CAPÍTULO XIII
FE
Y
RAZÓN
ANTE LA EXISTENCIA DE DIOS
Comenzamos la parte sistemática de nuestra estudio sobre Dios nin un tema dedicado al conocimiento de la existencia de Dios. Este l'onocimiento forma parte esencial del itinerario del hombre hacia Dios, pues es preciso que quien se acerca a Dios crea que existe y que es mnunerador (Hebr 11, 6). El «encuentro» del hombre con Dios es un
l'ncuentro personal que incluye los actos de conocimiento y amor. Nos detenemos pri mero en las cuestiones re l ativas al conoci miento racional de la existencia de Dios. Se trata de unas cuestiones sobre las que -como se ha visto en el estudio de la tradición teológica- se ha rdlcxionado detenidamente a lo largo de la historia . Nos adentramos tkspués en ese otro conocimiento de Dios que el hombre adquiere con la le. Se trata de un nuevo modo de conocer, superior al conoci miento natural, pero estrechamente ligado a él. La existencia de Dios resulta así 11hjcto de fe y objeto de búsqueda racional . Esta búsqueda racional se t•nrnentra inserta en la entraña misma del quehacer teológico, definido por S an Anselmo como fides quaerens intellectum, la fe que busca n llllprender. Al l legar aquí nos detendremos en la consideración de las diferen rias y de las implicaciones existentes entre ambos modos de conocer la 1·xistcncia de D ios. El itinerario hacia Dios es un c aminar que implica al hombre 1·n1ero, no sólo a su inteligencia, sino a todo su ser personal, también y pri mordialmente a su corazón. Pero en este proceso, la inteligencia d1·I hombre j uega un papel destacado. La búsqueda de Dios es el más 11harrnnte, comprometedor y universal de todos los itinerarios huma nos. l lahlar del itinerario del hombre hacia Dios, es decir, del caminar haria l'I «encuen tro» con Dios, implica, además, hablar de otro itine-