Ctrl Art, la revista cultural Vol.2

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UN UN CLIC CLIC ENTRE ENTRE EL EL ARTE ARTE Y Y USTEDES USTEDES

Artículo Histórico

PAG.03

Recomendación múscial

PAG.13

por Ireri M. Campoy García

por Luis Antonio Palomares Vaughan

De palomitas y películas

PAG.18

Anónimo

Datos culturales semanales por Ricardo Espejel Cruz.

PAG.20

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MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS

EN TORNO AL VOLCAN PARICUTIN. entre el ex poblado de San Juan Parangaricutiro y el poblado de Angahuan Texto: Ireri M. Campoy García.

El 20 de febrero de 1943, hace 79 años, nació un volcán en las tierras de cultivo de la pequeña comunidad de Combutzio, muy cerca de San Juan Parangaricutiro y Angahuan, en la meseta purépecha de Michoacán. Su nombre viene de Parhikutini “Lugar al otro lado”, es de los volcanes más jóvenes del mundo y estuvo activo 9 años, 11 días y 10 horas, tiempo en que la lava se expandió 10 kilómetros aproximadamente.

La zona volcánica de MichoacánGuanajuato es activa, conocida por ser el mayor campo volcánico del mundo, con el mayor número de volcanes de tipo monogenético.

Hasta la fecha hay unos 1,200 volcanes en esta zona, y en concreto en la meseta purépecha hay más de 250.

El Paricutín es un volcán monogenético y ha marcado un hito sin precedentes en la historia de la vulcanología por que se formó en una zona donde no había ningún volcán previo.

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Y AUN NO LO VEN POR DENTRO...

Dionicio Pulido, el dueño de la parcela donde nació el volcán, fue testigo de su nacimiento y pudo avisar con tiempo para que los habitantes de Combutzio pudieran abandonar el sitio, ni una vida se perdió.

El 10 mayo de 1944 fue desalojado San Juan Parangaricutiro, sus habitantes realizaron una caminata de 33 kilómetros y el 23 de mayo llegaron a la Ex Hacienda de los Conejos a 8 kilómetros de Uruapan, donde fundaron la Nueva San Juan Parangaricutiro.

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TESTIMONIO DE DIONISIO PULIDO: “A las cuatro de la tarde, dejé a mi esposa al fuego de la leña, cuando noté que una grieta, que se encontraba en uno de los corrales de mi granja, se había abierto y vi que era una clase de grieta que tenía una profundidad solamente de la mitad de un metro. Me fijé alrededor para encender las brasas otra vez, cuando sentí un trueno, los árboles temblaban y di vuelta para hablar a Paula.

Fue entonces que vi cómo en el agujero, la tierra se hinchó y se levantó dos o dos y medio metros de alto y una clase de humo o del polvo fino, gris como las cenizas, comenzó a levantarse para arriba en una porción de la grieta que no había visto previamente. Más humo comenzó inmediatamente a levantarse con un chiflido ruidosamente y continuó y había un olor de azufre. Entonces me asusté grandemente e intenté ayudar a la yunta del buey.

Fue así que atontado sabía apenas qué hacer o qué pensar y no podía encontrar a mi esposa, o a mi hijo, o a mis animales. Al último vino a mis sentidos y recordé al Señor Sagrado de los Milagros. Grité: "Señor bendecido de los Milagros, usted me trajo a este mundo”. Entonces miraba en la grieta adonde se levantaba el humo y mi miedo desapareció por primera vez. Me apuré para ver si podía salvar a mi familia, mis compañeros y mis bueyes, pero no podía verlos. Pensé que deben haber llevado los bueyes al rancho para el agua. Vi que no había agua en el rancho y pensé que el agua se había ido debido a la grieta.

Me asustaron mucho y monté mi yegua a galope a Paricutín, donde encontré a mi esposa e hijo y amigos que me esperaban.

Estaban asustados, porque creyeron que estaba muerto y que nunca me verían otra vez”.

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El nacimiento del Paricutín significó una gran sorpresa.

