Portada:
Justo Girón
Depósito Legal: SE-834-2012
Impreso y hecho en Bormujos (Sevilla), en los talleres de Gráficas Moreno, S.L.
Andalucía. España. MMXII
Edición de 400 ejemplares del nº 73 de CUADERNOS DE ROLDÁN
EJEMPLAR Nº
Javier Fernández de Molina
Guadiana
TEMPLO DE DIANA
También los monumentos, por dentro, están vacíos.
Joan Margarit
Atrapada en la piedra en un monólogo a dos voces –destino de tu alivio–ante mí te detienes y en silencio me hablas de romanos de dolor y de futuro. Muda para contarte que nunca ante la piedra brotó el conocimiento de los hombres, que el paso del tiempo que en mí ves reflejado es solo el aderezo del poema.
Son los sentimientos… que envejecen –murmuras mientras te alejas.
Ana Olivera
—6—
María José Barco
EMÉRITA LA CIUDAD INSEPULTA
La ciudad sumergida tiene venas de tiempo y piedra, y un corazón de acanto que dilata sin fin su última diástole. No cesa nunca el vivo estertor de la ciudad insepulta, la exhalación de su pecho acorazado de mosaicos o de su alta frente de mármol que sangra en el hondo suelo. No cesa nunca la geometría de su voz, su serena voz armónica de eterno cadáver resurrecto.
Salvador Compán
—8—
Carmen Mogollo
QUÉ BELLO NO SER DIOS
Qué bello no ser Dios, desconocer que en este instante mueren seis criaturas, que alguien se está cayendo de un andamio, que una bala ha logrado su objetivo, que un hueso está saltando en mil pedazos, que varios corazones necesarios acaban de pararse sin remedio.
Qué alivio el ignorar que se perpetra en esta misma noche la ruina de cuatro mil familias, más o menos.
Qué descanso ser sólo muy consciente de que otra vez gotea el grifo del baño, que el coche tiene un ruido, que me duele un poco más el pie o la mano izquierda, que camino hacia el fin sin mucha prisa, que mi alegría es pequeña mientras tanto.
Qué bien no ser Alá, Jehová o cualquiera de quienes bien podrían evitarnos todo el dolor del mundo si quisiesen.
Qué cargo de conciencia la tristeza, sabiendo que soy Yo quien la permite.
Francisco Núñez Roldán
—10—
Pedro Gato
EL SACERDOCIO o MÉRIDA: CIUDAD DEL HOMBRE
SONETO CONFESIONAL DESAFIANTE ANFIBOLÓGICO
Não é merda, nem peido, nem é nada: É o Escrotinho fazendo um soneto.
Paulo Velloso
a
J. M. Fonollo
Yo soy el vate en el váter, sólo un poeta con su peta. Soy un profeta que aprieta falsas tetas en el aire…
Mi poesía concreta reta a los que van con donaire, lavo sus bocas con Fairy, ¡anacoretas de Creta!
Tengo fe ginecológica y soy un poeta de Mérida devoto de la diosa Rea.
Tengo vena escatológica, a todo mancho de mierda, ¡mi escrita es una diarrea!
Rodolfo Franco Sonetos (Ediciones Dadá)
—12—
Ceferino López
Con flores a María #11
SI LAS CABEZAS HABLARAN
He buscado dentro de mí y he hallado el silencio.
Inerte el cuerpo, desconcertada el habla, turbios los ojos y ausente el alma.
He buscado dentro de mí, y no hallé los recuerdos.
Luces y sombras, imágenes pixeladas cuervos negros que mi soledad abarca.
He buscado dentro de mí y no he hallado nada.
Si tú fuiste mi testigo háblame de mis hazañas, pon el laurel en mi frente, arrancada del bloque entre tormentos, que en el olvido yace abandonada.
Marian Pantoja
—14—
Paco Cosano
Primero fue guerrillero, pero después se romanizó.
Habló el latín vulgar de los soldados romanos y aprendió a tornear las ánforas para los comerciantes de Roma. Luego se hizo una casa con mosaicos en el patio y plantó tres olivos en un huerto. Con los años pasó del sayo a la túnica y de ésta a la capa y hebilla de plata, mientras los olivos crecían y se multiplicaban de cerro en cerro.
Han pasado veinte siglos y aún podemos ver su gesto de patricio en su casa señorial de la antigua Emérita Augusta.
