En Las Huellas del Teatro San Jorge

EN LAS HUELLAS DEL

TEATRO SAN JORGE

SEMINARIO ANTROPOLOGÍA DE LAS RUINAS 2021-20 UNIVERSIDAD DE LOS ANDES INTEGRANTES: NATALIA LÓPEZ MARÍA JOSÉ ANDRADE MARÍA MANUELA JOVEN DANIELA A. RODRÍGUEZ

EL TEATRO Y SUS INICIOS La Bogotá de fines del siglo XIX y comienzos del XX experimentó un rápido y significativo crecimiento y desarrollo debido al incremento acelerado de la población y la subsecuente necesidad que se creó de generar y proveer servicios públicos, víveres e infraestructura para la población. Así pues, el impulso modernizador de esta época, provocó cambios en las dinámicas sociales y la transformación de los espacios urbanos forjados durante la Colonia y la República.

A pesar de que para fines del siglo XIX la localidad de los Mártires se encontraba aún en la periferia urbana de la ciudad, El Barrio de La Favorita, donde se construyó y hoy en día se erige el teatro San Jorge, representa justamente el desarrollo urbano de la naciente burguesía criolla bogotana. De acuerdo con Saldarriaga (2006), “En medio de este alboroto del naciente siglo, comenzaron a formarse las nuevas elites sociales, y barrios que fueron adicionándose a la cartografía de la ciudad” y la llegada de arquitectos extranjeros como Pietro Cantini y Gastón Lelarge, y de arquitectos colombianos que regresaban de estudiar en el extranjero como Alberto Manrique Martín, implicó la arribada de la tradición arquitectónica de las ciudades europeas y, con ello, una estética académica que dio origen a una construcción monumental de edificaciones aisladas que no se articulan del todo con el desarrollo espacial de la ciudad.

Construcciones como el Capitolio Nacional (1848-1926), el Teatro Cristóbal Colón (1886-1892), el castillo Marroquín (1899) y palacios como el Echeverry (actual Ministerio del Interior) (1900-1904) son ejemplo de ello.

Así, poco a poco, La Favorita fue convirtiéndose en una de las quintas más prestigiosas de la ciudad. Ubicado en la periferia del centro colonial, el barrió se adecuó a los principios urbanísticos de planeación, regulación sanitaria y a las nuevas propuestas arquitectónicas y se llenó de personajes prestigiosos que la empezaron a habitar. Así lo detalla Zalamea (2008): “...Laureano Gómez, director de El Siglo, vivía en el segundo piso del periódico, a dos cuadras del San Jorge. Vivian los Urdaneta Uribe, los Landinez, el después notable magistrado Luis Fernando Gacharná, el almirante Carrizosa, los Briceño, los Paz, descendientes de don Manuel María Paz, dibujante de la expedición de Codazzi, la que hizo los primeros mapas de la República; y el médico José del Carmen Acosta, cuyo nombre lleva el pabellón materno infantil del hospital de la Hortua y Jorge Bejarano el pediatra de moda de la sociedad bogotana.”

Este es, precisamente, el contexto en el que surge el teatro San Jorge el 07 de diciembre de 1938: el posicionamiento en la ciudad de una burguesía naciente de empresarios, el desarrollo de obras de infraestructura vial, la presencia liberal que se consolida en el poder después de 30 años de dominio conservador y, por supuesto, la oportunidad de disfrutar de una sala de cine especializada. Ya que la ubicación del teatro articulaba estratégicamente el centro con el Occidente y se concertaba con la Plaza de Bolívar y barrios como Santa Inés, sus puertas convocaban a un significativo grupo de la alta sociedad que vivía y/o trabaja por la zona: empleados públicos, ministros, empresarios, el presidente, etc.

EL TEATRO Y LOS AGENTES SOCIALES QUE LO FRECUENTABAN (1940- 1958) Entre las calles 13 y 19 con carreras 14 y 17 nació el barrio de la burguesía criolla, en donde vivieron personalidades tan importantes como el músico italiano Oreste Sindici, compositor de la melodía del himno nacional; el magistrado Luis Fernando Gacharná; el almirante Carrizosa; los Briceño; los Paz, descendientes de don Manuel María Paz, dibujante de la expedición de Codazzi y el poeta León de Greiff, entre otros. Debido a esto, los barrios que estaban ubicados entre esas calles fueron los lugares centrales para el encuentro de la burguesía bogotana, por lo cual, esta zona urbana estaba siempre bajo el cuidado del gobierno y era primordial tenerla en “buen estado” para que se lograra y mantuviera el dinamismo social de las clases más altas de Bogotá.