Existen testimonios de que meses e incluso un par de años antes, temblaba constantemente en la zona y que existía un sitio donde siempre escapaba aire caliente con tal fuerza que podía despedir sombreros o restrojo cuando se le echaba encima, y el calor en el suelo era evidente. Hasta que llegó el día y algunas personas creían que era el fin del mundo, un castigo divino, un hecho extraordinario.

“Era la única persona en el mundo que puede jactarse de ser propietaria de un volcán.

Sin embargo, no es dueño de nada”.

José Revueltas.

La visita de científicos interesados en el estudio de los fenómenos telúricos, periodistas, turistas, artistas y cineastas no se hizo esperar, y aunque la vista del mundo estaba centrada en los aconteceres de la segunda guerra mundial, sí existió cierta resonancia respecto al nacimiento del volcán.

Es importante destacar que el Paricutín significó una gran oportunidad para conocer y estudiar su desarrollo en carne propia, puesto que la humanidad jamás había sido testigo de este fenómeno y los resultados de estos estudios son apremiantes.

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Una buena cantidad de artistas se dieron cita en las inmediaciones del joven volcán, para echar mano de sus atributos creativos y dejar importantes aportes visuales y estéticos que nos permiten conocerlo en sus diversas facetas y bajo distintas miradas, colores y fuerza natural.

Diego Rivera (1886-1957), consagrado muralista mexicano, durante su estadía en las inmediaciones del volcán, realizó óleos y viñetas, como esta obra titulada “Paisaje de una erupción” acuarela sobre papel, 1943.

Ezequiel Ordoñez (1867-1950), fue ingeniero topógrafo, geólogo e investigador mexicano. Los estudios científicos que realizó sobre la evolución del volcán estuvieron acompañados de paisajes de herencia decimonónica, lo que constituye un importante testimonio documental.

Obra “Fumarola”, 1943.

Rufino Tamayo (1899- 1991), acorde a su personal expresión artística, realiza una dinámica erupción nocturna.

Obra “Paisaje del Paricutín”, óleo sobre tela, 1947.

Ricardo Soriano, realizó paisajes del Paricutín cuando éste se encontraba en declive.

En 1952 realizó este paisaje “Agonía del Paricutín” donde es posible percibir las últimas exhalaciones del volcán.

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Gerardo Murillo “Dr. Atl” (1875-1964).

Pintorvulcanólogo, paisajista, interesado en la historia y la filosofía, la crítica del arte y el periodismo.

Previo al nacimiento del Paricutín, había realizado textos y pinturas del Popocatepetl, el origen del pedregal de San Ángel, la zona aurífera del centro Colorado de Oaxaca, y los volcanes italianos Etna y Stromboli. Sin duda, es el artista más representativo en cuanto a estudios y pinturas del volcán se refiere, desde que hizo su primera erupción se mudó a la región de la meseta Purépecha donde permaneció largas temporadas. Sus apuntes y pinturas lo llevaron a escribir el libro “Cómo nace y crece un volcán, el Paricutín” (1950).

Obras “Explosión del Paricutín”, 1943 y “Ríos de fuego”.

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Alfredo Zalce (1908-2003). Pintor, muralista y grabador michoacano.

Sobre su paso por el Paricutín existen dos piezas: “El Paricutín” (1949) que constituye un paisaje en esencia, testimonio de la fuerza del volcán y su paso por las comunidades que extinguió; y “Paricutín” (1949), una crítica social al fenómeno turístico que desencadenó su nacimiento, contrastando la difícil situación de los pobladores que tuvieron que abandonar sus comunidades.

Raúl Anguiano (1913-2006). Pintor, muralista y grabador. Se sabe que Anguiano estuvo en el Paricutín desde el verano de 1943 hasta los primeros meses de 1944.

Recientemente se dieron a conocer bocetos que permanecieron resguardados hasta el 2015, gracias a que La Casa de la Cultura de Coeneo los compartió.

