entender e interpretar la arquitectura ha de trazarse un recorrido histórico enraizado en el tema de la estética de la construcción primigenia basándose en las técnicas rudimentarias del tejido y del anudado. Propone entender el origen de la arquitectura a través de la definición de cuatro elementos fundamentales claramente identificables,2 ya no a través de la adopción del mito del origen de la cabaña primitiva de Marc-Antoine Laugier. Banham, en Teoría y diseño en la primera era de la máquina,3 plantea la analogía entre la evolución y la conceptualización de la arquitectura moderna junto con el desarrollo posterior de la técnica desde la revolución industrial hasta la Bauhaus. El aspecto de todos los objetos está definido por la técnica. Se toma como referencia la máquina, entendida como el artificio a partir del cual la cotidianidad del siglo XIX se transforma en velocidad, eficiencia y economía. La imagen de los edificios de la contemporaneidad está definida por los avances técnicos en aspectos como la electricidad y la química domésticas, la construcción naval, la línea de ensamble automotriz, los materiales de la era espacial y, se deduce hoy, la era de la información. Se presenta la aplicación razonada de materiales a partir del cálculo de su resistencia; tal es el caso de la madera, la piedra, los mampuestos, el hierro, el concreto, el vidrio y los polímeros. La estructura y el cerramiento se independizan, el cerramiento se despoja del compromiso portante y la estructura se deshace de la masividad muraria. La cuestión sobre el ornamento en la fachada se revisa e inicia un largo y perdurable proceso de valoración en torno a su pertinencia o eliminación.4 Colquhoun, en Arquitectura moderna y cambio histórico, critica la postura de Banham en las implicaciones maquínicas de la definición del movimiento moderno. Colquhoun no reconoce la aparente discontinuidad entre la obra de Richard Buckminster Fuller y la de Le Corbusier, promulgada por Banham; establece su propia relación con el momento histórico a partir de la evolución técnica. Si bien el trabajo del primero se basa en enaltecer los avances técnicos de los materiales, el trabajo
2 Las necesidades habitacionales permiten el paulatino origen de los cuatro elementos. El primero es el terraplén, lugar ligeramente elevado del entorno; el segundo es el hogar, pues el fuego es el centro espiritual del hábitat, pues es protector y abrigo; el tercero es la cubierta, y el cuarto es la empalizada. El mito semperiano del origen textil de la arquitectura hace hincapié en el tema del muro o empalizada como clave para la distinción entre estructura portante y cerramiento. La empalizada debe ser vista desde lo tectónico o lo representacional. Lo anterior debido al sentido textil de la pared tejida y su consecuente dependencia con la estructura portante. De los cuatro elementos mencionados, es este el que reviste mayor importancia en cuanto a los análisis posteriores hechos por Frampton, Fannelli y Gargiani y otros. 3
Banham, Teoría y diseño, 27.
4 El texto elabora la postura teórica de la Modernidad de la mano de Durand, Pugin, Ruskin, Morris, Semper y el Deutscher Werkbund; luego cita a Willis, Viollet-le-Duc y Auguste Choisy. A partir de la relectura anterior, mira el obrar de Schinkel, Perret, Garnier, Labrouste, Taut, Berg, Behrens, Poelzig, Sant’Elia, Guadet, Loos, van de Velde, Mies van der Rohe, Skidmore Owing & Merril, Buckminster Fuller, Le Corbusier y Gropius, por mencionar algunos. Banham, Teoría y diseño.
6 Cabe mencionar, por ejemplo, la variación en términos de la relación entre estructura y cerramiento de proyectos como el edificio de la Bolsa de Ámsterdam, de Berlage; el Larkin Building, de Wright, o la casa Tugendhat, de Mies.
Figura 3. Edificio Banco de Occidente, de Esguerra Sáenz y Samper, 1984
Figura 4. Edificio Banco del Comercio, de Obregón & Valenzuela, 1957-1958
Técnica y estética en el límite moderno: los cerramientos en la arquitectura moderna en Bogotá Alfredo Montaño Bello, Ricardo Rojas Farías [ 91 ]