Carlos Abadía
—16—
AUGUSTO
Osorno
TUMBA DE MUJER MUSULMANA (Mérida, julio de MMIII)
Yo no sé decirte qué escenario es éste, qué tierra roja como la roja semilla del fuego te acrecienta y te protege depositada en tu fosa, sujeta y fiel figura de hueso, jamás cadáver sino ausencia, desencuentro, olvido. Ahora eres viento, sustancia entre el agua y la arena, sangre disuelta en grano, piedra corrompida por el tiempo y los azares.
¿Habrán adivinado en ti las eruditas manos pliegos del amor tan duro que te hizo?
Bajo tus dientes de porcelana ¿habrán averiguado cuántos labios se encerraron con ellos por un beso?
¿O acaso en tu quietud giras perpetua buscando enloquecidamente el amoroso bulto, aquel montón de luz despavorida, carne de tu carne, que yace a pocos metros de ti, con la cabeza vuelta hacia La Meca y su menudo cuerpo desenterrado apenas por el sol de otro tiempo?
Yo no sé decirte qué momento es éste.
La rutinaria sucesión de los siglos nos ha dejado a solas, convocados por la muerte o la vida, perdidos en su aduana, capaces del olvido y la resurrección, capaces aún de otro amor y otra muerte verdadera.
La mandíbula ríe mancillada por la claridad y tu voz se me resiste como el eco de un silencio. Acerco mi rostro para oírte mejor, aunque no tengas boca, ni aire, ni palabras.
Daniel Casado
—18—
Arturo Portillo Loba
COLUMBARIOS
Mientras escucho sandalias en las losas de la calzada a Corduba, la tierra me sigue siendo leve. Vivo en esta necrópolis a la luz del recuerdo.
Palomar de cenizas somos ya los Voconii, pero yo existo porque mi nombre está labrado con el amor inmune al tiempo. Mis pestañas, pavesas en esta urna de solemne mausoleo, son un arpa de siglos en reposo, pero no muerta. Habla de mi la historia y mi noche es blanca como la nieve.
Emérita me cobija en su seno.
Rosa Lencero
—20—
Antonia Jaén
EMERITA AUGUSTA
Cuando el tiempo deja de ser tiempo cubre con teselas de recuerdos los patios a cielo abierto del pasado.
¿Y cuándo los días dejan de ser días ? Qué importa.
—22—
Carolina Abadía
Marcos Osorno
A Miguel Angel Serrano González, “Kifubonsai”.
Allá el santo en su sosiego, la novicia en su inocencia, y en la patena del mundo el bisbiseo de las viejas.
Allá dones y perdones y misas negras zainas, donde Occidente se oculta de las hambres concebidas.
¡Carnaval de carnavales... Que te tienes que quedar como se queda la jaula cuando el pájaro se va!
Rafael Arjona
—24—
Inés R.
EL TIEMPO DE LAS LIBÉLULAS
“Estos días azules y este sol de mi infancia”
Antonio Machado
Era el tiempo del pichi y las castañas, de las trenzas, el sol y los gorriones. Esos días azules en que te ibas abriendo al mundo, gota a gota, de rocío y de vértigo.
Era el tiempo del pan con chocolate, de la bufanda larga o las sandalias, los discos de vinilo en el bar más cercano y aquella oscura selva de terrores nocturnos en los ojos tan tiernos de las vacas.
Era el tiempo sin tiempo todavía, detenido sobre el élitro manso de los insectos leves.
Ecos de luz antigua: tiempo de las libélulas.
Pilar Fernández
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Koke Vega El agujero en la saca
INMIGRANTES. ILEGALES
Se reencontraron tras una larga ausencia y sin mediar palabra se fundieron en un inmenso abrazo, abrazo que duró lo que un abrazo dura, apenas unas lágrimas algún que otro suspiro, y tras desabrazarse la piel del sentimiento se les cayóa jirones. Después, la despedida, hay que ser impalpables para seguir viviendo…
Sabed los insolidarios que en las tierras hostiles el transcurrir del tiempo se mide con clepsidras de llanto.
—28—
Eladio Méndez
José María Méndez
AUGUSTA EMERITA
En la certeza de tu claridad ando buscando los vestigios de los años, y en la hierba que ahonda en tu silencio escribo versos largos de invierno que duermen en los pulsos del tiempo. Vuelvo a llamarte Augusta Emérita, y mi instante se abre al grito transparente de tu paseo que expresa nuevo rostro. Milenaria en valores y descalza tu pisada, ahora guardo mi voz, para que tus labios, asustados por el hoy, me alerten de señales vividas ante una luz herida por la edad.