La historia del Paricutín se llevó a la pantalla grande con el largometraje: “Tierra Muerta” (1949), dirección de Vicente Oroná. Guión: Blas López Fandos y Vicente Oroná. Reparto principal: Víctor Manuel Mendoza, Irma Torres, Carlos López Moctezuma, Beatriz Aguirre y Agustín Isunza.

Productores Mexicanos Unidos. Nominada en 1950 al premio Ariel por mejor fotografía.

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En décadas más recientes, después de la segunda mitad del siglo XX, se ha dado cabida a manifestaciones artísticas que se salen de las expresiones tradicionales, como es el caso de Peter Hutchinson (Inglaterra, 1930), su desarrollo artístico se enfoca en el Land Art o arte de la tierra y forma parte de las primeras generaciones de artistas que trabajan este rubro. En 1970 viajó a México para realizar una intervención artística en el volcán Paricutín titulado “Paricutín volcano Project”, y consistió en esparcir 200 kilos de pan blanco en el borde del cráter, su descomposición natural generó un contraste de colores que logró trastocar el paisaje y el suelo.

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Derivado de este primer aporte surge el festival “Arte de la tierra del volcán Paricutín”, es una iniciativa generada por la maestra Ana Lourdes López, quien se formó en artes visuales y arte público en la UNAM y en la Universidad Politécnica de Valencia, España. El proyecto consiste en realizar intervenciones artísticas en el paisaje (arte de la tierra), abre la posibilidad de intervenir un espacio natural con acciones e instalaciones de arte efímero, utilizando materiales que la zona proporciona lejos de los sitios expositivos oficiales. En cada emisión, han participado artistas locales, nacionales e internacionales, quienes en conjunto han realizado diversas intervenciones e instalaciones en el paisaje del Paricutín.

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La Primera edición fue en 2006, después en 2008, hubo un evento relacionado en la Ciudad de México en el 2010. Continuó el tercer festival 2011 con las intervenciones de Mariana Bolaños y Carmen Jacobo con “Somos tierra”, Kees Ouwens con “Expectation”, Luis Rea con “Fraccionamiento Villas del Paricutín” y la participación de los jóvenes Sergio Lázaro, Antonio Bravo, Félix Soto y Feliciano Soto, habitantes de Angahuan con la pieza “El hombre de maíz”.

El cuarto festival fue 2013 con las intervenciones de Romina Rebolledo (Chile) y Arturo Solares ISTO (Edo. De México). Se organizó también una intervención artística colectiva que consistió en elevar 70 globos de cantoya desde el cráter del volcán para conmemorar el 70 aniversario de su nacimiento.

En la realización de estos festivales han participado organismos independientes y oficiales también: la Cooperación Sociedad Arte A.C., UNAM, UMSNH mediante el instituto de Geofísica, el Departamento de Geología y la Escuela Popular de Bellas Artes, el Centro Regional del INAH y la organización de la sociedad civil COSA (Cooperación sociedad y arte).

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La historia del arte en torno al volcán Paricutín es extensa y realmente interesante y cautivante, es un epicentro que despierta creatividades de todo tipo y que nos ha legado obras de profundo disfrute estético y seguramente habrán otras expresiones que en este primer ensayo se han omitido por desconocimiento principalmente, en todo caso la intención que haya sido ilustrativo.

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La investigación y recopilación de experiencias personales llevó a la publicación del libro “Los hijos del volcán, memoria de un pueblo perdido”. 2005.

COCIDECUR. Círculo Cultural Kuimu: María Concepción Ramírez, Agustina Pulido, Jesús García y Eduardo Montiel, originarios de Uruapan. La obra rescata la memoria oral de más de 70 sobrevivientes de la erupción del volcán Paricutín, quienes dan testimonio de lo sucedido y ubican en el tiempo y en el espacio, a un pueblo que desapareció bajo miles de toneladas de magma.

