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Editorial

REVISTA AQUA L a transformación digital es la integración de la informática y analítica de datos en todas las áreas de una empresa, cambiando con esto la manera de operar la producción totalmente, y agregando valor a los clientes. Este cambio de paradigma es tan grande, que se requiere un examen y reinvención de la gran mayoría de las áreas que constituyen la empresa –sino es que de todas-, debiendo, por tanto, hacer parte a todos los miembros de la organización para que esto se lleve a cabo. A pesar de que esto es una necesidad reconocida en el mundo, hace un año el Foro Económico Mundial posicionó a Chile como uno de los países más atrasados en materia de transformación digital, entendiendo esta como el aprovechamiento al máximo de las nuevas tecnologías. De acuerdo con esto, el índice de Madurez Digital Virtus (IMDV), indicó en un estudio de 2021, que el 44,9% de las grandes empresas y el 46,3% de las pymes en Chile no han comenzado su camino de transformación digital. En este sentido, si bien hoy en día la acuicultura ha avanzado a pasos agigantados en esta materia, incorporándose a la oferta de sistemas algunos que tienen la capacidad de incluso de combinar el data science y las nuevas tecnologías de las cámaras para detectar enfermedades automáticamente o realizar conteo de caligus en los peces, llevar a cabo análisis de big data para poder disminuir el uso de antibióticos en la industria, e incluso para prevenir FANs en centros de cultivos mediante sobrevuelo de drones; de todas formas tiene aún muchísimo espacio para crecer. Y este crecimiento debe ser pronto.

El riesgo de no hacerlo es que, en las propias palabras de la National Technology Officer de Microsoft Chile, María Francisca Yáñez, “simplemente estamos en un mundo totalmente transformado”, y hoy en día países que compiten con Chile en el cultivo de salmónidos ya están cerrando las brechas de las ventajas competitivas que nos entrega la propia naturaleza gracias al uso de nuevas tecnologías. Y no es ese el único de los riesgos que se corren, de hecho si la industria espera alcanzar sus ambiciosas metas en materia de sustentabilidad, no podrá hacerlo sin incorporarse plenamente a la transformación digital, ya que hoy ambos conceptos son inseparables uno de la otro. Son estos motivos, entonces, los que deben impulsar a la industria a estar a la vanguardia en materia tecnológica e informática, permitiéndole posicionarse como una de las más avanzadas a nivel mundial, sin perder todo lo ganado durante todos estos años. Aparte de esto, es importante ocupar un espacio para reflexionar sobre los importantes acontecimientos que se viven en el país. La Comisión Constituyente está realizando un trabajo importante creando la Carta Magna que, dentro de los muchos tópicos que están en discusión, se encuentran la regionalización –tanto en aspectos económicos, políticos y legales-, y temas medioambientales; factores que incidirán directamente en las actividades productivas que se llevan a cabo. Esto nos debe tener atentos a lo que se vote y los posibles cambios que esto traiga a la actual legislación, pero con la suficiente mesura y altura de miras para seguir siendo una industria que contribuya al país.

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