Jesús Solano
—30—
Jesús Pizarro Cañamero Emerita´street
EN MÉRIDA
Con honor de retirado, a ti, Emerita Augusta, llego de tiempo cansado en coqueta y vieja fusta.
Vengo a escuchar la verdad que el alado y viejo tiempo, en piedra sin oquedad, pregona sin entretiempo.
Si la diosa Clío es diosa porque permanece manteniendo lo que ves escrito en cuanto acontece, contenga Eolo los vientos que arramblan con la memoria; pues contemplar tus cimientos, ¡oh Mérida!, es mi gloria.
Alejandro García Acebes
—32—
Mikelo Junto al Templo
ewis Carrol volvió al tiempo reversible. Y me lo aplicó disponiendo que primero me calara hasta los huesos y después me diera tiempo a secarme antes de caer la lluvia.
Ahora creo en losla lluvia, caprichosos milagrosenvuelto de las palabras. Y meen una toalla, resulta grato contemplardesde la ventana.
—34—
L
lluvialluvialluvialluvialluvia
Joaquín Gómez
Enrique Flores
EMÉRITA ANCHURA
En la sierra onubense, mi centro y mi silencio. Mis diarios afanes, sobre el manto bordado de la bética Itálica.
Mas mi sueño proviene del norte de leones, de la augusta y emérita capital de los lusos. Dos veces desperté de pronto por sus calles; la suma de ambos sueños me procuró un presente que ya nunca me deja.
En el sueño primero, triunfando del contraste con la extrema dureza que inevitable anuncia la propiedad de un hombre que la tierra hizo suyo, se me ofreció la ancha mirada hospitalaria de cuantos consintieron quedar en mi memoria.
En el segundo sueño quise mirar a Mérida con la mirada misma que se me había mostrado. Así recibí entonces, sentado entre millares, sobre una grada inmensa, el don de contemplar la anchura de los tiempos.
Hizo vibrar las piedras, multiplicó mi pulso y se fijó en el gesto reflejo de mis manos –abandonadas sobre mis rodillas mientras tan anchamente yo miraba–.
—36—
Desperté. Nunca más pisé la arena del soñado anfiteatro, ni ocupé mi lugar en la imprecisa grada.
Acuden, sin embargo, puntuales mis sueños y a través de mis manos puedo sentir la anchura de los mundos que trazo más allá de esta sierra: la Bética, pulida y perfilada, la Lusitania, la que siempre habitan mis eternos leones nebulosos.
Elías Hacha
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VARINIA SERENA
A Jesús y Teresa (Ya unidos por otra luz)
Afligido y resuelto cruzó Lacinio Sereniano el trecho largo del Camino de la Plata entre Emérita y Mulva.
Siete días oró en el templo de sus orígenes más cerca de las nubes y los dioses. Siete días bajó al pie de la colina para atenuar su pesar entre las aguas dulces y la fusión de olores a mineral y aceite.
Qué extraña entonces la medida de la distancia y sin embargo… qué igual la herida dentro: la figura rota de Varinia –la niña de sus ojos–con su adolescencia doliente confiada ahora a la virtud espirituosa de las termas.
Pensó en su regreso. En la estela votiva que encargaría agradecido cuando el milagro se aliara a la promesa. En Juno, majestuosa y estática, representada entre dos aves de plumaje rotulado con cien ojos.
Rosario F. Cartes
De “Caminando con los dioses”
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Pepa Santos
EMERITA
Octavio te funda el Guadiana te baña una vía de Plata te circunda y la diosa Ceres sedente te ampara; desde el Foro municipal los clípeos augústeos de la Gorgona Medusa y Júpiter Ammón te protegen y salvan; en el Museo Nacional sobre sus basas retratos togatos y toracatos te ennoblecen y guardan y en los paseos por tus calles y plazas mil voces anónimas te admiran y cantan
¡Ah hermosa ciudad dos veces milenaria!
José María Bedoya
—40—
Domingo Jiménez
DIGAMOS QUE UN INVIERNO EN EL NORTE
La mañana se aturde bajo el rigor abstracto del frío. Estallan como el cristal las hojas oscuras de los plátanos. Leo a Poe por las calles húmedas. Bebo coñac sintiendo en la nuca la mirada hostil de los parroquianos. Regreso a casa y siento deseos de llorar. Inicio otro poema inconcluso.