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Recomendación musical y artistas del medio

por Luis Antonio Palomares Vaughan

M US IC A

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ESTIMADO LECTOR:

Estimado lector por estos días pasados recordamos un año más el natalicio de un gran músico moreliano, quien naciera precisamente en los albores del movimiento revolucionario mexicano, 16 de febrero de 1910 para ser más preciso, en la calle 5a de Guerrero hoy Agrarismo, # 57 (acorde con la epigrafía existente en la fachada del inmueble), a una cuadra del emblemático templo de San José en pleno Centro del Jardín de la Nueva España, según nos refieren sus principales biógrafos. Un personaje que a nivel nacional no cuenta con el reconocimiento quizá como lo tuvieron otros contemporáneos de él, pero que en nuestro estado tiene gran relevancia, ya que tanto la sociedad vallisoletana, como su familia y amigos, se han encargado de cuidar su memoria y su legado.

Formado en el seno de una familia tradicional moreliana, José Ignacio Miguel Julián Bernal Jiménez ingresa a los 7 años al Colegio de Infantes de la Catedral incorporándose al Coro de dicha institución, y posteriormente hacia 1920 al Orfeón Pío X bajo la dirección del sacerdote José María Villaseñor, que a la postre se convertiría en la Escuela Superior de Música Sagrada.

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Para 1923, una vez terminada su primaria, ingresó al Seminario Tridentino de Morelia, con todo el propósito de ordenarse sacerdote, como eran los principios de la época, sin embargo, un año más tarde regresa a la Escuela Superior de Música Sagrada de Morelia para concluir la licenciatura en Canto Gregoriano (1927). Precisamente aquí en esta escuela es aconsejado por sus maestros Felipe Aguilera Ruíz e Ignacio Mier Arriaga de emigrar al viejo mundo en busca de mejorar sus estudios y técnicas musicales, nada más ni nada menos que al Instituto Pontificio de Música Sagrada de Roma. Con el apoyo financiero de Monseñor Villaseñor se inscribe en 1928, hasta conseguir su Doctorado en Canto Gregoriano, composición sacra y concertista de órgano 5 años más tarde, después de una férrea estancia acorde a la estricta instrucción de la Pontificia Scuola Superiore di Musica Sacra (1933).

De regreso a México, es nombrado organista de la Catedral de Morelia e ingresa como profesor a su alma mater la Escuela Superior de Música Sagrada, donde dos años más tarde es nombrado Director permaneciendo en el puesto por 20 años más.

Durante esta estancia funda la Sociedad Amigos de la Música; la revista musical Schola Cantorum (primera en su tipo) y reorganiza el Coro de los Niños Cantores de Morelia.

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Fiel a su preparación académica, Miguel Bernal Jiménez nunca se aparta de la producción musical, obras como la “Suite Sinfónica Michoacán” (1940), “Tata Vasco” drama sinfónico en 5 escenas (1941), “La Virgen que forjó una Patria” (1942), y 248 más entre música sacra, música profana, dramas sinfónicos, música teatral, sonatas, sinfonías, misas, himnos, villancicos, entre otras.Destacan de su importante repertorio dos obras: el “Concertino para órgano y orquesta” (1949) actual tema introductorio del FIMM y “El Chueco” (1951) esta última considerada una de las obras más importantes y representativas del ballet mexicano de ese y tiempo, estrenada en el Palacio de Bellas Artes por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el mismo Bernal Jiménez, ambas como parte de los esfuerzos de la entonces Administración por promover un nuevo nacionalismo, compartiendo crédito con autores como Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, Manuel M. Ponce, entre otros.

En 1945 fue nombrado Director del Conservatorio de Las Rosas de Morelia, y con el deseo de formar un centro musical en su ciudad natal que fuera conocido como la Salzburgo de América, conoce en Europa a Romano Picutti director del Instituto de los Niños Cantores de Viena a quien invita a Morelia a dar un curso de canto, lo que le valió a éste último el nombramiento de Director del Coro de los Niños Cantores de Morelia hasta su muerte en 1956.