La Favorita fue uno de estos barrios y contó con un cuidado especial a nivel estético y de salubridad, para las personas que frecuentaban el sitio. Además, fue el epicentro de una de las salas de cine más elegantes del siglo XX, conocida como el Teatro San Jorge, diseñado por Alberto Martín —arquitecto del demolido Hotel Regina—, o que por su cercanía con la Estación de La Sabana contó con elegantes hoteles al estilo europeo, como el Hotel Francés o el Hotel Estación, conocido hoy como el Edificio Peraza, el primero con ascensor en Bogotá (Peña,2009)

EL TEATRO Y SUS CARACTERÍSTICAS: ¿QUÉ EMOCIONES Y PENSAMIENTOS GENERÓ EN SU ÉPOCA?

Concebido como uno de los primeros equipamientos culturales de la época que expresaban el espíritu de una ciudad moderna, el teatro diseñado, el Alberto Manrique Martín lo diseñó inspirado en los estilos académicos como el Art-Déco. Con una capacidad para 1.100/2.000 espectadores, se estima que su construcción sobrepasó los $ 150.000. El público asistente encontraba al ingresar a él las mayores comodidades: un vestíbulo dispuesto para la espera y el descanso entre actos, tres grandes puertas correspondientes al pasillo central y dos a los pasillos laterales que lo separan de una platea inclinada en forma de semicírculo con sillas cómodas, baños enchapados en mármol, un salón de té, un bar, un balcón habilitado para 200 personas y amplios camerinos con espejos para los artistas, todo lo anterior, dotado con equipos de la mejor calidad y tecnología de la época.

Así pues, gracias a su particular diseño y gran inversión, el Teatro surgió como una sala especializada para cine, y la primera multifuncional en el país, destinada para la presentación de espectáculos artísticos y otros eventos culturales: “Cabe mencionar que, además de la sala de cine “de última generación”, también estaba equipada con todas las instalaciones para producciones teatrales en vivo, el San Jorge incluía un “radio-teatro” más pequeño, adyacente, donde se grababan programas de radio y la difusión en la era pre-video” (Pardo, 2017).

Todo esto, claro está, permitió y mantuvo al Teatro en su época dorada durante años.

EL TEATRO: LOS NUEVOS AGENTES Y DINÁMICAS

En los años sesentas y setentas, empezaron a construirse hoteles-residencia, de baja reputación, para los viajeros de la Estación de la Sabana que se veían obligados a pasar la noche en la ciudad, y se convirtió en sede de varias agencias de transporte de la ciudad. En los ochentas y noventas, el sector se fue convirtiendo en una de las zonas más peligrosas de la ciudad. El Teatro fue perdiendo su fama y pasó de proyectar María Antonieta en 1930 a proyectar uno de los clásicos del cine porno, Garganta profunda, en los años ochenta y noventa, luego fue comprado por una empresa de reciclaje que demolió el balcón y entregó la silletería a Royal Films, compañía que le compró las instalaciones a Jorge Pardo.(Ministerio de Cultura, 2015).

El cambio de agentes sociales que frecuentaban el teatro y de las dinámicas que se empezaban a presentar alrededor y dentro del teatro, dependió en gran parte de los cambios en la distribución urbana dentro de la ciudad de Bogotá y de los nuevos planes de desarrollo urbano que se tenían. Por otra parte, el fin de la empresa de ferrocarriles de la Sabana dio pie a que la zona se desvalorizara al mismo tiempo de que se empezaban a generar nuevas migraciones de agentes sociales totalmente distintos a los que frecuentaban al inicio el teatro y los barrios cercanos. Nuevas dinámicas sociales que involucraban personas de estratos socio económicos más bajos y el descuido de parte del gobierno local como nacional, fomentaron que zonas como Teatro San Jorge, como el barrio de La Favorita, comenzara a tener un significado distinto en relación con ese nuevo tejido social que se estaba instaurando como consecuencia de decisiones gubernamentales y de las empresas privadas que frecuentaban el lugar.