Elías Moro
—42—
Daniel Hervás Clivillés
Caballo, galgo, milana
VÍA ARGÉNTEA
C ose paisajes y ensambla pueblos como un indeleble hilo plateado que va configurando las costuras de unas tierras según el patrón de la convivencia y el mestizaje. Desde las vegas béticas se eleva hacia las cumbres occidentales de las serranías belloteras, donde los animales más guarros adquieren el aroma que impregna la veta amarillenta de sus carnes, para atravesar la extrema dureza del solar de conquistadores y estoicos luchadores de todas las fronteras, acostumbrados a confundir al invasor y la miseria. Otras vegas jalonan el paisaje que bordea al Guadiana y las piedras se transforman en emblema de fortalezas y escudos que hacen de Mérida capital y símbolo para los vasallos líricos de la roldanesca y cofre pétreo del tesoro arqueológico que encierra. Dondanielo
—44—
Teresa Martínez
Y el hombre se sentía anejo a las plantas, a los animales bajo las constelaciones y al pez marino en los abismos de las aguas…
Mas surgió la pregunta sobre su entorno… Fluyeron los dioses, quizás respuesta…
Y más tarde se interroga sobre las cosas…
Se inicia la angustia ante su soledad frente a un universo que lo albergaba entre enigmas…
Se inicia el llanto:
Son oscuros los dictámenes de los dioses, Oscuras las expresiones de su núcleo más íntimo. El círculo se cerraba hacia la luz cegada o más hondamente hacia la caverna en un amor cegado entre tinieblas y sombras…
Para que el grito fuese eco de la voz, se entreabría entre un semicírculo de piedras…
Y el coro, nuevo semicírculo, recitaba entre ritos el disuelto mito de ese reencuentro, en el que lo sagrado se sustentaba en los etéreo
anunciado en esas continuas columnas desiertas, y el hombre elevaba su plegaria de abandono, anhelando su sueño inicial, sin poder desgajarse de aquel sonambulismo… encarnado en su queja para iniciar el herido sacrificio en una desconocida y sedienta alba amanecida en un olvidado y trágico olvido…
Joaquín Verdú de Gregorio
—46—
José Ramón Vaca
CORINTIA, LA CIUDAD
El olvido devasta cada noche su nombre.
Sus arqueros de nuevo con el alba se afanan en cavar los cimientos y convocar la piedra.
Su invocación, la torre.
Su sílaba, la cal. Ni manos ni andamiajes, con pronunciarlos basta.
El día es su derrota y su victoria el día.
Nunca fragilidad fuera defensa tanta.
José A. Ramírez Lozano
—48—
Mario León
ODIO NO SER PALABRA SUFICIENTE
Si con tan solo odiarte fuera suficiente. Sin embargo debe de haber algo más. Del amor no hablo. Me duele la boca. Algo que atenaza mis músculos y me impide que revienten al fin las venas.
Qué fácil algunas veces evitar acariciarte. Qué difícil otras tantas no acercarme para asomarme a tu sombra. Yo no sé a qué tanto ir y venir de manos sin tocarse. A qué mirada atiende mi mirada. Deben de ser los ojos. Que recorren resbalosos otras cuencas. Anegando las lagunas de tus ojos.
Si con tan solo odiarte encontrara más alivio. Mentiría si dijera que no quiero. Levantarte con los labios no es trabajo la rutina noensayada de otras veces. Pero duele no es mentira te lo juro. Apartar de la memoria lo reseco.
Cuando lloras en la cama no hay certezas. Cuánta duda socavando de mis torres. Cuánta piedra que se torna en limo y fango. Humedales son en vasto origen esos miedos que ahora roca por la sangre acristalada siempre viajan. Arrumbados hacia el pecho y la cabeza. Donde atracan y someten al buen juicio. De abrazarte. Cuando lloras. En la cama.
Si con tan solo odiarte me dijeras que me quieres. La firmeza allí en tus labios bastaría. Y aunque odio no ser palabra suficiente. Para alzar la mano armada y liberarte. De esta soga que la suerte procuró en vieja afrenta. Qué difícil no te creas que te amo.
