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¿Uno en un millón?
El niño narró que su papá no le dejó vivir su niñez porque con él, quiso demostrar que la inteligencia se debería desarrollar por sí misma.
En su biografía parece darle la razón a su padre cuando reconoce que a los tres años de edad aprendió griego, a los cinco leía los clásicos.
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Alos seis sabía lo esencial de la geometría y el álgebra, a los siete años leía a Platón en su lengua natal, a los ocho empezó a estudiar latín y a impartir clases a sus hermanos, a los diez años escribió su primer libro sobre los principios básicos del Derecho Romano, y leyó la obra de Newton “Philosophiæ naturalis principia mathematica”
A los doce años estudió lógica y leyó Aristóteles, a los trece se dedicó a la economía política, y a la obra de Adam Smith “Investigación sobre la naturaleza y la causa de la riqueza de las naciones”, a los catorce fue a Francia y aprendió francés, química y botánica, ya había leído a los filósofos de la Ilustración. En compañía de su padre convivía con técnicos sociales como David Ricardo y Jeremy Benthan, y ese niño fue la más célebre educación de la Inglaterra Victoriana.
John Stuart Mill Escritor
Ese niño fue JOHN STUART MILL, quien nació en Pentonville, Londres, Reino Unido, el 20 de mayo de 1806, y su padre logró lo que quería: demostrar que la inteligencia no se desarrolla por sí misma, hay que cultivarla.
En este caso Mill perdió su niñez y su juventud, no tuvo amigos ni amigas, pero estudió. Después logró rehacer su vida normal cuando contrajo matrimonio en 1851. John Stuart Mill, fue filósofo, economista, escritor sobre el liberalismo clásico, influyeron en este gran hombre británico Jeremy Benthan, Aristóteles, Platón, Adam Smith, Thomas Hobbes, Augusto Comte, Alexis de Tocqueville; y a su vez, él influyó en otros grandes pensadores como Keynes, Bertrand Russell, George Ornell, Ortega y Gasset, entre muchos más, por eso repetimos que es el más grande pensador del siglo XIX.
Entre sus obras están “La esclavitud de las mujeres” que influyó en el movimiento feminista y el alegato a favor de la libertad del individuo”.
Mill se pronunció en contra de que empleara el género masculino cuando se habla de toda la humanidad. Su libro más famoso es el ensayo “On Liberty” en él se trata la defensa de las libertades, libertad de opinión, de expresión y acción.
Su tesis fundamental, es que la libertad de la persona es absoluta, en todos los sentidos, siempre y cuando no dañe los derechos de otra persona. Señala que la obligación moral no sirve de nada si viene impuesta por el Estado. Nadie puede ser obligado a plegarse al dictado de la mayoría. Nadie puede ser forzado a hacer algo, solo porque la mayoría lo hace.
El utilitarismo de Stuart Mill defiende como principio básico de la ética a la utilidad. En el utilitarismo uno debe actuar siempre con el fin de producir la mayor felicidad para el mayor número de personas dentro de lo razonable. Por cierto, recuerdo que Albert Camus dijo al respecto: “Nunca serás feliz si sigues buscando en qué consiste la felicidad”, y a eso agregamos lo que decía Aristóteles: “Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego”.
Decía Mill que la única libertad que merece ese nombre es la de perseguir nuestro propio bien a nuestra manera siempre y cuando no intentemos frenar o perjudicar a otro.
La felicidad es la primera de todas las reglas de conducta y el fin de la vida. Muchas frases de Mill se encuentran en su libro de “Principios de Economía Política. Sobre la libertad y la religión. Ética y moral, una ciencia positiva”. Al respecto una de las razones de la aparición de la ética en la filosofía griega es porque ésta se considera la meta de la felicidad. La ética se crea por nuestra propia conducta, así decía Lao Tzu (601 A. C.) “La felicidad depende de uno mismo, si estás deprimido estás viviendo en el pasado; si estás anciano estás viviendo en el futuro; si estás en paz estás viviendo en el presente” Como miembro del Partido Liberal participó en la aprobación de la ley sobre tenencia de la tierra en Irlanda; en la ley sobre la igualdad de sexos.
Fue la segunda persona en el parlamento en pedir el otorgamiento del sufragio femenino, Mill propuso reformar el sistema electoral y al sufragio en especial.
Mill siguió a Sócrates en su concepción de la felicidad (eudaimonia) porque reconocía que la felicidad es el último bien del hombre y se logra con la práctica de la virtud. Se habla de la felicidad que es serena y estable que proviene de la contemplación de la verdad y se logra con la práctica de la virtud.
Como siempre Mill debe conocerse leyéndolo, a través de sus diversas colecciones para entender cada una de sus épocas.
IMPULSO A SEGURIDAD Y EDUCACIÓN: CÉSPEDES

En Tehuacán, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina entregó 10 patrullas a las autoridades municipales, además de obras educativas en la Normal Superior, con una inversión de 36.7 millones de pesos y 56 títulos de propiedad.


