Contratiempo 79 • 0ctubre 2010

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tiempoextra

Pepón Osorio

y su trabajo artístico en las comunidades. Esmeralda Morales

PEPON OSORIO

LA CAMA, 1987

BICICLETA, 1985

U

na de las cualidades más interesantes de Pilsen es la gran cantidad de artistas plásticos que nacieron, crecieron y ahora tienen sus estudios en el barrio. Esta característica lo ha convertido en un lugar apto para que varias organizaciones trabajen, con y para los artistas y por lo tanto sea atractivo para los creadores de otras partes de la ciudad y del país. Una de estas organizaciones, Pros Art Studio, dedicada a enriquecer la vida individual y de la comunidad a través de las artes, invitó el pasado mes de agosto, al artista puertorriqueño Pepón Osorio establecido en Filadelfia, para que compartiera su metodología de trabajo con los artistas de la comunidad que participarán en el desfile del Día de los Muertos, que este año llevará por nombre “Muertos de la risa”. Contratiempo tuvo la oportunidad de hacer una breve entrevista a este magnífico creador, cuyas instalaciones han sido expuestas en todo el país: Contratiempo: ¿Qué te trajo a Chicago? Pepón Osorio: Pros Arts me invitó a participar en un programa para compartir mi metodología de trabajo y como voy creando mis instalaciones involucrando a la comunidad y, conjuntamente con los artistas que trabajan en esta organización, ver como estas ideas puede incorporarse de manera práctica en un proyecto en particular aquí en Chicago, que en este caso será el desfile de “Muertos de la risa”. CT: Tu obra y trayectoria se caracterizan por tu trabajo directo con la comunidad, ¿Cual es tu propósito específico? PO: Por mucho tiempo se creyó que el trabajo de un artista solo podía albergarse en un museo o una galería, pero son mínimas las posibilidades de que muchos de los artistas participen en ese “mundo del arte”, (a lo que sea que es llamado ese “mundo”). Lo que espero lograr con este trabajo es encontrar una alternativa en la cual el artista pueda seguir siendo una persona creativa, que continúe mostrando su trabajo, pero que de alguna manera sea él mismo quien escoja donde presentar su obra, porque personalmente creo que un museo no es el lugar máximo donde se puede exhibir. Pero para las escuelas de arte con un modelo europeo formal, el museo es el lugar máximo de exhibición. Es el modelo antiguo en donde el artista permanece y crea en su estudio con muy poco contacto con el mundo. Ahora se ha institucionalizado mucho el papel del artista y se ofrece un crédito académico y diplomas de aprobación que lo acre-

diten como tal, pero en tal caso habría que ir las comunidades y ofrecer grados honorarios a todos aquellos que son mejores artistas que muchos que están en la academia. Yo creo que hay un gran trabajo por hacer fuera de lo académico que para mí es mucho más importante. Lo que intento con este programa en las comunidades es ofrecer oportunidades para que el estudiante de arte y las familias puedan involucrarse en una experiencia de aprendizaje en la práctica, porque al final del proceso, las familias aprenden tanto como los estudiantes. CT: ¿Entonces enseñas a la comunidad otra manera de comunicarse a través del arte? PO: Más bien los expongo a ver las oportunidades que el arte tiene más allá de lo que se nos ha dicho. La gente, las familias con las que he trabajado, tienen una idea muy clara de lo que es el arte, pero quizá no tienen muy claro las amplias posibilidades que existen para exhibir su trabajo. Finalmente esto los lleva a una manera muy distinta de ver al arte. Así que por un lado el propósito es expandir los lugares de exhibición y por otro lado experimentar la nueva metodología de trabajo en comunidad, porque generalmente se enseña al artista a trabajar solo. El trabajo artístico en la comunidad crea empleos, se requiere de carpinteros, pintores, trabajadores de la construcción, etc. Yo contrato a la gente de la misma comunidad para que sean parte del proceso. CT: Tus instalaciones son reconocidas y mencionadas en algunos cursos de arte. Eres un artista respetado y reconocido... PO: He sido extremadamente afortunado, he trabajado mucho, pero también he estado en el momento y lugar correcto. He tenido suerte. No me gustan los medios en donde ponen a los artistas como “mega estrellas”, yo solo soy un artista plástico y hago arte para hacer reflexionar a la gente no para ser famoso. Este es el tipo de cosas en las que siempre entro en conflicto, porque la gente comienza a conectar mi nombre con una cara. Como artista la comunidad debe seguir viéndote como realmente eres, no por lo que piensan que debes de ser. CT: ¿Crees que esto te quita cercanía con la comunidad? PO: Sí; un poco de cercanía pero también le quita la seriedad que hay detrás del trabajo de un artista. Los artistas no deberíamos de olvidar nuestro rol como pensadores y críticos del mundo. Esmeralda Morales es directora de arte de contratiempo.

No Crying Allowed in the Barber Shop, 1994 número 79

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