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Casado con Doña María Cristina Macouzet Muñoz “Kitty” entre la familia y amigos y padre de 11 hijos: Miguel, Jaime, María Cristina, Juan Sebastián, Eugenio, Claudia Margarita, Verónica, Teresita, Francisco y el nacido poco después de su muerte Cristián; su vida transcurre entre apremios económicos, responsabilidades académicas, compromisos sociales y evidentemente el desarrollo de su propio talento, por lo que se traslada a los Estados Unidos, a la ciudad de New Orleans al Colegio de Música de la hoy Universidad de Loyola, en la que llegó a ser nombrado Dean of the College of Music (Decano del Colegio de Música), cargo que ostentó hasta el día de su muerte, misma que lo sorprende a muy temprana edad, 46 años, el 26 de julio de 1956 en la Cd. de León, Guanajuato, mientras componía la cantanta “El Himno de los Bosques”, en su visita a esa ciudad.

Para 1989, Miguel Bernal Macouzet, su primer hijo logra consolidar el sueño de su Padre con la apertura del Festival Internacional de Música de Morelia (FIMM), el cual además de honrar la memoria del Mtro.

Bernal Jiménez, ha sido el punto de encuentro no sólo grandes compositores universales, sino también entre los mejores intérpretes, músicos, concertistas y personajes del mundo.

Probablemente Ud. como yo, no seamos grandes conocedores de música, historia o arte, pero le aseguro que es un deleite escuchar las obras de estos grandes músicos de nuestra historia ( https://musicaenmexico.com.mx/musica-mexicana/miguel-bernaljimenez/ ) y que gracias a estos nuevos recursos digitales podemos disfrutar en casa, amén de poder asistir a estos eventos directamente en los recintos exprofeso para ello.

Un agradecimiento especial a la familia Bernal Macouzet, Lorena Díaz Núñez, Jesús Gutiérrez Guzmán, Miguel Salinas Chávez, Elizabeth y Ricardo Espejel y a los sitios web: Música en México, Historia de la Sinfonía y Orgullo e Identidad Nacional Mexicana, así como al Conservatorio de Las Rosas por el aporte de su información para este artículo

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De De Palomitas Palomitas & & Películas Películas recomendación cinéfila

anónimo

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Recomendación Cinematográfica

2 Tipos de cuidado LA ÚNICA VEZ QUE EL CINE JUNTÓ A PEDRO INFANTE Y JORGE NEGRETE. Este filme, del #CineMexicano, es una historia sobre dos amigos que pasan por varias peripecias para llegar a un final totalmente diferente.

Si tienes tiempo y quieres recordar los viejos tiempos de oro esta es una excelente opcion para ver.

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EL DATO CULTURAL DE LA SEMANA

Texto: Ricardo Espejel Cruz.

1.- Importancia del sitio

EN EL PLANO DE 1857 DE JOSÉ MOTA, SE PUEDE APRECIAR QUE APARECE SIN CLAVE Y QUE HACE ESQUINA CON LAS CALLES DE MANZANO Y LA CALZADA DE LOS URDIALES, ESTO DE ACUERDO A LA SEGUNDA 2 NOMENCLATURA DE LA

La ubicación del edificio de la antigua Harinera San José, es muy importante para la historia

CIUDAD. PARA 1869, SE LE REPRESENTA COMO LA MANZANA CON LA CALLE 5ª DE ALLENDE AL

industrial y comercial de Morelia. La primera

SUR, AL ORIENTE LA 6ª DE HIDALGO

representación conocida de dicha área, es en el

Y AL PONIENTE LA 7ª DE HIDALGO,

Plano

CON LA CLAVE 31 DE SU CUARTEL.

o

Mapa

de

la

Nobilissima

Ciudad

de

Valladolid, de 1794, en que aparece como una manzana del Segundo Cuartel Mayor, y dentro de éste, como parte del Segundo Cuartel Menor, en la columna 7 a partir de oriente a poniente y fila 4 a partir de la Calle Real, es decir de sur a norte.