EL TEATRO: LOS NUEVOS AGENTES Y DINÁMICAS Hacia las primeras décadas de los ochenta, cuando debido a una nueva transformación del entorno social y urbano, la zona empieza a llenarse empresas de transporte de pasajeros y carga, se da un aumento de la indigencia por la intervención del sector conocido como el Cartucho (barrio Santa Inés) y se produce un aislamiento ocasionado por los nuevos trazados de la malla vial.

Esto da pie al fortalecimiento de nuevas dinámicas sociales y el constructo de un nuevo imaginario frente a la función del teatro, el tipo de personas que se albergaban dentro del mismo y las dinámicas de poder que se entablaban desde ya distintos agentes sociales no tan supervisados por el gobierno. Cabe aclarar, que este nuevo tejido social no le quitó ni arrebató la importancia al Teatro San Jorge, sino que por el contrario, permitió que el teatro y hiciera parte de nuevas dinámicas sociales y movimientos que se entablaban alrededor del mismo en La Favorita. Además, dio pie a la construcción de un nuevo imaginario del teatro y del choque de memorias que se tenían del mismo en diversos agentes de distintos tiempos: los que alcanzaron a vivenciar la primera época del teatro o los que escucharon acerca de lo fue hacia los cuarenta y cincuenta; y los que lo empezaban a reconocer desde la emoción del miedo por las nuevas dinámicas de la zona y del ordenamiento urbano hacia la época de los ochenta.

EL TEATRO Y SUS DINÁMICAS DESDE LOS OCHENTA Como resultado de su baja rentabilidad el Teatro es vendido por sus dueños al Circuito Presidente y Películas Mexicana en los 80 y, finalmente, en 1991 es adquirido por la Royal Films. El titular del diario El Nuevo Siglo “De película: de las altas clases a los gamines” del 21 de junio de 1995 es muestra de no sólo el patrón de deterioro del Teatro, sino también de las consideraciones sobre el sector y quienes en su época empezaron a habitarlo.

“Por las noches, hacia las nueve, uno los ve desfilar por la calle 15, donde está el inquilinato. Llegan cargados con costales, cobijas y cartones. Ahí pasan la noche y vuelven a salir a eso de las ocho de la mañana”, relata uno de los comerciantes del sector. Un poco más abajo, cerca de los lotes baldíos de la Empresa de Ferrocarriles Nacionales, los desperdicios, las basuras y los restos de las quemas se han adueñado de las estrechas calles que a principios de siglo fueron el epicentro de la vida republicana (Peña, 2009).

Para 1999 en un matinée con las películas “Máximo riesgo” y “Madeleine” el teatro despide a su público: las luces del proyector Philips se apagan definitivamente dando por terminada su última función y, con ella, la batalla que dio durante de 61años como Teatro independiente. En el 2000, la Royal Films realiza la permuta del Teatro con Industrial de Papeles Ltda. El nuevo dueño del teatro, Fabio Vinchery era un hombre consagrado al negocio de la archivística y vinculado con el mundo del reciclaje y decidió echar abajo el balcón de teatro para usarlo, con estos fines, como bodega de almacenamiento.

Años después, debido a esto, los Vinchery fueron multados por destruir el patrimonio de la ciudad y abandonarlo, pues durante los años siguientes a su compra habitantes de calle, expendedores de droga y mujeres que brindaban servicios sexuales aprovecharon la desolación del lugar para habitarlo y refugiarse en él en las noches. Por lo cual, el teatro se resignificó como un lugar donde se presentaban, en mayor parte, dinámicas sexuales, de venta y compra de drogas y refugio para recicladores e indigencia. Cabe resaltar, que también en un descuido del gobierno por no sellar el sitio y estar al tanto del patrimonio, también se comenzaron a generar nuevas dinámicas coherentes al tejido social que se construyó en el barrio La Favorita y sus alrededores.

