Entre las cristaleras se entrevén centenares de plantas que se desperezan. La luz de la mañana se cuela en el cerramiento de hierro generando sutiles destellos. Los mimos recibidos por esmeradas manos hacen del Palacio de Cristal el más deseado invernadero donde pasan las horas con una armonía inusitada.
Between the windowpanes you can see hundreds of plants creeping upwards. The morning light seeps into the iron enclosure, creating a subtle glimmer. The care received by attentive hands males the Palacio de Cristal the most revered greenhouse, where hours pass in a unique harmony.