Al sur le correspondía la calle de El Sauz, al oriente la de El CArtaño y al poniente la de La Azucena. Esta localización tan precisa, se debe a que es la manzana al poniente, de la ubicada al norte del antiguo Beaterio de Carmelitas, que fue de 1970 al 2000 la Central de Autobuses Morelos, hoy

estacionamiento

Morelia.

del

proyecto

Puerta

de

ES DE NOTARSE QUE, EN TODAS ESTAS REPRESENTACIONES, DA LA IMPRESIÓN DE QUE ES UN ÁREA DELIMITADA, PERO SIN EDIFICACIONES.

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FRAGMENTO DEL PLANO DE LA CIUDAD DE MORELIA POR JOSÉ MOTA, 1857-59

ANTERIORMENTE..

En la parte superior de este edificio estaba la casa habitación del Sr. Eusebio Gómez y de su esposa Doña Justina Berdia de Gómez, personas que junto con el Sr. Don Máximo Diez Herrero, iniciaron esta empresa. Cuando se inauguró el nuevo edificio se denominó Molinos Modernos de trigo Santa Lucía.

Estamos establecidos en lo que fue el Cementerio de los Urdiales y posteriormente campos de cultivos de hortalizas.

FRAGMENTO DEL PLANO GENERAL DE LA CIUDAD DE MORELIA POR MANUEL BALA

POSTERIORMENTE...

Para 1884 el ferrocarril ya había hecho su entrada en la ciudad, y esto cambió la fisionomía de los rumbos que afectó, notablemente la zona donde se ubica el edificio protagonista de este estudio. En el plano de 1898 se ve el tendido de la vía del ferrocarril, y en esta manzana aparece simbología de edificaciones, en el mismo tono de los edificios que se construyeron para estación del tren, bodegas y demás servicios. La manzana aparece identificada como la No. 31 de su cuartel.

El pequeño terreno original se fue ampliando en el curso del tiempo hasta llegar a la gran superficie que hoy tenemos aproximadamente 4 hectáreas. El 19 de octubre de 1934 se constituyó la actual Sociedad Anónima y cambia de razón social a Negociación Industrial Santa Lucía S.A. Desde el 26 de octubre de 1925 fue autorizada por el ayuntamiento la Construcción de un nuevo local a Don Eusebio Gómez.

AÑOS DESPUÉS...

2.- HISTORIA DEL EDIFICIO. De acuerdo a una entrevista realizada en el año de 1997 para el proyecto del Atlas del Crecimiento de las Ciudades Capitales de los Estados Unidos de México, se tienen los siguientes datos: No se ha podido precisar fecha exacta del nacimiento de este negocio, por referencias según fotografías de la época, es que esta fábrica se haya iniciado en el año de 1918, frente a las instalaciones de este edificio pasando la Av. Nocupétaro (al sur), con el nombre de Molinos de Trigo y Arroz. El 19 de marzo de 1928, se inauguró el edificio de ladrillo donde ahora se encuentran estas instalaciones, con molinería de trigo y fábrica de harina.

En el año de 1942 hubo necesidad de separar las dos actividades que desde 1928 se venían desarrollando: por un lado la fabricación de harina de trigo y por otro lado la que fué incipiente industria aceitera que ya para entonces (1942), era bastante grande y se proyectaba ampliarla más.

Los dos negocios, ya no cabían en este mismo lugar. Años más tarde se independizaron totalmente uno del otro. De la sección de harina quedó en otro 5 edificio que aún se sigue llamando "Molino San José", actualmente "Harinera Michoacana" y "Molino y Silos San José", próspero y floreciente industria harinera actual…

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En el libro de 2014 denominado Visita guiada a la arquitectura del siglo XX en Morelia, se aportan los siguientes datos, de corte arquitectónico:

El aspecto actual de la Harinera Michoacana se deriva de ampliaciones a una edificación anterior (Molino de Trigos San José, 1922) hechas en 1940 y 1960, la última por parte de Jaime Sandoval, quien había adquirido una amplia experiencia en la construcción de molinos de harina en otras ciudades de México. Su ubicación responde a la presencia de una línea del ferrocarril que permitiría tanto la recepción de materias primas como el transporte del producto terminado.