EL TEATRO: SUS NUEVAS INTERVENCIONES Y PROYECTOS

“En medio del desastre, el San Jorge fue registrado en el 2000 como un Bien de Interés Cultural de conservación cultural, pero no fue sino hasta 2014 cuando Idartes lo compró por 1.352 millones de pesos y planeó su recuperación” (El Tiempo 2016) Durante 2014, según lo estipula Rodriguez & Cubillos (2020), se proyecta un reforzamiento en todo el sistema estructural del teatro, ya que se encuentra en deterioro. Por otra parte, se comienzan a aperturar algunos muros con columnas y dintel para generar nuevos accesos. La idea principal del proyecto es una revitalización total del teatro para darle de nuevo ese aspecto cultural al barrio San Victorino. Puntualmente, la restauración del teatro tiene como eje central la revitalización de este, con el fin de devolverle sus atributos y potencializarlo para usos culturales en beneficio de las personas que lo visiten.

EL TEATRO: SUS NUEVAS INTERVENCIONES Y PROYECTOS

Escuela Teatro San Jorge es una tesis enfocada en la restauración y ampliación del teatro San Jorge. Esta se apoya en la Facultad de Artes de la Universidad Distrital para crear dicha ampliación y recuperar la importancia del teatro San Jorge. Esta ampliación se tiene proyectada para resignificar al Teatro San Jorge como un centro de música, artes escénicas y danza, además de servicios y talleres que complementen y ayuden al teatro. Se tiene pensado proyectar al teatro como un lugar donde se entablen y construyan nuevos espacios de aprendizaje de enfoque cultural; esto con el objetivo, de poder resignificar el teatro y las dinámicas del barrio La Favorita. Vale resaltar que, no solo fue un proyecto que proponía no sólo la revalorización del teatro, sino la del mismo sector del cual hace parte. Esto permite que el teatro se repiense y se reflexione sobre el mismo desde una utilidad distinta a la de usos anteriores, además, de ser un lugar pensado para la construcción de conocimiento a través del arte y no solo como un lugar donde se exponga lo hecho por ciertos agentes .

EL TEATRO: SUS NUEVAS Y ACTUALES PROYECCIONES

Se informó desde IDARTES, que se destinarán 13.600 millones para esta obra de restauración que según debió iniciar en agosto de 2021, y culminará en el primer trimestre de 2023, como parte de las metas de la actual administración para reactivar, modernizar y darle un nuevo significado al centro de Bogotá.

Sin embargo, no se ha logrado avanzar en ese proyecto de restauración y ampliación del teatro hasta lo que se lleva el 2021. Esto debido a la emergencia sanitaria presente y demás situaciones políticas y sociales que han dispersado la atención de la restauración del Teatro San Jorge.

Por medio de la línea del tiempo queremos mostrar la historizacion de la ruina y la manera en la que en ella se conjuga un pasado y un presente a través de los remanentes, los rastros, las pervivencias de unos vestigios que no sólo dan cuenta del paso del tiempo, sino de las relaciones y desplazamientos sociales que han habido en torno a el. Y eso, justamente, revela la manera en la que la ruina privilegia una memoria en la que la materialidad desempeña una función destacada. Una función que radica en la aprehensión certera de las huellas del pasado y su conjugación con el presente.

Como se aprecia, el Teatro se ha visto envuelto en un proceso de materialidades en disputa y en un proceso de resignificación constante entre la ruina y el recuerdo o la esperanza de lo que el Teatro era y/o podría ser.

En este proceso el San Jorge ha sido teatro, cine porno, bodega, hogar de habitantes de calle (finales de los años 90 y principios de los 2000), ha sido espacio de consumo para personas en condición de drogadicción, ha sido Bien de Interés Cultural y se busca que ahora sea un espacio para representaciones artísticas más contemporáneas (baile, hip-hop, artes electrónicas, circo) y para atender “necesidades comunitarias” Entonces, si bien en el Teatro San Jorge se encuentran materialidades en diputa, rescatando lo argumentado por Gordillo en Rubble: The Afterlife Of Destruction, en sí aquello que representa el Teatro representa es la multiplicidad del escombro en cuanto es producido, destruido y rehecho.

La ruina es entendida de maneras distintas por las personas que se encuentran con ella, pues nos relacionamos distinto con el pasado y su significado.

Mientras para algunos era la encarnación del avance social, arquitectónico y económico en Bogotá, para otros ahora significa Bien de Interés Cultural y para otro simplemente es un muro que se puede raspar y destruir. Por tanto, la ruina, que está cargada emocionalmente, afecta a los cuerpos y maneras de relacionarse de manera diferente.