Ensartarte este cuchillo mientras duermes. Y dejarte para siempre leve y libre. A soñar sé que te gusta de mis soledades. de
SED
Marino González Montero
—50—
Rocío Cárdenas
A MÉRIDA
Te concibió Augusto y te fundó Carisio, y Ausonio te nombró entre las grandes. Refugio para espadas cansadas al remanso de tus ríos: tierra para cantar las luchas pasadas. Te nombro en circo, en teatro te nombro, en foro te grito y en puente romano: en templo de Diana y en arco de Trajano bañándome en Proserpina y mirando hacia Cornalvo.
Fuiste sueva primero y capital de Hispania con Agila; fuiste barca que en la Cora navegaste hasta la mar.
Abderramán hirió tu piel, tantas veces lastimada, y por no dormir tranquilo, te regaló la Alcazaba.
Te reconquistó Alfonso nono de León sin devolverte la sede episcopal que te fue hurtada porque mitras extrañas se opusieron.
Te mancillaron franceses, esos que luego fueron del solar patrio expulsados con la ayuda del inglés, no de mejor ralea, tan malo como el gabacho.
Y ahora, luz de tu tierra: agua que fluye, piedra señera, viento que rola, olivo y cepa.
Manuel Benítez
—52—
Juan A. Riviere
Ensoñaciones
en palacio mientras el alba llega.
Más allá de los campos, su Roma añorada es telón de fondo de su espera.
Ensoñaciones... risas en el teatro y en el foro, palabras, antesala de su vida como vestal en el templo. ..............
Corre, Lazarillo, por sus calles, bajo la penumbra de faroles que escucharon muchos “ayes”.
Corre, heraldo del futuro, que tu pie no tropiece, pues esos adoquines, que ya vieron gloria, serán el presente de nuestro recuerdo.
Mª Carmen Martínez Gordillo
—54—
Manuel Acedo Niño grúa
MÉRIDA, EL GUADIANA TE HUBIERA BUSCADO
´ Él, que jugueteando como un niño por entre sus Ojos cruzó la Mancha, viajando a veces oculto, cuando llega a ti, Mérida, detiene su marcha y para contemplarte se relaja y se ensancha. Ahora, ya de adulto, se encuentra de repente, para rendirle culto, jugando de nuevo por entre los ojillos de tus puentes, donde sus aguas se convierten en un cortejo de luz y de palabras. Él sabe que estaba aquí antes, pero si no, hubiera venido a buscarte para enredase contigo en una invisible danza, y quedarse en ti como emérito de agua, tú fuiste Màrida, y fuiste Emérita, capital de la Cora y de la Lusitania en la antigua Hispania.
Ahora, él sabe que ya será un río hacia la nada, que su corriente le empuja, y no quiere ser frontera, ni llegar hasta Ayamonte, donde le espera la mar salada, donde sus huellas resbalan, se amontonan y desaparecen.
—56—
Manuel Sánchez Herrera
Carmen Márquez
AL OTRO LADO DEL VAHO
Anido en la sorpresa de esta niebla que persiste en las calles hace días, en su velada claridad.
Apenas me despierto, me asomo a la ventana y compruebo que sigue invadiéndolo todo.
Sólo es niebla, me digo.
Pero la niebla que es sólo niebla no moja el alma ni se deshace en el pecho como un sollozo cansado.
¿De qué otros reinos desciende este lenguaje que agita los pilares de mi mundo?
¿Por qué vislumbro una llama al otro lado del vaho?
Ana Mª Castillo
—58—
Moreno
José Luis Vázquez Carballar
EMÉRITO
(Anno DCCXLII ab Urbe Condita)
“Senadores de Roma, Divino Augusto: después de las heridas en las campañas cántabras, de guardar la paz en las orillas del Flumen Anae, de no hallar vuestra mano en la derrota ni ver vuestra cara cuando las culpas, me retiro a Emérita en busca de reposo.
Quién podrá acusarme de traidor, quién se cree exento.
Sabed que sólo fui inocente mientras no tuve que tomar decisiones”.
Mario Rodríguez García
—60—
Manuel Márquez
A MÉRIDA JACOBEA
Por la Vía de la Plata va el Sur; está Roma –Mérida–camino del Norte...
¡Dichosa la ciudad que tiene y que da Camino a Santiago y albergue al peregrino...
Agustín Torres Vázquez
—62—
Facomo
MERECIDA
Tus labios besaron un río de agua plácida. Amaste sinceramente, y tu corazón de mármol se hizo amable.
