios. ― Ella soltó un bufido. ― Me dijo que era vicepresidente de finanzas en una gran empresa internacional, con sede en Toronto. Más tarde supe que también era mentira. Pero que también lo era todo lo demás, ― dijo con cansancio y se quedó en silencio brevemente antes de admitir. ― Después, en un raro momento de honestidad le dejé, Robert me dijo cuán patéticamente fácil había sido para él hacer que lo quisiera. Se jactó de ello en realidad. Apenas había tenido que trabajar en ello en absoluto. Poco encanto, algunos cumplidos, un par de citas y besos, flores y… ―como él lo puso― un poco de tonterías acerca de cómo nuestro feliz accidente debió ser el destino que nos empujara a estar juntos, y ya con eso me convenció fácilmente de volar a Las Vegas para una boda rápida. Él lo mataría, decidió Christian con calma. Cazaría al hombre al menos y… ― Luego volamos de vuelta a casa para encontrar al abogado de mi padre en la puerta de mi apartamento. ― Te volviste de pronto en alguien casada y rica, ― dijo él en voz baja. Carolyn asintió con la cabeza y dijo con amargura, ―La chica más afortunada del mundo: un nuevo esposo encantador, y ahora una herencia inesperada de la que ninguno de los dos sabía, es decir, yo no sabía de ella, así que, ¿cómo podría saberlo él, verdad? Carolyn negó con la cabeza y dijo con gravedad, ―No importa cómo se comportó y lo que dijo, yo tenía la certeza de que me había casado por amor y no por dinero y todo lo que podría resultar de ello.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.