EL TEATRO COMO MESHWORK

En cuanto a las concepciones de espacio, lugar y movimiento relacionado con diferentes fluctuaciones del quehacer de un lugar. Es pertinente mencionar a Tim Ingold, quien define el concepto de espacio inspirándose en la definición que Martín Heidegger plantea. En esta definición, la vida se vive al aire libre, en lugar de estar mesurada en las estructuras de un entorno cerrado. Siendo así, se expone el hecho de que la vida no se lleva dentro de los lugares, sino a través, alrededor, hacia y desde ellos. No se desarrolla en lugares encerrados determinados, sino a lo largo de caminos. Los caminos se entrelazan, puesto que la vida de cada uno está ligada a la del otro. Por tanto, los lugares son como nudos y juntos forman lo que Ingold llama meshwork. Teniendo en cuenta lo anterior, se puede argumentar que el teatro es una especie de red, un meshwork, en el cual múltiples agente se entrecruzan y las experiencias adquiridas pueden verse modificadas por las diferentes dinámicas que se llevaron a cabo en el teatro.

Por otro lado, Ingold habla de su idea del concepto de conocimiento, el cual define como una integración hacia arriba de datos. Así, se dice que a través de este proceso de integración, se produce el conocimiento. Por esto, argumenta que el conocimiento proviene de un historial de posibles experiencias. Es decir, se forma en el movimiento. Así pues, el conocimiento, según Ingold, se puede definir como un conjunto de temas unidos en historias de experiencias vividas. Lo anterior se menciona, puesto que es pertinente el hablar sobre las experiencias como conocimiento, y es que este lugar ha esparcido conocimiento (expresado en experiencias vividas) en la vida de las personas que se han topado con el teatro San Jorge. El cómo se relacionan las personas con el teatro está mediado por el conocimiento (Experiencias aglutinadas).

¿TOPOFILIA? En su texto Topofilia, el gran geógrafo nacido en China Yi- Fu Tuan, busca delimitar de manera adecuada el tópico de la topofilia, en donde nacen otros conceptos como los de medio ambiente, cultura y entorno. De este modo, el autor empieza dando una breve definición de lo que considera debe hacerse con este concepto y lo define como el lazo afectivo que existe entre las personas y un ambiente circundante y/o lugar. “El término topofilia funde los conceptos de «sentimiento» y «lugar».” (Tuan, 2007). De igual forma, se hace énfasis en el hecho de que el entorno no siempre es el causante directo del desarrollo de la topofilia. No obstante, puede ofrecer los estímulos sensoriales necesarios que en cuanto a percepción moldea nuestras alegrías e ideales.

Teniendo en cuenta lo anterior, el Teatro es un vestigio, una huella de una época y de una intención espacial de una comunidad que en algún momento habitó este lugar, un rastro que permanece en el tiempo y que no se ha borrado pese a los intentos de algunos por hacerlo (Castro, 2013). Se puede decir que este teatro es una marca de lo que el barrio La Favorita fue. Lo anterior porque respondió con mucho acopló a un entorno urbano y a diferentes necesidades en un tiempo determinado. De igual forma, constituye en algunos personajes de la vida un gran recuento de memorias repletas de sentimentalismos que difícilmente se borran.

Armando Silva, en su investigación sobre los imaginarios urbanos en Bogotá, evidencia que los ciudadanos crean “proyecciones imaginarias” de los espacios que finalmente definen su relación con la ciudad (Peña, 2009). Por tanto, a pesar de que lo que queda del antiguo Teatro ha estado varias veces cerca de ser demolido, por intervención, acción y delcaración de ciertes agentes, tanto insitituciones como habitantes de la zona que ven más allá de sus cimientos deteriorados y consideran perjudicial demoler un espacio que albergaba signos y señas histórico-culturales significativos, esto no ha sucedido.

Si bien Prats (1998) define el patrimonio cultural como una invención y una construcción social. Dos términos que forman un proceso complementario y de tensiones entre la razón y el sentimiento, la reflexión y la vivencia nutridos por la memoria compartida, un sistema de representaciones en el cual, los referentes simbólicos son legitimados a partir de unas fuentes de autoridad extra culturales esenciales un orden social consensuado (pp.63-76), el Teatro es en realidad el ejemplo perfecto de cómo los lugares no son materialidades encerradas y signifcadas por una experiencia inequívoca.

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