Constituye para la ciudad un ícono por su gran fachada curva que recuerda el estilo streamline y los silos cilíndricos, siendo claramente visible desde la Avenida Héroes de Nocupétaro. El complejo es uno de los pocos ejemplos en la ciudad del estilo internacional a gran escala. El conjunto está compuesto por tres secciones: un volumen cúbico, remanente del edificio original de 1922 (actualmente en desuso), un grupo de diez silos cilíndricos y un volumen curvo que alberga la maquinaria del molino.

Este volumen, aunque su fachada indica siete pisos por las tiras alternadas de vidrio y macizo, está abierto en su interior.

En 1929 se publicó en la revista La Esfera, un número especial dedicado a México, en el contexto de la exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, inaugurada el 9 de mayo de 1929 y clausurada el 21 de junio de 1930, fue la primera Exposición internacional para dar muestra del hermanamiento entre los dos países de la Península Ibérica con América; España e Hispanoamérica y Estados Unidos y Portugal con Brasil y Macao.

En sus páginas 152 y 154, apareció un artículo denominado Españoles en Michoacán, y allí encontramos el siguiente inserto:

Figura 5.- Inserto en la página 154 de la Revista La Esfera, número especial dedicado a México en 1929.

Harineras de Morelia. Gómez y Ruiz.

"Molino Santa Lucía". Don Germán Figaredo, cónsul de España, tenía razón. Imposible dar una cabal sensación de las fuerzas vivas de Morelia, sin visitar el "Molino Santa Lucía", de nuestros compatriotas Gómez y Ruiz. Esta negociación de harina, aceites, galletas y toda clase de pastas, situada enfrente de la estación del ferrocarril, es de las más importantes de Michoacán. Sus amplios departamentos, con veinte máquinas, denunciando vida y trajín, sirven para hacer un cálculo de la gran aceptación que tienen sus productos entre los muchos consumidores de los pueblos cercanos y de la ciudad de Morelia.

Nacieron sus propietarios en Santa María de Cayón, pueblecito del norte de nuestra Península.

Desde hace muchos años laboran en México, optimistas y francos, a través de todas las épocas revolucionarias.

Creen en el porvenir de ese gran pueblo. Todas las pruebas tienen sus dolores. Pero la aurora se acerca a pasos de gigante, y hay que creer que la industria y la agricultura hace que la vitalidad de los pueblos se sostengan con el fuerte esplendor de siempre.

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3.- CONCLUSIONES LA IMPORTANCIA DEL SITIO DONDE SE UBICA

MIENTRAS TANTO, ALLÍ LUCHAN. LA VOS DE ESPAÑA LES LLEGA A AQUELLOS LUGARES DE TARDE EN TARDE. EL ESPÍRITU SE VISTE DE FIESTA. Y SANTA MARÍA DE CAYÓN APARECE EN LA POSTAL DE UN CREPÚSCULO COMO AGITANDO UN PAÑUELO A LOS EMIGRANTES LEJANOS...

La importancia del sitio donde se ubica, su impacto en la economía de la ciudad cuando ésta se integró a la vida industrial del país, la arquitectura única de su edificio, hacen de La Harinera Michoacana un referente para la vida e historia de esta ciudad. Es parte del paisaje arquitectónico de la zona nor poniente de la ciudad, y se hermana con algunos de los edificios que aún quedan de su época, como las oficinas anexas del complejo Tron, a un costado de las actuales oficinas del INEGI. ANEXO 1. ARTÍCULO DEL LIBRO VISITA GUIADA A LA ARQUITECTURA DEL SIGLO XX EN MORELIA, PARA VER LA INFORMACIÓN CON EL CONTEXTO DE LAS FOTOGRAFÍAS.

Espacio

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26/02/2022

EDICION #2

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Director

Agradecimientos

Luis A. Palomares V.

dammarisart

Diseño editorial Aleisa Palomares Aguilar

Colaboración especial Elizabeth Espejel Cruz

Editores Ireri M. Campoy García.

Ricardo Espejel Cruz.

CONTACTANOS ctrlartmorelia@gmail.com

Fb: @ctrlartunclickalarte