He visto sombras invocar tu grandeza. Su aliento, habló del amor perdido, por un óbolo en sus bocas.
Dónde guardan los dioses celosos tus fronteras.
Aquellos templos donde en la noche anidaban lucernas, mudaron su suerte advertida e inevitable.
Te hirió la última parca. Tu memoria duerme entre las piedras sometidas.
Manuel Rámila
—64—
José Viera
POÉTICA
—66—
Podemos decir cosas bonitas, o podemos decir la verdad.
¡Digamos cosas bonitas!
Antonio Orihuela
Antonio Gómez
Porromporobompompero
Salvador Malpartida Corrales
—69— Ana Olivera . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6 Salvador Compán . . . . . . . . . . . . . .8 Francisco Núñez Roldán . . . . . . . . .10 Rodolfo Franco . . . . . . . . . . . . . . . .12 Marian Pantoja . . . . . . . . . . . . . . . .14 Carlos Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . .16 Daniel Casado . . . . . . . . . . . . . . . . .18 Rosa Lencero . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Carolina Abadía . . . . . . . . . . . . . . .22 Rafael Arjona . . . . . . . . . . . . . . . . . .24 Pilar Fernández . . . . . . . . . . . . . . . .26 Eladio Méndez . . . . . . . . . . . . . . . .28 Jesús Solano . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 Alejandro García Acebes . . . . . . . . .32 Joaquín Gómez . . . . . . . . . . . . . . . .34 Elías Hacha . . . . . . . . . . . . . . . . .36-37 Rosario F. Cartes . . . . . . . . . . . . . . .38 José María Bedoya . . . . . . . . . . . . . .40 Elías Moro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .42 Dondanielo . . . . . . . . . . . . . . . . . . .44 Joaquín Verdú de Gregorio . . . . . . .46 José A. Ramírez Lozano . . . . . . . . . .48 Marino González Montero . . . . . . .50 Manuel Benítez . . . . . . . . . . . . . . . .52 Mª Carmen Martínez Gordillo . . . .54 Manuel Sánchez Herrera . . . . . . . . .56 Ana Mª Castillo Moreno . . . . . . . . .58 Mario Rodríguez García . . . . . . . . .60 Agustín Torres Vázquez . . . . . . . . .62 Manuel Rámila . . . . . . . . . . . . . . . .64 Antonio Orihuela . . . . . . . . . . . . . .66 ESCRIBEN
—70— Javier Fernández de Molina . . . . . . .5 María José Barco . . . . . . . . . . . . . .7 Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . . . .9 Pedro Gato . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11 Ceferino López . . . . . . . . . . . . . . . .13 Paco Cosano . . . . . . . . . . . . . . . . . .15 Osorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17 Arturo Portillo . . . . . . . . . . . . . . . . .19 Antonia Jaén . . . . . . . . . . . . . . . . . .21 Marcos Osorno . . . . . . . . . . . . . . . .23 Inés R. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .25 Koke Vega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27 José María Méndez . . . . . . . . . . . . .29 Jesús Pizarro Cañamero . . . . . . . . . .31 Mikelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33 Enrique Flores . . . . . . . . . . . . . . . . .35 Pepa Santos . . . . . . . . . . . . . . . . . . .39 Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . . . .41 Daniel Hervás Clivillés . . . . . . . . . .43 Teresa Martínez . . . . . . . . . . . . . . . .45 José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . .47 Mario León . . . . . . . . . . . . . . . . . . .49 Rocío Cárdenas . . . . . . . . . . . . . . . .51 Juan A. Riviere . . . . . . . . . . . . . . . .53 Manuel Acedo . . . . . . . . . . . . . . . . .55 Carmen Márquez . . . . . . . . . . . . . .57 José Luis Vázquez Carballar . . . . . .59 Manuel Márquez . . . . . . . . . . . . . . .61 Facomo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63 José Viera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .65 Antonio Gómez . . . . . . . . . . . . . . . .67 Salvador Malpartida Corrales . . . . .68 PINTAN
A la ciudad de Mérida una carta le escribe el Sol, que le preste su hermosura para mejorar su color. Con la inestimable ayuda de Ana Olivera, Nacho Sánchez, coordinados por Pepe Aguilar y Carlos Becerra y el buen hacer de Paco, sale a la luz este Cuaderno LXXIII, el 25 de febrero de 2012 PAZ Y LIBERTAD